Salmo 40




Salmo 40 – El siervo viene a hacer la voluntad de Dios

Este salmo se titula simplemente Al Músico Principal. Salmo de David.

Al Músico Principal: Bien podría un salmo tan precioso encomendarse especialmente al más hábil de los músicos sagrados”. (Charles Spurgeon)

Salmo de David: G. Campbell Morgan especuló: “En este caso, la razón del cántico con toda probabilidad fue la liberación de David de toda la larga experiencia de proscripción y sufrimiento; y el hecho de que lo habían llevado a su coronación”.

A. Proclamación de una gozosa liberación.

1. (1-3) Los benditos resultados de esperar pacientemente al Señor.

Pacientemente esperé a Jehová,
Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y confiarán en Jehová.

a. Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí: La idea de David esperando en o al Señor ha sido común, especialmente en los últimos salmos (Salmo 25:5, 25:21, 27:14, 37:7, 37:9). En el salmo anterior (39:7), David esperaba en el Señor sin una respuesta inmediata. Aquí, se dice la respuesta: Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.

i. “He esperado pacientemente, Heb. en la espera esperé; lo cual, al duplicar la palabra, indica que esperaba diligente y fervientemente, con paciencia y perseverancia, hasta que Dios quisiera ayudarlo”. (Poole)

ii. “El tema de la espera, expuesto en el Salmo 37, ha tenido su dolorosa aplicación en los Salmos 38 y 39, pero ahora tiene su resultado triunfal”. (Kidner)

iii. “Piensen hermanos, ¿no podría leerse: ‘Esperé con impaciencia al Señor’, en el caso de la mayoría de nosotros?”. (Spurgeon)

b. Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor: La palabra inclinó lleva el sentido de que Dios se inclina hacia David en su aflicción, quitando cualquier distancia percibida entre el Señor y Su siervo. Cuando David supo que Dios oyó su clamor, confió en una respuesta favorable.

i. “La paciente espera hizo que el cantor sintiera que Jehová se inclinaba sobre él y escuchaba su llanto”. (Kidner)

c. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación… Puso mis pies sobre peña: Estos fueron más beneficios para David mientras pacientemente esperaba a Jehová. Dios lo liberó de su actual crisis (que era como lodo cenagoso), y lo puso en un lugar mucho mejor y más seguro (enderezó mis pasos). La oración de David por liberación fue respondida.

d. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios: Este es otro beneficio para David al esperar en el Señor. Su liberación produjo una alabanza espontánea, un cántico nuevo que vino de Dios mismo.

i. Dios inspirará cánticos y palabras de alabanza. Esto casi suena egoísta, pero cuando comprendemos lo bueno y correcto que es para la criatura alabar al Creador, para los redimidos alabar al Redentor, para los entregados alabar al Libertador, entonces tiene sentido. Estamos agradecidos de que Dios nos dé la capacidad de alabarlo.

ii. Es posible que este Salmo fuera el cántico nuevo que Dios puso en la boca de David. “El siervo de Dios que sufre siempre se convierte en el que canta. Porque así como el secreto del canto es siempre esperar a Dios, hacer la voluntad de Dios, en y a través del sufrimiento, el resultado es siempre la liberación, y el emitir un canto”. (Morgan)

e. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová: Este es un beneficio más de la paciente espera de David en el Señor. La liberación y la alabanza que se derivaron de ella fueron un testimonio eficaz para los demás. Fueron inspirados a temer al Señor y a confiar en Él.

i. Confiarán en Jehová: “Confiar en el Señor es la evidencia, no la esencia de la salvación. El que es un verdadero creyente es evidentemente redimido del dominio del pecado y de Satanás”. (Spurgeon)

2. (4-5) Confiar en el Dios que piensa en su pueblo.

Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza,
Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.
Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas;
Y tus pensamientos para con nosotros,
No es posible contarlos ante ti.
Si yo anunciare y hablare de ellos,
No pueden ser enumerados.

a. Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza: Este es un pensamiento natural y apropiado que fluye de lo que David acababa de experimentar. Sabía por experiencia que la confianza – como se demuestra al esperar pacientemente al Señor – es bienaventurada.

i. “Un hombre puede ser tan pobre como Lázaro, tan odiado como Mardoqueo, tan enfermo como Ezequías, tan solitario como Elías, pero mientras su mano de se puede sostener de Dios, ninguna de sus aflicciones externas puede impedir que sea contado entre los bienaventurados. Pero el hombre más rico y próspero que no tenga fe es maldito, sea quien sea”. (Spurgeon)

b. Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira: David conectó la confianza en Dios con la conducta moral – en este caso, la capacidad de discernir y juzgar el carácter de los demás y actuar de manera apropiada hacia ellos. Quizás la crisis de David vino por negarse a respetar a los soberbios, o a aquellos que se desvían tras la mentira.

