Making Big Decisions

Cómo tomar grandes decisiones

Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo. Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban… Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos. (Hechos 1:12-14)

¿Eres bueno para tomar decisiones importantes? En Hechos 1, los discípulos tenían que tomar una decisión grande. Entendían de las Escrituras que era apropiado remplazar a Judas, el deshonrado que traicionó a Jesús antes de suicidarse. Pero ¿quién remplazaría a Judas para cumplir con su cargo? Los pasos que tomaron en Hechos 1:12-14 nos sirven como ejemplo para cuando nosotros tengamos que tomar decisiones importantes.

Making Big Decisions

Primero, nota su obediencia: Entonces volvieron a Jerusalén. Justo antes de que Jesús ascendiera al cielo, les dijo que regresaran a Jerusalén y esperarán la venida del Espíritu Santo. Es exactamente lo que hicieron. A veces escuchamos a Dios hablarnos por medio de su palabra, pero lo olvidamos rápidamente. ¡Hay muchos sermones buenos que se han perdido en el camino desde la iglesia hasta el estacionamiento! Pero aquí los discípulos hicieron lo que Jesús les había ordenado, aunque Él ya no estaba presente con ellos físicamente. Si queremos tomar buenas decisiones, debemos comenzar ahora mismo a obedecer lo que sabemos que es la voluntad de Dios.

Segundo, nota su unidad: Todos éstos perseveraban unánimes. Cuando leemos de los discípulos en los Evangelios, parece que siempre se estaban peleando o quejándose. ¿Qué cambió? Pedro todavía tenía su historial de negar a Jesús, Mateo todavía había sido un recaudador de impuestos y Simón todavía era un cananista. Sus diferencias todavía existían, pero el Jesús resucitado en sus corazones era mayor que cualquiera de sus diferencias. Cuando buscamos a Dios acerca de una decisión importante, la falta de unidad con nuestros hermanos y hermanas en Jesús realmente puede obstaculizar el camino. La falta de comunidad, ya sea por nuestra ausencia o por una mala relación, nos pone en un mal lugar para tomar decisiones.

Finalmente, nota su oración: Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego. Todos oraron, y continuaron unánimes en oración y ruego. La idea tras la palabra ruego es de desesperación y seriedad en la oración. La oración mostró que dependían de Dios y la profundidad de su oración mostró la profundidad de su dependencia en Él. Dios honra cuando dependemos de Él.

Estas tres cosas nos sirven como ejemplo de cómo tomar buenas decisiones para agradar a Dios: la obediencia, la unidad y la oración. Ahora es el tiempo para dedicarle atención a estas tres áreas, antes de que te encuentres teniendo que tomar una gran decisión. Si ya estás en un tiempo de decisión, no esperes, dale atención a la obediencia, la unidad y la oración.

Haz clic aquí para el comentario de David de Hechos 1

 

this same Jesus

Este mismo Jesús

Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. (Hechos 1:9-11)

Unos 40 días después de su resurrección, Jesús reunió a sus discípulos en el monte de los Olivos y les dijo que fueran testigos de Él en toda la tierra. Al terminar ese importante y último mandato, Jesús hizo algo extraordinario. Su cuerpo físico fue alzado al cielo, incluso cuando sus discípulos observaban. Él subió y subió hasta que desvaneció en las nubes y no se le pudo ver más.

this same Jesus

Jesús quería que sus discípulos vieran su partida de la tierra al cielo. Leemos, viéndolo ellos, fue alzado. Para Jesús, era importante dejar a sus discípulos de esta manera. Él pudo haber desaparecido al cielo y a la presencia del Padre de una manera secreta. Pero Jesús quería que sus seguidores supieran que se había ido para siempre, a diferencia de la manera en la que apareció y reapareció durante los 40 días posteriores a su resurrección.

Jesús les dijo a los discípulos que les convenía que Él se fuera porque les mandaría al Espíritu Santo (Juan 16:7). Ahora los discípulos podían saber que esa promesa se cumpliría. El Espíritu Santo venía porque Jesús prometió enviar el Espíritu después de irse, y la ascensión fue la manera en demostrar que Jesús realmente se había ido.

