Números 24

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Números 24 – Las profecías de Balaam (continuación)

A. La tercera profecía: Una palabra profética a través de Balaam.

1. (23:27-24:2) Preparación para la profecía.

Y dijo Balac a Balaam: Te ruego que vengas, te llevaré a otro lugar; por ventura parecerá bien a Dios que desde allí me lo maldigas. Y Balac llevó a Balaam a la cumbre de Peor, que mira hacia el desierto. Entonces Balaam dijo a Balac: Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete carneros. Y Balac hizo como Balaam le dijo; y ofreció un becerro y un carnero en cada altar. Cuando vio Balaam que parecía bien a Jehová que él bendijese a Israel, no fue, como la primera y segunda vez, en busca de agüero, sino que puso su rostro hacia el desierto; y alzando sus ojos, vio a Israel alojado por sus tribus; y el Espíritu de Dios vino sobre él.

a. Te llevaré a otro lugar; por ventura parecerá bien a Dios que desde allí me lo maldigas: Incluso después de dos intentos infructuosos de hacer que Balaam maldijera a Israel, Balac seguía dispuesto a intentarlo de nuevo. Esto muestra tanto su desesperación como su pensamiento de que solo era cuestión de persuadir a una deidad reacia para conseguir lo que quería. Balac pensó que tal vez otro lugar le daría los resultados que deseaba.

i. A la cumbre de Peor: «El lugar también se conoce como Baal Peor, donde se adoraba a la deidad semítica del noroeste, Baal, probablemente como resultado de alguna teofanía de Baal en la antigüedad (Números 25:3; Deuteronomio 4:3; Salmo 106:28; Oseas 9:10)». (Cole)

b. Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete carneros: Por sugerencia de Balaam, Balac ofreció siete becerros y siete carneros. En este momento ya había sufragado el gasto de ofrecer 21 toros y 21 carneros, más la paga de Balaam. Esta tercera vez, eligieron otro lugar para volver a hacer la profecía.

c. Cuando vio Balaam que parecía bien a Jehová que él bendijese a Israel: Si Balac aún no había aprendido que Dios estaba a favor de Israel y no en su contra, Balaam parece haberse convencido, en este momento, de esta verdad.

d. No fue, como la primera y segunda vez, en busca de agüero: Como finalmente se convenció de que Dios quería bendecir a Israel y no maldecirlo, Balaam no utilizó la hechicería en la siguiente profecía. Tal vez, esto signifique que en las dos primeras profecías Balaam siguió las costumbres tradicionales de discernir la voluntad de los dioses examinando las entrañas de los animales sacrificados. En esta ocasión dejó los métodos falsos y artificiales de los paganos y se limitó a escuchar la voz de Jehová.

i. Puede ser que, aunque Balaam usó estos métodos paganos para los dos primeros oráculos, Dios en su gran misericordia y voluntad de encontrarse con la humanidad pecadora y supersticiosa, habló su palabra a través de Balaam. Este era Dios hablando a pesar de tales métodos, no a causa de ellos.

ii. La tercera y las siguientes profecías vendrían de un hombre que tenía una verdadera revelación de Dios. «Así como Saúl tuvo su experiencia en el camino a Damasco, Balaam tuvo su experiencia en el camino a Moab». (Allen)

2. (3-9) La tercera profecía de Balaam: Israel bendecido con belleza y fuerza.

Entonces tomó su parábola, y dijo: Dijo Balaam hijo de Beor, y dijo el varón de ojos abiertos; Dijo el que oyó los dichos de Dios, el que vio la visión del Omnipotente; caído, pero abierto los ojos: ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, tus habitaciones, oh Israel! Como arroyos están extendidas, como huertos junto al río, como áloes plantados por Jehová, como cedros junto a las aguas. De sus manos destilarán aguas, y su descendencia será en muchas aguas; Enaltecerá su rey más que Agag, y su reino será engrandecido. Dios los sacó de Egipto; tiene fuerzas como de búfalo. Devorará a las naciones enemigas, desmenuzará sus huesos, y las traspasará con sus saetas. Se encorvará para echarse como león, y como leona; ¿quién lo despertará? Benditos los que te bendijeren, y malditos los que te maldijeren.

