Lucas 23 – El juicio de Jesús, su muerte y su sepultura
A. Jesús ante Pilato y Herodes.
1. (1-7) El primer juicio ante Pilato.
Levantándose entonces toda la muchedumbre de ellos, llevaron a Jesús a Pilato. Y comenzaron a acusarle, diciendo: A éste hemos hallado que pervierte a la nación, y que prohíbe dar tributo a César, diciendo que él mismo es el Cristo, un rey. Entonces Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y respondiéndole él, dijo: Tú lo dices. Y Pilato dijo a los principales sacerdotes, y a la gente: Ningún delito hallo en este hombre. Pero ellos porfiaban, diciendo: Alborota al pueblo, enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea hasta aquí. Entonces Pilato, oyendo decir, Galilea, preguntó si el hombre era galileo. Y al saber que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió a Herodes, que en aquellos días también estaba en Jerusalén.
a. Llevaron a Jesús a Pilato: El gobierno romano no le daba autoridad a los líderes judíos para ejecutar a los criminales. Los líderes religiosos enviaron a Jesús a Poncio Pilato, el gobernador romano de la región de Judea.
i. Los líderes judíos tenían razones para esperar un resultado favorable cuando se presentaron ante Pilato. La historia secular muestra que él era un hombre cruel, despiadado, y totalmente insensible al sentido moral de los demás. Seguramente, pensaron, Pilato sentenciará a muerte a Jesús.
ii. Philo, el antiguo erudito judío de Alejandría, describió a Pilato: “Su corrupción, sus actos de insolencia, su rapiña, su hábito de insultar a la gente, su crueldad, sus continuos asesinatos de personas sin juicio y no condenadas, y su interminable y terrible inhumanidad”. (Barclay)
b. A éste hemos hallado que pervierte a la nación, y que prohíbe dar tributo a César, diciendo que él mismo es el Cristo, un rey: Al mismo tiempo, los líderes religiosos sabían que a Pilato no le interesaría la acusación de blasfemia ante el concilio religioso. Por lo tanto trajeron ante Pilato tres falsas acusaciones:
· Que Jesús era un revolucionario (pervierte a la nación).
· Que Jesús incitaba al pueblo a no pagar los impuestos (prohíbe dar tributo a César).
· Que Jesús clamaba ser un rey que se oponía a César (diciendo que él mismo es el Cristo, un rey).
c. Entonces Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Solo podemos imaginarnos que es lo que pensó Pilato cuando vio por primera vez a Jesús, cuando vio a este hombre golpeado y ensangrentado delante de él. Jesús no se veía especialmente majestuoso cuando se paró frente a Pilato, por lo que el gobernador romano probablemente fue sarcástico o irónico cuando preguntó: “¿Eres tú el Rey de los judíos?”
i. “Pilato evidentemente no estaba alarmado por el cargo presentado contra Jesús. ¿Por qué? Aparentemente, a primera vista, vio que era poco probable que el hombre que estaba delante de él, fuera un pretendiente de la realeza en cualquier manera en la que él necesitaba preocuparse … El [tú] en posición enfática en versículo [Mateo 27:]11 sugiere esto: “¡Tú el Rey de los judíos!” (Bruce)
d. Tú lo dices: Jesús no dio ninguna defensa majestuosa ni realizó ningún milagro instantáneo para salvar su propia vida. En cambio, Jesús le dio a Pilato la misma respuesta simple que le había dado al sumo sacerdote (Mateo 26:64).
e. Ningún delito hallo en este hombre: Este fue el veredicto de Pilato. Aunque Pilato era un hombre cruel y despiadado, no era estúpido. Él fue capaz de ver a través de los motivos de los líderes religiosos y no tuvo ningún problema en estimar a Jesús y a la situación en general con la declaración: “Ningún delito hallo en este hombre.”
f. Pero ellos porfiaban: Como resultado, los líderes religiosos se volvieron más agresivos, y enfatizaron su acusación de que Jesús era un líder de la insurrección (Alborota al pueblo). Este era un crimen que preocuparía a cualquier gobernador romano.
g. Y al saber que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió a Herodes: Pilato permaneció perplejo e indispuesto a respaldar su veredicto de que Jesús no era culpable. Así que envió a Jesús a Herodes, porque Jesús era de Galilea, el área donde Herodes gobernaba.
i. “La ciudad de Nazaret, en la cual Cristo había continuado hasta los treinta años, y la de Capernaum, en la que residió principalmente los últimos años de su vida, estaban ambas en la parte inferior de Galilea, de la cual Herodes Antipas era tetrarca. Pilato probablemente se alegró de tener esta oportunidad para rendirle un poco de respeto a Herodes, a quien es probable que haya irritado, y con quien ahora deseaba congraciarse”. (Clarke)
ii. “La palabra ‘remitir’ [le remitió] (anepempsen) era una palabra técnica para enviar a un prisionero de una autoridad a otra (ver Hechos 25:21)”. (Pate)
2. (8-12) El juicio frente a Herodes Antipas, hijo de Herodes el grande.