Mientras los discípulos veían al cielo, dos varones –ángeles– preguntaron: ¿por qué estáis mirando al cielo? Les dijeron a los discípulos que se enfocaran en lo que Jesús les dijo que hicieran, no en dónde y cómo se había ido Jesús.

Los dos varones se refirieron a Jesús como este mismo Jesús. Esto nos recuerda que el Jesús que ascendió al cielo y está sentado a la diestra de Dios el Padre es el mismo Jesús del Evangelio. Es el mismo Jesús de amor, gracia, bondad, sabiduría y cuidado. El Jesús en el cielo es este mismo Jesús.

Luego, también prometieron algo maravilloso: Jesús vendrá como le habéis visto ir al cielo. Este Jesús regresará tal como se fue.

– Él se fue físicamente y vendrá como le habéis visto ir.
– Él se fue visiblemente y vendrá como le habéis visto ir.
– Él se fue del monte de los Olivos y vendrá como le habéis visto ir.
– Él se fue en presencia de sus discípulos y vendrá como le habéis visto ir.
– Él se fue bendiciendo a Su pueblo (Lucas 24:50-51) y vendrá como le habéis visto ir.

¡Ven pronto, Señor Jesús!

Haz clic aquí para el comentario de David de Hechos 1

 

Promised Power

Poder prometido

Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. (Hechos 1:8)

Justo antes de que Jesús ascendiera al cielo, sus discípulos le preguntaron acerca de la restauración de Israel, dándole al pueblo judío la prominencia prometida por los profetas cuando el reinado del Mesías se cumpliera por completo. Jesús les dijo que era mejor si no supieran eso, pero tenía algo aún mejor para ellos.

Jesús prometió: Pero recibiréis poder. Si el reino nacional que querían iba a ser retrasado, el poder que necesitaban no. Pronto recibirían poder con la venida del Espíritu Santo. Jesús les prometió poder, pero no el tipo de poder que domina a otros; este es el poder de difundir el mensaje de reconciliación de Dios en Cristo Jesús, y llevar a las personas a la verdadera libertad en Jesús.

Promised Power

Este poder prometido significaba que Jesús podía prometer a estos discípulos: Me seréis testigos. El resultado natural de recibir este poder prometido sería que ellos llegarían a ser testigos de Jesús, por toda la tierra.

Noten que esto no fue un mandato; fue una simple declaración de hecho: Cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo… me seréis testigos. Las palabras me seréis describen lo que sucedería, no lo que tenían que hacer. En otras palabras, Jesús no les recomendó que se convirtieran en testigos; Dijo que serían testigos.

Si queremos ser testigos, tenemos que ser llenos del Espíritu Santo. El mejor programa de entrenamiento para la evangelización no sirve de nada sin la llenura del Espíritu Santo.

Jesús les dijo dónde serían testigos: en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Cuando Jesús mencionó cada uno de esos lugares, podemos imaginar las objeciones que los discípulos pensaron con respecto a cada lugar de ministerio que Jesús describió.

– Jerusalén: ¿No fue ahí donde Jesús fue ejecutado por la palabra de una multitud enojada?
– Judea: ¿No fue rechazado el ministerio de Jesús por los de Judea?
– Samaria: Muchos de los judíos en esa época tenían prejuicios contra los samaritanos.
– En lo último de la tierra, los gentiles eran vistos por algunos judíos de esa época como nada mejor que leña para el fuego del infierno.

Sin embargo, Dios quería que se enviara un testigo a todos estos lugares, y el Espíritu Santo les daría poder para hacer este trabajo. Como vivo en un lugar que sería considerado “lo último de la tierra” desde Jerusalén, ¡me alegro de que lo que comenzaron continúe hasta el día de hoy!

Esa declaración no terminó con esos primeros discípulos. Hoy, Dios tiene un Jerusalén, un Judea, una Samaria y un fin de la tierra donde Él quiere que su pueblo sea su testigo. Pero recuerda: necesitamos el poder del Espíritu Santo para hacer esto. Pregunta y recibe hoy.