i. No mira a los soberbios: “Para los soberbios usa el término que se convirtió en el apodo de Egipto, el fanfarrón vacío, Isaías 30:7”. (Kidner)

c. Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para con nosotros, No es posible contarlos: David alabó a Dios como el hacedor de muchas obras maravillosas y por Sus pensamientos para con Su pueblo. David sabía que Dios pensaba en él (y en su pueblo) y pensaba en ellos favorablemente; de lo contrario, no habría bendición en esos pensamientos.

i. “La creación, la providencia y la redención, rebosan de maravillas como el mar de vida”. (Spurgeon)

ii. “El pasado está lleno de Sus milagros (maravillas), el futuro lleno de sus planes – esta es la fuerza de la palabra pensamientos”. (Kidner)

iii. En el Salmo 8:4, David se preguntaba, ¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria? Consideraba la grandeza del universo y se asombraba de que Dios pensara en el hombre en absoluto. Aquí llevó esa idea mucho más lejos y se asombra de lo mucho que piensa Dios en su pueblo. Por implicación, también está asombrado de que Dios tenga pensamientos tan amorosos y llenos de gracia hacia su pueblo, y tantos, que no es posible contarlos.

iv. Los pensamientos de Dios para con nosotros son maravillosos porque son los pensamientos de Dios. “Cuando yo pienso, es una cabeza pobre, pequeña, débil y vacía la que está pensando; pero cuando Dios piensa, la mente gigantesca que enmarca el universo está pensando en mí”. (Spurgeon)

v. Los pensamientos de Dios para con nosotros son maravillosos porque son muchos; no es posible contarlos. “No puedes contar los pensamientos de Dios sobre ti… Un pensamiento de gracia es seguido por otro, rápidamente como los rayos de luz del sol, de modo que nos es imposible numerarlos”. (Spurgeon)

B. El siervo dispuesto proclama alabanza a Dios.

Aquí entramos en uno de los pasajes más maravillosos de todo el Antiguo Testamento, un pasaje en el que el Hijo de Dios encarnado no se ve a través de un espejo en la oscuridad, sino como si estuviera cara a cara”. (Spurgeon)

1. (6-8) La llegada del Siervo.

Sacrificio y ofrenda no te agrada;
Has abierto mis oídos;
Holocausto y expiación no has demandado.
Entonces dije: He aquí, vengo;
En el rollo del libro está escrito de mí;
El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
Y tu ley está en medio de mi corazón.

a. Sacrificio y ofrenda no te agrada; Has abierto mis oídos: David entendía que en un sentido relativo, Dios no quería sacrificios de animales. Dios quería siervos dispuestos y rendidos.

i. En el Salmo 40:6 se mencionan cuatro tipos de ofrenda:

·Sacrificio (ofrendas hechas con sangre).

·Ofrenda (ofrendas hechas sin sangre).

·Holocausto (ofrendas de consagración total).

·Expiación (ofrenda para expiar el pecado).

ii. ¿Qué es lo que le agrada a Dios en lugar del sacrificio? Obediencia. Esto fue cierto para el predecesor de David, Saúl. El rey Saúl ofreció sacrificios muy bien; lo que no hizo fue obedecer a Dios (1 Samuel 15:22-23). Al final, esto fue cumplido por el Hijo de David. Jesús vino y fue perfectamente obediente, y su obediencia nos es acreditada.

b. Has abierto mis oídos: En lugar de sacrificios de animales, Dios quiere siervos que lo escuchen y se entreguen a Él como un esclavo voluntario se entrega a su amo.

i. David probablemente se refería a la costumbre de marcar a un siervo según Éxodo 21:5-6, donde un esclavo que quería permanecer en la casa de su amo y en el servicio de su amo era marcado con oído abierto – esto es, su amo le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para siempre (Éxodo 21:6).

ii. Es extraordinario pensar que esta ceremonia se llevara a cabo en el antiguo Israel. Un servo diría “Sé que he cumplido con mis obligaciones para con mi amo y he servido lo que debía. Sin embargo, amo a mi amo y estoy tan agradecido por lo que me ha dado que con mucho gusto me comprometeré de por vida, no por deuda, vergüenza o derrota, sino por amor”. Este era el corazón de David hacia Dios, y este corazón y esta vida eran más grandes que cualquier sacrificio de animales.

