Mateo 23




Mateo 23 – Ay de los escribas y fariseos

A. Jesús reprende a los escribas y fariseos.

1. (1-4) Atan cargas pesadas sobre otros.

Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen. Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.

a. Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos: Jesús habló a estos grupos, pero habló acerca de los escribas y fariseos. Claro, estos oponentes endurecidos de Jesús escucharon; pero en un sentido Jesús había terminado de hablar con ellos. En cambio, quiso advertir a la gente y a sus seguidores acerca de ellos.

i. “El verdadero objetivo de todo el discurso es la multitud y los discípulos que necesitan liberarse del legalismo farisaico”. (France)

ii. “Tal vez un año antes Jesús había empezado a denunciar a los fariseos (Mateo 15:7). Posteriormente advirtió a sus discípulos de la enseñanza de los fariseos y saduceos (Mateo 16:5-12). Ahora sus advertencias y denuncias son públicas”. (Carson)

iii. Según William Barclay, el Talmud describe siete tipos diferentes de fariseos; seis de los siete son malos.

· El fariseo del hombro, que llevaba todas sus buenas obras y justicias en el hombro para que todos las vieran.

· El fariseo “espera un poco”, que siempre tenía la intención de hacer buenas obras, pero siempre podía encontrar una razón para hacerlas después, no ahora.

· El fariseo sangrando y magullado, que era tan santo que desviaba la cabeza de cualquier mujer vista en público, y por lo tanto constantemente chocaba con cosas y tropezaba, causándose heridas.

· El fariseo jorobado, que era tan humilde que caminaba inclinado y apenas levantando los pies, para que todos pudieran ver lo humilde que era.

· El fariseo contador, que siempre contaba sus buenas obras y creía que pondría a Dios en deuda por todo el bien que había hecho.

· El fariseo temeroso, que hacía el bien porque estaba aterrado de que Dios lo fuera a golpear con juicio si no lo hacía.

· El fariseo temeroso de Dios, que realmente amaba a Dios y hacía buenas obras para agradar al Dios que amaba.

b. Todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo: Jesús dijo que los escribas y fariseos merecían respeto; no por su conducta, sino porque en la cátedra de Moisés se sientan. Debían ser respetados porque tenían un oficio de autoridad ordenado por Dios.

i. “No permitas que la ley de Dios pierda su autoridad contigo debido a estos hombres malvados”. (Poole)

ii. Cátedra de Moisés: “Las sinagogas tenían un asiento de piedra al frente donde se sentaba el maestro en autoridad”. (Carson) “Los judíos hablaban de la silla del maestro como nosotros hablamos de la silla del profesor”. (Bruce)

c. Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres: Los escribas y fariseos eran malos ejemplos porque esperaban más de los demás que de ellos mismos. Ellos ataban cargas pesadas en otros, y sin embargo ellos ni con un dedo quieren moverlas.

d. Cargas pesadas: La carga de los líderes religiosos contrasta pronunciadamente con la carga de Jesús. Su carga es ligera, y su yugo es fácil, (Mateo 11:30). Estos líderes religiosos traían cargas; Jesús tomaba las cargas.

i. La primera acusación contra estos líderes religiosos podría aplicar a muchos líderes religiosos hoy. Muchos enseñan como si la esencia del cristianismo fuera un conjunto de reglas, como cargas pesadas, a seguir.

ii. La iglesia antigua rechazó este legalismo cuando insistió en que la obediencia a la Ley Mosaica no es el fundamento para la vida cristiana. Pedro les dijo a los legalistas en Hechos 15:10: ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?

2. (5-10) Ellos hacen sus obras para que sean vistas, y viven para recibir la alabanza de hombres.

Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí. Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.

a. Hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres: Los líderes religiosos eran culpables de anunciar sus obras justas. Actuaban por el espíritu religioso contra el cual Jesús habló en el Sermón del Monte (Mateo 6:1-6).

b. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos: Tanto las filacterias (pequeñas cajas de cuero con pequeños pergaminos con escrituras en ellos, amarrados al brazo y a la cabeza con correas de cuero) como los flecos de sus mantos se usaban en el intento de cumplir con la Ley Mosaica (Deuteronomio 11:18, Números 15:38-40).

i. “Estas eran llamadas filacterias, de [la antigua palabra griega], para guardar, cosas donde se guardaba la ley”. (Poole)

ii. Era natural para estos líderes religiosos creer que filacterias más amplias y flecos más largos en sus mantos mostraban que eran más espirituales. La idea de llevar las filacterias y los flecos de sus mantos especiales era obediencia a lo que Dios ordenó a Israel bajo el pacto dado en el Monte Sinaí. El uso de esas cosas para promover una imagen de súper espiritualidad fue culpa del pecado humano, no del mandamiento en sí.

c. Aman los primeros asientos… y las salutaciones en las plazas: No contentos con solo mostrar su supuesta espiritualidad, los líderes religiosos amaban cuando las personas admiraban su supuesta espiritualidad. Codiciaban los lugares de honor en los banquetes y en la sinagoga, y amaban los títulos honorarios tales como Rabí y padre.

i. “Por lo tanto hay un énfasis que se debe poner en la palabra aman; podrían recibir las salutaciones, y los lugares superiores, si se les ofrecían como su cuota, para mantener el orden civil, pero no afectarlos”. (Poole)

d. Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos: Jesús advirtió a la gente que no deberían imitar a los escribas y fariseos en este punto. Sus seguidores siempre deben recordar que “todos vosotros sois hermanos” y que uno no debe ser exaltado sobre otros por títulos que se exigen o reciben.

i. “Una exhortación que la iglesia de hoy podría tomar provechosamente más seriamente, no solo en relación con títulos eclesiásticos formales (‘Monseñor’, ‘mi Señor Obispo’, etc.), sino más significativamente en su excesiva deferencia a los títulos académicos o a las posiciones de autoridad en las iglesias”. (France)

e. No queráis que os llamen Rabí… no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra… Ni seáis llamados maestros: Jesús advirtió a sus oyentes y a nosotros en contra de darle honor inapropiado a nadie. Uno puede tener un padre o maestros en un sentido humano normal, pero no debe considerarlos en un sentido que les otorgue honor o autoridad espiritual excesiva.

i. “En la Iglesia de Cristo, todos los títulos y honores que exaltan al hombre y dan ocasión al orgullo están aquí prohibidos”. (Spurgeon)

ii. Del resto de las Escrituras, podemos ver que Jesús no dijo esto con la intención de hacerlo una prohibición absoluta, sino más bien habló al corazón que ama, colecciona y estima tales títulos. Sabemos esto porque, bajo la inspiración divina del Espíritu Santo, hombres consagrados hablaron de sí mismos con algunos de estos títulos.

· Jesús fue llamado Rabí: Mateo 26:25 y 26:49; Juan 1:38 y 3:26.

· Pablo se llamó a sí mismo padre: 1 de Corintios 4:15, Filipenses 2:22.

· Pablo llamó a otros cristianos sus hijos: Gálatas 4:19.

· Pablo se llamó a sí mismo maestro: 1 Timoteo 2:7, 2 Timoteo 1:11.

iii. “Lo que él prohíbe es: 1. Una afectación de tales títulos, e ir de busca de ellos. 2. Rom tituli, el ejercicio de una maestría absoluta, o un poder paternal absoluto”. (Poole)

iv. Sin embargo, esta orden es a menudo ignorada y violada hoy en día en la manera en que las personas dan y reciben títulos tales como profeta, apóstol, monseñor, etc. También es vista en la etiqueta esperada para cerrar una carta al Papa: “Postrado a los pies de su santidad e implorando el favor de su bendición apostólica, tengo el honor de ser, muy santo padre, con la veneración más profunda de su santidad, su más humilde y obediente servidor e hijo/hija”.

v. “Debemos decir que el Cristo resucitado está tan disgustado con aquellos en su iglesia que demandan sumisión incondicional a ellos mismos y sus opiniones y confunden una reputación de piedad ostentosa con sumisión piadosa a sus enseñanzas como lo estuvo con cualquier fariseo”. (Carson)

3. (11-12) La manera de Jesús: servicio y humildad.