a. Dijo el que oyó los dichos de Dios: Esta profecía era diferente. Balaam no recibió esta palabra en circunstancias de supersticiones paganas. Balaam habló como el varón de ojos abiertos y que ve la visión del Omnipotente.

i. El varón de ojos abiertos: «Al principio los ojos de Balaam estaban tan cerrados que no pudo ver al ángel que lo resistía, hasta que Dios abrió sus ojos; ni pudo ver las bondadosas intenciones de Dios hacia Israel, hasta que los ojos de su entendimiento fueron abiertos por el poder del Espíritu Divino». (Clarke)

ii. «Muchos eruditos al interpretar las palabras de Balaam indican que entró en algún tipo de trance o estado éxtasis cuando el Espíritu de Dios vino sobre él, como con Saúl en 1 Samuel 10:6-13, pero la naturaleza precisa de esta actividad sigue sin estar clara». (Cole)

b. ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob!: Esta hermosa profecía habla de la bendita abundancia de Israel, su fuerza y su dominio sobre las naciones vecinas que Dios le daría. Bajo la bendición de Dios, Israel tiene abundancia de agua, la cual se extiende por toda la tierra y trae fecundidad (su descendencia será en muchas aguas). Bajo la bendición de Dios, Israel tiene fuerzas como de búfalo y la superioridad de un león.

i. «Balaam compara los futuros asentamientos de Israel en Canaán con árboles fuertes que crecen junto a corrientes de agua que dan vida, como valles que se extienden a lo lejos». (Wenham)

ii. Su descendencia será en muchas aguas: «Mediante una metáfora elegante y casta, todo esto se aplica a una numerosa procreación para la posteridad». (Clarke)

c. Enaltecerá su rey más que Agag: O bien Agag era un nombre común entre los reyes amalecitas, o bien se trataba de una profecía predictiva de algo que sucedería cientos de años más tarde (1 Samuel 15:32-33).

i. «Los judíos y otros intérpretes piensan que, probablemente, Agag era el nombre común de los reyes amalecitas, como Abimelec lo era de los filisteos, Faraón de los egipcios, y César de los romanos». (Poole)

d. Benditos los que te bendijeren, y malditos los que te maldijeren: Sobre todo, esta profecía habla de la bendición permanente de Dios sobre Israel, y reprende directamente a Balac por intentar maldecir a Israel (malditos los que te maldijeren). Se trata de un eco deliberado de la bendición que Dios concedió a Abraham y a sus descendientes del pacto en Génesis 12:1-3.

3. (10-13) La exasperación de Balac con Balaam.

Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo sus manos le dijo: Para maldecir a mis enemigos te he llamado, y he aquí los has bendecido ya tres veces. Ahora huye a tu lugar; yo dije que te honraría, mas he aquí que Jehová te ha privado de honra. Y Balaam le respondió: ¿No lo declaré yo también a tus mensajeros que me enviste, diciendo: Si Balac me diese su casa llena de plata y oro, yo no podré traspasar el dicho de Jehová para hacer cosa buena ni mala de mi arbitrio, mas lo que hable Jehová, eso diré yo?

a. Para maldecir a mis enemigos te he llamado y he aquí los has bendecido ya tres veces: Durante el período de las tres primeras profecías, las cosas habían empeorado para Balac.

·En la primera profecía, Balaam no pudo maldecir a Israel.

·En la segunda profecía, Balaam bendijo a Israel.