Haz clic aquí para el comentario de David de Hechos 1

 

Better Not To Know

Es mejor no saber

Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad. (Hechos 1:7)

Justo antes de ascender al cielo, Jesús habló con sus discípulos en el Monte de los olivos. Ellos le preguntaron (Hechos 1:6) si era el tiempo de que Jesús restaurara el reino a Israel, es decir, si era el tiempo de establecer completamente el reino mesiánico.

Better Not To Know

Jesús les contestó diciéndoles que no os toca a vosotros saber. Jesús les advirtió que no se enfocaran en los detalles del tiempo del reino de Dios, porque esas cosas pertenecen solo a Dios el Padre (que el Padre puso en su sola potestad).

Al mismo tiempo, Jesús no dijo que no iba a haber restauración del reino a Israel; Simplemente dijo que no era apropiado para los discípulos que se enfocaran en la hora y fecha de esta restauración. Fue como si Jesús les hubiera dicho: No piensen en eso ahora, tengo algo más importante en lo que deben enfocarse.

Por otro lado, tengo que preguntarme: ¿por qué no les dijo Jesús más acerca de cuándo y cómo, en general, el reino mesiánico sería completamente establecido?

La Biblia enseña (y creemos) que Jesús es Dios. Por lo tanto, Él sabía que la historia continuaría al menos 2,000 años después de ese tiempo. ¿Por qué no les dijo Jesús a los discípulos?

Los discípulos esperaban que fuera pronto que el reino fuera completamente restaurado a Israel, pero Jesús sabía que era mejor que no supieran que pasaría mucha historia antes de que eso sucediera. Por varias razones, creo que fue prudente que Jesús no diera un resumen general de Su plan para los próximos 2,000 años.

– Si Jesús les hubiera dicho, es probable que se hubieran desanimado demasiado.
– Pueden haber sentido que su trabajo sería inútil.
– Sería fácil para ellos pensar menos de los aspectos del reino de Dios que si estaban presentes con ellos en ese momento. Solo porque el reino no sería completamente restaurado a Israel en el momento presente, eso no significa que el reino de Dios estuviera ausente de la tierra.

Probablemente podamos pensar en razones adicionales, pero hay algo importante que debemos aprender: cuando Jesús no nos dice algo, tiene buen razón por ello. Puede ser difícil aceptarlo, pero es una parte necesaria del discipulado. 

No todas las preguntas serán contestadas y no todo misterio será resuelto. No significa que Jesús te ame menos o que sea menos bueno contigo. Simplemente significa que Jesús sabe que es mejor para nosotros no saber algunas cosas, o que es mejor para nosotros saberlas después. 

Cuando sientes que Jesús no contesta tu pregunta, consuélate sabiendo que ¡a veces es mejor no saber!

Haz clic aquí para el comentario de David de Hechos 1

Waiting for a Promise

Esperando una promesa

Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. (Hechos 1:4-5)

Justo antes de ascender al cielo, Jesús les dio a sus discípulos instrucciones importantes. Primero, les mandó que no se fueran de Jerusalén. En este momento, los discípulos no tenían nada más que hacer que esperar la venida del Espíritu Santo (aquí llamada la promesa del Padre). Jesús sabía que los discípulos realmente no podían hacer nada efectivo para el Reino de Dios hasta que el Espíritu Santo viniera sobre ellos.

Waiting for a Promise

Jesús les comando que esperasen.

– Esperasen significa que valía la pena esperar la promesa del Padre del Espíritu Santo.

– Esperasen significa que tenían una promesa que el Espíritu Santo vendría.
– Esperasen significa que ellos tenían que recibir el Espíritu; no podían crear una experiencia ellos mismos.
– Esperasen significa que serían probados durante la espera, por lo menos un poco.

Es significativo que esta venida, llenado y empoderamiento del Espíritu Santo fue llamada la promesa del Padre. Aunque hay un sentido en el que ahora también era la promesa del Hijo de Dios, hay significado en la frase, la promesa del Padre.

– Muestra que debemos esperarla con anticipación, porque la promesa del Padre que nos ama tanto solo puede ser buena.

– Muestra que es confiable y se puede contar con ella; un Padre amoroso y poderoso nunca prometería algo que no podría cumplir.

– Muestra que esta promesa es para todos sus hijos, ya que proviene de Dios como nuestro Padre.
– Muestra que debe ser recibida por fe, como es el patrón con las promesas de Dios en toda la Biblia.

