Y le dijo Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocases (Génesis 20:6).
Dios habló al gobernante pagano Abimelec en un sueño, advirtiéndole que se mantuviera alejado de Sara, la prominente y prestigiosa mujer que había llegado a su ciudad de Gerar. Sara era la esposa de Abraham, quien era conocido como el hombre de Dios y el hombre del pacto de Dios.
Toda la situación se produjo porque Abraham no actuó como un hombre de Dios y un hombre del pacto de Dios. Al llegar a Gerar, Abraham no confió en Dios como debía y en su lugar confió en el engaño y la mentira. Abraham temía por su vida ante el rey de Gerar y la posibilidad de que se llevaran a Sara, dado su prestigio y riqueza evidente. Por ello, Abraham instruyó a Sara que mintiera, diciendo que era su hermana en lugar de su esposa. Sara siguió el consejo y Abimelec perdonó la vida de Abraham, pero tenía la intención de tomar a Sara para su harén.
Entonces Dios intervino en este problema con un sueño aterrador mientras Abimelec dormía. Dios advirtió a Abimelec que Sara era realmente la esposa de Abraham y no simplemente su hermana. Dios dijo que mataría a Abimelec si no devolvía a Sara a Abraham. En el sueño, Abimelec protestó ante Dios, argumentando que actuó de esa manera porque creía que Sara no estaba casada.
Dios estuvo de acuerdo y dijo que Abimelec había actuado con integridad en su corazón. Además, Dios le dice que fue Él quien detuvo a Abimelec de pecar contra el Señor.
¿No estás agradecido por las veces que Dios te ha impedido pecar contra Él?
Esto no significa que Dios evite que su pueblo caiga en tentación. Aunque Dios no nos lleva a la tentación, permite que la tentación llegue a nosotros.
Esto tampoco significa que Dios nunca permitirá situaciones en las que sea fácil pecar. A Abimelec le resultó fácil llevar a Sara a su palacio, pero Dios lo confrontó antes de que pudiera tratar a Sara como su esposa.
Significa precisamente lo que dice 1 Corintios 10:13 al pueblo de Dios: No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
También significa que puede haber ocasiones en las que Dios simplemente bloquea el camino de una persona que intenta pecar. Aunque esa persona no merezca un acto tan bondadoso de Dios, Él tiene la libertad de mostrar esa gracia cuando así lo decida.
Es cierto que a veces podemos recordar ocasiones en las que tuvimos la intención de pecar, incluso estábamos dispuestos a hacerlo, y Dios intervino bloqueando nuestro camino. Es un recordatorio de su gracia y soberanía sobre nuestras vidas. No podemos asumir que Dios actuará de esta manera siempre, pero debemos agradecerle cuando lo hace y buscar en Él la gracia para odiar el pecado cada vez más.
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