Y dijo Israel a José: He aquí yo muero; pero Dios estará con vosotros, y os hará volver a la tierra de vuestros padres (Génesis 48:21).

Cuando Israel (Jacob) le dijo a José: He aquí yo muero, comprendía que estaba ocurriendo una transición. La antorcha que había sostenido durante tanto tiempo ahora pasaba a José y sus hermanos. Israel fue el último de los tres grandes patriarcas en caminar sobre la tierra, pero la obra de Dios continuaría.

Cuatro etapas de crecimiento espiritual

Charles Spurgeon, el gran predicador de la Inglaterra victoriana, expresó bien esta verdad: “Si Abraham muere, queda Isaac; si Isaac muere, queda Jacob; si Jacob muere, queda José; y si José muere, Efraín y Manasés sobreviven. Jamás faltará al Señor un campeón que lleve en alto su estandarte entre los hijos de los hombres… Dios mantendrá la sucesión apostólica; no hay por qué temer. Cuando Esteban muere, Pablo no está lejos. Cuando Elías es tomado, deja su manto tras de sí”.

Es cierto. A veces, cuando grandes hombres y mujeres de Dios dejan este mundo, nos sentimos desesperanzados. ¿Quién continuará la obra de Dios? La respuesta es sencilla: Dios continuará su obra. Él elige, llama y prepara a sus siervos según le place.

Israel le dio a José una esperanza arraigada en una promesa invaluable: Dios estará con vosotros, y os hará volver a la tierra de vuestros padres. Aunque los patriarcas ya no caminaran sobre la tierra, Dios seguiría con su pueblo. También cumpliría su promesa de dar la tierra de Canaán (la tierra de vuestros padres) a los descendientes de Israel.

Las palabras de Israel, Dios estará con vosotros, y os hará volver, completan una serie de frases a lo largo de su vida que ilustran el crecimiento espiritual del creyente en distintas etapas de madurez:

La frase Yo estoy contigo (Génesis 28:15) fue la promesa de Dios a un joven Jacob (Israel), donde le asegura su presencia en el momento presente, en el aquí y ahora. Esto revela cómo Dios ofrece al creyente joven la más absoluta seguridad en cuanto a su presencia y gracia.

La frase Yo estaré contigo (Génesis 31:3) fue la promesa de Dios a Jacob sobre su fidelidad futura, que se manifestaría con el paso del tiempo. Esto demuestra que Dios espera que el creyente en crecimiento confíe plenamente en su cercanía, aun cuando solo tenga la promesa de su presencia.

La frase Dios… ha estado conmigo (Génesis 31:5) fue el hermoso testimonio de Jacob, quien veía cómo Dios había cumplido sus promesas de presencia. Esto es algo que un creyente maduro será capaz de declarar. El creyente maduro puede dar testimonio de cómo Dios ha estado con él, incluso en los momentos de dificultad y prueba.

Finalmente, la frase en Génesis 48:21, Dios estará con vosotros, revela que Dios otorga al creyente maduro la oportunidad de alentar a otros con la certeza de su presencia. Era como si Israel dijera: “José, Dios nunca me ha abandonado. Dios ha estado conmigo, y puedo decir con certeza que estará contigo”.

¿Cuál de estas cuatro etapas describe mejor tu condición espiritual?

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