Herodes, viendo a Jesús, se alegró mucho, porque hacía tiempo que deseaba verle; porque había oído muchas cosas acerca de él, y esperaba verle hacer alguna señal. Y le hacía muchas preguntas, pero él nada le respondió. Y estaban los principales sacerdotes y los escribas acusándole con gran vehemencia. Entonces Herodes con sus soldados le menospreció y escarneció, vistiéndole de una ropa espléndida; y volvió a enviarle a Pilato. Y se hicieron amigos Pilato y Herodes aquel día; porque antes estaban enemistados entre sí.
a. Herodes, viendo a Jesús, se alegró mucho, porque hacía tiempo que deseaba verle: Herodes seguramente había escuchado mucho acerca de Jesús, pero su único interés era el deseo de ser sorprendido y entretenido. Este hijo de Herodes el Grande nunca tomó a Jesús seriamente.
i. “Algunos de los viejos escritores se deleitan en comentar que, así como hubo cuatro evangelistas para honrar a nuestro Señor, también hubo cuatro jueces para avergonzarlo. Anás y Caifás, Pilato y Herodes”. (Spurgeon)
b. Y esperaba verle hacer alguna señal: Herodes le prestó atención a Jesús e incluso se alegró mucho de verlo. Él quería escuchar de Jesús (en los propios términos de Herodes) y quería ver a Jesús hacer alguna señal. A pesar de todo esto, el interés de Herodes en Jesús no fue sincero y fue para su condenación, no para su alabanza.
i. En un momento Herodes Antipas había expresado cierto interés religioso. Él escuchó la palabra de Dios por Juan el Bautista (Marcos 6:20) pero deseando continuar en su pecado y endurecido contra Dios y su Palabra, Herodes quedó muerto a la conciencia.
ii. En este punto, Herodes solo quería escuchar de Jesús lo que él quería escuchar (Y le hacía muchas preguntas). Él quería que Jesús demostrara quien era, demandando un milagro. Muchos hoy también demandan un milagro de Jesús como evidencia y puede ser cierto que Jesús piense de ellos lo mismo que pensó de Herodes.
iii. “A Herodes no le quedaba ningún sentimiento hacia Jesús, sino el anhelo de algo nuevo, el deseo de ser impresionado, el deseo de ser sorprendido… Ahí se sienta el príncipe astuto, preguntándose cuál será la señal; considerando incluso las demostraciones del poder divino como simples trucos de hombres o ilusiones de un mago”. (Spurgeon)
c. Y le hacía muchas preguntas, pero él nada le respondió: Herodes gobernó sobre Galilea, donde Jesús pasó la mayor parte de su ministerio. Él tuvo innumerables oportunidades para escuchar a Jesús una y otra vez: Jesús no habló en reuniones secretas en lugares escondidos. Todo esto llevó a Jesús a entender la verdad sobre Herodes: él no era un buscador sincero.
i. Herodes pensó: “¡Escuchemos una respuesta del Gran Maestro! ¡Veamos un milagro hecho por el Hombre Milagro!” Jesús pudo haber pensado en repuesta: “No tengo nada para ti, el asesino de mi primo Juan el Bautista”. “El que respondió a los mendigos ciegos cuando clamaron por misericordia, se mantiene en silencio frente a un príncipe que solo busca saciar su propia curiosidad irreverente”. (Spurgeon)
ii. Jesús entendió que Herodes era un hombre malvado y superficial y, por lo tanto, no tenía nada que decirle. El mismo hombre que asesinó a Juan el Bautista ahora consideraba a Jesús como un hacedor de milagros para su propio entretenimiento. Incluso cuando otros estaban acusándole con gran vehemencia, Jesús no tenía nada que decirle a Herodes.
d. Entonces Herodes con sus soldados le menospreció y escarneció: El menosprecio y la burla mostraba lo que Herodes realmente pensaba de Jesús. Cuando Jesús se rehusó a entretenerlo, Herodes se entretuvo a sí mismo burlándose de Jesús.
i. “La burla dejó en claro que Herodes no tomó la acusación en serio. Eso es lo realmente aterrador del incidente. Con el Hijo de Dios delante de él, Herodes solo podía bromear”. (Morris)
e. Y se hicieron amigos Pilato y Herodes aquel día: De forma significativa, Herodes y Pilato se hicieron amigos ese día. Ellos no tenían nada en común excepto su oposición a Jesús.
i. “Realmente espero que si hay algunos aquí que sean cristianos sinceros, si han tenido alguna mala voluntad unos con otros, consideren que es una lástima que Herodes y Pilato puedan ser amigos, y que dos seguidores de Jesús no puedan ser amigos a la vista del Maestro sufriente”. (Spurgeon)
ii. Hasta este punto, Lucas 23 muestra tres grupos diferentes que odiaron y rechazaron a Jesús.
· Debido a su miedo y envidia, los líderes religiosos odiaron a Jesús.
· Pilato sabía algo de quién era Jesús, pero no estaba dispuesto a tomar una posición impopular a su favor.
· Herodes ni siquiera tomó en serio a Jesús; solo estaba interesado en entretenimiento y diversión.
3. (13-17) El segundo juicio ante Pilato.