Jesús explicó más acerca de esta promesa cuando agregó seréis bautizados con el Espíritu Santo. La idea de ser bautizado es ser sumergido o cubierto en algo; así como Juan bautizó a las personas en agua, estos discípulos serían “inmersos” en el Espíritu Santo.

¿Cuándo sucedería? Cuando Jesús dijo esto justo antes de ascender al cielo, agregó: dentro de no muchos días. Ellos sabían que esta promesa del Padre vendría, pero no de inmediato. Sería dentro de no muchos días pero no pasarían muchos días.

Jesús tenía un propósito al no decirles exactamente cuándo la promesa vendría. Un propósito era que los discípulos pudieran aprender a esperar con fe. Aun así, debemos resistirnos a “crear” un movimiento del Espíritu. En cambio, confiamos en la promesa del Padre y tenemos fe con respecto al derramamiento del Espíritu Santo en nuestra vida. El movimiento real del Espíritu Santo lo vale.

Haz clic aquí para el comentario de David de Hechos 1

This Might of Yours

Esta tu fuerza

Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo? (Jueces 6:14)

En los días de los jueces, Dios llamó a un hombre inesperado llamado Gedeón para liberar a Israel. Gedeón era un hombre que no quería la responsabilidad ni tampoco se pensaba digno del trabajo. Gedeón luchó con Dios, buscando cada vez más confirmación de que él era el que tenía que hacer este gran trabajo de liderar la resistencia contra los madianitas. En algún momento entre todo esto, el ángel de Jehová se le apareció a Gedeón, y le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas.

This Might of Yours

Dado las circunstancias, era extraño decir: Ve con esta tu fuerza. Aunque no lo parecía para muchos, Gedeón ya era poderoso en muchos aspectos.

Gedeón tenía la fuerza de los humildes. Cuando Jehová vino a Gedeón, estaba sacudiendo el trigo en el lagar. Esto era difícil y humillante. El trigo se sacudia en lugares abiertos, generalmente en la cima de una colina para que la brisa pudiera volar la paja. El trigo no se trillaba normalmente en un lugar hundido como un lagar. En este humildelugar, Gedeón era poderoso.

Gedeón tenía la fuerza de los bondadosos, porque le importaba el lugar bajo de Israel. Cuando el Señor vino a Gedeón, él quiso saber por qué Israel estaba en un lugar bajo. Gedeón se preocupaba por Israel y quería hacer algo al respecto de su situación actual. En este lugar bondadoso, Gedeón era fuerte.

Gedeón tenía la fuerza de los espiritualmente hambrientos porque quería ver a Dios hacer maravillas nuevamente. Gedeón le dijo a Jehová: Hemos oído de estas maravillas del pasado, pero queremos ver la grandeza de Dios ahora. Esta hambre de más de lo que Dios podía hacer resultó en acción futura. En este lugar hambriento, Gedeón era fuerte.

Gedeón tenía la fuerza de los enseñables, porque escuchó lo que el Señor dijo. Después de esta conversación, Gedeón comenzó a hacer la voluntad de Dios. Esto demostró que realmente era enseñable. En este lugar de enseñanza, Gedeón era fuerte.

Más que nada, Gedeón tenía la fuerza de los débiles, y la fuerza de Dios se perfecciona en la debilidad (2 Corintios 12:9). Él sabía que era débil, y esto lo hizo lo suficientemente sabio como para confiar en la fuerza de Dios. En este lugar de debilidad, Gedeón era fuerte.

Mirándolo con los ojos del hombre, Gedeón era débil y el mensaje de Dios era sarcástico. Pero mirándolo a través de la sabiduría de Dios, vemos que Gedeón realmente podía ir en poder, porque era el poder de los débiles que confiaban en la fuerza de Dios.

Esta semana, ve con esta tu fuerza, solo asegúrate de que sea realmente la fuerza de tu poderoso Dios.

