Números 32

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Números 32 – Las tribus que se establecen al este del Jordán

A. La petición de las tribus de Rubén y Gad.

1. (1-5) La solicitud de establecerse en el lado este del río Jordán.

Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían una muy inmensa muchedumbre de ganado; y vieron la tierra de Jazer y de Galaad, y les pareció el país lugar de ganado. Vinieron, pues, los hijos de Gad y los hijos de Rubén, y hablaron a Moisés y al sacerdote Eleazar, y a los príncipes de la congregación, diciendo: Atarot, Dibón, Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, Sebam, Nebo y Beón, la tierra que Jehová hirió delante de la congregación de Israel, es tierra de ganado, y tus siervos tienen ganado. Por tanto, dijeron, si hallamos gracia en tus ojos, dese esta tierra a tus siervos en heredad, y no nos hagas pasar el Jordán.

a. Si hallamos gracia en tus ojos, dese esta tierra a tus siervos en heredad: Israel había conquistado a los moabitas y a los madianitas, y las tierras ideales para el pastoreo en el lado oriental del río Jordán se extendían ante ellos. Viendo que la región era tierra de ganado, los líderes tribales de Rubén y Gad se contentaron con estas tierras y pidieron que se les dieran como herencia tribal.

i. «Inesperadamente, las abundantes ganancias de ganado resultantes de las sucesivas victorias sobre los amorreos Sehón de Hesbón y Og de Basán, así como la milagrosa derrota de los madianitas, precipitaron una crisis para los israelitas». (Cole)

ii. Tierra de ganado: «En las décadas de 1970 y 1980 se realizaron amplias excavaciones y estudios de superficie en estas zonas de Transjordania. El consenso es que estas no eran regiones de una alta densidad de población en el período del Éxodo (sea cual sea la fecha de este período); la evidencia bíblica de este capítulo concuerda bien con la evidencia arqueológica. Era un lugar ideal para el pastoreo de grandes rebaños y manadas». (Allen)

iii. Tierra de ganado, y tus siervos tienen ganado: «La repetición de la palabra ganado (miqneh) es para enfatizar; sus rebaños deben de haber sido excepcionalmente grandes». (Allen)

iv. La tierra de […] Galaad: «Galaad designa una variedad de áreas en el Antiguo Testamento. Su significado principal (como aquí) es el distrito montañoso al sur del Jaboc […] y a veces designa la totalidad del territorio de Transjordania en poder de Israel (por ejemplo, Josué 22:9, 13, entre otros). Estas tierras altas (2500 pies) que dominan el valle del Jordán disfrutan de una buena pluviosidad y son, por tanto, muy fértiles». (Wenham)

b. No nos hagas pasar el Jordán: Por unos 400 años, las tribus de Israel anhelaron pasar el Jordán hacia la Tierra Prometida. Ahora, parecía que estas dos tribus estaban contentas con no cruzar el Jordán y con conformarse con menos.

i. «Que cualquier tribu israelita considerara establecerse fuera de la tierra prometida a Abraham mostraba una indiferencia inquietante hacia la palabra divina, la palabra de la que dependía por completo la existencia de Israel». (Wenham)

ii. «Pero era, en cierto sentido, el borde del vestido. No era el corazón y el alma de la tierra. Establecerse en los márgenes era una bendición a medias […] porque estaban algo alejados del centro de la vida de la tierra, eran los más propensos a ser influenciados por los forasteros». (Allen)

iii. G. Campbell Morgan estaba entre los comentaristas que veían este deseo de las tribus de Rubén y Gad solo como algo malo. Ciertamente, existía la posibilidad de que se produjera un gran mal; pero aquí, en Números 32, parece que las tribus orientales respondieron adecuadamente a las preocupaciones de Moisés. Tomar esta tierra definitivamente expandió el territorio de las tribus de Israel, y les dio un amortiguador contra las amenazas que venían del este.

2. (6-7) Moisés reacciona a la petición de las tribus de Rubén y Gad.

