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 Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía. Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía (Hechos 11:25-26).

Dios se movía en la ciudad de Antioquía y la iglesia allí florecía. Probablemente Bernabé se sentía agotado y abrumado por todo el trabajo y las oportunidades para el reino de Dios, y entonces se acordó de Saulo de Tarso, así que lo buscó y lo llevó a Antioquía para que lo ayudara.

Juntos, Bernabé y Saulo enseñaron a mucha gente, lo que hizo que la iglesia de Antioquía se fortaleciera y se convirtiera en un centro de gran enseñanza y predicación. El Espíritu Santo estaba obrando entre los discípulos de Jesús, y esto hizo que la comunidad de la iglesia en Antioquía fuera algo especial y de impacto mundial.

Se les llamó cristianos por primera vez

Es ahí donde leemos con interés que a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía. No fue sino hasta estos años en la Iglesia de Antioquía de Siria que el nombre “cristianos” fue asociado con los seguidores de Jesús.

– Habían sido llamados discípulos (Hechos 1:15).
– Habían sido llamados santos (Hechos 9:13).
– Habían sido llamados creyentes (Hechos 5:14).
– Habían sido llamados hermanos (Hechos 6:3).
– Habían sido llamados testigos (Hechos 5:32).
– Habían sido llamados seguidores del Camino (Hechos 9:2).
– Serían llamados nazarenos (Hechos 24:5).
– Ahora serían llamados cristianos.

En latín, la terminación iano significaba “el partido de”. Un cristo-iano era “del partido de Jesús”. Cristianos era como decir “jesusitas”, o “gente de Jesús” para describir a la gente asociada con Jesucristo.

Además, los soldados bajo las órdenes de los generales en el ejército romano eran identificados por el nombre de su general añadiendo iano al final. Un soldado bajo el mando de César se llamaría a sí mismo cesariano. Los soldados bajo el mando de Jesucristo podían ser llamados cristianos.

En Antioquía, probablemente usaron por primera vez el término cristianos para burlarse de los seguidores de Jesús. Pero como la gente de Antioquía estaba nombrando a los seguidores de Jesús como el “Pueblo de Jesús”, los creyentes apreciaron tanto el título que se les quedó.

Eusebio, el famoso historiador de la iglesia primitiva, describió a un creyente llamado Sanctus, proveniente de Lyon, Francia, que fue torturado a causa de Jesús. Mientras lo torturaban cruelmente, esperaban hacerle decir algo malo o blasfemo. Le preguntaban su nombre, y sólo respondía: “Soy cristiano”. “¿A qué nación perteneces?”. Respondía: “Soy cristiano”. “¿En qué ciudad vives?”. “Soy cristiano”. Sus interlocutores empezaron a enfadarse: “¿Eres un esclavo o un hombre libre?”. “Soy cristiano” era su única respuesta. No importaba lo que le preguntaran sobre él, sólo respondía: “Soy cristiano”. Esto hizo que sus torturadores estuvieran aún más decididos a doblegarlo, pero no pudieron, y Sanctus murió con las palabras “Soy cristiano” en sus labios.

Bien entendido, es un título glorioso. ¿Puede usted decirlo? “Soy cristiano. Pertenezco a Jesús”.