Lucas 15 – El gozo de encontrar a los perdidos
A. La oveja perdida, la moneda perdida.
1. (1-3) Jesús responde a la acusacion de los fariseos.
Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come. Entonces él les refirió esta parábola, diciendo:
a. Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle: Al hablar a un gran número de personas (Lucas 14:25), Jesús les retaba fuertemente en lo concerniente al discipulado y al compromiso. Su fuerte reto no alejó a la gente; los atrajo a Jesús.
b. Entonces él les refirió esta parábola, diciendo: Este, uno de los capítulos más amados de la Biblia, está compuesto de parábolas dichas en respuesta a la acusación de los fariseos: Este a los pecadores recibe, y con ellos come.
i. Las siguientes parábolas fueron dichas a los fariseos y los escribas quienes murmuraban. Los líderes religiosos de los días de Jesús dividieron a la humanidad en dos clases: los impíos y los justos. Decidieron vivir, tanto como fuera posible, en completa separación de los impíos. Algunos rabinos de los días de Jesús tomaron esta idea tan en serio que se negaron a enseñar la palabra de Dios a los impíos (Morris).
ii. “Que ningún hombre se asocie con el impío, ni siquiera para llevarle la ley”. (m. Mek.Ex. 18:1, citado en Pate)
iii. Las siguientes parábolas fueron dichas a los fariseos y los escribas, pero a oídos de una multitud de publicanos y pecadores quienes se acercaban… para oírle.
2. (4-7) Encontrando la oveja perdida.
¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.
a. Si pierde una de ellas: No es extraño que una oveja se pierda o que el pastor saliera a buscarla. Sí parece extraño que el pastor pondría en peligro el 99% de su rebaño por el bien del 1%. O estaba asumida la seguridad del 99%, o el punto de esta parábola es en el regocijo, no en la negligencia del 99% por el bien del 1%.
i. “Ninguna criatura se pierde más fácilmente que una oveja; ninguna es más distraída; y ninguna tan incapaz de encontrar su camino de regreso al rebaño, una vez que se pierde: gemirá por el rebaño, y seguirá corriendo en la dirección opuesta de la que se encuentra el rebaño: de esto me he dado cuenta”. (Clarke)
b. Va tras la que se perdió, hasta encontrarla: La oveja perdida nunca se salvará a sí misma, o encontrará al pastor por sí misma. Si el pastor no pone manos a la obra, la oveja está condenada.
i. Muchos rabinos de esa época creían que Dios recibía al pecador que venía a Él correctamente. Pero en la parábola del pastor y la oveja, Jesús enseña que es Dios quien activamente busca al perdido. Él no recibe a los perdidos a regañadientes; al contrario, sale en búsqueda de ellos. Dios encuentra al pecador más de lo que el pecador encuentra a Dios.
ii. “Un gran erudito judío ha admitido que esto era la única cosa absolutamente nueva que Jesús enseñó a los hombres acerca de Dios, que Él realmente buscó a los hombres”. (Barclay)
c. La pone sobre sus hombros: Cuando Jesús encuentra a su pueblo Él también la carga. PorqueCristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.(Romanos 5:6)
d. Gozoso… Gozaos conmigo… Más gozo en el cielo: El énfasis de esta parábola no está en la proporción, sino en el gozo de encontrar al perdido. Este fue el error de los escribas y fariseos que se quejaron. No estaban gozosos cuando los publicanos y los pecadores se acercaron a Jesús.
e. Por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento: Aunque la oveja no hace nada para rescatarse a sí misma o arrepentirse, Jesús menciona la necesidad del arrepentimiento en las últimas palabras de esta breve historia. Es casi como si dijera: “la oveja no se arrepiente, pero ustedes deben hacerlo cuando Dios los encuentre”.
3. (8-10) Encontrando la moneda perdida.
¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido. Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
a. O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma: Si el pastor estaba interesado en una de cien, tiene sentido que la mujer esté interesada en una de diez. No simplemente contaba la moneda como perdida y no le importaba más.
i. Bruce sugirió la posibilidad que esta moneda estaba junto con varias más en una cadena de plata que se usaba alrededor de la cabeza como una señal de que la mujer estaba casada. Era un adorno preciado para la mujer e hizo que la pérdida se sintiera aún más fuerte.
ii. En un sentido, los perdidos pertenecen a Dios, lo sepan o no. “La moneda de plata estaba extraviada pero aún tenía dueño. Observe que la mujer llama el dinero: “la dracma que había perdido”. Cuando perdió su posesión no perdió su derecho sobre ella; no pasó a ser de alguien más cuando se resbalo de su mano y cayó al suelo”. (Spurgeon)
b. Enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia: La mujer en la historia primero trajo la luz; después barrió y limpió la casa, todo el tiempo buscando la moneda con diligencia y con intento deliberado. Siguió buscando hasta encontrar la moneda.
i. Así es como la iglesia, dirigida por el Espíritu Santo, buscará almas perdidas. Primero lleva la lámpara que es la palabra de Dios, después barre y limpia su propio lugar, luego busca con diligencia a los perdidos.
ii. “Una de las primeras cosas que nos arresta poderosamente es el valor de las almas individuales. Fue una sola oveja que el pastor fue a buscar. Fue por una sola moneda que la mujer buscó en su casa”. (Morrison)
c. Gozaos conmigo: Cuando finalmente se encontró la moneda, la mujer estaba naturalmente feliz. De la misma manera, Dios está feliz cuando los pecadores se arrepienten, en contraste con los líderes religiosos que murmuraban cuando los publicanos y los pecadores se acercaron a Jesús para escucharle.
i. No pensamos muy seguido en Dios regocijándose, pero este pasaje nos dice que lo hace, y en cuales circunstancias. Y como el gozo del esposo con la esposa,así se gozará contigo el Dios tuyo(Isaías 62:5). Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos (Sofonías 3:17).
ii. Según Barclay, muchas de las personas religiosas de los días de Jesús creían cosas diferentes e incluso tenían un dicho que decía: “Habrá gozo en el cielo por un pecador que sea destruido ante Dios”. Los cristianos de hoy en día deben tener cuidado de no dar la misma impresión, especialmente en su constante y apropiado celo de hablar en contra de los pecados populares de la cultura.
d. Por un pecador que se arrepiente: A las monedas perdidas les resulta imposible arrepentirse, así que Jesús agregó esto para que tanto los líderes religiosos como los pecadores que lo escucharon supieran que el arrepentimiento es importante para los perdidos.
B. Encontrando al hijo perdido.
1. (11-16) Cómo el hijo llegó a perderse.
También dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.
a. Un hombre tenía dos hijos: La mayor parte de esta tercera parábola habla del menor de los dos hijos, pero el hermano mayor es considerado claramente y de forma importante al final de la parábola.
b. Dame la parte de los bienes que me corresponde: En aquellos días, un padre podía otorgar la herencia antes o después de su muerte, pero generalmente se hacía después (Geldenhuys). El hijo menor pidió una excepción especial, motivado por su torpeza y codicia.
i. El padre claramente ilustra el amor de Dios. Su amor permitió rebelión y, en algún sentido, respetó la voluntad humana. El padre sabía que el hijo había hecho una petición tonta y codiciosa, pero aun así le permitió seguir su curso.
c. Se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente: El hijo abandonó la área para hacerse independiente de su padre y vivir perdidamente (inconsciente, tonto, extravagantemente). Sin duda fue divertido mientras duró.
d. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia: El hijo era culpable del malgasto y de vivir de forma tonta. No tenía la culpa por la gran hambre que sucedió, pero fue afligido por ella comoquiera.
e. Y comenzó a faltarle… le envió a su hacienda para que apacentase cerdos: Movido por el hambre y la necesidad, el hijo aceptó un trabajo que era inaceptable y ofensivo para cualquier persona judía piadosa porque los cerdos eran animales impuros bajo la ley (Levíticos 11:7).
f. Pero nadie le daba: La miseria del hijo prodigo conmueve nuestra simpatía. Sin embargo, su miseria lo llevó a la buena resolución descrita en el siguiente versículo.
