Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo? (Jueces 6:14)
En los días de los jueces, Dios llamó a un hombre inesperado llamado Gedeón para liberar a Israel. Gedeón era un hombre que no quería la responsabilidad ni tampoco se pensaba digno del trabajo. Gedeón luchó con Dios, buscando cada vez más confirmación de que él era el que tenía que hacer este gran trabajo de liderar la resistencia contra los madianitas. En algún momento entre todo esto, el ángel de Jehová se le apareció a Gedeón, y le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas.
Dado las circunstancias, era extraño decir: Ve con esta tu fuerza. Aunque no lo parecía para muchos, Gedeón ya era poderoso en muchos aspectos.
Gedeón tenía la fuerza de los humildes. Cuando Jehová vino a Gedeón, estaba sacudiendo el trigo en el lagar. Esto era difícil y humillante. El trigo se sacudia en lugares abiertos, generalmente en la cima de una colina para que la brisa pudiera volar la paja. El trigo no se trillaba normalmente en un lugar hundido como un lagar. En este humildelugar, Gedeón era poderoso.
Gedeón tenía la fuerza de los bondadosos, porque le importaba el lugar bajo de Israel. Cuando el Señor vino a Gedeón, él quiso saber por qué Israel estaba en un lugar bajo. Gedeón se preocupaba por Israel y quería hacer algo al respecto de su situación actual. En este lugar bondadoso, Gedeón era fuerte.
Gedeón tenía la fuerza de los espiritualmente hambrientos porque quería ver a Dios hacer maravillas nuevamente. Gedeón le dijo a Jehová: Hemos oído de estas maravillas del pasado, pero queremos ver la grandeza de Dios ahora. Esta hambre de más de lo que Dios podía hacer resultó en acción futura. En este lugar hambriento, Gedeón era fuerte.
Gedeón tenía la fuerza de los enseñables, porque escuchó lo que el Señor dijo. Después de esta conversación, Gedeón comenzó a hacer la voluntad de Dios. Esto demostró que realmente era enseñable. En este lugar de enseñanza, Gedeón era fuerte.
Más que nada, Gedeón tenía la fuerza de los débiles, y la fuerza de Dios se perfecciona en la debilidad (2 Corintios 12:9). Él sabía que era débil, y esto lo hizo lo suficientemente sabio como para confiar en la fuerza de Dios. En este lugar de debilidad, Gedeón era fuerte.
Mirándolo con los ojos del hombre, Gedeón era débil y el mensaje de Dios era sarcástico. Pero mirándolo a través de la sabiduría de Dios, vemos que Gedeón realmente podía ir en poder, porque era el poder de los débiles que confiaban en la fuerza de Dios.
Esta semana, ve con esta tu fuerza, solo asegúrate de que sea realmente la fuerza de tu poderoso Dios.