Entonces Pilato, convocando a los principales sacerdotes, a los gobernantes, y al pueblo, les dijo: Me habéis presentado a éste como un hombre que perturba al pueblo; pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le acusáis. Y ni aun Herodes, porque os remití a él; y he aquí, nada digno de muerte ha hecho este hombre. Le soltaré, pues, después de castigarle. Y tenía necesidad de soltarles uno en cada fiesta.
a. Pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno… y he aquí, nada digno de muerte ha hecho este hombre: Pilato declaró clara y elocuentemente a Jesús inocente de cualquier crimen. Este fue el resultado de su cuidadosa investigación tanto de Jesús como de la evidencia presentada contra Él.
b. Le soltaré, pues, después de castigarle: Pilato no sugirió un castigo ligero para Jesús. La costumbre romana de castigar era un azote brutal con látigos. Los golpes venían desde un látigo con muchos pedazos de cuero, cada uno teniendo pedazos afilados de hueso o de metal en las puntas. Reducía la espalda a rojo vivo, y no era extraño que un criminal muriera como consecuencia de los azotes, incluso antes de la crucifixión.
i. Esto no fue justo. Un hombre inocente no merece ni siquiera un castigo leve, mucho menos uno tan pesado como el sugerido por las palabras: “Le soltaré, pues, después de castigarle”.
c. Y tenía necesidad de soltarles uno en cada fiesta: Pilato pensó que tenía la manera de que Jesús escapara de la muerte. Él planeaba liberarlo de acuerdo a la tradición de liberar a un prisionero cada temporada de Pascua.
i. Pilato tal vez pensó: “Si este hombre clama ser rey y es solo un poco hostil a Roma, entonces la multitud lo amará. Estos líderes judíos no quieren que Jesús salga libre, pero la multitud simpatizará con Él”.
4. (18-25) La multitud hace su elección.
Mas toda la multitud dio voces a una, diciendo: ¡Fuera con éste, y suéltanos a Barrabás! Este había sido echado en la cárcel por sedición en la ciudad, y por un homicidio. Les habló otra vez Pilato, queriendo soltar a Jesús; pero ellos volvieron a dar voces, diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale! Él les dijo por tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho éste? Ningún delito digno de muerte he hallado en él; le castigaré, pues, y le soltaré. Mas ellos instaban a grandes voces, pidiendo que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los principales sacerdotes prevalecieron. Entonces Pilato sentenció que se hiciese lo que ellos pedían; y les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, a quien habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.
a. ¡Fuera con éste, y suéltanos a Barrabás!: La multitud, la cual Pilato estaba convencido que liberaría a Jesús, lo condenó. Debido a esto, Pilato no tuvo el coraje para oponérsele tanto a los líderes religiosos como a la multitud.
b. Pero ellos volvieron a dar voces, diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale!: Esta era una escena extraña y casi demencial: un cruel y despiadado gobernador romano tratando de salvar la vida de un maestro judío hacedor de milagros en contra de los intensos esfuerzos de los líderes judíos y de la multitud.
i. “Sus fuertes gritos dan la impresión de que un motín estaba a punto de estallar. Debe haber sido obvio para Pilato que la situación se estaba volviendo cada vez más fea”. (Morris)
ii. Podemos imaginarnos que muchos en esta multitud, tan solo unos cuantos días antes, habían gritado “Hosanna” a Jesús. Aun así es probable que la mayoría de los que gritaron: “¡Crucifícale!” eran residentes locales de Jerusalén, no peregrinos de Galilea o de otros lugares quienes habían recibido a Jesús en el día que entró en Jerusalén.
c. Y les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, a quien habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos: La multitud rechazó a Jesús y aceptó a Barrabás, cuyo nombre significa hijo del padre, y quien era un terrorista y un asesino.
i. Si alguien puede decir: “Jesús murió por mí”, fue Barrabás. Él sabía lo que era que Jesús muriera en su lugar, el inocente por el culpable.
d. Y entregó a Jesús a la voluntad de ellos: Esta es la manera en la que Pilato percibió sus acciones, y en parte era cierto. En el sentido más grande, Jesús fue entregado a la voluntad de su Padre y el propósito eterno de Dios, predestinado desde antes de la creación del mundo, sería ciertamente cumplido.
B. Jesús muere y es sepultado.
1. (26) Simón carga la cruz de Jesús.
Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús.
a. Y llevándole: Incluso antes de que Jesús fuera azotado, su condición física era débil. Es razonable asumir que Jesús se encontraba en buena condición física hasta la noche de su arresto.
i. “Los rigores del ministerio de Jesús (esto es, viajar a pie por Palestina) hubieran evitado cualquier enfermedad física grave o una constitución débil en general”. (Dr. William Edwards en el artículo “Sobre la muerte física de Jesucristo” del Diario de la asociación de medicina americana, 3/21/86)
ii. Sin embargo, durante las 12 horas entre las 9 p.m. el jueves y las 9 a.m. el viernes, Jesús sufrió muchas cosas, tanto físicamente como de estrés de alto nivel que lo afectaron físicamente.
· Jesús sufrió un gran estrés emocional en Getsemaní, como se indicó cuando su sudor se convirtió en gotas de sangre (Lucas 22:44). “Aunque este es un fenómeno muy raro, sudar sangre (hematidrosis o hemohidrosis) puede ocurrir en estados altamente emocionales o en personas con trastornos hemorrágicos. Como resultado de una hemorragia en las glándulas sudoríparas, la piel se vuelve frágil y sensible”. (Edwards)
· Jesús sufrió el estrés emocional de ser abandonado por sus discípulos.
