Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante (Efesios 5:1-2).

La idea de estas líneas de Efesios 5:1-2 retoma la idea del final de Efesios 4, donde se describe cómo deben relacionarse los cristianos entre sí. El creyente tiene un ejemplo de cómo debe tratar a los demás creyentes: Dios mismo. Los cristianos deben ser imitadores de Dios.

Imitadores de Dios

La idea es simple: que los creyentes deben hacer de Dios su ejemplo y modelo. Aquí no se dice: “Piensen en Dios” o “Admiren a Dios” ni “Adoren a Dios”, aunque todos esos son deberes cristianos importantes. Se trata de un llamado a la acción práctica, que va más allá de nuestra vida íntima con Dios.

Podríamos decir que es una continuación de la misma idea que Pablo mencionó en Efesios 4:13 sobre el alcance del crecimiento cristiano: a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. También podríamos decir que es una continuación de la idea de Efesios 4:32, donde se nos ordena que nos perdonemos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. El comportamiento de Dios hacia nosotros se convierte en la medida de nuestro comportamiento hacia los demás.

Es importante entender que Dios es mucho más que nuestro ejemplo. Se cometen muchos errores en la iglesia cuando se presenta a Jesús solo como un ejemplo de comportamiento. No somos salvos por el ejemplo de Jesús, pero una vez que entramos en una relación correcta con Dios por medio de la obra de Jesús, entonces su ejemplo es significativo para nosotros. Dios es más que nuestro ejemplo, pero también es nuestro ejemplo.

Debemos imitar a Dios como hijos amados: Los niños son imitadores naturales. A menudo hacen lo que ven hacer a sus padres o a otros adultos. Cuando actuamos de acuerdo con nuestra naturaleza de hijos de Dios, lo estamos imitando.

Todos imitamos a alguien o algo. Cuando conocemos a una persona y nos impresiona, inconscientemente queremos ser como ella. Si vemos un vídeo de alguien a quien admiramos, queremos parecernos a él. Los cristianos deben hacer la elección consciente de dejar que Dios sea su ejemplo, Dios como se muestra en la persona y obra de Jesucristo.

Por lo tanto, los creyentes deben andar en amor, como Cristo también los ha amado. Como en todas las cosas, Jesús es nuestro ejemplo. Así como Él nos ha amado y se entregó a sí mismo por nosotros, nosotros debemos mostrar el mismo tipo de amor abnegado.

A veces pensamos que podríamos entregar nuestra vida de una manera dramática para mostrar nuestro amor por otros. Pero a menudo Dios nos llama a entregar nuestra vida poco a poco -en monedas pequeñas (por así decirlo) en lugar de un pago grande-, no obstante, el llamado es a entregar nuestra vida.

Puesto que Cristo mora en ti, sé imitador de Dios. Es apropiado que los hijos imiten a su padre.

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