Haz clic aquí para el comentario de David de Jueces 6

true and certain promises

Promesas ciertas y verdaderas

Abierta ya una brecha en el muro de la ciudad… y el rey se fue por el camino del Arabá. Y el ejército de los caldeos siguió al rey, y lo apresó en las llanuras de Jericó, habiendo sido dispersado todo su ejército. (2 Reyes 25:4-5)

Podemos imaginarnos estas escenas tristes de la caída de Jerusalén. Leemos “Abierta ya una brecha en el muro de la ciudad” y podemos ver los soldados babilonios entrando a la ciudad.

En ese punto, Sedequías hizo un último esfuerzo para escapar de la captura. Él planeó un avance secreto a través de las murallas de la ciudad, enviando a los restos de su ejercito en una dirección mientras él seguía el camino del Arabá.

true and certain promises

Sedequías llegó hasta las llanuras de Jericó, que estaba a una distancia considerable de Jerusalén. Tal vez pensó que una vez que llegara lejos estaría a salvo, y aunque el reino se había perdido, todavía tenía su vida y su libertad. Los profetas como Jeremías prometieron juicio sobre Sedequías, que sería capturado y castigado por los babilonios. Cuando Sedequías llegó a las llanuras de Jericó, tal vez pensó que había escapado del juicio prometido.

Pero no pasó así, el ejército lo apresó en las llanuras de Jericó. En la misma región donde Israel llegó a la Tierra prometida después de cruzar el río Jordán en los días de Josué, la línea real de David parecía llegar a su fin. En los días de Josué, Israel vio caer los muros de Jericó; ahora los muros de Jerusalén habían caído y la derrota fue amarga.

Con gran crueldad, los babilonios obligaron a Sedequías a mirar mientras asesinaban a sus hijos, y luego le sacaron los ojos al rey. La última cosa que el rey Sedequías vio fue el asesinato de sus propios hijos.

A través del profeta Ezequiel, Dios hizo una extraña promesa a Sedequías. Dios prometió que Sedequías sería capturado y llevado como prisionero a Babilonia para morir allí, pero nunca vería a Babilonia (Ezequiel 12:13). La promesa extraña se cumplió. Sedequías fue capturado y llevado a Babilonia, pero como estaba cegado en las llanuras de Jericó, nunca vio la tierra de su exilio. El historiador judío Josefo confirma que Sedequías fue mantenido en una prisión babilónica hasta la muerte.

La promesa del juicio de Dios contra Sedequías fue cierta y verdadera. Esa es la naturaleza de las promesas de Dios. Sin embargo, también es la naturaleza de las promesas más agradables de Dios. Prometió nunca abandonar a Su pueblo (Hebreos 13:5); La promesa es cierta y verdadera. Dios prometió perdonar nuestros pecados cuando los confesamos humildemente (1 Juan 1:9); La promesa es cierta y verdadera.

Podría continuar, pero espero que entiendas el punto. La verdad y la certeza de las promesas de Dios no tienen que ser malas noticias para ti. En Jesucristo, puede ser la mejor noticia. Cree en sus promesas buenas y agradables para ti hoy.

Haz clic aquí para el comentario de David de 2 Reyes 25

true and certain promises

Promesas ciertas y verdaderas

Abierta ya una brecha en el muro de la ciudad… y el rey se fue por el camino del Arabá. Y el ejército de los caldeos siguió al rey, y lo apresó en las llanuras de Jericó, habiendo sido dispersado todo su ejército. (2 Reyes 25:4-5)

Podemos imaginarnos estas escenas tristes de la caída de Jerusalén. Leemos “Abierta ya una brecha en el muro de la ciudad” y podemos ver los soldados babilonios entrando a la ciudad.

En ese punto, Sedequías hizo un último esfuerzo para escapar de la captura. Él planeó un avance secreto a través de las murallas de la ciudad, enviando a los restos de su ejercito en una dirección mientras él seguía el camino del Arabá.

true and certain promises

Sedequías llegó hasta las llanuras de Jericó, que estaba a una distancia considerable de Jerusalén. Tal vez pensó que una vez que llegara lejos estaría a salvo, y aunque el reino se había perdido, todavía tenía su vida y su libertad. Los profetas como Jeremías prometieron juicio sobre Sedequías, que sería capturado y castigado por los babilonios. Cuando Sedequías llegó a las llanuras de Jericó, tal vez pensó que había escapado del juicio prometido.