· Jesús sufrió una severa golpiza en la casa del sumo sacerdote.
· Jesús sufrió una noche sin dormir.
· Jesús sufrió al ser forzado a caminar más de dos millas y media.
· Todos estos factores hicieron que Jesús estuviera especialmente vulnerable a los efectos del castigo romano.
iii. Antes de que Jesús tomara la cruz, Él fue azotado, flagelado, tal y como Pilato lo había prometido (Le soltaré, pues, después de castigarle, Lucas 23:16). “El ser flagelado era un acto legal que se hacía antes de cada ejecución romana, y solo las mujeres y los senadores o soldados romanos (con la excepción de los casos de deserción) estaban exentos”. (Edwards)
iv. El objetivo de la flagelación era de debilitar a la víctima hasta el estado justo antes de colapsar y morir. “Conforme los soldados romanos golpeaban repetidamente la espalda de la víctima con toda su fuerza, las bolas de acero causarían contusiones profundas, y las puntas de cuero y los huesos afilados cortarían la piel y los tejidos subcutáneos. Luego, mientras continuaba la flagelación, las laceraciones desgarrarían los músculos esqueléticos subyacentes y producirían cintas temblorosas de carne sangrante. El dolor y la pérdida de sangre generalmente prepararían el escenario para un shock circulatorio. La cantidad de sangre que se perdía podía determinar cuánto tiempo la víctima sobreviviría en la cruz”. (Edwards)
v. “La flagelación severa, con su intenso dolor y la pérdida apreciable de sangre, probablemente dejó a Jesús en un estado previo al shock. Además, la hematidrosis había dejado su piel particularmente sensible. El abuso físico y mental hecho por los judíos y los romanos, junto con la falta de comida, agua y sueño, también contribuyeron a su estado generalmente debilitado. Por lo tanto, incluso antes de la crucifixión, la condición física de Jesús estaba en estado grave y posiblemente crítica”. (Edwards)
b. Y llevándole: Antes de que Jesús fuera llevado, su ropa le fue quitada. Esto fue doloroso y abrió heridas que apenas acababan de comenzar a sanar.
i. “Cuando los soldados arrancaron la túnica de la espalda de Jesús, probablemente reabrieron las heridas flageladoras”. (Edwards)
c. Y llevándole: Mientras Jesús fue llevado a la crucifixión, fue, como todas las víctimas de la crucifixión, forzado a cargar la madera con la que sería crucificado.
i. El peso total de la cruz era típicamente de 300 libras (136 kg). La víctima solo cargaba la viga horizontal de la cruz, que pesaba entre 75 y 125 libras (34 y 56 kg). Cuando la víctima cargaba esta parte de la cruz, normalmente era desnudado y sus manos eran amarradas a la cruz.
ii. Las vigas verticales de una cruz generalmente estaban ubicadas de forma permanente en un lugar visible fuera de las murallas de la ciudad, junto al camino principal. Es posible que en muchas ocasiones, Jesús pasó junto a la misma viga vertical sobre la que Él sería crucificado.
d. Tomaron a cierto Simón de Cirene: La condición debilitada de Jesús requería esto. El hombre se llamaba Simón, y era de Cirene en África del norte (ahora Libia).
i. Sin duda, Simón estaba visitando Jerusalén como un peregrino de Pascua desde su tierra natal (a unas 800 millas o 1300 kilómetros de distancia). Él sabía poco o nada acerca de este Jesús y no deseaba asociarse con este Hombre quien había sido condenado a morir como criminal.
ii. Aun así, los romanos eran la ley, y Simón no tuvo otra opción, lo tomaron, y le pusieron encima la cruz para que la llevase. Tal vez lo escogieron porque era obviamente un extranjero y el más conspicuo en la multitud.
iii. Maravillosamente, tenemos razones para creer que Simón llegó a entender lo que realmente significa tomar la cruz y seguir a Jesús. Hay evidencia que sugiere que sus hijos se convirtieron en líderes entre los primeros cristianos (Marcos 15:21 y Romanos 16:13).
2. (27-31) Jesús habla a las Hijas de Jerusalén.
Y le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían lamentación por él. Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos. Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron. Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos. Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?
a. Y le seguía gran multitud del pueblo: Era costumbre que una gran multitud siguiera a un criminal condenado en su camino a la crucifixión. Estaba diseñado a ser un evento público.
i. De acuerdo a las costumbres de la crucifixión, un guardia romano iba al frente con un letrero que indicaba el nombre y el crimen de la persona, gritando el nombre y el crimen del hombre por todo el camino hasta la crucifixión. Normalmente no tomaban el camino más corto para que la mayor cantidad de personas pudieran ver cómo el Imperio Romano trataba a sus enemigos.
b. Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos: Con buena razón, ciertas mujeres lloraban y hacían lamentación cuando vieron a Jesús siendo tratado de esta manera. Jesús esencialmente les dijo: “No lloren por mí, lloren por los que me rechazan”.
