Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos (2 Corintios 8:9).

Este versículo es una poderosa explicación de quién es Jesús y lo que hizo por su pueblo. Este versículo presenta:

– Las riquezas de Jesús.
– La pobreza de Jesús.
– La forma de su pobreza.
– La razón de su pobreza.
– El resultado de su pobreza.

Jesús se hizo pobre

Primero, nos enteramos de que Jesús era rico. Antes de que Jesús añadiera humanidad a su deidad y caminara por esta tierra, Jesús era rico sin medida. Jesús, como la Segunda Persona eterna de la Trinidad, como Dios el Hijo, que vivía en las riquezas y el esplendor del cielo, estaba rodeado constantemente por la gloria, el poder y la majestad de Dios. Esto hace que cualquier cantidad de riqueza en la tierra parezca pobre. Era rico en posesiones, honor, poder, amor y felicidad.

En segundo lugar, Jesús se hizo pobre. Observa toda la escena de la natividad. El rey recién nacido no fue colocado en una cuna de oro, sino en un pesebre para animales, en un humilde establo, envuelto en frazadas de niño pobre. Toda su vida transcurrió humildemente. Muy joven, fue desterrado de su propio país. Criado como hijo de un humilde carpintero, Jesús no tuvo ropa elegante, ni casa propia, y a menudo dependió de otros para comer. Ni siquiera tuvo tumba propia.

En tercer lugar, fíjate en la forma de su pobreza: Él se hizo pobre. No dice que a Jesús lo hicieron pobre otros; Él mismo se hizo pobre voluntariamente. En cada momento de su vida en esta tierra, Jesús tomó la decisión consciente de vivir como un hombre relativamente pobre.

En cuarto lugar, la razón de su pobreza: que por amor a vosotros se hizo pobre. Hubo una verdadera razón por la que Jesús hizo esto, y no fue por su propio beneficio. Fue por amor a vosotros, por amor a su pueblo, por lo que se hizo pobre.

Mira el resultado de su pobreza:  para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos. A causa de la pobreza de Jesús (en todo lo relacionado con ella), su pueblo puede enriquecerse. Los creyentes tienen parte en la riqueza eterna y celestial de Jesús porque Él vino y tuvo parte en su pobreza.

–  Así como Jesús fue rico en posesiones, también lo son los creyentes, especialmente en contentamiento.
– Así como Jesús era rico en honor, así su pueblo tiene el honor de ser hijos e hijas de Dios. .
– Así como Jesús fue rico en poder, así los cristianos pueden venir como hijos e hijas al Dios de todo poder.
–  Así como Jesús fue rico en amor, así los creyentes tenemos el amor de Dios derramado en nuestros corazones.
–  Así como Jesús fue rico en felicidad, así su pueblo tiene la paz que sobrepasa todo entendimiento.

Finalmente, considera que Jesús ya no es pobre. Si esto es lo que Jesús hizo por su pueblo cuando era pobre, ¿cuánto más piensas que hará por ellos con su riqueza celestial?