Florece donde te planten


Fuiste llamado siendo esclavo? No te dé cuidado; pero también, si puedes hacerte libre, procúralo más. Porque el que en el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo. Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres. Cada uno, hermanos, en el estado en que fue llamado, así permanezca para con Dios (1 Corintios 7:21-24).

Pablo aborda cuestiones y controversias entre los cristianos de Corinto sobre el matrimonio y la soltería. Parece que muchos de los que estaban casados pensaban que serían más espirituales si estuvieran solteros, y muchos de los que estaban solteros tenían dudas sobre casarse.

Un tema general en este capítulo es: “Puedes honrar y servir al Señor en tu situación actual”. Es común que el soltero piense: “Si estuviera casado, entonces sí podría servir a Jesús”. También es común que los casados piensen: “Si fuera soltero, entonces podría servir verdaderamente al Señor”. Lo que a menudo se pasa por alto es la verdad urgente de que podemos servir a Dios en nuestra circunstancias actuales.

Pablo usó un ejemplo extremo para ilustrar esto: la esclavitud. Les dijo a aquellos que se convirtieron en creyentes como esclavos: No te dé cuidado. Un esclavo puede agradar a Dios como esclavo. No debe vivir pensando: “No puedo hacer nada por Dios ahora, pero podría si fuera un hombre libre”. Él puede, y debe, servir a Dios como pueda en el presente. El punto real de Pablo era sobre el matrimonio y la soltería, pero la esclavitud ilustraba el mismo principio.

Sin embargo, Pablo quería que supieran que el hecho de que un esclavo pudiera agradar a Dios no significaba que Jesús nunca quisiera que un esclavo fuera hecho libre. Si un esclavo tenía la oportunidad de obtener su libertad, debía aprovecharla.

Siguiendo esa idea, Pablo estableció un principio importante: no os hagáis esclavos de los hombres. Esto es cierto no sólo con respecto a la esclavitud literal, sino también espiritualmente. Nunca debemos ponernos bajo el control o la influencia inapropiada de otros. Es fácil permitir que alguien dotado, estimado o famoso piense y busque a Dios por nosotros. Somos seguidores de Jesús, no servilmente devotos de aquellos a quienes Dios pueda levantar como líderes entre los creyentes.

Pablo expuso la idea principal una vez más: cada uno, hermanos, en el estado en que fue llamado, así permanezca para con Dios. Este principio se aplica a un amplio espectro: casado o soltero, circuncidado o incircunciso, esclavo o libre. Podemos buscar lo mejor para Dios y ser usados por Él justo donde estamos. Por supuesto, si uno está en una ocupación pecaminosa, debe dejarla; pero aparte de eso podemos florecer dondequiera que Dios nos plante. Mientras tanto, estamos abiertos a un cambio en nuestras circunstancias, pero sabemos que Dios puede y nos bendecirá y usará justo donde estamos. No esperes para honrar y servir a Jesús.

Categories: Devocional Semanal
David Guzik:

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