i. “En cuanto a las palabras en sí mismas, son especialmente notables, ya que constituyen el último discurso conectado de nuestro salvador antes de su muerte. Todo lo que dijo después de esto fue fragmentario y principalmente de la naturaleza de la oración”. (Spurgeon)
ii. Bienaventuradas las estériles: “Normalmente, la costumbre judía hacía todo lo contrario, alababa a la maternidad y estigmatizaba a las estériles. Pero los días de la caída de Jerusalén serían tan severos que las mujeres preferirían no tener hijos, en lugar de hacerlos pasar por todo lo terrible que le esperaba a la ciudad”. (Pate)
c. Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará? La idea es “Si este es el destino del inocente (Jesús se refiere a sí mismo), ¿qué pasará con los culpables?”
i. Jesús habló esto en un sentido más inmediato, conociendo el destino que vendría sobre Jerusalén. “Con su ojo profético él ve más allá de los años y ve a Jerusalén acosada y capturada. Él habla como si oyera los terribles gritos que anunciaban la entrada de los romanos a la ciudad, y los asesinatos de jóvenes y ancianos, y mujeres y niños”. (Spurgeon)
ii. Jesús habló esto en un sentido más grande, conociendo el destino de todos aquellos que lo rechazan. “No necesitan llorar ni una décima parte porque Cristo murió sino porque sus pecados hicieron necesario que tuviera que morir. No necesitan llorar por la crucifixión, sino llorar por su transgresión, porque sus pecados fueron los que clavaron al Redentor en ese maldito árbol. El llorar por el salvador que muere es lamentar el remedio; es más sabio lamentar la enfermedad”. (Spurgeon)
3. (32-33) Jesús es crucificado.
Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos. Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
a. Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera: Había un lugar específico a las afueras de las murallas de la ciudad de Jerusalén pero aún cerca, donde las personas eran crucificadas. En este lugar llamado de la Calavera es dondeJesús murió por nuestros pecados, y nuestra salvación se cumplió. Calavera significa “el lugar de la calavera”, y era el lugar donde los criminales eran crucificados.
i. “Es una crítica reveladora que Fitzmeyer, un teólogo jesuita, observa en un comentario al lado del v. 32 que el registro del camino de Jesús a la cruz no menciona nada acerca de las catorce estaciones de la cruz, como las caídas de Jesús, el encuentro con su madre o con Verónica (‘imagen verdadera’). Tales tradiciones posteriores, aunque sin duda sentimentales en su atractivo, parecen no tener una base histórica”. (Pate)
b. Le crucificaron allí: En días en que el Nuevo Testamento se escribió por primera vez, la práctica de la crucifixión no necesitaba explicación. En las muchas generaciones desde entonces, la mayoría de las personas no aprecian lo que una persona experimentaba en el procedimiento de una ejecución por crucifixión.
i. “Aunque los romanos no inventaron la crucifixión, la perfeccionaron como una forma de tortura y pena capital diseñada para producir una muerte lenta con el máximo dolor y sufrimiento”. (Edwards)
ii. La combinación de flagelación y crucifixión hizo que la muerte en la cruz fuera especialmente brutal. La espalda de la víctima era abierta por las laceraciones, después la ropa ensangrentada era arrancada, abriendo una vez más las heridas durante el proceso antes de la crucifixión. La víctima era arrojada al suelo para sujetar con sus manos la cruz, y las heridas en la espalda eran nuevamente abiertas y contaminadas con tierra. Entonces, mientras la víctima colgaba de la cruz, cada respiración causaba que las dolorosas heridas en la espalda rasparan contra la madera áspera de la viga vertical.
iii. Cuando el clavo penetraba las muñecas, cortaba el nervio medio grande. Este nervio estimulado producía espasmos de dolor insoportables en ambos brazos, y a menudo causaba que las manos de la víctima tomaran una forma como de garras.
iv. Más allá del dolor extremo, el efecto principal de la crucifixión fue restringir la respiración normal. El peso del cuerpo, tirando hacia abajo de los brazos y los hombros, tendía a fijar los músculos respiratorios en un estado de inhalación y dificultaba la exhalación. La falta de respiración adecuada resultaba en calambres musculares severos, que dificultaba aún más la respiración. Para poder respirar bien, la víctima tenía que empujarse con los pies, y doblar los codos, jalando de los hombros. Poniendo el peso del cuerpo sobre los pies causaba un dolor severo, y al doblar los codos se retorcían las manos que colgaban de los clavos. Levantando el cuerpo para poder respirar también tallaba dolorosamente la espalda contra la madera. Cada esfuerzo para respirar adecuadamente era agonizante, agotador y resultaba en una muerte más rápida.
v. “No era raro que los insectos se posaran sobre o dentro de las heridas abiertas o en los ojos, oídos y nariz de la víctima indefensa, y las aves de rapiña rasgaran estos sitios. Incluso, era costumbre dejar el cadáver en la cruz para ser devorado por animales salvajes”. (Edwards)
vi. La muerte por crucifixión podía suceder por muchas razones: poderosos espasmos causados por la pérdida de sangre; estar demasiado exhausto para respirar; la deshidratación; un ataque al corazón producido por estrés o un fallo en el corazón que se convertía en una ruptura cardíaca. Si la víctima no moría lo suficientemente rápido, se les quebraba las piernas y la víctima pronto era incapaz de respirar debido a la postura de la persona crucificada.
vii. ¿Qué tan mala fue la crucifixión? Obtenemos la palabra agudísimo de la palabra romana “de la cruz”. “¡Considera cuán atroz debe ser el pecado ante los ojos de Dios, cuando requiere tal sacrificio!” (Clarke)
c. Le crucificaron allí: Lo más significativo sobre el sufrimiento de Jesús fue que no era, en ningún sentido, víctima de las circunstancias. Él estaba en control. Jesús dijo acerca de su vida en Juan 10:18, nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Es algo terrible el tener que ser forzado a soportar esa tortura, pero elegirla libremente por amor es extraordinario.
i. Este fue el acto más importante de esta vida tan importante, y esto se refleja incluso en las antiguas historias seculares. Las menciones existentes de Jesús en la literatura extra bíblica antigua resaltan su muerte en la cruz.
