Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra (2 Corintios 9:8).

Los cristianos de Corinto habían prometido reunir una ofrenda para los creyentes necesitados de Judea, y aún tenían que reunir el dinero y dárselo a Pablo para que pudiera llevarlo a los necesitados. Pablo dio a los cristianos de Corinto muchas razones para que perseverasen en su generosidad.

Suficiente para todo

En este versículo, Pablo recuerda a todos los creyentes que Dios es el dador supremo, capaz de hacer que abunde toda gracia para con su pueblo. Cuando los creyentes dan, deben estar persuadidos de que poderoso es Dios pararecompensar su generosidad. Así como poderoso es Dios para hacer que la siembra de la semilla abunde en una gran cosecha, así poderoso es Dios para bendecir la generosidad de su pueblo.

Al recompensar nuestra generosidad, Dios lo hace con toda gracia. Nuestra generosidad es recompensada de muchas maneras, tanto materiales como espirituales. Materialmente, Dios puede bendecir nuestra generosidad con ascensos laborales con mejores salarios, con regalos inesperados de dinero o haciendo que las cosas duren para que no suframos el costo de reemplazarlas. Espiritualmente, Dios puede bendecir nuestra generosidad liberando nuestros corazones de la tiranía de la avaricia y el materialismo, dándonos un sentido de bendición y felicidad, y acumulando una rica recompensa en el cielo. No hay fin a las maneras en que podemos ser bendecidos cuando poderoso es Dios para hacer que abunde en nosotros toda gracia.

Parte de la bendición de Dios al dador es que tenga siempre en todas las cosas todo lo suficiente. Esa palabra suficiente también puede ser traducida como contentamiento y es así en 1 Timoteo 6:6. Dios da un regalo especial al corazón dadivoso: tener siempre todo contentamiento en todas las cosas. ¡Eso es mucho de todo!

Es fácil para muchos cristianos decir que tienen este contentamiento; pero si lo tienen o no, a menudo se sabe con más veracidad por sus hábitos de gastos y compras. ¿Qué lugar ocupan las compras en tu vida? ¿En qué medida afecta a tu felicidad la pérdida material? ¿Hasta qué punto te hace feliz tener alguna cosa material?

Con este contentamiento, los creyentes pueden ser las personas más ricas del mundo. Un hombre puede tener la riqueza del hombre más rico del mundo y aun así carecer de contentamiento. Pero si tenemos este contentamiento, realmente nos hace mejores que las personas más ricas que no lo tienen.

También observa que Dios bendice a su pueblo material y espiritualmente para que tengan abundancia para toda buena obra. Somos bendecidos para que podamos ser una bendición para otros. Dios quiere que seamos canalesde bendición, no depósitos de bendición.

Querido creyente, aprende a vivir con la generosidad propia del pueblo de Dios. Es un paso importante en el camino del gran don de Dios del contentamiento.