·En la tercera profecía, Balaam maldijo a Balac y bendijo a Israel otra vez.

b. Yo dije que te honraría, mas he aquí que Jehová te ha privado de honra: El dinero empleado en contratar a Balaam, en construir 21 altares y en sacrificar 21 toros y 21 carneros no fue bien gastado. Sabiendo esto, Balac dijo que no le pagaría a Balaam. En cierto sentido era cierto que Jehová había privado de honra a Balaam. Lo que el corazón corrupto de Balaam más deseaba (mucha paga por ser profeta) no lo recibiría, y eso fue obra del Señor.

c. Lo que hable Jehová, eso diré yo: Balaam hizo todo lo posible por excusarse y culpar a Dios. Pero él sabía que no recibiría la recompensa que esperaba, porque había fallado en complacer a su empleador.

i. Tal vez en ese momento Balaam se percató de la sabiduría de Dios al decirle que no fuera, porque ahora parecía que todo el viaje había sido un esfuerzo en vano.

B. Las últimas cuatro profecías: Palabras proféticas a través de Balaam.

1. (14) Introducción.

He aquí, yo me voy ahora a mi pueblo; por tanto, ven, te indicaré lo que este pueblo ha de hacer a tu pueblo en los postreros días.

a. He aquí, yo me voy ahora a mi pueblo: Parecía que Balaam estaba acabado. Había fracasado en maldecir a Israel y ahora Balac le negaba su recompensa. Balaam estaba listo para regresar a casa cuando Dios lo obligó a darle a Balac más de lo que él quería o había pedido. Balaam guardó lo mejor o, desde la perspectiva de Balac, lo peor, para el final.

b. Ven, te indicaré: No hubo preparación necesaria para esta profecía. Ya que Balac no le iba a pagar a Balaam, Balaam respondería con una profecía gratis, una que mostraría cuán bendecido y victorioso (lo que este pueblo ha de hacer a tu pueblo) Israel sería tanto ahora como en los postreros días.

i. «Se dice explícitamente que los discursos finales de Balaam se refieren a un futuro lejano: “en los postreros días” (14). Aunque esta frase puede significar simplemente en el futuro (p.ej. Jeremías 23:20), también puede significar los últimos días, cualquiera que sea el período que constituya el horizonte temporal del profeta en particular». (Wenham)

2. (15-19) La cuarta profecía de Balaam: Una estrella y un cetro fuera de Israel.

Y tomó su parábola, y dijo: Dijo Balaam hijo de Beor, dijo el varón de ojos abiertos; Dijo el que oyó los dichos de Jehová, y el que sabe la ciencia del Altísimo, el que vio la visión del Omnipotente; Caído, pero abiertos los ojos: Lo veré, mas no ahora; Lo miraré, mas no de cerca; Saldrá Estrella de Jacob, y se levantará cetro de Israel, y herirá las cienes de Moab, y destruirá a todos los hijos de Set. Será tomada Edom, será también tomada Seir por sus enemigos, e Israel se portará varonilmente. De Jacob saldrá el denominador, y destruirá lo que quedare de la ciudad.

a. Dijo el que oyó los dichos de Jehová: Esta repetición del 24:3-4 enfatiza que en esta cuarta profecía, como en la tercera, Balaam habló sin conexión con supersticiones paganas. Balaam habló como el varón de ojos abiertos y que vio la visión del Omnipotente.

i. Las últimas cuatro profecías de Balaam son maldiciones, el tipo de profecías que Balac quería que Balaam pronunciara contra Israel. En cambio, son pronunciadas contra los enemigos de Israel.

b. Saldrá Estrella de Jacob, y se levantará cetro de Israel: Hablando de nuevo por la inspiración del Espíritu Santo, este extraño e improbable profeta de Yahveh describió a Uno glorioso (como una Estrella) y con la autoridad para gobernar (representado por un cetro).

i. Anteriormente Balaam profetizó de la belleza, la fuerza y la bendición de Israel; ahora Dios lo usa para hablar de la culminación de toda la belleza, la fuerza y la bendición de Israel: el Mesías, Jesucristo. La máxima bendición de Israel viene de Jesús, su Mesías.