El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

a. El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo: Normalmente, las personas estiman la grandeza por cuántas personas los sirven y los honran. Jesús les recordó a sus seguidores que en su reino debería ser diferente, y que debemos estimar la grandeza por cómo servimos y honramos a otros.

i. “En una palabra, como todos sus sucesores en espíritu hasta el día de hoy, ellos eran duros con otros, pero muy indulgentes consigo mismos”. (Clarke)

ii. Como Jesús era realmente el mayor entre ellos, se refirió a sí mismo como un siervo. Es lamentable que muchos de los seguidores de Jesús imitan la filosofía de liderazgo y el estilo de los escribas y fariseos más que el estilo de Jesús.

b. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido: Esta promesa es absolutamente cierta, pero a veces solo es conocida en la medida de la eternidad.

B. Los ocho ayes a los líderes religiosos.

Estos ayes contrastan con las ocho bienaventuranzas de Mateo 5:3-11. Jesús habló con dureza aquí, sin embargo, este no era el lenguaje de irritación personal, sino de advertencia divina y condenación. “Tales series de ‘ayes’ son familiares de los profetas del Antiguo Testamento (por ejemplo, Isaías 5:8-23; Habacuc 2:6-19), donde el tono es de condena, y ese es el énfasis aquí también”. (France)

1. (13) Ay de aquellos que cierran el reino de los cielos.

Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.

a. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Literalmente, la palabra “hipócritas” hace referencia a un actor, alguien que interpreta un papel. Jesús expuso la corrupción cubierta por la imagen espiritual de los escribas y fariseos.

b. Porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres: Los líderes religiosos alejaban a las personas del reino de los cielos al hacer las tradiciones humanas y las reglas religiosas humanas más importantes que la Palabra de Dios. Esto se veía claramente en la forma en que se oponían y rechazaban a Jesús; si hubieran abierto el reino de los cielos a los hombres, hubieran dado la bienvenida y recibido a Jesús como el Mesías e Hijo de Dios.

i. “Fue escrito de antaño, que los labios de los sacerdotes debían preservar el conocimiento: Dios les había encomendado la llave del conocimiento a los ministros y guías de su iglesia, no para que la confiscaran, sino porque de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos, Malaquías 2:7”. (Poole)

c. Pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando: Es malo que alguien no entre al reino de los cielos, pero es mucho peor evitar que otra persona entre (Mateo 18:6).

i. “En tiempos antiguos los rabinos cargaban una llave, la cual era el símbolo o emblema del conocimiento”. (Clarke)

2. (14) Los líderes religiosos roban de los vulnerables.

En muchas traducciones de la Biblia este versículo no está incluido o está en el margen. D.A. Carson escribe: “El versículo 14 debe ser tomado como una interpolación… esto se deja claro, no solo por su ausencia del mejor y más antiguo MSS de Mateo, sino por el hecho de que el MSS que sí lo incluye se divide sobre dónde ponerlo, antes o después del versículo 13”. Incluso si no pertenece a Mateo 23, ciertamente está presente en los pasajes de Marcos 12 y Lucas 20.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación.

a. Devoráis las casas de las viudas: Usando procedimientos inteligentes y deshonestos, los escribas y fariseos robaban de las casas de las viudas, con cuidado de ocultarlo en nombre de buen negocio o administración.

b. Como pretexto hacéis largas oraciones: Sus largas oraciones espiritualmente falsas eran usadas para construir una imagen espiritual, a menudo para lograr grandes donaciones.