Y respondió Moisés a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén: ¿Irán vuestros hermanos a la guerra, y vosotros os quedaréis aquí? ¿Y por qué desanimáis a los hijos de Israel, para que no pasen a la tierra que les ha dado Jehová?

a. ¿Y por qué desanimáis a los hijos de Israel, para que no pasen a la tierra que les ha dado Jehová?: Moisés temía que la actitud de las tribus de Rubén y Gad impidiera que las otras tribus entraran a la Tierra Prometida. Su actitud decía: «Ya hemos luchado y sufrido lo suficiente. Establezcámonos donde estamos».

i. El temor de Moisés tenía un fundamento. Cuando estamos en compañía de aquellos que están satisfechos con lo que tienen, y no tienen ningún deseo de profundizar o seguir adelante, su satisfacción a menudo nos influye. Si estas tribus eran culpables de complacencia, esto podía influir peligrosamente en las otras tribus.

ii. La tierra que les ha dado Jehová: «La fraseología que hace referencia a la Tierra Prometida como “la tierra que les ha dado Jehová”, usada aquí y en el verso 9, recuerda el lenguaje de Números 13:1; 14:8, 16, 30, así como las otras numerosas promesas de la tierra a lo largo del Pentateuco». (Cole)

b. ¿Irán vuestros hermanos a la guerra, y vosotros os quedaréis aquí?: Moisés quería que supieran que había una batalla que librar y que tenían la responsabilidad de librar esa batalla junto con las otras tribus. El hecho de que estas tribus se conformaran con quedarse donde estaban no las eximía de la responsabilidad de compartir la batalla mientras sus hermanos iban a la guerra.

3. (8-15) Moisés teme que estén siguiendo los pasos de incredulidad de la generación anterior, esa generación que pereció en el desierto.

Así hicieron vuestros padres, cuando los envié desde Cades-Barnea para que viesen la tierra. Subieron hasta el torrente de Escol, y después que vieron la tierra, desalentaron a los hijos de Israel para que no viniesen a la tierra que Jehová les había dado. Y la ira de Jehová se encendió entonces, y juró diciendo: No verán los varones que subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra que prometí con juramento a Abraham, Isaac y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de mí; excepto Caleb hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun, que fueron perfectos en pos de Jehová. Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y los hizo andar errantes cuarenta años por el desierto, hasta que fue acabada toda aquella generación que había hecho mal delante de Jehová. Y he aquí, vosotros habéis sucedido en lugar de vuestros padres, prole de hombres pecadores, para añadir aún a la ira de Jehová contra Israel. Si os volviereis de en pos de él, él volverá otra vez a dejaros en el desierto, y destruiréis a todo este pueblo.

a. Así hicieron vuestros padres: La generación que murió en el desierto no tuvo la fe para entrar audazmente en la Tierra Prometida, y decidieron que preferían quedarse donde estaban. A Moisés le preocupaba que esta misma incredulidad estuviera presente entre las tribus de Rubén y Gad.

i. Allen, Wenham y Cole señalan que hay muchas «asociaciones de palabras» con Números 32 y Números 13-14, los capítulos que describen la negativa de la primera generación a confiar en Dios para tomar la Tierra Prometida por fe.

ii. «La nación estaba preparada para cruzar el Jordán y tomar su herencia, cuando de repente tres de las tribus anunciaron su intención de no participar. Parecía la historia de los espías (capítulos 13-14) de nuevo». (Wenham)

iii. Subieron hasta el torrente de Escol, y después que vieron la tierra: «En esta predicación Moisés presenta un ejemplo de uso bíblico de una historia para la instrucción del pueblo de Dios. Habla con especificidad, con pasión, con una visión histórica y con un sentimiento contemporáneo, vinculando la experiencia del pasado con el presente de sus oyentes. En cierto modo, esta sección puede pensarse como un modelo de exhortación bíblica». (Allen)

b. Desalentaron a los hijos de Israel: Moisés les recordó a los líderes de las tribus de Rubén y Gad por qué Israel no logró entrar en Canaán unos 38 años antes. El mal informe de la mayoría de los espías desalentótanto el corazón del pueblo de Dios que perdió su deseo de tomar la tierra por fe.

i. Es un pecado terrible desanimar el corazón de otro creyente.

c. Por cuanto no fueron perfectos en pos de mí: Esta es la razón por la que el desánimo de los diez espías infieles actuó en los hombres de esa generación. Si hubieran seguido completamente al Señor, el informe desalentador no los habría influenciado indebidamente.

i. Lo que hizo diferentes a Josué y Caleb fue que fueron perfectos en pos del Señor. No se doblegaron ante el informe desalentador de los diez espías infieles.

ii. Cuando nosotros no hemos sido perfectos en pos del Señor, es mucho más probable que seamos influenciados por lo carnal y el desánimo que nos rodea.

