El Buen Plan de Dios


Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación. Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto (Génesis 45:7-8)

José fue víctima de trato cruel por parte de sus hermanos, los madianitas, la esposa de Potifar, el copero del faraón y muchos otros; sin embargo, no se veía a sí mismo como una víctima. Él entendía que la buena obra de Dios era mayor que las malas acciones cometidas en su contra.

Esto se refleja en la explicación que dio a sus hermanos cuando se reveló a ellos. José explicó cómo la mano de Dios había obrado a pesar de las maldades que cometieron contra él.

Así es como José explicó el hecho de que lo vendieran como esclavo en Egipto: “Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra”. No restó importancia a lo que sus hermanos habían hecho, pero entendía que el propósito de Dios en todo aquello era más grande que la maldad de ellos.

Cuando somos agraviados, podemos caer en la tentación de fallar en uno o ambos aspectos: fingir que los ofensores no hicieron nada o ignorar la mano soberana de Dios en todas las circunstancias.

Es válido preguntar: “¿Por qué estaba José en Egipto? ¿Fue por el pecado de sus hermanos o por el buen plan de Dios?”. La respuesta es que ambos aspectos son ciertos. Todos los sufrimientos de José tuvieron un propósito. Dios los utilizó para preservar a su familia y crear las condiciones para que esta se convirtiera en una nación. Aunque José fue víctima de los pecados que cometieron contra él, Dios transformó todo para Su gloria. Nada fue en vano.

Ir a Egipto permitió que Israel no se asimilara entre las tribus paganas de Canaán. Dios los llevó a Egipto para que crecieran como nación mientras mantenían su identidad distintiva.

Hace años, el rabino Harold Kushner escribió un libro superventas titulado Cuando las cosas malas le pasan a la gente buena. La idea central de su libro era que Dios es completamente amoroso, pero no todopoderoso; que Dios es bueno, pero no soberano. Según Kushner, cuando suceden cosas malas a las personas buenas, es porque los eventos escapan al control de Dios. Él aconseja a sus lectores: “Aprendan a amarlo [a Dios] y perdonarlo a pesar de sus limitaciones”. Sin embargo, lo que Kushner describe no es el Dios de la Biblia, no es el Dios que se revela en la vida de José.

Al decir: “no me enviasteis acá vosotros, sino Dios”, José reconoció que Dios gobernaba su vida, no los hombres buenos, ni los malos, ni las circunstancias, ni el destino. Dios tenía el control, y debido a que Dios tenía el control, todas las cosas obraban para bien.

¿Alguien te ha hecho daño? No necesitas fingir que nunca sucedió. Sé honesto sobre lo que ocurrió, pero contempla con mayor claridad el buen plan de Dios en todo.

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Categories: Devocional Semanal
David Guzik:

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