iii. La ceremonia en Éxodo 21:5-6 describe que solo se perfora o abre una oreja. El texto del Salmo 40 describe: has abierto mis oídos. Algunos consideran esto como evidencia de que el salmista tenía algo más en mente además de la ceremonia del esclavo, como simplemente abrir el oído para escuchar y obedecer. Es mejor considerarlo como la expresión de David de entrega total más allá de lo que la ley misma exigía, como si dijera: “¡Señor, toma mis dos oídos”.

iv. Horne da una explicación aparte de la ceremonia de Éxodo 21:5-6: “Porque la expresión, ‘Me has abierto los oídos’, parece equivalente a ‘Tú me has hecho obediente’. Así, Isaías 50:5, ‘El Señor Dios me abrió los oídos, y no fui rebelde, ni me alejé’”. (Horne)

c. Has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has demandado: La entrega de David a Dios fue maravillosa y un ejemplo impresionante. Sin embargo, solo presagió la sumisión final a Dios llevada a cabo por el Mesías, Jesucristo. Hebreos 10:5-10 cita la traducción de la Septuaginta (griego antiguo) del Salmo 40:6-8. Esta es una maravillosa y notable profecía de la obra de Jesús.

·Muestra la insatisfacción de Dios en los sacrificios de animales, esperando un sacrificio perfecto (Holocausto y expiación no has demandado).

·Muestra que Dios el Hijo vino en un cuerpo preparado (la Septuaginta dice, Pero tú me has preparado un cuerpo, 10:5).

·Muestra la venida abierta y pública del Mesías. Fue como si Jesús dijera:He aquí, aquí estoy – Yo soy Aquel” (He aquí, vengo).

·Muestra al Mesías como el gran tema de las Escrituras Hebreas (En el rollo del libro está escrito de mí).

·Muestra la dedicación del Mesías a la voluntad de Dios (El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado).

·Muestra el amor del Mesías y la obediencia a la palabra de Dios (tu ley está en medio de mi corazón).

i. Holocausto y expiación no has demandado: “Es notable que todas las ofrendas y sacrificios que se consideraban de naturaleza expiatoria o purificadora, ofrecidos bajo la ley, son enumerados aquí por el salmista y el apóstol, para mostrar que ninguno de ellos, ni todos ellos, podían quitar el pecado; y que el gran sacrificio de Cristo era el único que podía hacerlo”. (Clarke)

ii. “La Septuaginta, de la cual Pablo toma la cita, ha traducido este pasaje, ‘Me has preparado un cuerpo’: no es fácil imaginar cómo surgió esta lectura, pero como la autoridad apostólica ha sancionado la variación, no la aceptamos como un error, sino como ejemplo de varias lecturas igualmente inspiradas”. (Spurgeon)

d. En el rollo del libro está escrito de mí: En un sentido mucho menor, David podía decir esto de sí mismo, porque su ascensión al trono de Israel fue profetizada mucho antes de que tuviera lugar. Sin embargo, cualquier cumplimiento de esto en David es una pálida sombra de su cumplimiento asombroso y perfecto en el más grande Hijo de David, Jesús el Mesías.

e. El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado: Nuevamente, en un sentido mucho menor, esto fue cierto de David, el hombre conforme al corazón de Dios. Sin embargo, cualquier cumplimiento de esto en David es una pálida sombra de su cumplimiento asombroso y perfecto en el más grande Hijo de David, Jesús el Mesías. Jesús dijo que hacer la voluntad de Dios era para Él tan necesario y delicioso como la comida (Juan 4:34).

i. El hacer tu voluntad… me ha agradado: “Jesús no solo hizo la voluntad del Padre, sino que se deleitó en ella; desde la antigua eternidad había deseado la obra que se le había propuesto; en su vida humana estuvo angustiado hasta que alcanzó el bautismo de agonía en el que magnificó la ley, e incluso en el mismo Getsemaní eligió la voluntad del Padre y dejó a un lado la suya”. (Spurgeon)

ii. El hacer: “Fue Jesús quien hizo la obra. El Padre hizo que sucediera; pero no la llevó a cabo Él mismo. Fue Jesús quien la llevó a cabo, quien la realizó; quien la trajo; quien la introdujo dentro del velo, y la puso como una ofrenda meritoria y aceptable a los pies de su complacido Padre. Entonces la obra está hecha; ha sido consumada. No es necesario que intentemos hacerla. No podemos hacerla. No podemos hacer lo que ya está hecho; y no podríamos hacerla, aunque aún no se hubiera llevado a cabo”. (Frame, citado en Spurgeon)

iii. Tu ley está en medio de mi corazón: Abre “los corazones de la mayoría de los hombres, y allí encontrarás escrito: El dios de este mundo presente. Pero la ley de Dios está en el corazón de los hombres buenos para vivir y morir con ella”. (Trapp)

1. (9-12) Proclamación pública de las buenas nuevas y alabanza a Dios.

