Salmo 104




Salmo 104 – Señor de toda la creación

“Este Salmo no tiene título ni en hebreo ni en caldeo; pero se atribuye a David por la Vulgata, la Septuaginta, el etíope, el árabe y el siríaco”. (Adam Clarke)

“El Salmo da una interpretación a las muchas voces de la naturaleza y canta dulcemente tanto de la creación como de la providencia. El poema contiene un cosmos completo: el mar y la tierra, la nube y la luz del sol, las plantas y los animales, la luz y las tinieblas, la vida y la muerte, han demostrado ser todos expresivos de la presencia del Señor”. (Charles Spurgeon)

A. La gloria de la creación de Dios en la luz, los ángeles, la tierra y las aguas.

1. (1-2) Alabar al Dios de honor, majestad y poder.

Bendice, alma mía, a Jehová.
Jehová Dios mío, mucho te has engrandecido;
Te has vestido de gloria y de magnificencia.
El que se cubre de luz como de vestidura,
Que extiende los cielos como una cortina,

a. Bendice, alma mía, a Jehová: Repetida tres veces en el salmo anterior, esta frase es un llamado a adorar a Dios en espíritu y en verdad, y a hacerlo desde lo más íntimo de uno.

b. Mucho te has engrandecido: El salmista adora a Jehová como su Dios, y como el engrandecido que está vestido de gloria y de magnificencia. Los dioses ídolos de las naciones a menudo eran descritos como groseros y vergonzosos en su conducta, pero Yahveh, el Dios del pacto de Israel, es conocido por su honor y majestad.

i. “El versículo resume todo el acto creativo en un gran pensamiento. En ese acto, el Dios invisible se ha revestido de esplendor y gloria, haciendo visibles estos atributos inherentes. Ese es el significado más profundo de la Creación. El Universo es el manto de Dios”. (Maclaren)

c. El que se cubre de luz como de vestidura: La gloria y magnificencia de Dios son tan evidentes como la ropa de una persona, y también lo es la pureza de luz de Su ser. Así como la creación en Génesis comienza con la descripción de la creación de la luz, el salmista primero menciona la luz.

i. “Los patrones son lo suficientemente cercanos como para mostrar que el salmista tenía a Génesis en mente mientras trabajaba en su composición. No nos equivocaremos mucho si pensamos en el Salmo 104 como una reflexión poética sobre el relato más fáctico del Génesis”. (Boice)

ii. “La estructura del salmo se basa bastante en la de Génesis 1, tomando las etapas de la creación como puntos de partida para la alabanza”. (Kidner)

iii. De alguna manera, podemos entender esta idea de la luz como de vestidura al considerar la aparición de Jesús en Su transfiguración: Su rostro brilló como el sol, y sus ropas se volvieron tan blancas como la nieve (Mateo 17:2).

v. 1 Timoteo 6:16 dice que Dios habita en una luz inaccesible. Quizás esta sea otra descripción o alusión a la luz como de vestidura. “Si la luz misma no es más que su vestido y velo, ¡cuál debe ser el resplandeciente esplendor de su propio ser esencial! Estamos perdidos en el asombro y no nos atrevemos a indagar en el misterio para que no seamos cegados por su insufrible gloria”. (Spurgeon)

d. Que extiende los cielos como una cortina: El poder de Dios también se manifiesta como Aquel que creó los vastos cielos. Dado que el Creador es más grande que Su creación, el Dios que creó los cielos es realmente impresionante.

2. (3-4) El poder supremo de Dios visto en la creación.

Que establece sus aposentos entre las aguas,
El que pone las nubes por su carroza,
El que anda sobre las alas del viento;
El que hace a los vientos sus mensajeros,
Y a las flamas de fuego sus ministros.

a. Que establece sus aposentos entre las aguas: El Dios de toda la creación puede construir y hacer lo que nadie más puede. No comparte las limitaciones de la creación; Él hace de las nubes… su carroza y camina sobre las alas del viento.

