Mas su arco se mantuvo poderoso,
Y los brazos de sus manos se fortalecieron
Por las manos del Fuerte de Jacob
(Por el nombre del Pastor, la Roca de Israel),
Por el Dios de tu padre, el cual te ayudará,
Por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá
(Génesis 49:24-25a).

Génesis 49 recoge la bendición profética que Jacob pronunció sobre sus hijos. Dentro de ella, encontramos esta hermosa porción dirigida a José, que nos presenta al menos dos aspectos dignos de notar.

El primero es la imagen evocadora de la frase: los brazos de sus manos se fortalecieron por las manos del Fuerte de Jacob. Anteriormente, Jacob había descrito poéticamente a los enemigos de José como arqueros que lo atacaban sin cesar (49:23). Sin embargo, José no fue vencido, porque su arco se mantuvo poderoso. ¿Por qué su arco no cedió? Porque sus manos se fortalecieron por las manos del Fuerte de Jacob.

Cómo disparar con fortaleza

Imagina esta escena: un padre enseña a su hijo a disparar con arco y flechas. El niño no tiene la fuerza suficiente para tensar la cuerda con precisión, así que el padre lo rodea, coloca sus manos firmes sobre las pequeñas manos de su hijo y lo ayuda a disparar. Así fue con José. Las manos de Dios estaban sobre las suyas, dándole la fuerza y la habilidad para disparar con destreza. Dios estuvo con él, aun cuando José no lo supiera. Y lo mismo es cierto para ti.

El segundo aspecto asombroso de este pasaje es la forma en que Jacob describe a Dios mediante cinco títulos majestuosos. Estas palabras reflejan su comprensión de quién es Dios. Al leerlas, pregúntate: “¿Conozco yo a Dios de esta manera?”.

– El Fuerte de Jacob: Él es el Dios de verdadero poder y fortaleza, el Dios personal.

– El Pastor: Él es el Dios que cuida fiel y tiernamente de su pueblo.

– La Roca de Israel: Él es el Dios que es fundamento firme para los suyos, tanto individual como colectivamente.

– El Dios de tu Padre: Él es el Dios que ha demostrado su fidelidad a lo largo de generaciones.

– El Omnipotente: Él es el Dios que todo lo puede, poderoso y soberano sobre todas las cosas. Este Dios grandioso y omnipotente es quien te bendecirá, derramando su bondad y gracia sobre tu vida.

Estos títulos nos muestran un Jacob transformado. Antes, se refería a Dios como “el Dios de Abraha” o “el Temor de su padre Isaac” (Génesis 31:53), títulos que hablaban de la relación de Dios con sus antepasados, pero no con él mismo. Ahora, en Génesis 49, sus palabras reflejan algo más profundo: Jacob ha llegado a conocer a Dios personalmente.

El mismo Dios que fortaleció las manos de José y lo hizo diestro en la batalla es el Dios que se revela a través de estos cinco gloriosos títulos. Él quiere que lo conozcas de esta manera, no solo por lo que dice su Palabra, sino también por lo que experimentas en tu propia vida. ¿Lo conoces?

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