ii. Los primeros escritores judíos entendieron esto como una alusión al Mesías. «Los rollos del mar Muerto (siglo I a.C.) toman la estrella y el cetro como una referencia a Aarón e Israel como mesías; es decir, el mesías sacerdotal y el real, respectivamente. Rabí Akiba, alabando al líder de la segunda revuelta judía (132-135 d.C.) como mesías, lo llamó Bar-Kojba, es decir, Hijo de la estrella». (Wenham)

iii. Los primeros escritores cristianos entendieron esto como una referencia al Mesías. Justino Mártir (Primera Apología, capítulo 32) y Atanasio el Grande (Sobre la encarnación del Verbo, sección 33) ambos vieron esta Estrella como una referencia a Jesucristo.

iv. Martín Lutero tuvo dificultades para ver esto como una profecía mesiánica, porque Balaam era un profeta muy indigno de un mensaje tan glorioso. Sin embargo, «la verdad de la Escritura nunca podría depender de la valía del escritor o de la piedad personal del orador. De lo contrario, tendríamos gradaciones en la inspiración y matices en la fiabilidad. Digo esto con reverencia pero con fuerza: las palabras de Balaam, el pagano mántico, cuando habló bajo el control del Espíritu Santo de Dios, fueron tan seguras como las palabras del Salvador Jesús en una edición de letras rojas del Nuevo Testamento». (Allen)

v. «Un ciego puede llevar una antorcha en la mano por la cual otros pueden recibir beneficio, aunque él mismo no reciba ninguno. Así aquí». (Trapp)

vi. «El Nuevo Testamento no cita explícitamente las profecías de Balaam, pero hay probables alusiones a ellas en Lucas 1:78; Apocalipsis 2:26-28; 22:16 y, por supuesto, el nacimiento de Cristo fue anunciado por una estrella (Mateo 2:1-10)». (Wenham)

c. Y herirá las cienes de Moab, y destruirá a todos los hijos de Set: El Mesías eventualmente gobernará sobre todas las naciones que rodean a Israel. Aquí, y en los versículos siguientes, Dios habló de las naciones vecinas de Israel (Moab, Edom, Amalec y los ceneos) y de su futuro a través de Balaam. Balac, el rey de los moabitas, debe haberse sentido afligido e indignado al escuchar a su profeta a sueldo hablar estas palabras contra Moab, maldiciéndolos a ellos en lugar de a Israel.

i. El libertador de Israel —su Estrella y cetro— los guiaría en triunfo sobre Moab y Edom. «En un futuro lejano ambos pueblos serían conquistados, capturados y, eventualmente, dejarían de ser grupos étnicos distintivos. La fraseología del “aplastamiento de la cabeza” es un símbolo de la derrota de los enemigos en la literatura egipcia, ugarítica y hebrea». (Cole)

ii. «Esta predicción de la derrota total de Moab a manos de un futuro rey israelita es un punto apropiado para que Balaam termine. Él había sido llamado para que a través de su maldición, Balac, rey de Moab, pudiera derrotar a Israel; pero declara lo contrario: Moab será destruido por un rey venidero de Israel». (Wenham)

3. (20) La quinta profecía de Balaam: la caída de Amalec.

Y viendo a Amalec, tomó su parábola y dijo: Amalec, cabeza de naciones; Mas el fin perecerá para siempre.

a. Y viendo a Amalec: Balaam dirigió entonces su atención hacia los amalecitas, un pueblo nómada con frecuencia hostil a Israel.

i. Amalec, cabeza de naciones: «“Los primeros”, en hebreo, “los primogénitos”. Así llamados por una de las dos razones siguientes: 1. Porque fueron los primeros de todas las naciones vecinas que se reunieron en un solo gobierno. 2. Porque eran los más poderosos y eminentes de ellos». (Poole)

b. Mas el fin perecerá para siempre: El pueblo de Amalec tuvo por un tiempo una posición prestigiosa, pero la Estrella y el Cetro, el Mesías profetizado por Balaam, los sometería.

4. (21-22) La sexta profecía de Balaam: El cautiverio de los ceneos.

