El pasaje de la Escritura que leía era este:

Como oveja a la muerte fue llevado;
Y como cordero mudo delante del que lo trasquila,
Así no abrió su boca.
En su humillación no se le hizo justicia;
Mas su generación, ¿quién la contará?
Porque fue quitada de la tierra su vida.

Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro? Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús (Hechos 8:32-35).

¿No es asombroso cuando Dios arregla perfectamente las cosas? Dios le dijo a Felipe que dejara una temporada exitosa de ministerio y fuera a un completo desierto. Entonces Felipe vio un carro, y el hombre en el carro estaba leyendo al profeta Isaías. Entonces el hombre pidió ayuda para entender – ¡qué designación divina!

Designaciones divinas

Además de todo eso, el hombre en el carro estaba leyendo el asombroso pasaje profético de Isaías 53, que habla del siervo sufriente del Señor. Él hombre leía las palabras: Como oveja a la muerte fue llevado. En la maravillosa planificación de Dios, el etíope estaba leyendo las asombrosas y específicas profecías en Isaías 53 que describen la obra sacrificial, que cargó con los pecados, del Mesías venidero.

Entonces el hombre en el carro hizo una pregunta importante: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro? Con respecto a este pasaje de Isaías 53:7-8, los judíos de ese tiempo tenían diferentes formas de entender la identidad de este siervo sufriente.

– Algunos pensaban que el siervo sufriente era la misma nación de Israel, ya que Israel había sufrido mucho en las guerras, el exilio y la persecución.
– Algunos pensaban que el siervo sufriente era Isaías escribiendo sobre sí mismo.
– Algunos pensaban que el siervo sufriente era el Mesías, pero les costaba aceptarlo, porque no querían pensar en el Mesías sufriente.

Las tres ideas no pueden ser igualmente ciertas. Aunque había un sentido menor en el que el pasaje de Isaías 53 era cierto de Israel como nación y cierto de Isaías como profeta. Sin embargo, no hay duda de su sentido principal y más grande: Isaías 53 habla del Mesías, Jesucristo, en su papel como el Siervo Sufriente del Señor. No es útil pretender que todas las interpretaciones de un pasaje de la biblia son iguales, y Felipe evitó este error.

Felipe explicó cómo estas palabras de Isaías 53 hablaban de Jesús, el Mesías. Se lo explicó al hombre del carro a partir de este pasaje de la Escritura. Era fácil hablar de Jesús a partir de este pasaje de la Escritura, así que Felipe hizo lo que debía – le anunció el evangelio de Jesús

Fue una designación divina la que dispuso todo esto en Hechos 8. A través otras designaciones divinas, Dios ha traído a Jesucristo a usted. Este mismo Jesús sufrió como siervo por usted. Por fe, reciba y atesore hoy todo lo que Él sacrificó para llevarlo a una relación correcta con Dios.