Pero no pasó así, el ejército lo apresó en las llanuras de Jericó. En la misma región donde Israel llegó a la Tierra prometida después de cruzar el río Jordán en los días de Josué, la línea real de David parecía llegar a su fin. En los días de Josué, Israel vio caer los muros de Jericó; ahora los muros de Jerusalén habían caído y la derrota fue amarga.

Con gran crueldad, los babilonios obligaron a Sedequías a mirar mientras asesinaban a sus hijos, y luego le sacaron los ojos al rey. La última cosa que el rey Sedequías vio fue el asesinato de sus propios hijos.

A través del profeta Ezequiel, Dios hizo una extraña promesa a Sedequías. Dios prometió que Sedequías sería capturado y llevado como prisionero a Babilonia para morir allí, pero nunca vería a Babilonia (Ezequiel 12:13). La promesa extraña se cumplió. Sedequías fue capturado y llevado a Babilonia, pero como estaba cegado en las llanuras de Jericó, nunca vio la tierra de su exilio. El historiador judío Josefo confirma que Sedequías fue mantenido en una prisión babilónica hasta la muerte.

La promesa del juicio de Dios contra Sedequías fue cierta y verdadera. Esa es la naturaleza de las promesas de Dios. Sin embargo, también es la naturaleza de las promesas más agradables de Dios. Prometió nunca abandonar a Su pueblo (Hebreos 13:5); La promesa es cierta y verdadera. Dios prometió perdonar nuestros pecados cuando los confesamos humildemente (1 Juan 1:9); La promesa es cierta y verdadera.

Podría continuar, pero espero que entiendas el punto. La verdad y la certeza de las promesas de Dios no tienen que ser malas noticias para ti. En Jesucristo, puede ser la mejor noticia. Cree en sus promesas buenas y agradables para ti hoy.

Haz clic aquí para el comentario de David de 2 Reyes 25

The Word and Will of God

La palabra y la voluntad de Dios

De veintiún años era Sedequías cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén once años… E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todo lo que había hecho Joacim. Vino, pues, la ira de Jehová contra Jerusalén y Judá, hasta que los echó de su presencia. (2 Reyes 24:18-20)

Cuando un reino cae en el caos y el desastre, nunca es una historia simple. Los últimos reyes de Judá lo demuestran. El último rey bueno de Judá se llamaba Josías, y hubo un gran avivamiento en su día, pero no fue suficiente para vencer los patrones profundamente arraigados del pecado presente entre la gente desde los días de los reyes anteriores.

The Word and Will of God

Después de la muerte de Josías, su tercer hijo Joacaz tomó el trono, pero su reinado malvado no duró mucho tiempo. Fue seguido del malvado Joacim, otro hijo de Josías. Cuando murió Joacim, su hijo Joaquín reinó en su lugar, pero duró solo tres meses antes que el rey Nabucodonosor de Babilonia lo quitó del trono de Judá e hizo a su tio Sedequías rey.

¿Suena poco confuso? Lo es. De nuevo, cuando el pueblo de Dios se aleja de Él, la confusión y el caos marcan los tiempos. Una razón por la cual Dios quiere que le obedezcamos y lo honremos es porque generalmente solo hace nuestra vida más simple.

Sedequías fue un rey malvado; leemos que él hizo lo malo ante los ojos de Jehová. 2 Crónicas 36:11-20 nos cuenta más acerca de la maldad de Sedequías, que él no escuchó a Jeremías ni a otros mensajeros de Dios. Sedequías y todos a su alrededor se burlaron e ignoraron el mensaje de Dios.

Sedequías rechazó tanto la palabra del Jehová que se rebeló contra el rey de Babilonia. Los profetas fieles como Jeremías advirtieron sobre el gran juicio de Dios que pronto vendría a través de los ejércitos de Babilonia, pero Sedequías no escuchó. En cambio, le hizo caso a muchos falsos profetas de aquellos días que predicaban un mensaje de victoria y triunfo. Ellos dijeron: “¡No te preocupes! Dios nos ha librado antes de nuestros enemigos, y nos librará de los babilonios”.

