Salmo 66




Salmo 66 – Cómo todos pueden alabar a Dios

Este salmo se titula Al músico principal. Cántico. Salmo. Al igual que con el Salmo 65, se describe como un Cántico y un Salmo. Este es el primer salmo desde el Salmo 50 que no se atribuye a David.

Se dice que este salmo es recitado el día de Pascua, por la iglesia griega: se describe en la biblia griega como un Salmo de la Resurrección, y puede entenderse que se refiere, en un sentido profético, a la regeneración del mundo, mediante la conversión de los gentiles”. (Daniel Cresswell, citado en Spurgeon)

A. Alanza al Dios de toda la tierra.

1. (1-2) Cantar en honor de Su nombre.

Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra.
Cantad la gloria de su nombre;
Poned gloria en su alabanza.

a. Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra: Como en el salmo anterior y el próximo, el Salmo 66 no solo tiene en vista a Israel, sino a toda la tierra. El salmista entendía que Dios no solo era Dios sobre Israel, sino sobre el mundo entero. Era bueno y apropiado para él llamar a todos a alabar con alegría a Dios.

i. “Los compositores de melodías para la congregación deben asegurarse de que sus aires sean alegres; no necesitamos tanto ruido, sino ruido alegre”. (Spurgeon)

b. Poned gloria en su alabanza: El canto no es la única manera de alabar a Dios, pero es una de las principales. El salmista anima a todos a cantar la gloria de su nombre, y a hacerlo de una manera que pusiera gloria en la alabanza a Dios.

i. “La alabanza requiere concentración en la cosa, persona o deidad que se alaba. Los agradecimientos tienden a centrarse en lo que ha recibido el hablante y, por lo tanto, pueden volverse bastante estrechos y superficiales. En la expresión de la acción de gracias, el yo puede convertirse en el tema principal, pero es mucho menos probable que esto suceda en la alabanza”. (Tate, citado en Boice)

2. (3-4) Cómo alabar a Dios.

Decid a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras!
Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos.
Toda la tierra te adorará,
Y cantará a ti;
Cantarán a tu nombre. Selah

a. Decid a Dios: El salmista da una guía práctica para aquellos que quieren alabar a Dios, diciéndoles específicamente qué decir. Él no sugiere hacer esto de una manera mecánica o insensible, sino como ayuda para los corazones que realmente quieren alabar a Dios pero necesitan alguna instrucción sobre cómo. Comienza con lo que le decimos a Dios, palabras que realmente decimos. Hay un lugar para la alabanza tácita (Salmo 65:1), pero la alabanza hablada no debe descuidarse.

i. Decid a Dios: “Se requería más que pensar en Dios. La consideración, la meditación, la especulación, la contemplación de Dios y los objetos divinos, tienen su lugar y su estación; pero esto es más que eso, y más que admiración”. (John Donne, citado en Spurgeon)

b. ¡Cuán asombrosas son tus obras!: Uno puede comenzar a alabar a Dios al pensar en la grandeza de Su obra en la creación, salvación y restauración. Luego, diciéndole a Dios lo asombrosas que son Sus obras.

c. Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos: La alabanza puede continuar con el reconocimiento del gran poder de Dios, que produjo las asombrosas obras. Este Dios asombroso y poderoso tiene enemigos, pero a través de Su gran poder serán conquistados y se someterán a Dios. Esto alaba a Dios por el triunfo de su poder sobre todos Sus enemigos.

i. Varios comentaristas señalan que el sentido de se someterán a ti tus enemigos tiene la sensación de una sumisión insincera e involuntaria a Dios. “El hebreo insinúa claramente, será una sumisión forzada y falsa. El poder pone a un hombre de rodillas, pero solo el amor gana su corazón. Faraón dijo que dejaría ir a Israel, pero le mintió a Dios; se sometió de palabra pero no de hecho. Decenas de miles, tanto en la tierra como en el infierno, están rindiendo este forzado homenaje al Todopoderoso; solo se someten porque no pueden hacer otra cosa; no es su lealtad, el poder de Dios, lo que los mantiene sujetos a su dominio ilimitado”. (Spurgeon)

ii. “Es cierto que él discierne que la sumisión no siempre será genuina; porque usa la misma palabra para expresarlo como ocurre en el Salmo 18:44, que representa ‘homenaje fingido’”. (Maclaren)

iii. Filipenses 2:10-11 tiene algo de este sentido: para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

d. Toda la tierra te adorará: Dios puede ser alabado en el reconocimiento de Su triunfo final sobre toda la tierra y en que es digno de recibir la adoración y las alabanzas que apropiadamente le traen.