i. La imagen descrita está llena de actividad y emoción. “La metáfora de que él toma sus partes y poderes como sus vestiduras, cortina, aposentos y carroza nos invita a ver el mundo como algo en lo que se deleita, que está cargado con su energía y vivo con su presencia”. (Kidner)

ii. “El Señor está rodeado de sus siervos, ya sean creados como los ángeles o poderes inherentes a su orden creado (vientos, relámpagos). El Rey Creador está, por así decirlo, conduciendo su carroza, símbolo del gobierno de su creación”. (VanGemeren)

iii. Sus aposentos: “Los ‘aposentos’ son construidos sobre el primer piso de una casa con el propósito de privacidad y reclusión (cf. 1 Reyes 17:19; 2 Reyes 4:10), representan la participación de Dios y la separación de su mundo (Amós 9:6)”. (VanGemeren)

b. El que hace a los vientos sus mensajeros, Y a las flamas de fuego sus ministros: (Nota del traductor: En la versión NKJ sobre la que se basó originalmente este comentario, se traduce como “Who makes His angels spiritslit. Que hace a sus ángeles espíritus. La RV60 tradujo está misma frase como “El que hace a los vientos sus mensajeros” debido a que las palabras hebreas usada para “vientos (rûach)” y “mensajeros (mal’âk)” pueden ser interpretadas también como espíritus y ángeles respectivamente). Dios también gobierna sobre los ángeles, equipándolos y comisionándolos como le place.

i. Más tarde, el escritor de Hebreos citó el versículo 4 del Salmo y reveló que el uso del posesivo sus en ese versículo se refiere al Mesías, Jesucristo (Hebreos 1:7). Esto confirma la deidad de Jesús el Mesías, porque los ángeles le pertenecen – son sus mensajeros y sus ministros.

3. (5-9) El poder de Dios evidente en el diluvio y sus secuelas.

El fundó la tierra sobre sus cimientos;
No será jamás removida.
Con el abismo, como con vestido, la cubriste;
Sobre los montes estaban las aguas.
A tu reprensión huyeron;
Al sonido de tu trueno se apresuraron;
Subieron los montes, descendieron los valles,
Al lugar que tú les fundaste.
Les pusiste término, el cual no traspasarán,
Ni volverán a cubrir la tierra.

a. El fundó la tierra sobre sus cimientos: El salmista entendía que Dios es el Creador de todas las cosas, y que fue Él quien fundó la tierra sobre sus cimientos. No sucedió por casualidad o eventos aleatorios. Hay un Creador detrás de todas las cosas.

i. De alguna manera, la edad moderna se define significativamente por el rechazo del hombre a Dios como Creador. Habiendo abandonado esta verdad fundamental, la humanidad va a la deriva sin un sentido adecuado de responsabilidad o rendición de cuentas hacia su Creador.

b. No será jamás removida: Lo que Dios construyó, lo construyó bien. Los fundamentos de la tierra son sólidos y no serán removidos hasta que Dios mismo los mueva.

i. Los cimientos de la tierra: “Sobre sí misma, o sobre su propio peso, por lo que permanece tan firme e inamovible, como si estuviera construida sobre los cimientos más fuertes imaginables; que es una obra estupenda del poder y la sabiduría divinos”. (Poole)

c. Con el abismo, como con vestido, la cubriste: El salmista tenía en mente dos eventos. La separación de las aguas en la creación (Génesis 1:9-10) y el diluvio global descrito en Génesis 7. Al leer Génesis 7:19-20, el salmista entendía que sobre los montes estaban las aguas (Y las aguas subieron mucho sobre la tierra; y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos. Quince codos más alto subieron las aguas, después que fueron cubiertos los montes).

i. “De hecho, el proceso en la creación fue tan exactamente similar al del diluvio, con respecto a las circunstancias aquí mencionadas, que no importa a quién apliquemos el hermoso y verdaderamente poético pasaje que tenemos ante nosotros”. (Horne)

d. A tu reprensión huyeron: Cuando las aguas cubrieron la tierra el tiempo suficiente, Dios las hizo retroceder (Génesis 8:3), y el salmista lo describe poéticamente como la reprensión de Dios a las aguas. La voz de Dios se describe poéticamente como trueno.

i. Siglos después, Dios el Hijo reprendería a las aguas y las calmaría”. (Mateo 8:26).

e. Al lugar que tú les fundaste: Las aguas retrocedieron hasta el lugar que Dios les había designado, y Él les puso un término, un límite para las aguas para que nunca más pudieran cubrir la tierra, como Él prometió (Génesis 8:11-17).

i. “Las aguas del mar no sólo no pueden destruir la tierra, sino que, mediante una maquinaria maravillosa, se convierten en el medio para preservar todo ser viviente que se mueve sobre ella”. (Horne)

4. (10-13) Lo que Dios hizo con las aguas de la tierra.