No fue cierto. El juicio venía contra Judá y Jerusalén, pero Sedequías estaba tan convencido por los falsos profetas que incluso se rebeló contra el rey de Babilonia, pensando que Dios estaba con él.

Sedequías estaba trágicamente equivocado. Leemos que, con respecto a Judá y Jerusalén, Dios los echó de su presencia. La paciencia de Dios se había agotado y Él permitió, incluso dirigió, la conquista del reino de Judá.

Muchas personas hoy cometen el mismo error que cometió el rey Sedequías. En lugar de escuchar las advertencias de Dios, confían en falsas promesas presentadas por falsos profetas. La verdad es que se hará la voluntad de Dios y no hay nada que podamos hacer para detenerla. Lo que podemos hacer es arrepentirnos y creer en Jesucristo, poniéndonos del lado correcto de su palabra y voluntad.

Haz clic aquí para el comentario de David de 2 Reyes 24

 

Loving or Hating God's Word

Amar u odiar la Palabra de Dios

E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que sus padres habían hecho. (2 Reyes 23:37)

Josías era un gobernante de Judá, el reino de las dos tribus del sur de los hijos de Israel. Los asirios conquistaron el reino del norte, pero el reino del sur de Judá duró más de 100 años después de la caída del reino del norte de Israel.

El reinado de Josías fue como una luz brillante durante una temporada oscura. Existieron reyes malos antes y después que él, pero Josías era diferente. Amaba al Señor, amaba y honraba la palabra de Dios. El avivamiento espiritual que vino en los días de Josías comenzó cuando volvieron a la Palabra de Dios. En el mejor sentido, fue un movimiento “de vuelta a la Biblia”.

Loving or Hating God's Word

Eventualmente, Josías murió en la batalla contra Egipto. Antes del tiempo de Josías, muchos líderes en Judá pensaron que Egipto los protegería del creciente poder del Imperio de Babilonia. Los profetas como Jeremías advirtieron a Judá que no confiara en Egipto, y Josías se resistió a ellos, pero murió en la batalla contra Egipto.

Después de la muerte de Josías, los siguientes reyes de Judá fueron terribles. La gente exigió hasta que el tercer hijo mayor de Josías, llamado Joacaz, fue coronado rey de Judá. Joacaz fue un desastre; Él fue la elección del pueblo, no el hombre de Dios. Reinó solo por tres meses. 2 Reyes 23:32 dice que “hizo lo malo ante los ojos de Jehová”. Su reinado fue interrumpido cuando el faraón de Egipto lo retiró de Jerusalén y lo encarceló.

Faraón entonces tomó a otro hijo de Josías, Joacim, uno de los hermanos mayores encarcelados de Joacaz, y lo convirtió en el rey títere de Judá. Faraón también forzó impuestos enormes sobre el reino de Judá. Incluso cuando se vieron obligados a pagar estos impuestos a Egipto, Joacim construyó egoístamente un nuevo palacio, y lo hizo por medio del trabajo de esclavos.

Lo que dice 2 Reyes 23:37 acerca de Joacim es cierto: Hizo lo malo ante los ojos de Jehová. Joacim, como su hermano Joacaz, no siguió el ejemplo piadoso de su padre Josías.

Jeremías 36:22-24 describe la gran impiedad de Joacim, incluso cómo quemó un rollo de la palabra de Dios. El profeta Jeremías le dijo al rey Joacim que Dios enviaría a los babilonios a conquistar Judá y Jerusalén, y lo haría para disciplinar y humillar a sus gobernantes y personas orgullosas y desobedientes.

A Joacim no le gustó lo que Dios dijo, así que quemó el rollo donde estaba escrita la palabra. No fue el primero en odiar la palabra de Dios e intentar destruirla, pero no tuvo éxito. La Biblia nos dice que la Palabra de Dios dura para siempre. Ningún rey puede destruirla. En cambio, aquellos que resisten a Dios y a su palabra son finalmente destruidos en su rebelión.

Josías honró la palabra de Dios; su hijo Joacim literalmente la quemó. Siempre queremos estar del lado de quienes aman la palabra de Dios, no de quienes la odian.

Haz clic aquí para el comentario de David de 2 Reyes 23