e. Cantarán a tu nombre: En el pensamiento de los judíos antiguos, el nombre era más que una palabra; era un verdadero identificador, una indicación de carácter. Esto habla de algo más grande que la sumisión a regañadientes de las líneas anteriores; esta es una alabanza que conoce algo de la naturaleza y el carácter de Dios.

i. “La adoración aceptable no solo alaba a Dios como el Señor misterioso, sino que se vuelve fragante por alguna medida de conocimiento de su nombre o carácter. Dios no sería adorado como un Dios desconocido, ni sería dicho de su pueblo: ‘No saben a qué adoran”. (Spurgeon)

ii. Selah: “Una pequeña pausa, porque la santa expectación está bien insertada después de una profecía tan grande, y la elevación del corazón también es una dirección adecuada. Ninguna meditación puede ser más gozosa que la que se emociona por la perspectiva de un mundo reconciliado con su Creador”. (Spurgeon)

B. Alabanza al Dios de Israel.

1. (5-7) Ver las obras de Dios que lo hacen digno de alabanza.

Venid, y ved las obras de Dios,
Temible en hechos sobre los hijos de los hombres.
Volvió el mar en seco;
Por el río pasaron a pie;
Allí en él nos alegramos.
El señorea con su poder para siempre;
Sus ojos atalayan sobre las naciones;
Los rebeldes no serán enaltecidos. Selah

a. Venid, y ved las obras de Dios: El salmista sentía que quizás otros podrían ser lentos en pensar en las obras asombrosas de Dios (Salmo 66:3). Él ayudaría, describiendo cómo Él es temible en hechos sobre los hijos de los hombres.

i. Venid, y ved: “Él toma de la mano a las personas buenas, por así decirlo, guiándolas a la visión de los maravillosos procedimientos de Dios”. (Trapp)

b. Volvió el mar en seco; Por el río pasaron a pie: El salmista vuelve a la historia santa de las Escrituras y recuerda cómo Dios mostró Su poder al llevar a Israel a través del Mar Rojo (Éxodo 14:21) y a través del Río Jordán (Josué 3:14-16).

i. El salmista podría haber elegido cualquier cosa para describir las obras, pero elige dos eventos que mostraban cómo Dios participa en los asuntos humanos. El Dios de todo poder no es un observador pasivo, sino un participante activo.

c. Allí en él nos alegramos: Al decir nos, el salmista se identifica con Israel cientos de años antes de su tiempo, como si estuviera allí. Era como si el salmista se parara junto al río Jordán, señalara un lugar y dijera, “Allí. Ahí es donde sucedió esto. No fue una leyenda ni un mito, sino que hay un allí donde sucedió. Por tanto, en él nos alegraremos”.

i. “La obra de Dios nunca es anticuada. Todo es una revelación de actividades eternas. Lo que ha sido, es. Lo que hizo, lo hace. Por tanto, la fe puede alimentarse de todos los registros de los tiempos antiguos y esperar la repetición de todo lo que contienen”. (Maclaren)

ii. En Él nos alegramos: “Es de notar que el gozo de Israel estaba en su Dios, dejemos que el nuestro también esté ahí. No es tanto lo que Él ha hecho, sino lo que Él es, lo que debe suscitar en nosotros un regocijo sagrado”. (Spurgeon)

d. Sus ojos atalayan sobre las naciones: El salmista llama a toda la tierra a observar las grandes obras de Dios y a alabarlo. También valía la pena recordar que Él observa a las naciones; ellas deberían alzar su mirada hacia Aquel que los mira.

e. Los rebeldes no serán enaltecidos: A la luz del poder de Dios, Su participación en los asuntos humanos y Su mirada sobre el mundo, ser rebeldes contra Él es una tontería. Enaltecerse contra Él es una locura.

2. (8-12) Más razones para alabar a Dios.

Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
Y haced oír la voz de su alabanza.
Él es quien preservó la vida a nuestra alma,
Y no permitió que nuestros pies resbalasen.
Porque tú nos probaste, oh Dios;
Nos ensayaste como se afina la plata.
Nos metiste en la red;
Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga.
Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza;
Pasamos por el fuego y por el agua,
Y nos sacaste a abundancia.

a. Bendecid, pueblos, a nuestro Dios: El salmista repite su exhortación a toda la tierra, diciéndoles que alabaran al Dios de Israel. Él dará muchas más razones para hacerlo.

i. “El versículo 8 revela la convicción de que las fortunas de Israel abarcan al mundo, como se le prometió a Abram”. (Kidner)

ii. “No solo debemos publicar las alabanzas a Dios, sino también provocar a otros para que lo hagan”. (Trapp)

b. Él es quien preservó la vida a nuestra alma: Dios preserva a su pueblo, dándoles vida y posición segura (Y no permitió que nuestros pies resbalasen).

i. “¡Pruébanos, oh Dios; pero permítenos resistir la prueba!”. (Horne)

ii. “Si Dios nos ha capacitado no solo para mantener nuestra vida, sino también nuestra posición, estamos obligados a darle doble alabanza. Vivir y estar de pie es la condición del santo a través de la gracia divina. Inmortales e inamovibles son aquellos a quienes Dios preserva”. (Spurgeon)

c. Porque tú nos probaste, oh Dios: Dios bendice a su pueblo, pero a veces la bendición está en una prueba difícil. El salmista alaba a Dios por la vida y la posición segura, pero también reconoce las dificultades de la vida. Expresa las dificultades y las pruebas con muchas imágenes de palabras.

·Nos ensayaste como se afina la plata: Sentimos que el calor aumenta hasta que no tenemos fuerza ni estabilidad, sino que nos derretimos. La escoria impura sube a la cima y Dios, el Refinador, la raspa expertamente, sabiendo que la plata es lo suficientemente pura cuando Él puede ver Su propio reflejo en nuestro metal derretido.

·Nos metiste en la red: Sentíamos la libertad de poder nadar donde quisiéramos, y la vida estaba llena de opciones y elecciones. De repente, esa libertad pareció desaparecer y nuestras opciones se hicieron pocas.

·Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga: Solíamos caminar tranquilos y despreocupados, como si no tuviéramos ni una carga. Ahora nuestros lomos están cargados con pesada carga, y nos resulta difícil soportar el peso.

·Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza: Solíamos estar en la batalla y luchar en igual posición que nuestros enemigos, o incluso en mejor posición. Entonces nos abatieron y sentimos que cabalgaban triunfantes sobre nosotros. Donde una vez parecíamos conocer solo la victoria, ahora sentimos el aguijón de la derrota.

·Pasamos por el fuego y por el agua: Sentimos que hemos pasado por todo, y parece que no se nos ha ocultado ninguna adversidad.

i. “La palabra traducida pesada carga es desconocida en otros lugares, y su significado incierto; pero puede derivar de una raíz que significa ‘presionar’, una idea que nos es familiar en nuestro uso metafórico moderno de la palabra ‘presión’”. (Kidner)

ii. “Cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; cabalgar sobre nuestros hombros. Con tu permiso, nos han utilizado como esclavos, sí, como bestias, para llevar a sus personas o cargas. Compárese con Isaías 51:23”. (Poole)

d. Y nos sacaste a abundancia: El salmista le dice a Dios que él entendía, que en algún sentido máximo, su aflicción provenía “de Él” era permitida por Dios mismo. Conforme continuaron confiando en Dios, Él se reivindicó a Sí mismo y a su confianza, no solo librándolos de las dificultades, sino llevándolos a la abundancia. Esta abundancia nunca habría llegado aparte de las muchas dificultades.

i. “El objetivo principal de nuestra vida no es hacer, sino llegar a ser. Para esto, estamos siendo moldeados y disciplinados cada hora”. (Meyer)

ii. Nos recordamos a nosotros mismos que esto está en una lista que da todas las razones de la tierra por las que Dios debe ser alabado. Pensaríamos que tales dificultades deberían evitarse si queremos que otros alaben a Dios, pero el salmista describe la vida vivida para Dios como realmente es y sabía que entender a Dios como realmente es atraerá a hombres y mujeres a la alabanza.

C. Alabanza al Dios del creyente individual.

1. (13-15) Alabar a Dios con sacrificios y cumplir votos.