2. (17-19) La decisión del hijo pródigo de regresar con su padre.
Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
a. Y volviendo en sí: En su miseria, el hijo pródigo fue finalmente capaz de pensar claramente. Antes podría decirse que él no era realmente él mismo y que pensaba como alguien más; después volvió en sí.
i. En su rebelión y desobediencia, no estaba en sí. “En sus años de rebelión no era él mismo. El pródigo no era el verdadero hombre. El verdadero hombre era el penitente, no el pródigo”. (Morrison)
ii. En su pensamiento claro, no pensó en cómo mejorar las condiciones en el corral de cerdos. No culpó a su padre, su hermano, sus amigos, su jefe o los cerdos. Reconoció su miseria sin enfocarse en ella, y en su lugar se enfocó en su padre.
b. Me levantaré e iré a mi padre: Jesús no dijo que el hombre pensó en su pueblo o en su hogar, sino en su padre. Cuando el hijo volvió al padre, él también volvió a su pueblo y a su hogar; pero su enfoque estaba en regresar con su padre.
i. Así es como debemos volver a Dios, volver a Él antes que nada, antes de volver a la iglesia o volver a los amigos cristianos.
c. Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros: En su discurso preparado a su padre, el hijo mostró su completo sentido de indignidad y una sincera confesión de pecado. Ni siquiera pediría ser tratado como un hijo, sino como un sirviente contratado.
i. He pecado contra el cielo y contra ti: Esto muestra un cambio completo de pensamiento. No pensaba de esta manera antes; ahora no hizo ningún intento de justificar o disculpar su pecado.
ii. “El esclavo ordinario era, en cierta manera, un miembro de la familia, pero el sirviente contratado podía ser despedido en cualquier momento. No era miembro de la familia”. (Barclay)
iii. El hijo perdido demostró el arrepentimiento del que Jesús habló específicamente en las parábolas anteriores de la oveja y la moneda perdida. Después de su miseria, pensó de forma completamente diferente sobre su padre, él mismo, y su hogar. El hijo pidió dos cosas: Primero, “Padre, dame”; luego, “Padre, hazme”. Solamente la segunda petición trajo gozo.
3. (20-24) El padre recibe alegremente al hijo perdido.
Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
a. Y levantándose, vino a su padre: El pródigo primero pensó; pero no se detuvo ahí. No solo sintió pena y pensó en arrepentirse; él realmente lo hizo.
i. “Algunos de ustedes a quienes ahora me dirijo han estado pensando, y pensando, y pensando, hasta que temo que se piensen a la perdición. Que ustedes, por gracia divina, pasen de pensar a creer, si no sus pensamientos se convertirán en el gusano eterno de su tormento”. (Spurgeon)
ii. “No volvió con el ciudadano de ese país y le dijo: “¿Me darás un aumento de salario? Si no, debo irme”. Si lo hubiera hecho, se hubiera perdido; pero no le dio ningún aviso a su antiguo amo, se preocupo por sus escritos huyendo. Yo desearía que los pecadores aquí rompieran su alianza con la muerte, y violaran su pacto con el infierno, al huir por sus vidas hacia Jesús, quien recibe a tales fugitivos”. (Spurgeon)
b. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia: El amor del padre esperó y nunca olvidó. Fue un amor que recibió completamente, no poniendo al hijo en libertad condicional. Esto fue especialmente notable porque el hijo había deshonrado a la familia por su vida pródiga.
i. “La profundidad del arrepentimiento del hijo solo es igualada con la profundidad del amor del padre”. (Pate)
c. Y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó: La intensidad de la recepción del padre fue indicada por el hecho de que corrió (algo inusual para hombres adultos de esas culturas) y que le besó repetidamente(indicado por la gramática original, según Morris).