i. “Él no respeta la aritmética de nuestras oraciones, cuántas son; ni la retórica de nuestras oraciones, cuán elocuentes son; ni la música de nuestras oraciones, la dulzura de nuestra voz, ni la lógica de nuestras oraciones, ni su método, sino que la divinidad de nuestras oraciones es lo que él estima en gran manera”. (Trapp)

c. Por esto recibiréis mayor condenación: La grandeza de su pecado requería una mayor condenación que la que otros soportarán. Bajo este concepto podemos decir que nadie la pasará bien el infierno, pero podemos confiar en que algunos la pasarán peor que otros.

i. “Estas palabras prueban que hay grados de castigo, así como hay gradaciones en gloria. Todos los impíos serán juzgados y condenados por el Juez Justo, pero ‘la mayor condenación’ será reservada para los hipócritas”. (Spurgeon)

3. (15) Los líderes religiosos guiaron a sus convertidos por el camino equivocado.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.

a. Recorréis mar y tierra para hacer un prosélito: Su celo por el evangelismo no probaba que estaban bien con Dios. Estos líderes religiosos hacían grandes esfuerzos para ganar a otros, pero traían a la gente a la oscuridad, no a la luz.

i. Pablo tuvo la misma idea en Romanos 10:2 donde hizo la observación de que algunos del pueblo judío de su tiempo tenían celo de Dios, pero no conforme a ciencia.

ii. “La palabra prosélito es una transcripción inglesa de una palabra griega proselutos, que significa alguien que se ha acercado o aproximado. El prosélito era el converso completo que había aceptado la ley ceremonial y la circuncisión y que se había convertido en el máximo sentido en judío”. (Barclay)

iii. “Un grupo considerable de eruditos argumenta convincentemente que el primer siglo d.C. hasta la caída de Jerusalén marca el período más notable del celo misionero judío y el éxito correspondiente”. (Carson)

b. Una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros: A través de su gran energía podían ganar a algunos, pero con ningún bien duradero para aquellos que habían sido ganados.

i. “Su negocio no era convertir a los hombres del pecado a Dios, sino meramente convertirlos a una opinión”. (Poole)

ii. En este aspecto, los líderes religiosos eran similares a los Mormones y a los Testigos de Jehová en la actualidad. Eran mensajeros valientes y enérgicos, pero con un mensaje falso.

iii. “Jesús no criticó el hecho del extenso esfuerzo misionero de los fariseos, sino sus resultados… ellos ‘sobrepasaron a los fariseos en su ‘fariseísmo’”. (Carson)

4. (16-22) Los líderes religiosos hacían juramentos falsos y engañosos.

 ¡Ay de vosotros, guías ciegos! que decís: Si alguno jura por el templo, no es nada; pero si alguno jura por el oro del templo, es deudor. ¡Insensatos y ciegos! porque ¿cuál es mayor, el oro, o el templo que santifica al oro? También decís: Si alguno jura por el altar, no es nada; pero si alguno jura por la ofrenda que está sobre él, es deudor. ¡Necios y ciegos! porque ¿cuál es mayor, la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda? Pues el que jura por el altar, jura por él, y por todo lo que está sobre él; y el que jura por el templo, jura por él, y por el que lo habita; y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios, y por aquel que está sentado en él.

a. Si alguno jura por el templo, no es nada: Por obediencia a la Palabra de Dios se negaban a jurar por el nombre de Dios (como se ordena en Éxodo 20:7). Sin embargo, construyeron un sistema elaborado de juramentos, algunos de los cuales que eran vinculantes y otros no. Era una forma de hacer una promesa mientras que a nuestras espaldas mantenemos los dedos cruzados.

i. “Para el judío un juramento era totalmente obligatorio, siempre y cuando fuera un juramento obligatorio. En términos generales, un juramento obligatorio era un juramento que definitivamente y sin equivocación empleaba el nombre de Dios; tal juramento debería cumplirse, sin importar el costo. Cualquier otro juramento podría romperse legítimamente”. (Barclay)

b. ¿Cuál es mayor, la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda? Aquí Jesús enfatizó que el altar en sí es mayor que el sacrificio que se realiza sobre él. El altar es el lugar establecido de encuentro entre Dios y el hombre, y nuestro altar es Jesús mismo y su obra en la cruz.