He anunciado justicia en grande congregación;
He aquí, no refrené mis labios,
Jehová, tú lo sabes.
No encubrí tu justicia dentro de mi corazón;
He publicado tu fidelidad y tu salvación;
No oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea.
Jehová, no retengas de mí tus misericordias;
Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.
Porque me han rodeado males sin número;
Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista.
Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.

a. He anunciado justicia en grande congregación: David dijo esto para asegurarle a Dios (y a sí mismo) que había glorificado a Dios entre su pueblo. Esto era parte del nuevo cántico y alabanza que provenía de su liberación. David no refrenaría sus labios para ofrecer esta alabanza.

i. Sin embargo, como en los versículos anteriores, esto tiene un cumplimiento mucho mayor y perfecto en Jesús, el Hijo de David. Fue cierto de Jesús en Su ministerio terrenal. “Esto es lo que Jesús puede decir. Él era el Príncipe de los predicadores al aire libre, el Gran Itinerante, el Presidente del Colegio de todos los predicadores del evangelio”. (Spurgeon)

ii. También es cierto de Jesús en la eternidad por venir. De Jesús es verdad, en medio de la congregación te alabaré (Hebreos 2:12 como un cumplimiento de Salmo 22:22). ¡Es algo extraordinario pensar en Jesús dirigiendo la asamblea del pueblo de Dios en alabanza a Dios el Padre!

b. No encubrí tu justicia dentro de mi corazón: La justicia de Dios era evidente tanto en las palabras como en las acciones de David. No se dio en un lugar secreto que no tenía conexión con la forma en que realmente vivía su vida.

i. No encubrí: “Esto da a entender que cualquiera que se comprometiera a predicar el evangelio de Cristo estaría en gran tentación de esconderlo, y encubrirlo, porque debe ser predicado con gran contienda, y frente a gran oposición”. (Henry, citado en Spurgeon)

c. No retengas de mí tus misericordias: Aunque David alababa a Dios por la liberación pasada y presente, no presumiría del futuro. Se mantenía en oración humilde ante Dios, pidiendo un suministro constante de sus tiernas misericordias.

i. No es difícil ver esto como una oración de Jesús, el Hijo de David. Mientras vivió en esta tierra, lo hizo como un hombre en constante dependencia de su compañerismo y perfecta comunión con Dios el Padre. Vemos esto como una oración de Jesús, quizás especialmente en sus sufrimientos en la cruz: Jehová, no retengas de mí tus misericordias; Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.

ii. Verdaderamente fue en la cruz donde Jesús pudo decir: Porque me han rodeado males sin número.

d. Me han alcanzado mis maldades: David necesitaba este suministro constante de la misericordia y verdad de Dios porque conocía sus propios pecados. Le pedía a Dios que no lo dejara con sus muchos pecados (Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza), sino que lo librara en misericordia.

i. Hay un sentido en el que Jesús nunca podría decir: “Me han alcanzado mis maldades”. Él fue y es el Cordero de Dios sin mancha, sin pecado ni defecto. Sin embargo, en otro sentido, esas palabras son perfectas en su descripción de Jesús, porque en Su vida y especialmente en Sus sufrimientos, Él se identificó consciente y perfectamente con Su pueblo, tomando sus pecados como propios. Para Jesús, fueron “mis maldadespero no porque él cometiera los pecados, sino porque por amor eligió llevarlos y también a toda la ira que merecían.

ii. “Si esto se toma de Cristo, él es Maximus peccatorum, el mayor de los pecadores por imputación, 2 Corintios 5:20”. (Trapp)

C. Proclamación de una súplica sincera de ayuda.

1. (13-15) La súplica por liberación.

Quieras, oh Jehová, librarme;
Jehová, apresúrate a socorrerme.
Sean avergonzados y confundidos a una
Los que buscan mi vida para destruirla.
Vuelvan atrás y averguéncense
Los que mi mal desean;
Sean asolados en pago de su afrenta
Los que me dicen: ¡Ea, ea!

a. Quieras, oh Jehová, librarme: A pesar de sus muchas iniquidades, David podía confiar en Jehová y lo hizo para su liberación. Él formuló hábilmente la solicitud, no solo pidiéndole a Dios que lo liberara, sino pidiéndole a Dios que se complaciera en su liberación. Podía pedir con valentía porque creía que era coherente con lo que Dios deseaba.

i. Podríamos tomar este principio y aplicarlo a muchas de nuestras peticiones.