d. Padre, he pecado contra el cielo y contra ti: El hijo comenzó a recitar el discurso que había preparado; pero parecía que el padre ni siquiera lo escuchó. En cambio, ordenó que el pródigo sea tratado como un hijo, y no como un sirviente.
e. Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo: Ninguna de las cuatro cosas traídas al hijo pródigo eran necesidades; todas estaban destinadas a darle honor al hijo y hacerle saber que era amado. El padre hizo mucho más que simplemente satisfacer las necesidades del hijo.
f. Y comenzaron a regocijarse: Fue algo emocionante encontrar la oveja perdida y la moneda perdida. Pero fue de mayor gozo el encontrar al hijo perdido. Tuvieron una fiesta maravillosa con ropa especial, joyas y comida. No se trataba solo de encontrar al hijo perdido; era como si hubiera vuelto de la muerte.
4. (25-32) La amargura y el resentimiento del hijo mayor.
Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.
a. Su hijo mayor estaba en el campo: El hijo mayor nunca vivió una vida de pródigo, y estaba trabajando duro en el campo incluso en eso estaba cuando el hijo menor volvió. Atraído por el sonido de la fiesta (música y las danzas), él escuchó de un sirviente que el hermano menor había vuelto a casa.
b. Entonces se enojó, y no quería entrar: El hermano mayor no estaba feliz de que el menor fuera recibido con tanta alegría. Se quejó y sintió que era un insulto a su propia obediencia y fidelidad.
i. No habiéndote desobedecido jamás…y nunca me has dado: Estas exageraciones son comunes para aquellos que están en amargura. El hijo mayor finalmente mostró esta amargura a su padre, pero solo después de que le había hecho daño en su corazón por muchos años.
ii. El hermano mayor no apreciaba todo lo que ya tenía. “Todos los días tenía la compañía de su padre, y la bendita sociedad del hogar. El amor de su padre lo rodeaba constantemente, y todo lo que su padre tenía era suyo”. (Morrison) Sin embargo, “los orgullosos y los justos siempre sienten que no son tratados tan bien como se merecen”. (Morris)
iii. Había un sentido en el que el hijo mayor era obediente, pero lejos del corazón de su padre. En este sentido, era la ilustración perfecta de los líderes religiosos que estaban enojados porque Jesús recibió a los publicanos y pecadores. “Su historia revela la posibilidad de vivir en la casa del padre y fracasar en entender su corazón”. (Morgan)
c. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase… Hijo, tú siempre estás conmigo: El padre también amaba al hijo mayor, y sinceramente trato de hablar con él.
i. “El padre no lo llamó hijo. Lo llamó niño, así es como está escrito en el griego, y niño es una palabra del más tierno afecto”. (Morrison)
d. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos: Esto respondió a la queja de los líderes religiosos que empezó a principios del capítulo. Ellos no tenían ninguna razón para quejarse y todas las razones para ser felices.
i. En cada una de las parábolas, el mensaje para los publicanos y los pecadores era claro: arrepiéntanse, vuelvan a casa con su padre. El mensaje para los líderes religiosos también era claro: sean felices cuando los perdidos son encontrados, cuando se arrepienten y vuelven a casa con el padre.
ii. En un todo, podríamos decir que estas tres parábolas sugieren el trabajo de búsqueda del Hijo del Pastor, el Espíritu Santo (trabajando a través de la iglesia), y el Padre Celestial.
iii. “La verdad enseñada aquí es esta: que la misericordia extiende su mano a la miseria, que la gracia recibe a los hombres como pecadores, que trata con el demérito, la indignidad y la inutilidad; que aquellos que se creen justos no son el objeto de la compasión divina, si no los injustos, los culpables y los que no la merecen, son los sujetos apropiados para la infinita misericordia de Dios; en una palabra, que la salvación no es por mérito sino por gracia”. (Spurgeon)
©2020 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com