Tú eres el que envía las fuentes por los arroyos;
Van entre los montes;
Dan de beber a todas las bestias del campo;
Mitigan su sed los asnos monteses.
A sus orillas habitan las aves de los cielos;
Cantan entre las ramas.
El riega los montes desde sus aposentos;
Del fruto de sus obras se sacia la tierra.

a. Tú eres el que envía las fuentes por los arroyos: En la sección anterior, el salmista se refirió a lo que Dios hizo con las aguas de la tierra después del diluvio en los días de Noé. Ahora considera cómo Dios distribuyó las aguas por la tierra, enviando las fuentes por los arroyos para que den de beber a todas las bestias del campo.

b. Del fruto de sus obras se sacia la tierra: El salmista considera cómo el agua, las plantas y los animales de la tierra encuentran cada uno su lugar en el plan y el orden de Dios. Los asnos monteses beben su agua, las aves tienen un hogar para que puedan cantar entre las ramas. Él veía un mundo bueno y armonioso en la naturaleza y sabía que Yahveh era responsable de ello.

i. Asnos monteses: “Los que menciona, en parte porque son criaturas secas y sedientas; y en parte porque viven en páramos secos y desolados, y no son gobernados ni considerados por los hombres, y son criaturas sumamente estúpidas y, sin embargo, son abundantemente provistos por el cuidado y la generosidad de la Divina Providencia”. (Poole)

ii. Cantan entre las ramas: “Si estos pequeños coristas del aire, cuando los refrescan los arroyos cerca de los cuales habitan, expresan su gratitud cantando, a su manera, las alabanzas de su Hacedor y Protector, ¿cómo deberían ruborizarse los cristianos, que , además de las comodidades y las conveniencias de este mundo, se complacen tanto con copiosos tragos del agua de la vida eterna, si, por tan grandes bendiciones, no pagan su tributo de acción de gracias, y no cantan al Señor los cánticos de Sión?”. (Horne)

B. La gloria de la creación de Dios en los seres vivos, las plantas y los animales.

1. (14-18) El maravilloso mundo de la naturaleza de Dios.

Él hace producir el heno para las bestias,
Y la hierba para el servicio del hombre,
Sacando el pan de la tierra,
Y el vino que alegra el corazón del hombre,
El aceite que hace brillar el rostro,
Y el pan que sustenta la vida del hombre.
Se llenan de savia los árboles de Jehová,
Los cedros del Líbano que él plantó.
Allí anidan las aves;
En las hayas hace su casa la cigüeña.
Los montes altos para las cabras monteses;
Las peñas, madrigueras para los conejos.

a. El hace producir el heno para las bestias: El salmista continua sus pensamientos sobre la naturaleza, viendo cómo Dios proporciona heno para los animales y la hierba para el servicio del hombre.

i. “El poder divino se ejerce con tanta verdad y dignidad en la alimentación de las bestias como en la crianza del hombre; mira sólo una brizna de hierba con un ojo devoto y podrás ver a Dios obrando dentro de ella”. (Spurgeon)

b. Sacando el pan de la tierra: Dios diseñó la ecología del mundo para que con el trabajo, el hombre pueda sacar el pan de la tierra. Bajo la bendición de Dios y la obra del hombre, la comida producida es maravillosa. La tierra de Dios nos da el vino, el aceite, y el pan – cada uno con su propia bendición y bondad.

i. Y el vino que alegra el corazón del hombre: “El vino, en cantidad moderada, tiene una maravillosa tendencia a revitalizar y vigorizar al ser humano. Los espíritus ardientes se regocijan, pero agotan las fuerzas; y cada dosis deja al hombre peor. El vino puro, por el contrario, regocija y vigoriza: lo alegra y asegura la continuidad de esa alegría fortaleciendo los músculos y vigorizando los nervios. Este es su uso. Aquellos que continúan bebiendo hasta que el vino los enardece, abusan de esta misericordia de Dios”. (Clarke)

c. Se llenan de savia los árboles de Jehová: El salmista tenía una visión de cuán saludable y vigorosa es la naturaleza. Pensaba en los poderosos cedros del Líbano y cómo, en su salud llena de savia, dan un lugar donde pueden anidar las aves.

i. Ellos son los árboles de Jehová en el sentido de que ninguna mano humana los plantó; Él plantó estos árboles poderosos. “¿Quién plantó alguna vez las semillas de los cedros del Líbano o de los miles de bosques y selvas del mundo? Dios mismo sembró esas semillas, y han brotado y florecido sin el cuidado del hombre”. (Clarke).