Y viendo al ceneo, tomó su parábola y dijo: Fuerte es tu habitación; pon en la peña tu nido; Porque el ceneo será echado, cuando Asiria te llevará cautivo.

a. Y viendo al ceneo: Los ceneos eran otra tribu nómada que a veces aparece en la historia de Israel (Jueces 4:11, 1 Samuel 15:6, 27:10).

i. «No se sabe con certeza por qué los ceneos son atacados aquí, excepto que es posible que se asociaran con los madianitas que caen bajo el azote de Israel (Números 31)». (Allen)

ii. Fuerte es tu habitación: «Los ceneos pusieron su fe en la seguridad que les proporcionaba su posición geográfica, enclavada en las tierras altas rocosas del sur de Canaán o en el cuadrante noreste de la región del Sinaí». (Cole)

b. El ceneo será echado: Los ceneos y su importante ciudad de Caín serán sometidos bajo Israel. A pesar del deseo de Balac, Israel sería elevado por encima de sus vecinos.

5. (23-24) La séptima profecía de Balaam: Los juicios del Dios de Israel.

Tomó su parábola otra vez, y dijo: ¡Ay! ¿Quién vivirá cuando hiciere Dios estas cosas? Vendrán naves de la costa de Quitim, y afligirán a Asiria, afligirán también a Heber; Mas él también perecerá para siempre.

a. ¿Quién vivirá cuando hiciere Dios estas cosas?: La séptima y última profecía de Balaam comienza con un recordatorio de que esta fortaleza de Israel y el sometimiento de sus vecinos sería obra de Dios. No era para la gloria de Israel, sino para la gloria de Dios.

i. De la séptima profecía, los detalles son confusos; pero la dirección general es clara: el triunfo final de Israel a través del poder de su Estrella y su cetro; su libertador.

b. Vendrán naves de la costa de Quitim: Parte de la aflicción prometida contra los vecinos de Israel vendría de lejos, de la costa de Quitim y, posiblemente, de otros lugares.

i. « Quitim, en el período temprano de la historia de Israel, parece ser identificado con Chipre. Pero, finalmente, la palabra se aplicó a Roma, como en Qumrán (véase, por ejemplo, 1QM, VII: “Desde antiguo nos has anunciado el tiempo señalado para la poderosa acción de tu mano contra los Quitim”) y quizás también —¡proféticamente!— en Daniel (por ejemplo, 11:30)». (Allen)

6. (25) Balaam y Balac parten.

Entonces se levantó Balaam y se fue, y volvió a su lugar; y también Balac se fue por su camino.

a. Entonces se levantó Balaam y se fue: Sin duda, ambos estaban decepcionados y, tal vez, enojados, cada uno porque Israel no había sido debilitado espiritualmente y, por lo tanto, tampoco había sido preparado para ser derrotado en batalla. Balac quería que Israel fuera derrotado, y Balaam quería el dinero de Balac, cada uno deseaba que Israel fuera maldecido espiritualmente, porque era la forma de obtener lo que querían; pero Dios no maldeciría a Israel.

i. «Balac no tuvo su voluntad, ni Balaam su paga; Dios los engañó a ambos, arrancándoles de la boca el bocado que casi habían devorado». (Trapp)

ii. Meyer vio en Balaam una advertencia para entender la diferencia entre unción y unión, entre don y gracia y entre visión y realización. «Balaam vio verdaderamente, pero pereció miserablemente […]. Quiso morir como los justos, pero fue alcanzado por la de los apóstatas. Cuán cerca podemos estar de las puertas de la salvación y, sin embargo, perecer miserablemente fuera de ellas». (Meyer)

b. Y también Balac se fue por su camino: Debemos darle crédito a Balac por una cosa: él sabía dónde estaba la fuerza de Israel. No buscó derrotar a Israel a través de una estrategia militar o nuevas armas. Sabía que era una batalla espiritual, y si Israel ganaba la batalla espiritual, ciertamente, ganaría la batalla militar.

i. Debemos caminar con la misma conciencia. Si lo hiciéramos, dedicaríamos más tiempo y atención a desarrollar nuestra fortaleza espiritual, al caminar de cerca con Jesús. No debemos permitir que Balac sea más perceptivo de lo que nosotros somos sobre las cosas espirituales.

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