Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. (Hechos 1:9-11)
Unos 40 días después de su resurrección, Jesús reunió a sus discípulos en el monte de los Olivos y les dijo que fueran testigos de Él en toda la tierra. Al terminar ese importante y último mandato, Jesús hizo algo extraordinario. Su cuerpo físico fue alzado al cielo, incluso cuando sus discípulos observaban. Él subió y subió hasta que desvaneció en las nubes y no se le pudo ver más.
Jesús quería que sus discípulos vieran su partida de la tierra al cielo. Leemos, viéndolo ellos, fue alzado. Para Jesús, era importante dejar a sus discípulos de esta manera. Él pudo haber desaparecido al cielo y a la presencia del Padre de una manera secreta. Pero Jesús quería que sus seguidores supieran que se había ido para siempre, a diferencia de la manera en la que apareció y reapareció durante los 40 días posteriores a su resurrección.
Jesús les dijo a los discípulos que les convenía que Él se fuera porque les mandaría al Espíritu Santo (Juan 16:7). Ahora los discípulos podían saber que esa promesa se cumpliría. El Espíritu Santo venía porque Jesús prometió enviar el Espíritu después de irse, y la ascensión fue la manera en demostrar que Jesús realmente se había ido.
Mientras los discípulos veían al cielo, dos varones –ángeles– preguntaron: ¿por qué estáis mirando al cielo? Les dijeron a los discípulos que se enfocaran en lo que Jesús les dijo que hicieran, no en dónde y cómo se había ido Jesús.
Los dos varones se refirieron a Jesús como este mismo Jesús. Esto nos recuerda que el Jesús que ascendió al cielo y está sentado a la diestra de Dios el Padre es el mismo Jesús del Evangelio. Es el mismo Jesús de amor, gracia, bondad, sabiduría y cuidado. El Jesús en el cielo es este mismo Jesús.
Luego, también prometieron algo maravilloso: Jesús vendrá como le habéis visto ir al cielo. Este Jesús regresará tal como se fue.
– Él se fue físicamente y vendrá como le habéis visto ir.
– Él se fue visiblemente y vendrá como le habéis visto ir.
– Él se fue del monte de los Olivos y vendrá como le habéis visto ir.
– Él se fue en presencia de sus discípulos y vendrá como le habéis visto ir.
– Él se fue bendiciendo a Su pueblo (Lucas 24:50-51) y vendrá como le habéis visto ir.
¡Ven pronto, Señor Jesús!
Haz clic aquí para el comentario de David de Hechos 1