ii. “¿Qué les habría dicho nuestro salmista a algunos de los árboles del valle de Yosemite? Verdaderamente estos son dignos de ser llamados los árboles del Señor, por su imponente estatura y enorme circunferencia. Por tanto, se considera que el cuidado de Dios es eficaz y todo suficiente. Si los árboles que el hombre no cuida están todavía tan llenos de savia, podemos estar seguros de que el pueblo de Dios, que por fe vive únicamente del Señor, será igualmente bien sostenido”. (Spurgeon)

iii. “Observarán que la palabra ‘savia’ está insertada en cursiva; no está en hebreo. ‘Los árboles del Señor están llenos’, o más bien, lo que da el significado claramente, ‘Los árboles del Señor están saciados están satisfechos los cedros del Líbano, que él plantó’”. (Spurgeon)

iv. “Un viajero nos dice que en la corteza de la madera, e incluso en las piñas del cedro hay abundancia de resina. Están saturados de ella, de modo que dice que apenas puedes tocar uno de los cedros del Líbano sin tener la trementina o la resina de ellos en tus manos. Ese es siempre el camino con un cristiano verdaderamente sano, su gracia se manifiesta externamente”. (Spurgeon)

d. En las hayas hace su casa la cigüeña: Los pájaros tienen sus nidos, pero los otros animales también tienen sus hogares, incluida la cigüeña, las cabras monteses, y los conejos. Un Dios sabio y amoroso provee para todos.

2. (19-23) El sol y la luna bendicen al mundo que Dios creó.

Hizo la luna para los tiempos;
El sol conoce su ocaso.
Pones las tinieblas, y es la noche;
En ella corretean todas las bestias de la selva.
Los leoncillos rugen tras la presa,
Y para buscar de Dios su comida.
Sale el sol, se recogen,
Y se echan en sus cuevas.
Sale el hombre a su labor,
Y a su labranza hasta la tarde.

a. Hizo la luna para los tiempos: El salmista vuelve su atención a la luna y el sol. Ellos operan de acuerdo con el plan de Dios, proporcionando tinieblas para que en ella correteen todas las bestias de la selva.

i. “La luna se nombra primero, porque el día hebreo comenzaba en la tarde”. (Maclaren)

ii. “Los cananeos atribuían la lluvia, la luz del sol y el ciclo lunar a deidades específicas. Para Israel, el Señor gobierna soberanamente sobre toda la creación y establece el orden mediante su sabia administración”. (VanGemeren)

b. Sale el sol: Así como Dios proveyó para la noche, también proveyó para el día, cuando los leoncillos y otros animales nocturnos se echan en sus cuevas. Cuando los leones duermen, sale el hombre a su labor hasta la tarde. Todos operan de acuerdo con el sabio plan de Dios para la creación.

i. “Dios no solo alimenta ovejas y corderos, sino también lobos y leones. Es una expresión extraña que se diga que los leoncillos, cuando rugen tras su presa, buscan su comida de Dios; lo que implica que ni su propia fuerza ni su oficio podrían alimentarlos sin la ayuda de Dios. Las criaturas más fuertes dejadas solas no pueden ayudarse a sí mismas”. (Caryl, citado en Spurgeon)

ii. “Y como no sería conveniente que el hombre y las fieras del bosque recogieran su alimento al mismo tiempo, les ha dado la noche como el momento adecuado para procurar su presa y el día para descansar. Cuando EL HOMBRE trabaja, ELLOS descansan; cuando el HOMBRE descansa, ELLOS trabajan”. (Clarke)

3. (24-26) Las maravillas del mar que Dios creó.

¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová!
Hiciste todas ellas con sabiduría;
La tierra está llena de tus beneficios.
He allí el grande y anchuroso mar,
En donde se mueven seres innumerables,
Seres pequeños y grandes.
Allí andan las naves;
Allí este leviatánque hiciste para que jugase en él.

a. ¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová!: El salmista continúa asombrado mientras mira la naturaleza y la creación. Él lo ve todo no como el resultado de eventos aleatorios y sin propósito, sino como la sabia obra de un gran Dios que tiene el derecho de propiedad sobre todo (tus obras).

i. Tus obras…: “Todas son propiedad de Dios y deben usarse solo en referencia al fin para el cual fueron creadas. Todo abuso y desperdicio de las criaturas de Dios es despojo y robo en la propiedad del Creador”. (Clarke)

b. He allí el grande y anchuroso mar: El salmista piensa en la grandeza de los océanos (en su caso, el Mar Mediterráneo). Las vastas aguas contienen seres innumerables, incluyendo cosas grandes y misteriosas como el leviatán, que también se describe en Job 41.

