Malaquías 4




Malaquías 4 – El Sol de justicia

A. La resolución final.

1. (1) Resolución de los impíos.

Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.

a. Viene el día: Desanimados por la aparente prosperidad de los impíos y la futilidad de servir a Jehová, el pueblo de Dios necesitaba que se le recordara que viene el día. Dios todavía tiene la eternidad para corregir todos los males y recompensar todo lo bueno.

b. Ardiente como un horno: Dios prometió un fuego para su pueblo (Malaquías 2:2-3) y aquí Él prometió un fuego para los impíos. Pero hay una gran diferencia entre el fuego refinador aplicado al pueblo de Dios y el fuego abrasador contra los impíos.

c. Todos los que hacen maldad serán estopa: Los impíos no podrán resistir el juicio de Dios. La estopa es la parte inutilizable del grano y dura solo unos momentos si se arroja al fuego.

d. No les dejará ni raíz ni rama: En ese día venidero, los impíos no tendrán esperanza de volver a la vida. Mientras quede una raíz hay esperanza, pero la esperanza se ha ido para estos porque el juicio de la eternidad es final.

2. (2-3) Resolución de los justos.

Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos.

a. Mas a vosotros los que teméis mi nombre: En el versículo anterior Dios prometió un juicio de fuego para los soberbios, pero Dios también dijo que los que teméis mi nombre serán salvos.

b. Nacerá el Sol de justicia: Desde el tiempo de los primeros cristianos como Justino Mártir hasta hoy, los cristianos han considerado al Sol de justicia como una referencia a Jesús.

i. En muchos pasajes se relaciona a Dios con un planeta o una estrella (Salmo 84:11, Isaías 60:19, Apocalipsis 22:16, Números 24:17). Aquí, el Mesías no es sólo un Sol, sino también el Sol de justicia que trae salvación.

ii. “Pasó bajo una nube en su pasión, y volvió a emerger en su resurrección. Desde el cielo, él lanza diariamente sus rayos de justicia y derrama todas las bendiciones espirituales en los privilegios celestiales”. (Trapp)

c. En sus alas traerá salvación: Las alas del Sol son los destellos o rayos de sol que envía. Traen sanidad, alegría y plenitud. Cuando el Sol de justicia brilla, no necesitamos otra luz o calor. ¡Imagina intentar encender una vela en un día soleado para ayudar al sol! Eso tiene tanto sentido como tratar de “mejorar” la obra de Jesús por nosotros con nuestra propia justicia.

d. Hollaréis a los malos: Cuando el pueblo de Dios vea la resolución final de todas las cosas, estarán tan felices que saltarán como becerros de la manada alimentados en el establo y liberados del corral. Mientras saltan de alegría, los malos son pisoteados bajo de sus pies.

i. “Entiende la ilustración. El ternero en el pesebre está encerrado, atado con un cabestro por la noche, pero cuando sale el sol el ternero sale al pasto; el toro joven es puesto en libertad. Así el hijo de Dios puede estar en servidumbre. El recuerdo de los pecados pasados y la incredulidad presente pueden detenerlo y mantenerlo en el establo, pero cuando el Señor se revela, él es liberado”. (Spurgeon)

ii. Podemos ver una progresión gloriosa en aquellos que miran al Sol de justicia naciente y reciben la salvación que vienen en sus alas.

·Saldréis – serán libres y disfrutarán de su libertad.

·Saltaréis – creciendo fuertes y prósperos en el Señor.

·Hollaréis a los malos – disfrutando de la victoria de Jehová en sus vidas.

B. Las palabras finales del Antiguo Testamento.

1. (4) Recuerden la Ley de Moisés.

Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.

a. Acordaos de la ley de Moisés: En estas últimas palabras proféticas del Antiguo Testamento, Malaquías advierte a Israel que se acuerde de la ley, porque la voz profética de Dios estaría en silencio por unos 400 años. Nunca debemos desesperarnos cuando Dios parece estar en silencio, porque lo que Él ya ha dicho es lo suficientemente rico si solo recordamos.

b. Ordenanzas y leyes: Las últimas palabras del Antiguo Testamento son un llamado a la Ley, porque bajo el Antiguo Pacto el hombre se relacionaba con Dios sobre la base de la Ley. Gracias a Dios por el Nuevo Pacto Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo (Juan 1:17).

2. (5-6) Elías vendrá.

He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.

a. Yo os envío el profeta Elías: En esta promesa única, Dios aseguró a su pueblo que Él enviaría a Elías a Israel nuevamente antes del día de Jehová, grande y terrible.

i. Esto se cumplió en Juan el Bautista en sentido figurado (Mateo 11:14, Marcos 9:11-13, Lucas 1:17). Sin embargo, debido a que este Elías viene antes que venga el día de Jehová, grande y terrible, sabemos que la profecía de Elías solo se cumple completamente antes de la Segunda Venida de Jesús. Juan 17:11-12 y Apocalipsis 11:3-12 hablan de este cumplimiento futuro, cuando Dios enviará a Elías de regreso a la tierra en esta misión especial o enviará a alguien con el poder único en el espíritu y el oficio de Elías.

ii. En previsión de esto, los hogares judíos preparan un lugar en la mesa para Elías en la Pascua, en caso de que venga esa noche para anunciar la noticia de que el Mesías ha venido. La silla vacía y la copa que se llena pero nunca es bebida es un testimonio de su anticipación de la venida de Elías.

b. El profeta Elías: La promesa se refiere a Elías porque él ministró en un tiempo de crisis en Israel, cuando la nación estaba lejos de Dios, y un tiempo que precedió inmediatamente a un juicio terrible.

i. Es significativo que en estas palabras finales del Antiguo Testamento, Dios hace referencia tanto a Moisés como a Elías. Ambos se encontraron con Dios en el Monte Sinaí (Éxodo 3:1; 1 Reyes 19:8-18). Ambos también se encontraron con Jesús en el Monte de la Transfiguración (Mateo 17:1-5). Probablemente son los dos testigos de Apocalipsis 11.

d. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos: Esta promesa habla de más que la reconciliación de las familias. Que Dios vuelva el corazón de los hijos hacia los padres, también tiene en mente volverse al Dios de sus padres, a la fe de los patriarcas.

e. No sea que yo venga y hiera la tierra con maldición: El Antiguo Testamento termina con la amenaza de una maldición, pero también con la expectativa de un nuevo amanecer del Sol de Justicia.

i. Este final del Libro de Malaquías molestaba a los antiguos judíos. “Los masoretas, que nos han dado la mayoría de las copias del Antiguo Testamento hebreo que tenemos… estaban tan molestos por esto que repetían el penúltimo versículo de Malaquías después del último versículo. De manera similar, la Septuaginta invierte los dos últimos versículos para que el Antiguo Testamento termine, no con una maldición, sino con una bendición”. (Boice)

ii. El final del Nuevo Testamento reconoce la salida del Sol de Justicia: La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén! (Apocalipsis 22:21).

©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

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