i. Al nunca haber sido separado de Dios el Padre por el pecado, Jesús mismo no necesitaba un altar. Él tenía una relación libre y gloriosa con su Padre. Era la libertad de Adán antes de la caída, o incluso mayor, porque Jesús tenía una historia de relación con su Padre que Adán no conocía.

ii. Es digno pensar en la grandeza del altar del Antiguo Testamento:

· El propósito del altar es significativo: santificaba lo que era puesto sobre él, y sostenía y cargaba el sacrificio hasta que era consumido.

· La localización del altar es significativa: muestra que nosotros venimos a Jesús y a su obra redentora primero.

· La forma del altar es significativa: es cuadrado y perfectamente proporcionado, estable e inquebrantable.

· Los cuernos del altar son significativos: muestran el poder de Dios inherente en Jesús.

· La posición del altar es significativa: no está elevado, pero es lo suficientemente bajo como para que todos se puedan acercar; no tiene ningún escalón que revele la carne humana.

· La apariencia del altar es significativa: está manchado con la sangre del sacrificio.

· El material del altar es significativo: es latón, forjado en el fuego y capaz de soportar el juicio de las llamas.

c. El que jura por el templo, jura por él, y por el que lo habita: Jesús les recordó que cada juramento es vinculante y Dios pedirá cuentas al que hizo el juramento, incluso si se excusan.

5. (23-24) Los líderes religiosos están obsesionados con trivialidades, ignorando lo más importante.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello!

a. Diezmáis la menta y el eneldo y el comino: Su diezmo era meticuloso y digno de notar; pero hipócrita porque servía para calmar la culpa de su descuido de lo más importante de la ley. Es posible y común distraerse con asuntos relativamente triviales mientras un mundo perdido perece.

i. “Los asuntos ‘más importantes’ no se refieren a los ‘más complicados’ o ‘difíciles’ sino a los ‘más fundamentales’, ‘los más decisivos’”. (Carson)

ii. Jesús dio una descripción rápida de lo más importante de la ley con las palabras, justicia, misericordia y fe. “Esta frase recuerda el resumen de la verdadera religión (en contraste con el sacrificio extravagante) en Miqueas 6:8”. (France)

b. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello!: Jesús ilustró su locura con una imagen humorística de un hombre tan comprometido con una dieta kosher que no se tragaría un mosquito porque no había sido desangrado adecuadamente de acuerdo con las normas kosher. Pero el mismo hombre se tragaría un camello entero.

i. “Esta es una imagen humorística que debió haber provocado risa, de un hombre colando cuidadosamente su vino a través de una gaza para evitar tragarse un insecto microscópico y sin embargo tragándose alegremente un camello. Es la imagen de un hombre que ha perdido completamente su sentido de la proporción”. (Barclay)

6. (25-26) Los líderes religiosos son impuros por dentro y por fuera.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.

a. Limpiáis lo de fuera del vaso: Los escribas y fariseos estaban satisfechos con una limpieza superficial y con la apariencia de justicia.

b. Por dentro estáis llenos de robo y de injusticia: Mientras se preocupaban grandemente por su apariencia externa de justicia, no les preocupaba un interior lleno de pecado y corrupción.

c. Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio: Jesús no los llamó a escoger entre justicia externa y justicia interna. Los llamó a preocuparse por ambas, pero primero ocuparse de lo interno. La verdadera justicia externa empieza en el interior.