i. “No hay en toda la naturaleza un objeto más augusto y sorprendente que el océano”. (Horne)

ii. Leviatán: “Esto puede significar la ballena o cualquiera de los grandes animales marinos. La Septuaginta y la Vulgata lo llaman dragón. A veces, la palabra original se refiere al cocodrilo”. (Clarke)

iii. “En cuanto a Leviatán, un nombre que puede tener un tono siniestro (ver com. 74:13-15), aparece simplemente como una criatura grande y juguetona, cuya misma existencia glorifica y deleita a su Hacedor”. (Kidner)

C. Dios y el mundo que creó.

1. (27-30) La dependencia de la creación de Dios.

Todos ellos esperan en ti,
Para que les des su comida a su tiempo.
Les das, recogen;
Abres tu mano, se sacian de bien.
Escondes tu rostro, se turban;
Les quitas el hálito, dejan de ser,
Y vuelven al polvo.
Envías tu Espíritu, son creados,
Y renuevas la faz de la tierra.

a. Todos ellos esperan en ti para que les des su comida a su tiempo: El salmista considera toda clase de cosas creadas de la tierra, el mar y el aire. Reconocía que todas ellas dependen de Dios, quien les provee a su tiempo.

i. A su tiempo: “Dios tiene un tiempo para todas las cosas, y no alimenta a sus criaturas en vaivenes; les da pan de cada día y una cantidad proporcionada a sus necesidades. Esto es todo lo que cualquiera de nosotros debería esperar; si incluso las criaturas brutas se contentan con una suficiencia, no deberíamos ser más codiciosos que ellas”. (Spurgeon)

b. Les das, recogen: Dios alimenta a los animales, pero no les vierte comida del cielo en la boca. Él provee, pero ellos deben recoger.

i. “Cuando vemos a las gallinas recogiendo el maíz que el ama de casa esparce de su regazo, tenemos una ilustración adecuada de la manera en que el Señor suple las necesidades de todos los seres vivos él da y ellos recogen”. (Spurgeon)

ii. “El verbo traducido ‘recoger’ significa juntar o recoger del suelo. Se utiliza en la historia del maná (Éxodo 16:1,5,16), al que hay una alusión obvia. El acto de recoger del suelo parece presuponer que se arrojó previamente del cielo”. (Alexander, citado en Spurgeon)

iii. Esta es una manera maravillosa para que el pueblo de Dios piense en Su provisión. Dios provee, pero debemos recoger. Su provisión está a nuestro alrededor, y simplemente necesitamos la sabiduría y el esfuerzo para recogerla.

iv. Este principio también tiene aplicaciones en el evangelismo: “Dios nos dará almas si oramos por ellas, pero debemos buscarlas. Cuando el Señor llama a un hombre para que hable en su nombre, tiene la intención de darle algo de éxito, pero debe estar alerta para recoger”. (Spurgeon)

c. Escondes tu rostro, se turban: La creación depende tanto de Dios que si Él fuera a esconder su presencia o a quitarles el hálito, pronto perecerían. Hay un sentido real en el que la creación responde y se entrega mucho más a Dios que la humanidad.

d. Envías tu Espíritu, son creados: El retiro de la presencia o el favor de Dios significa la ruina de toda la creación, pero el derramamiento de Su Espíritu significa vida y renovación.

i. Envías tu Espíritu, son creados: “El Espíritu de Dios crea cada día: ¿qué es lo que continúa las cosas en su estado creado, sino la providencia? Ese es un verdadero axioma en la divinidad, la providencia es la creación continua”. (Caryl, citado en Spurgeon)

2. (31-32) Bendecir al Dios de toda la creación.

Sea la gloria de Jehová para siempre;
Alégrese Jehová en sus obras.
El mira a la tierra, y ella tiembla;
Toca los montes, y humean.

a. Sea la gloria de Jehová para siempre: Cuando el salmista considera el poder y la sabiduría de Dios en toda la creación, lo hace desear que Su gloria sea para siempre.

i. “Sus obras pueden pasar, pero no su gloria. Aunque fuera solo por lo que ya ha hecho, el Señor merece ser alabado sin cesar”. (Spurgeon)

b. Alégrese Jehová en sus obras: El salmista también quería que Dios encontrara placer en lo que había creado. Esto implica que sus criaturas que están dotadas de una elección racional (como la humanidad) deben elegir deliberadamente darle alegría a Jehová en sus obras.