· Una carta escrita por Mara bar Serapion a su hijo (ca. 73 d. C.)
· Josefo, el historiador judío (ca. 90 d. C.)
· Tacitus, el historiador romano (ca. 110-120 d. C.)
· El Talmud de Babilonia (ca. 200 d. C.)
d. Y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda: En su muerte, Jesús fue identificado con pecadores: fue crucificado entre dos criminales.
4. (34-38) Jesús en la cruz.
Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes. Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios. Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre, y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo.Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.
a. Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen: El amor de Jesús nunca falla. En la cruz, Él oro incluso por sus asesinos, pidiéndole a Dios el Padre que les perdonara este pecado.
i. Jesús probablemente oró de esta manera por sus enemigos durante todo su ministerio. Esta oración fue escuchada y anotada porque no tenía un lugar privado en donde orar.
ii. Con esto Jesús cumplió con su propio mandamiento de amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen(Mateo 5:44).
b. Por qué no saben lo que hacen: Con esto, en su oración, Jesús reconoció la ceguera de sus enemigos. Esto no excusó la culpa de aquellos que pusieron a Jesús en la cruz; pero Jesús puso a sus enemigos en la mejor posición posible en su oración al Padre. Nosotros debemos de orar con el mismo corazón, siguiendo el mismo patrón.
i. “Si la ignorancia no excusa un crimen, por lo menos disminuye su atrocidad. Sin embargo, estas personas bien sabían que estaban crucificando a un hombre inocente; pero no sabían que, con este acto suyo, estaban trayendo sobre ellos mismos y sobre el país los más fuertes juicios de Dios. En la oración, Padre, perdónalos esa palabra de profecía fue cumplida: habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores, Isaías 53:12”. (Clarke)
c. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes: En la cruz, Jesús no mantuvo ninguna posición material. Incluso repartieronsu ropa a través de los dados. Esto muestra que Jesús bajó la escalera completa para lograr nuestra salvación. Él se despojó de absolutamente todo, incluso su ropa, haciéndose completamente pobre por nosotros, para que pudiéramos ser completamente ricos en Él.
i. 2 Corintios 8:9 lo dice de esta manera: Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.
d. Y aun los gobernantes se burlaban de él… Los soldados también le escarnecían: Jesús no fue honrado ni alentado mientras colgaba en la cruz. En su lugar, él fue escarnecido y humillado. Sus enemigos religioso decían: “A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios”. Sin embargo, fue precisamente porque no se salvó a sí mismo que puede salvar a otros. Puede ser dicho apropiadamente que el amor fue lo que mantuvo a Jesús en esa cruz, no los clavos.
e. Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS: En Juan 19:21 leemos que los líderes religiosos entre los judíos se opusieron a este título. Ellos sentían que era falso, porque no creían que Jesús era el Rey de los judíos. Ellos también creían que era degradante, porque mostraba el poder de Roma para humillar y torturar incluso a “el Rey de los judíos”. Sin embargo Pilato no lo cambiaría, y cuando se le pidió que cambiara la inscripción contestó: Lo que he escrito, he escrito(Juan 19:22).
i. “El cargo escrito (o titulus) normalmente se llevaba enfrente del criminal en su camino a la ejecución, o colgaba de su cuello, y después se fijaba en la cruz, para reforzar la razón del castigo”. (France)
ii. “Esta venerable elogio y epitafio, colocado sobre la cruz de nuestro Salvador, lo proclamó Rey sobre todas las religiones, haciendo referencia a los hebreos; sobre toda la sabiduría, a los griegos; sobre todo poder, a los latinos”. (Trapp)
5. (39-43) Un criminal en la cruz encuentra la salvación.
Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
a. Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba: Uno de los criminales crucificado al lado de Jesús participó en la burla y humillación. Él razonó que si Jesús era el Mesías, Él debía salvar a aquellos que estaban siendo crucificados con Él (sálvate a ti mismo y a nosotros).
b. Respondiendo el otro, le reprendió: Tanto Mateo (Mateo 27:44) como Marcos (Marcos 15:32) indican que ambos criminales se burlaron de Jesús. Aunque al principio los dos se burlaron de Jesús, en las horas que pasaron en la cruz, uno de los criminales llegó a ver las cosas de manera diferente y a confiar en Jesús.
· Este segundo criminal respetó a Dios (Ni aun temes tú a Dios).
· Él conocía sus propios pecados (justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo).
· Él conocía a Jesús (mas éste ningún mal hizo).
· Él llamó a Jesús (Y dijo a Jesús).
· Él creía que Jesús era quien Jesús dijo que era (Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino).