7. (27-28) Los líderes religiosos tienen apariencia de bien, pero sin vida espiritual en su hombre interior.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.

a. Sois semejantes a sepulcros blanqueados: Era costumbre de los judíos de aquel tiempo blanquear las tumbas en la ciudad de Jerusalén antes de la Pascua para que nadie las tocara accidentalmente, haciéndose por lo tanto impuros ceremonialmente. Jesús dijo que estos líderes religiosos eran como estos sepulcros blanqueados: bellos por fuera, pero muertos por dentro.

i. Así Pablo llamó al Sumo Sacerdote pared blanqueada en Hechos 23:3.

b. Por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres: Los hombres podían verlos como justos, pero Dios no. Dios nunca es engañado por lo que mostramos en el exterior. Él ve los que somos en realidad, no lo que aparentamos ser para otros hombres.

8. (29-36) Los líderes religiosos honran a los profetas muertos, pero asesinan a los profetas vivos.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. ¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres! ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno? Por tanto, he aquí yo os envío profetas y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad; para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar. De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación.

a. Edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos: Ellos profesaron venerar a los profetas muertos, pero rechazaban a los profetas vivos. Al hacerlo, mostraron que realmente eran hijos de los que asesinaron a los profetas en los días de antaño (sois hijos de aquellos que mataron a los profetas).

i. Nosotros expresamos la misma idea cuando pensamos: “Yo no hubiera negado a Jesús como lo hicieron los otros discípulos”.

b. ¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres!: Jesús profetizó sobre cómo estos líderes completarían el rechazo que sus padres iniciaron al perseguir a sus discípulos, a quienes él les enviaría.

i. “Ninguna cantidad de argumento puede privad a estas palabras de su terrible importancia. Se paran sobre la página para siempre hablándonos de ‘la ira del Cordero’”. (Morgan)

ii. “Esta es una de las oraciones más terribles que jamás ha caído de los labios de Cristo. Es como su mensaje a Judas: ‘lo que vayas a hacer, hazlo pronto’… Este pecado supremo llenaría la medida de la culpa de sus padres y traería sobre ellos el justo juicio de Dios”. (Spurgeon)

c. ¡Serpientes, generación de víboras!: Esta frase lleva la idea de “familia del diablo”. Estos líderes religiosos se enorgullecían inmerecidamente de su herencia, pensando que eran hijos espirituales de Abraham. Pero, eran más como hijos del diablo, no de Abraham.

i. Jesús habló tan fuerte sobre estos líderes religiosos por dos razones. Primero, no quería que otros fueran engañados por ellos. Segundo, Él amaba a estos hombres. Estos hombres eran los más alejados de Dios y necesitaban ser advertidos del juicio venidero. Lo que Jesús realmente quería era su arrepentimiento, no su juicio.

d. Desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías: Jesús aquí hablo de todos los mártires justos del Antiguo Testamento. Abel fue claramente el primero, y en la forma en que fue acomodada la Biblia hebrea, Zacarías fue el último. 2 Crónicas es el último libro de la Biblia hebrea, y la historia de Zacarías se encuentra en 2 Crónicas 24.

i. La sangre de Abel clamó (Génesis 4:10), y Zacarías pidió que su sangre fuera recordada (2 Crónicas 24:22).

ii. Hay un problema con la descripción de Zacarías como el hijo de Berequías, pues el texto de 2 Crónicas lo describe como el hijo de Joiada (2 Crónicas 24:20). Clarke resume las mejores soluciones a este problema. Primero, que los nombres dobles eran frecuentes entre los judíos (1 Samuel 9:1 y 1 Crónicas 8:33; Mateo 9:9 y Marcos 2:14, y otros ejemplos también). Segundo, que los nombres Joiada y Berequías tienen mucho el mismo significado: la alabanza o bendición de Jehová.

iii. “Casi se puede sentir la fuerza fulminante de su fuerte y poderosa indignación: indignación dirigida, no contra la gente, sino contra sus falsas guías. Y, sin embargo, detrás de todo está su corazón, y los ‘ayes’ se funden en un lamento de agonía, el llanto de una madre por su hijo perdido”. (Morgan)

9. (37-39) Lamento de Jesús sobre Jerusalén.