d. Si os volviereis de en pos de él, él volverá otra vez a dejaros en el desierto: Tal vez, esta generación supuso que tenía un pasaje garantizado para heredar Canaán, pensando que el precio ya había sido pagado por la generación de la incredulidad. Esto no era cierto. Si ellos fallaban en perseverar por fe, Dios volverá otra vez a dejaros en el desierto.

i. Prole de hombres pecadores: «La frase “prole de pecadores” (verso 14), es profética de la predicación de Jesús (por ejemplo, Mateo 12:34; cf. 3:7)”. (Allen)

e. Destruiréis a todo este pueblo: Era como si Moisés dijera: «Su desaliento es tan dañino para la nación como lo fue el de los diez espías infieles que destruyeron a la generación anterior».

i. Moisés, tal vez, sintió que las tribus de Rubén y Gad hicieron una mala elección; es decir, se perjudicaron al establecerse en las tierras al este del río Jordán. Lo que preocupaba a Moisés era que su posible complacencia corrompiera a las otras tribus. Si un creyente se hace daño a sí mismo a través de la incredulidad y la complacencia es malo; si influyen en otros por su incredulidad y complacencia, es mucho peor.

B. Se resuelve el problema de las tribus del este.

1. (16-19) Los líderes tribales de Rubén y Gad ofrecen enviar sus tropas para ayudar a conquistar la tierra al oeste del río Jordán.

Entonces ellos vinieron a Moisés y dijeron: Edificaremos aquí majadas para nuestro ganado, y ciudades para nuestros niños; y nosotros nos armaremos, e iremos con diligencia delante de los hijos de Israel, hasta que los metamos en su lugar; y nuestros niños quedarán en ciudades fortificadas a causa de los moradores del país. No volveremos a nuestras casas hasta que los hijos de Israel posean cada uno su heredad. Porque no tomaremos heredad con ellos al otro lado del Jordán ni adelante, por cuanto tendremos ya nuestra heredad a este otro lado del Jordán al oriente.

a. Nosotros nos armaremos, e iremos con diligencia delante de los hijos de Israel, hasta que los metamos en su lugar: Esto, efectivamente, respondía al tema del desánimo. Ninguna de las tribus envidiaría a Rubén o Gad, pues no estarían descansando en paz mientras el resto de ellos luchaban por sus tierras. Los hombres de Rubén y Gad lucharían junto a ellos.

b. No volveremos a nuestras casas hasta que los hijos de Israel posean cada uno su heredad: Los líderes de Rubén y Gad prometieron que continuarían luchando con las otras tribus en el lado oeste del río Jordán hasta que se completara la conquista de Canaán.

2. (20-24) Moisés recibe su oferta, siempre y cuando la cumplieran.

Entonces les respondió Moisés: Si lo hacéis así, si os disponéis para ir delante de Jehová a la guerra, y todos vosotros pasáis armados el Jordán delante de Jehová, hasta que haya echado a sus enemigos de delante de sí, y sea el país sojuzgado delante de Jehová; luego volveréis, y seréis libres de culpa para con Jehová, y para con Israel; y esta tierra será vuestra en heredad delante de Jehová. Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis pecado ante Jehová; y sabed que vuestro pecado os alcanzará. Edificaos ciudades para vuestros niños, y majadas para vuestras ovejas, y haced lo que ha declarado vuestra boca.

a. Si lo hacéis así: Si hacían como habían dicho, entonces serían libres de culpa para con Jehová, y para con Israel. Pero si no lo hacían, serían culpables.

i. Para con Jehová: «La frase lipne YHWH (delante de Yahveh) ocurre cuatro veces en los versos 20-22 y está resaltada». (Cole)

b. Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis pecado ante Jehová: Si no hacían lo que decían, pecarían. El pecado del que se habla, específicamente aquí, es el pecado de no hacer nada. No servir a sus hermanos, no luchar por ellos, no unirse a ellos, sería un pecado, el pecado de no hacer nada. Esto era algo de lo que Moisés quería que tomaran nota.

i. Si las tribus de Rubén y Gad no hacían nada, si se quedaban en casa mientras sus hermanos luchaban por la vida o la muerte para tomar posesión de la Tierra Prometida, entonces su pecado de no hacer nada seguramente los alcanzaría.

ii. «Si tomas el texto tal como está, no hay nada en él acerca de asesinato, o robo, o algo semejante. De hecho, no se trata de lo que los hombres hacen; sino de lo que los hombres no hacen. La iniquidad de no hacer nada es un pecado del que no se habla tan a menudo como se debiera». (Spurgeon)

iii. En su sermón titulado El gran pecado de no hacer nada, Charles Spurgeon mencionó varias maneras en las que el no hacer nada era y es un pecado:

·Este sería un pecado del pueblo de Dios, no de las naciones paganas.