·Quieras, oh Jehová perdonarme.

·Quieras, oh Jehová corregirme.

·Quieras, oh Jehová proveerme.

·Quieras, oh Jehová sanarme.

·Quieras, oh Jehová guiarme.

·Quieras, oh Jehová bendecirme.

ii. No debería sorprendernos que el salmo comience con una alabanza triunfal y luego pida ayuda desesperadamente. “¿Hay alguna liberación, en esta peligrosa e incompleta vida, tan completa y permanente que no deja lugar para futuros peligros? ¿No debe acompañar la previsión de los peligros venideros el agradecimiento por los escapes pasados?”. (Maclaren)

b. Jehová, apresúrate a socorrerme: Aunque David hizo su pedido con habilidad, también fue hecho con urgencia. David entendía que la ayuda demorada demasiado tiempo era lo mismo que la ayuda denegada.

c. Sean avergonzados y confundidos a una los que buscan mi vida para destruirla: Esta era la ayuda que buscaba David. Dios lo había librado en gracia (Salmo 40:1-3), pero la amenaza permanecía. David oraba para que Dios avergonzara a sus enemigos y los confundiera.

i. Como en muchos de sus salmos, David está en problemas. Sin embargo, uno no sabría esto por la primera parte del salmo. Sí, David necesitaba la protección y la ayuda de Dios y la pediría pero no podía olvidar ni descuidar la maravillosa liberación que Dios había entregado hasta ese momento, y dar una respuesta apropiada.

ii. “El salmista ora por la caída y la vergüenza de sus enemigos de acuerdo con los principios de la justicia y con la promesa de Dios de maldecir a los que maldijeran a los suyos”. (VanGemeren)

iii. Los que me dicen: ¡Ea, ea! “Oh lector impío, si tal persona mira sobre esta página, cuidado de perseguir a Cristo y a su pueblo, pues Dios con seguridad vengará a sus propios elegidos. Sus ‘eas’ les costarán caro. Qué difícil les es dar coces contra el aguijón”.

2. (16-17) Alabanza con otra petición.

Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan,
Y digan siempre los que aman tu salvación:
Jehová sea enaltecido.
Aunque afligido yo y necesitado,
Jehová pensará en mí.
Mi ayuda y mi libertador eres tú;
Dios mío, no te tardes.

a. Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan: David llamó al pueblo de Dios – al menos a aquellos que lo buscan – a ser felices en él, y a decir siempre: ¡Jehová sea enaltecido!

i. David pensaba que alabar a Dios era engrandecerlo, es decir, agrandarlo en la percepción de uno. En realidad, engrandecer no agranda un objeto y no podemos hacer más grande a Dios. Pero engrandecer algo o a alguien es percibirlo como más grande, y debemos hacerlo con respecto al Señor Dios.

ii. Y digan siempre los que aman tu salvación: “Uno pensaría que el amor propio en sí debería hacernos amar la salvación. Sí, pero la aman porque es de Él, ‘que aman tu salvación’. Es el carácter de un santo amar la salvación misma; no solo como suya, sino como de Dios, como de Dios que lo salva”. (Goodwin, citado en Spurgeon)

b. Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí: David pudo combinar su sentido de gran gozo en Dios con una evaluación realista de su necesidad presente. Seguro, en la verdad de que Dios se preocupaba por él y pensaba en él, David nuevamente apeló a Dios para que fuera su ayuda y libertador, y necesitaba que Dios hiciera esto sin demora.

i. “Él clama, ’Soy pobre y necesitado’. Su gozo se encuentra en Otro. Aparta la mirada de sí mismo, busca los consuelos que el propósito eterno le ha preparado”. (Spurgeon)

ii. Afligido yo y necesitado: “Con tal Padre y tal Amigo, la pobreza se vuelve riqueza y la debilidad misma es fuerte”. (Horne)

iii. Jehová pensará en mí: “Él pensaba en ti, y todavía piensa en ti. Cuando el Padre piensa en sus hijos, piensa en ti. Cuando el gran Juez de todos piensa en los justificados, piensa en ti. Oh cristiano, ¿puedes captar el pensamiento? ¡El Padre Eterno piensa en ti!”. (Spurgeon)

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

© Copyright 2018 - Enduring Word       |      Site Hosted & Maintained by Local View Marketing    |    Privacy Policy