i. “Esta es quizás la nota más alta y atrevida de todo este maravilloso canto de alabanza. Tan impresionado con la gloria, la maravilla y la belleza de la creación estaba el cantor, que clamó positivamente a Dios para que se regocijara en lo que había hecho”. (Morgan)

ii. “Como hizo en la creación, cuando vio que todo era bueno y muy bueno; así también, le hace bien a Dios, por así decirlo, ver a las pobres criaturas alimentarse, y a los hombres darle el honor de todo”. (Trapp)

iii. “No hay nada irreverente en esto. Es más bien una expresión de la comprensión profunda del alma de lo que Dios realmente siente en vista de sus propias obras poderosas y maravillosas”. (Morgan)

c. El mira a la tierra, y ella tiembla: La tierra que tiembla y los montes humeantes pueden ser una referencia a la presencia manifestada de Dios en el monte Sinaí (Éxodo 19). Estos son recordatorios del abrumador poderío de Dios.

3. (33-35) La determinación de alabar a Dios con cánticos y meditaciones.

A Jehová cantaré en mi vida;
A mi Dios cantaré salmos mientras viva.
Dulce será mi meditación en él;
Yo me regocijaré en Jehová.
Sean consumidos de la tierra los pecadores,
Y los impíos dejen de ser.
Bendice, alma mía, a Jehová.
Aleluya.

a. A Jehová cantaré en mi vida: Este salmo extraordinario tiene poco o ningún enfoque en Dios como redentor y salvador. Su enfoque está en la grandeza y la bondad de Dios como se muestra en la creación. Sin embargo, eso era suficiente para que el salmista se decidiera a decir: a mi Dios cantaré salmos mientras viva. El Dios de toda la creación es digno de nuestra alabanza de por vida.

i. “En lo que a él respectaba, toda una vida de alabanza sería insuficiente para honrar a Dios apropiadamente”. (Boice)

ii. Esto nuevamente muestra la importancia de conocer a Dios como Creador. El rechazo de Dios como Creador ha tenido efectos profundos y terribles en los corazones y las mentes del mundo moderno.

b. Dulce será mi meditación en Él: El salmista entendía que Dios también es adorado por nuestros pensamientos. Lo que elegimos poner en nuestra mente es una medida de lo que realmente valoramos. Al conocer la grandeza y la bondad de Dios reveladas en la creación, el salmista quería que sus pensamientos fueran agradables a Dios.

i. La creación es un tema maravilloso para la dulce meditación, pero tenemos temas aún mayores. “La redención es un tema más selecto para la meditación que la creación, porque sus maravillas son mucho mayores”. (Spurgeon)

ii. “Las últimas palabras escritas por Henry Martyn, muriendo entre los mahometanos en Persia, fueron: Me senté en el huerto y pensé con dulce consuelo y paz en mi Dios, en la soledad mi compañía, mi Amigo y Consolador”. (Spurgeon)

c. Yo me regocijaré en Jehová: Nuevamente sentimos una nota de determinación. Él decide regocijarse en Jehová, tomando una decisión racional a la luz de la revelación de Dios de sí mismo a través de la creación.

d. Sean consumidos de la tierra los pecadores: Esta parece una declaración extraña y solemne en este salmo. Sin embargo, es la consecuencia lógica para aquellos que rechazan a Dios como Creador. Más tarde, Pablo desarrolló este pensamiento en Romanos 1, hablando de la culpa y las consecuencias debidas a aquellos que rechazan a Dios como Creador y adoran a la criatura en lugar del Creador.

i. “El salmista no es vengativo en su oración contra los inicuos, sino que anhela un mundo plenamente establecido y sostenido por el Señor, sin interferencia externa”. (VanGemeren)

e. Bendice, alma mía, a Jehová: El salmista se ve obligado a considerar las oscuras consecuencias debidas a aquellos que rechazaban al Dios Creador, pero no puede terminar este notable salmo con una nota oscura. Termina con otro llamado conmovedor a Su propia alma a bendecir al Señor y a decir aleluya. Esta es la respuesta adecuada de la criatura al Creador.

i. Aleluya: “Este es el primer salmo que termina con Aleluya”. (Maclaren)

ii. “Esta es la primera vez que aparece un aleluya en el Libro de los Salmos, y es significativo que esté unido a una oración por la destrucción de los impíos, tal como en Apocalipsis 19”. (Boice)

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

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