Entraré en tu casa con holocaustos;
Te pagaré mis votos,
Que pronunciaron mis labios
Y habló mi boca, cuando estaba angustiado.
Holocaustos de animales engordados te ofreceré,
Con sahumerio de carneros;
Te ofreceré en sacrificio bueyes y machos cabríos. Selah

a. Entraré en tu casa con holocaustos: El salmista determina alabar a Dios al obedecer su mandato con respecto a los sacrificios, llevándolos al altar de Dios.

i. “Por su propia naturaleza, un holocausto era más serio, y significaba algo así como la dedicación o consagración completa de sí mismo a Dios por parte del adorador”. (Boice)

b. Te pagaré mis votos: El salmista le había prometido a Dios ciertos sacrificios o regalos en agradecimiento por la obra de Dios en su tiempo de angustia. No pensaba pecar rompiendo sus votos.

i. Mis votos: “Solo que nunca olvidemos que cuando se hacen, deben cumplirse. La razón no está en Dios, sino en nosotros. No mantener la fe en Dios es sufrir el deterioro del carácter”. (Morgan)

c. Holocaustos de animales engordados te ofreceré, Con sahumerio de carneros; Te ofreceré en sacrificio bueyes y machos cabríos: El salmista cumpliría sus votos a Dios con sacrificios generosos y costosos, ofreciendo muchos animales. Lo que le llevaría a Dios era de lo mejor; eran animales engordados.

i. “Los animales calificados que menciona el salmista son carneros, toros y cabras. La generosidad del voto es inusual”. (VanGemeren)

2. (16-19) Alabar a Dios con palabras.

Venid, oíd todos los que teméis a Dios,
Y contaré lo que ha hecho a mi alma.
A él clamé con mi boca,
Y fue exaltado con mi lengua.
Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad,
El Señor no me habría escuchado.
Mas ciertamente me escuchó Dios;
Atendió a la voz de mi súplica.

a. Venid, oíd todos los que teméis a Dios: El voto del salmista no se cumpliría solo a través del sacrificio. También tenía la obligación de proclamar la bondad de Dios, de declarar lo que ha hecho a mi alma. Sus acciones hablaban, pero no quitaban la necesidad de que su boca también hablara.

i. “Podemos imaginar la escena de la adoración pública, tal vez en la Pascua o en una celebración de la victoria, en la que la alabanza colectiva da paso a la voz de este adorador, que se presenta con sus ofrendas ante el altar y habla del Dios cuyo cuidado no es solo mundial y nacional, sino personal: contaré lo que ha hecho por mí”. (Kidner)

b. A él clamé con mi boca, Y fue exaltado con mi lengua: Mientras el salmista le habla a otros acerca de la bondad de Dios, describe cómo le habla a Dios. Él ofrece tanto sacrificios de animales como sacrificios de alabanza.

c. Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado: Nadie debería pensar que Dios puede ser persuadido simplemente por medio de sacrificios o votos. Era importante dejar en claro que el salmista no solo sacrificaba, sino que también le daba a Dios lo mejor: la obediencia. No se aferraba a la iniquidad en su corazón.

i. “Iniquidad; cualquier pecado, y especialmente la idolatría, que a menudo se expresa con esta palabra, a la que los israelitas eran muy propensos y a la que tenían las tentaciones más poderosas”. (Poole)

ii. “La oración que es ‘escuchada’ es la oración del penitente, afligido de corazón y agotado por el pecado, odiándolo y anhelando ser liberado de él”. (Horne)

d. Mas ciertamente me escuchó Dios: Cuando clamó a Dios, Dios escuchó. Él respondió, y dio más razones para que lo alabaran.

3. (20) La conclusión de la alabanza.

Bendito sea Dios,
Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.

a. Bendito sea Dios, Que no echó de sí mi oración: A menudo damos por sentado el privilegio de la oración. El salmista entendía lo maravilloso que era que Dios recibiera su oración y cómo esto hacía que Dios fuera más alabado.

b. Ni de mí su misericordia: Este era un recordatorio final y maravilloso de que la respuesta a la oración no provenía de lo que el salmista merecía, sino como un regalo del gran amor y misericordia [hesed] de Dios.

i. “La última palabra de gratitud no es solo por la petición respondida, sino por lo que significa: una relación ininterrumpida con Dios”. (Kidner)

ii. Thomas Fuller (citado por Spurgeon) compuso un silogismo del Salmo 66:19-20. Funciona algo como lo siguiente:

·Si considero la iniquidad en mi corazón, Dios no escuchará mi oración.

·Dios ha escuchado mi oración.

Esperaríamos que la siguiente línea fuera: Por lo tanto, no hay iniquidad en mi corazón. Sin embargo, el salmista completa el silogismo de una manera inesperada, alabando la misericordia de Dios. “Parecía que debía colocar la corona sobre sí mismo, pero la pone en la cabeza de Dios. Aprenderé esta excelente lógica”. (Fuller)

iii. “Esta es la conclusión del silogismo de David, en este y en los dos versículos anteriores; y aquí su lógica es mejor que la de Aristóteles”. (Trapp)

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

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