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! He aquí vuestra casa os es dejada desierta. Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.

a. Jerusalén, Jerusalén: Lucas 19:41 nos dice que Jesús lloró cuando vio a la ciudad de Jerusalén, pensó en su juicio venidero, y dijo estas palabras. Jesús quería protegerlos del terrible juicio que eventualmente seguiría su rechazo de Él.

i. Está escrito que Jesús lloró dos veces: aquí, por el dolor de saber lo que le sucedería a los que lo rechazan, y también en la tumba de Lázaro, llorando ante el poder y dolor de la muerte.

ii. Este llanto sincero es otra manera de ver que Jesús no odiaba a estos hombres a quienes reprendía tan fuertemente. Su corazón estaba quebrado por ellos. Cuando pecamos, Dios no nos odia; Él genuinamente se lamenta por nosotros, sabiendo que en todos los sentidos nuestro pecado y rebelión solo destruyen nuestra vida. Deberíamos desear compartir el dolor de Dios por la humanidad perdida.

b. Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas: Jesús quería proteger, nutrir y amar a su pueblo los judíos, incluso como una gallina protege a sus polluelos.

i. “La imagen de una gallina (en griego es simplemente ‘ave’) protegiendo a sus pequeños es usada en el Antiguo Testamento para la protección de Dios hacia su pueblo (Salmos 17:8; 91:4; Isaías 31:5; etc.)”. (France)

ii. Esta imagen de una gallina y sus polluelos nos dice algo sobre lo que Jesús quería hacer por estos que lo rechazaban.

· Quería hacerlos seguros.

· Quería hacerlos felices.

· Quería hacerlos parte de una comunidad bendecida.

· Quería promover su crecimiento.

· Quería que conocieran su amor.

· Esto solo podría suceder si vinieran a Él cuando los llamó.

iii. “El anhelo de Jesús solo puede pertenecer al Salvador de Israel, no a uno de sus profetas”. (Carson)

iv. Las palabras cuántas veces quise son una indicación sutil de que Mateo sabía que Jesús había visitado Jerusalén muchas veces antes (como se relata claramente en el Evangelio de Juan), aunque solo menciona esta última visita. “Jesús no pudo haber dicho lo que dice aquí a menos que haya realizado visitas repetidas a Jerusalén y haya emitido llamamientos repetidos a la gente”. (Barclay)

c. Y no quisiste: El problema no era la disposición de Jesús para rescatarlos y protegerlos; el problema era que ellos no quisieron. Por lo tanto, la destrucción predicha vendría sobre ellos.

i. “¡Qué imagen de pena y amor decepcionado debió haber presentado la cara del Rey cuando, con lágrimas fluyendo, pronunció estas palabras!” (Spurgeon)

ii. “Nosotros mantenemos tenazmente que la salvación es totalmente por gracia, pero también creemos con igual firmeza que la ruina del hombre es completamente resultado de su propio pecado. Es la voluntad de Dios la que salva; es la voluntad del hombre la que condena”. (Spurgeon)

iii. En un maravilloso sermón sobre este texto (Yo lo haría; pero no quisiste), Spurgeon describió al tipo de voluntad que viene a Jesús.

· Es una voluntad verdadera.

· Es una voluntad práctica, que actúa.

· Es una voluntad inmediata.

· Es una voluntad establecida.

d. No me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor:Jesús aquí reveló algo de las condiciones que rodean su segunda venida. Cuando Jesús regrese otra vez, el pueblo judío lo recibirá como su Mesías diciendo: Bendito el que viene en el nombre del Señor.

i. “Hasta que la plenitud de los gentiles sea traída, cuando la palabra de vida te sea enviada nuevamente; entonces te regocijarás, bendecirás y alabarás al que viene en el nombre del Señor, con la salvación completa y final para las ovejas perdidas de la casa de Israel”. (Clarke)

ii. Pasará mucho tiempo y muchas cosas antes de que Israel llegue a ese punto, pero Dios lo hará. Se ha prometido que Israel recibirá a Jesús de regreso, incluso como lo dijo el apóstol Pablo en Romanos 11:26: y luego todo Israel será salvo.

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