· Él creía la promesa de vida eterna de Jesús.
i. “Es digno de mención, que este hombre parece haber sido el primero en creer en la intercesión de Cristo”. (Clarke)
c. De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso: Jesús respondió a la confianza del segundo criminal, asegurándole que su vida después de la muerte estaríaconJesús, en el paraíso, y no en el tormento.
i. Aquí hay algo realmente extraordinario: una conversación al borde de la muerte, y podría decirse con justicia que es el único ejemplo en la Biblia de salvación de último minuto. Hay una sola conversión al borde de la muerte en la Biblia, para que nadie caiga en desesperación; pero solo una, para que nadie presuma.
ii. Significativamente, este ladrón que confió en Jesús en sus últimos momentos va al mismo paraíso que todos los demás. Esto puede parecer injusto, pero en la imagen completa da gloria a la gracia de Dios, no a los méritos humanos en la salvación. En el cielo, todos estaremos llenos de gozo y de recompensa; pero el grado de nuestra fidelidad ahora determina que tan grande será nuestro contenedor de gozo y recompensa en el cielo, aunque todos serán llenados al máximo que puedan contener.
iii. En el paraíso: “Paraíso (paradeisos), una palabra persa que significa jardín, parque, fue utilizada en la Septuaginta para el jardín del Edén (Génesis 2:8). Después se convirtió en un tipo de felicidad futura para el pueblo de Dios en Isaías 51:3… En el pasaje presente representa el estado de felicidad directamente después de la muerte que Jesús le prometió al criminal”. (Pate)
iv. Esta aseguración era muy importante para Jesús que le costó algo. Lastimó a Jesús el decir estas palabras. “Dado que el discurso sucede durante la exhalación, este corto, intercambio de palabras debe haber sido particularmente difícil y doloroso”. (Edwards)
v. Jesús le respondió al segundo criminal con mucho más de lo que este esperaba.
· El ladrón de la cruz tenía un tiempo distante en la mente; Jesús le dijo hoy.
· El ladrón de la cruz solo pidió ser recordado; Jesús le dijo estarás conmigo.
· El ladrón de la cruz buscaba solo por un reino; Jesús le prometió el paraíso.
6. (44-46) Jesús muere en la cruz.
Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y el sol se oscureció, y el velodel templo se rasgó por la mitad. Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.Y habiendo dicho esto, expiró.
a. Hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena: Las tinieblas sobre toda la tierra mostraron la agonía de la creación misma frente al sufrimiento del Creador. “Orígenes (Contra Celsus, ii, 33) y Eusebio (Chron.) citan palabras de Phlegon (un historiador romano) en las que menciona un eclipse solar extraordinario al igual que un terremoto alrededor del tiempo de la crucifixión”. (Geldenhuys)
i. Un historiador romano llamado Phlegon escribió: “En el cuarto año de las 202a Olimpiada, hubo un eclipse solar extraordinario: en la hora sexta, el día se oscureció tanto como la noche, de manera que las estrellas de los cielos pudieron verse; y hubo un terremoto”. (Citado en Clarke)
ii. La crucifixión tomó lugar durante la temporada de Pascua, y la pascua siempre se celebra en luna llena. Un eclipse solar natural es imposible durante la luna llena.
b. El velodel templo se rasgó por la mitad: Que el velo del templo se rasgara significaba por lo menos dos cosas. Primero, ahora el hombre tiene acceso libre al trono de la gracia por la cruz. Segundo, nadie debería pensar nunca más que Dios mora en templos hechos por la mano de hombres.
i. Mateo 27:51 escribe que el velo se rasgó en dos, de arriba abajo. Dios lo rasgó desde el cielo en vez de que el hombre lo rasgara desde la tierra.
c. Entonces Jesús, clamando a gran voz: Jesús clamando a gran voz, le habló a Dios el Padre en las líneas siguientes. Juan 19:30 nos dice que Él dijo: consumado es, que es una palabra en el griego (tetelestai – “pagado por completo”). Este era el grito de un triunfador, porque Jesús había pagado por completo la deuda de pecado que nosotros debíamos, y había cumplido el propósito eterno en la cruz.
i. En algún momento antes de morir, antes de que el velo se rasgara en dos, antes de que Él clamara consumado es, una increíble transacción espiritual ocurrió. El Padre cargó sobre Jesús toda la culpa e ira que nuestros pecados merecían, y Él la cargó sobre sí mismo de manera perfecta, satisfaciendo por completo la ira de Dios para nosotros.
ii. Tan horrible como fue el sufrimiento físico de Jesús, este sufrimiento espiritual, el acto de ser juzgado por nuestros pecados, fue lo que Jesús realmente temía de la cruz. Esta fue la copa, la copa de la ira justa de Dios, que Él tembló al beber (Lucas 22:39-46, Salmos 75:8, Isaías 51:17, Jeremías 25:15). En la cruz, Jesús se convirtió, por así decirlo, en un enemigo de Dios que fue juzgado y forzado a beber la copa de la ira del Padre. Él lo hizo para que nosotros no tuviéramos que beber esa copa.
