Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? (Gálatas 2:14).
Superficialmente, se trataba de una discusión sobre la distribución de las mesas. En realidad, era una confrontación sobre la verdad del evangelio.
En la comida de comunión de la iglesia en Antioquía, ciertos hombres de Jerusalén habían presionado a Pedro, Bernabé y otros cristianos de origen judío para que se negaran a sentarse a la misma mesa con cristianos de origen gentil: creyentes que no observaban las costumbres judías.
Al hacer esto, decían alto y claro: “Solo pueden estar bien con Dios si se someten a las exigencias de la Ley de Moisés. Deben circuncidarse, comer una dieta kosher y observar las fiestas y rituales”. Ese mensaje le decía a Pablo que se trataba de un asunto relacionado con la verdad del evangelio.
¡Qué escena debió de ser cuando Pablo confrontó a Pedro delante de todos! En Antioquía, a los cristianos gentiles no se les permitía sentarse con los cristianos judíos ni compartir la comida con ellos. Pedro –el invitado de honor– estaba de acuerdo con esto. Lo mismo hicieron Bernabé y los demás cristianos judíos de Antioquía. Pero Pablo no lo toleraría. Porque esto era una afrenta pública a los cristianos gentiles y porque era una negación pública de la verdad del evangelio, Pablo confrontó a Pedro de una manera pública.
Esto no fue fácil teniendo en cuenta quién era Pedro. Pedro era el más prominente de todos los discípulos de Jesús. Pedro era el portavoz de los apóstoles, y probablemente el cristiano más prominente en todo el mundo en ese momento.
Esto no fue fácil, teniendo en cuenta quién era Pablo. Esto fue antes de cualquiera de los viajes misioneros de Pablo; antes de que fuera un apóstol de gran prominencia. En ese momento, Pablo era mucho más famoso por lo que había sido antes de ser cristiano –un terrible perseguidor de la iglesia– que por quién era como cristiano.
Esto no fue fácil, teniendo en cuenta quien estaba de acuerdo con Pedro. Estaban las personalidades fuertes y dominantes de los hombres de Jerusalén; también Bernabé, quien probablemente era su mejor amigo; también estaba el resto de los cristianos judíos en Antioquía. Pablo estaba en minoría en este asunto, era él y todos los cristianos gentiles contra todos los cristianos judíos.
Por difícil que fuera, Pablo lo hizo porque sabía lo que estaba en juego. No se trataba de una cuestión de conducta personal o de un mero pecado personal por parte de Pedro. Si ese fuera el caso, es poco probable que Pablo hubiera utilizado en primer lugar un enfoque tan público. Este era un asunto acerca de la verdad del evangelio; que proclamaba: “Así es como un hombre es hecho justo delante de Dios”.
Querido hermano o hermana: cuando la verdad del evangelio está en juego, mantente firme, especialmente cuando no es fácil.
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