·Este sería un pecado de ociosidad y autoindulgencia.

·Este sería un pecado de egoísmo y falta de hermandad.

·Sería un pecado de ingratitud.

·Este sería un pecado de falsedad, pues rompería una promesa hecha.

·Este sería un pecado que causaría grave daño a otros.

iv. «La autoindulgencia espiritual es un mal monstruoso; sin embargo, lo vemos por todas partes. El domingo estos holgazanes deben estar bien alimentados. Buscan sermones que alimenten sus almas. A estas personas no se les ocurre pensar que hay algo más que hacer además de dar de comer […]. Estas personas quieren que se les predique cosas agradables. Comen lo gordo y beben lo dulce, y acuden en masa a la fiesta de las cosas gordas llenas de tuétano, y de los vinos de posos bien refinados; los festivales espirituales son su deleite: se buscan sermones, conferencias, lecturas bíblicas, entre otras cosas; pero se descuida el servicio regular en las formas ordinarias». (Spurgeon)

v. «Un profesor que no hace nada es un miembro meramente nominal, y un miembro nominal es un verdadero estorbo. Ni contribuye, ni ora, ni trabaja, ni agoniza por las almas, ni toma parte alguna en el servicio cristiano y, sin embargo, participa de todos los privilegios de la iglesia. ¿Es esto justo? ¿Para qué le sirve? Se sienta y escucha, y a veces duerme bajo el sermón. Eso es todo». (Spurgeon)

c. Y sabed que vuestro pecado os alcanzará: El pecado de no hacer nada sería expuesto. De hecho, había algo en ese pecado que activamente trabajaría para ser expuesto; en algún sentido, el pecado mismo te alcanzará.

i. Vuestro pecado os alcanzará: «El lenguaje es sorprendente; no es solo que su pecado será descubierto, sino que será un agente activo en descubrirlos». (Allen)

ii. «El pecado es como el bumerán […], vuelve sobre la mano que lo ha lanzado. Los hermanos acusaron a José de ser espía, y lo arrojaron a la fosa; posteriormente ellos, por el mismo cargo, fueron echados a la cárcel. El rey David cometió adulterio y asesinato; por eso Absalón se vengó de él». (Meyer)

iii. «La culpa te perseguirá por los talones, como un sabueso, y el castigo te alcanzará». (Trapp)

iv. Spurgeon sugirió varias maneras en las que nuestro pecado podría alcanzarnos:

·Nos sentimos incómodos.

·Nos sentimos bajos y despreciables.

·Nos debilitamos por nuestra propia inacción.

·Nos alegramos poco del progreso y la prosperidad de la iglesia.

·Perdemos el apetito por las reuniones del pueblo de Dios.

v. «Cuando el pecado venga a encontrarte, como un sabueso tras la pista del criminal, asegúrate de que te encuentre en Jesús. […] Nada servirá para interceptar la horrible ejecución de la venganza del pecado, excepto la sangre y la justicia de Jesús. Ponlo a Él entre tú y tus pecados, entre tú y tu pasado, entre tú y la pena de una ley quebrantada». (Meyer)

3. (25-27) Los líderes tribales de Rubén y Gad están de acuerdo.

Y hablaron los hijos de Gad y los hijos de Rubén a Moisés, diciendo: Tus siervos harán como mi señor ha mandado. Nuestros niños, nuestras mujeres, nuestros ganados y todas nuestras bestias, estarán ahí en las ciudades de Galaad; y tus siervos, armados todos para la guerra, pasarán delante de Jehová a la guerra, de la manera que mi señor dice.

a. Tus siervos harán como mi señor ha mandado: Esto mostraba una actitud de rendición y sumisión. Los líderes tribales de Rubén y Gad no intentaron negociar con Moisés y llegar a un acuerdo más favorable.