iii. Isaías 53:3-5 lo presenta de manera poderosa: Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
iv. “¡Lector! una sola gota de esta copa irremediablemente llevaría vuestra alma a una ruina infinita; y estas agonías aniquilarían al universo. Él sufrió solo: por el pueblo ahí no había ninguno con Él; porque sus sufrimientos eran para hacer expiación por los pecados del mundo: y en la obra de la redención no tuvo ayuda”. (Clarke)
v. “El hecho de que Él pudiera alzar su voz, cuando normalmente una persona crucificada apenas podía respirar, indica que Jesús aún estaba en control de su destino”. (Pate)
d. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu: Su trabajo en la cruz completo, con oración Jesús entregó su espíritu vivo a Dios el Padre, mientras entregaba su cuerpo a la muerte en la cruz. Esto muestra que Jesús dio su vida cuando Él quiso y de la manera en que Él quiso. Nadie le quitó su vida; Él mismo la entregó cuando su trabajo había terminado. Jesús no es una víctima de la que debemos tener lástima, sino un conquistador que debemos admirar.
i. Guarda tu lástima para aquellos que rechazan el trabajo completo de Jesús en la cruz del calvario; para aquellos predicadores que no tienen el corazón de Pablo en 1 Corintios 1:23, cuando él proclamó el centro del mensaje cristiano: pero nosotros predicamos a Cristo crucificado.
ii. Encomiendo mi espíritu: “O, encomendaré mi espíritu– deposito mi alma en tus manos. Otra prueba de la inmaterialidad del alma, y de su existencia separada cuando el cuerpo ha muerto”. (Clarke)
e. Habiendo dicho esto, expiró: Una vez que el trabajo de la cruz fue cumplido, Jesús ya no sintió más la necesidad de seguir sufriendo. Él entregó su espíritu vivo a Dios el Padre y entregó su cuerpo a la muerte en la cruz y expiró.
i. “Las palabras de v. 46, ‘Jesús expiró (exhalo su vida), parecen ser un eco de Génesis 2:7. Hay se dice que Dios sopló el aliento de vida en Adán, y este llegó a ser un ser viviente. En uno Dios sopló el aliento de vida – Adam; el otro exhalo el aliento de vida – Jesús. El último pagó las consecuencias del pecado del primero para inaugurar una nueva creación”. (Pate)
7. (47-49) La reacción de los que estaban presente durante la muerte de Jesús.
Cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo. Y toda la multitud de los que estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían golpeándose el pecho. Pero todos sus conocidos, y las mujeresque le habían seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas.
a. Cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios: Al morir Jesús en la cruz, el centurión gentil inmediatamente le dio gloria a Dios y reconoció a Jesús por quién era (Verdaderamente este hombre era justo).
i. Seguramente, este centurión había visto a muchas personas crucificadas antes. Sin embargo, había algo extraordinario acerca de Jesús que le hizo decir algo acerca de Él que no podía decir de nadie más.
ii. Esta es una imagen de todos aquellos que vienen a Jesús a través de la cruz, cumpliendo la promesa de Jesús:y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo (Juan 12:32).
b. Y toda la multitud de los que estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían golpeándose el pecho: Otros se fueron a casa entristecidos; eran demasiado cercanos a Jesús para ver qué tan maravillosa era su muerte, y olvidaron Su promesa que Él se levantaría de nuevo.
8. (50-56) Jesús es sepultado en la tumba de José de Arimatea.
Había un varón llamado José, de Arimatea, ciudad de Judea, el cual era miembro del concilio, varón bueno y justo. Este, que también esperaba el reino de Dios, y no había consentido en el acuerdo ni en los hechos de ellos, fue a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús. Y quitándolo, lo envolvió en una sábana, y lo puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual aún no se había puesto a nadie. Era día de la preparación, y estaba para comenzar el día de reposo. Y las mujeres que habían venido con él desde Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y cómo fue puesto su cuerpo. Y vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el día de reposo,conforme al mandamiento.
a. Fue a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús: Según la costumbre, los cuerpos de los criminales crucificados eran dejados en las cruces para que se pudrieran o fueran comidos por animales salvajes. Pero los judíos no deseaban que se mostrara tal horror durante la temporada de Pascua, y se sabía que los romanos entregaban los cadáveres a amigos o familiares para el entierro apropiado.
i. José no sirvió a Jesús de muchas maneras, pero sí lo sirvió de manera que nadie más pudo o lo hizo. No era posible para Pedro, Santiago, Juan o incluso para las muchas mujeres que habían servido a Jesús proveer una tumba, pero José podía hacerlo y lo hizo. Nosotros debemos servir a Dios de cualquier manera que podamos.
b. Era día de la preparación, y estaba para comenzar el día de reposo: Ellos no pudieron preparar adecuadamente el cuerpo de Jesús para el entierro debido a la llegada del día de reposo. Así que en preparaciones apresuradas, el cuerpo de Jesús fue colocado en un sepulcro prestado.
i. “En las horas de crisis, normalmente son los Pedros quienes han jurado lealtad a Jesús con grandes gestos y llenos de confianza en sí mismos, quienes decepcionan, y son los seguidores secretos y callados del Maestro (como José, Nicodemo y las mujeres) que no dudan en servirlo en amor, sin importar el costo”. (Geldenhuys)
c. Y lo puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual aún no se había puesto a nadie: Los sepulcros como este eran muy caros. Fue un sacrificio bastante grande para José de Arimatea el darle su sepulcro a Jesús, pero Jesús solo lo usaría por unos cuantos días.
©2020 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com