Todos llenos del Espíritu Santo

Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo. (Hechos 2:2-4a)

Cuando los 120 seguidores de Jesús se reunieron de acuerdo con el mandato de su Salvador, sucedió algo extraordinario. El bautismo del Espíritu Santo que Jesús les había prometido en Hechos 1:5 vino sobre ellos. Leemos que fueron todos llenos del Espíritu Santo.

Es importante recordar que esta no fue la primera experiencia que los discípulos de Jesús tuvieron con el Espíritu Santo. Ellos no eran ajenos a la persona y obra del Espíritu Santo.

– Los discípulos vieron al Espíritu Santo obrar continuamente para el ministerio de Jesús.
– Los discípulos experimentaron algo del poder del Espíritu Santo cuando sirvieron a Dios (Lucas 10:1-20).
– Los discípulos escucharon a Jesús prometer una nueva obra venidera del Consolador (Juan 14:15-18).
– Los discípulos recibieron el Espíritu Santo de una manera nueva después de que Jesús terminó su obra en la cruz e instituyó con su sangre el nuevo pacto (Juan 20:19-23).

Pero aún con todo eso, todavía había más que recibir y experimentar con respecto a la obra del Espíritu Santo, y recibieron más aquí en Hechos 2.

Hechos 2 nos enseña mucho sobre el llenamiento del Espíritu Santo.

– Se nos promete el llenamiento del Espíritu Santo.
– Merece la pena esperar la llenura del Espíritu Santo.
– La llenura del Espíritu Santo viene como Él quiere, a menudo no de acuerdo con nuestras expectativas.
– La llenura del Espíritu Santo puede venir no solo sobre individuos, sino también sobre grupos (véase también Hechos 2:4, 4:31 y 10:44).
– La llenura del Espíritu Santo a menudo se da cuando Dios trata con nuestra carne y morimos a nosotros mismos.

También es importante ver lo que Hechos 2 no nos dice sobre la llenura del Espíritu Santo.

– La llenura del Espíritu Santo no se da según una fórmula.
– La llenura del Espíritu Santo no se gana. Siempre es un don gratuito.

Nadie puede negar que esto fue algo bueno. En los Evangelios, vemos mucha debilidad y vacilación en estos discípulos mientras seguían a Jesús. Pero después de esta llenura del Espíritu Santo, eran personas diferentes. No eran perfectos; pero eran diferentes.

Esta venida y llenura del Espíritu Santo era tan buena, tan esencial para el trabajo de la comunidad de los primeros cristianos, que Jesús dijo que era mejor para Él dejar la tierra corporalmente para poder enviar al Consolador (Juan 16:7).

Esta llenura del Espíritu Santo es para ti (Lucas 11:9-13). Pídele a Dios la llenura hoy.

Haz clic aquí para el comentario de David de Hechos 2

 

Categories: Devocional Semanal
David Guzik:

© Copyright 2018 - Enduring Word       |      Site Hosted & Maintained by Local View Marketing    |    Privacy Policy