b. Nuestros niños, nuestras mujeres, nuestros ganados y todas nuestras bestias, estarán ahí en las ciudades de Galaad: Este fue también un paso de fe. Las otras tribus tenían que confiar en Dios para pelear las batallas necesarias para ocupar la tierra de Canaán. Las tribus de Rubén y Gad tuvieron que confiar en Dios para preservar y proteger a sus familias mientras una parte sustancial de sus hombres de combate ayudaban a las tribus que se asentaban al oeste del río Jordán.

i. Adam Clarke señala que más de un tercio de los combatientes disponibles fueron a ayudar a las tribus del lado occidental del Jordán. «Ahora, de Josué 4:13 aprendemos que de las tribus de Rubén y Gad, y de la mitad de la tribu de Manasés, solo 40 000 hombres armados pasaron el Jordán para ayudar a sus hermanos en la conquista de la tierra; en consecuencia, 70 580 hombres se quedaron atrás para la defensa de las mujeres, los niños y los rebaños».

4. (28-42) Se instaura el acuerdo, y se les dan ciudades a las tribus que se establecen en las tierras al este del río Jordán.

Entonces les encomendó Moisés al sacerdote Eleazar, y a Josué hijo de Nun, y a los príncipes de los padres de las tribus de los hijos de Israel. Y les dijo Moisés: Si los hijos de Gad y los hijos de Rubén pasan con vosotros el Jordán, armados todos para la guerra delante de Jehová, luego que el país sea sojuzgado delante de vosotros, les daréis la tierra de Galaad en posesión; mas si no pasan armados con vosotros, entonces tendrán posesión entre vosotros, en la tierra de Canaán. Y los hijos de Gad y los hijos de Rubén respondieron diciendo: Haremos lo que Jehová ha dicho a tus siervos. Nosotros pasaremos armados delante de Jehová a la tierra de Canaán, y la posesión de nuestra heredad será a este lado del Jordán. Así Moisés dio a los hijos de Gad, a los hijos de Rubén, y a la media tribu de Manasés hijo de José, el reino de Sehón rey amorreo y el reino de Og rey de Basán, la tierra con sus ciudades y sus territorios, las ciudades del país alrededor. Y los hijos de Gad edificaron Dibón, Atarot, Aroer, Atarot-sofán, Jazer, Jogbeha, Bet-nimra y Bet-arán, ciudades fortificadas; hicieron también majadas para ovejas. Y los hijos de Rubén edificaron Hesbón, Eleale, Quiriataim, Nebo, Baal-meón (mudados los nombres) y Sibma; y pusieron nombres a las ciudades que edificaron. Y los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron a Galaad, y la tomaron, y echaron al amorreo que estaba en ella. Y Moisés dio Galaad a Maquir hijo de Manasés, el cual habitó en ella. También Jair hijo de Manasés fue y tomó sus aldeas, y les puso por nombre Havot-jair. Asimismo Noba fue y tomó Kenat y sus aldeas, y lo llamó Noba, conforme a su nombre.

a. Si los hijos de Gad y los hijos de Rubén pasan con vosotros el Jordán […] les daréis la tierra de Galaad en posesión: La posesión de la tierra de Galaad estaba condicionada a su fidelidad a la promesa. Moisés le dijo a Eleazar que se asegurara de que cumplieran su promesa antes de concederles Galaad.

i. «La enumeración de ciudades como Dibón, Atarot, Aroer, Atrot Sofán, Jazer y otras similares es importante; no solo para la cartografía, sino para la teología. Esta tierra era ahora realmente suya. Las ciudades que habían sido destruidas ahora estaban siendo reconstruidas, y en algunos casos se les cambiaba el nombre (verso 38)». (Allen)

b. Así Moisés dio a los hijos de Gad, a los hijos de Rubén, y a la media tribu de Manasés hijo de José: Números 32:33 presenta otra tribu, la mitad de la tribu de Manasés, que también estaba contenta de establecerse en las tierras al este del río Jordán. Entonces, en total, dos tribus y media nunca tomaron posesión de la tierra al otro lado del río Jordán.

i. «Puede ser que los representantes de Manasés no tomaran parte en las negociaciones hasta que Moisés hubo aprobado un asentamiento en Transjordania». (Wenham)

c. Y los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron a Galaad, y la tomaron: No tenemos una explicación detallada de por qué la tribu de Manasés se dividió en dos partes: una parte asentada en el lado oriental del Jordán y la otra parte en el lado occidental. Probablemente, tuvo que ver con que los hijos de Maquir conquistaron tierras importantes y buenas al este del Jordán y decidieron que vivirían en esa tierra.

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