No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar (1 Corintios 10:13).

No sé si este dicho se utiliza en otros lugares, pero en Estados Unidos a veces se suele decir: “Nada en la vida es seguro, excepto la muerte y los impuestos”. Se supone que es una observación ligeramente humorística sobre las incertidumbres de la vida, pero pienso que al menos se podría añadir una cosa más a las cosas seguras de la vida: la tentación.

La salida que Dios da

Todos somos tentados y ninguna de nuestras tentaciones es realmente única, pues no hay tentación que no sea humana. Otros antes que tú han encontrado fortaleza en Jesucristo para vencer la misma tentación que tú experimentas, o incluso peor. Por lo tanto, puedes salir victorioso, pero con la fuerza de Jesús, no con tus propias fuerzas. Combatimos la tentación con el poder de Jesús, como la muchacha que explica lo que ella hace cuando Satanás llama a la puerta de su corazón con la tentación: “Envío a Jesús para que él abra la puerta. Cuando Satanás ve a Jesús, dice: ‘Uy, perdona, me he equivocado de casa’”.

La verdad es que fiel es Dios y ha prometido supervisar toda tentación, ya sea que venga a nosotros a través del mundo, la carne o el diablo. Dios promete limitar la tentación de acuerdo con nuestra capacidad para soportarla, o al menos de acuerdo con nuestra capacidad cuando confiamos en Él, no con nuestra capacidad cuando confiamos sólo en nosotros mismos.

Satanás nos destruiría en un instante si Dios se lo permitiera, tal como quiso destruir a Job (Job 1:6-12) y a Pedro (Lucas 22:31), pero Dios no se lo permitirá. Dios supervisa fielmente lo que les sucede a sus hijos y, aunque nos enfrentemos a penosas dificultades, en Él tenemos el poder de resistir.

Dios ha prometido no sólo limitar nuestra tentación, sino también proveer una salida en tiempos de tentación. Él nunca forzará a sus hijos a usar la salida, pero hará que la salida esté disponible. Depende de nosotros tomar lasalida que Dios nos da.

Un comentarista señaló que en el idioma original, la palabra para salida lleva la idea de un paso de montaña, como la idea de un ejército rodeado por el enemigo que de repente ve una ruta de escape para ponerse a salvo. Al igual que como un paso de montaña, la salida no es necesariamente fácil, pero está disponible.

En un mercado, un niño se paró junto a una vitrina de caramelos, como si fuera a llevarse algunos sin pagar. Un dependiente observó al niño y finalmente le dijo: “Parece que intentas coger caramelos”. El niño responde: “Señor. Estoy intentando no coger ninguno”.

En ese momento, aquel chico pudo resistir. En Cristo, tú también puedes resistir la tentación.