El principio de Gamaliel
Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios (Hechos 5:38-39).
El consejo estaba furioso. Pedro y el resto de los apóstoles tomaron una posición audaz y les dijeron a estos hombres importantes que no se retractarían de lo que Dios les dijo que hicieran y dijeran. En respuesta, Hechos 5:33 nos dice que los hombres del concilio estaban tan enojados que querían matar a estos líderes del movimiento cristiano primitivo.
Entonces, habló uno de los hombres más respetados de la sala. Se llamaba Gamaliel y era tan estimado que le dieron el título de Rabán, que significa “nuestro maestro”. Gamaliel era nieto del honorable rabino Hilel, quien fue el fundador de la escuela de interpretación bíblica más sólida de ese tiempo.
El consejo tenía el asesinato en mente cuando Gamaliel levantó la voz, y el respetado rabino comenzó con una lección de historia. Les recordó a todos sobre dos revolucionarios bastante recientes que intentaron desviar a Israel, y cómo ambos llegaron a nada. Luego hizo un punto con respecto a los cristianos: si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios.
Desde que Gamaliel dijo esas palabras, algunos las consideran sabias y dicen que el “Principio de Gamaliel” debe guiarnos. Estoy totalmente en desacuerdo. Ciertamente, hay ocasiones en las que “esperar y ver si esto es de Dios o no” es un buen consejo, pero no cuando se trata de decidir si una religión o un movimiento espiritual es verdadero.
Gamaliel habló por sí mismo y no por Dios. Hay muchas religiones o movimientos espirituales que pueden considerarse exitosos a los ojos del hombre, pero están en contra de la verdad de Dios. El éxito no es la máxima medida de la verdad. Hay religiones que han existido cientos de años y tienen millones de seguidores, y son falsas.
Gamaliel era en realidad un observador pasivo. Habló como si debieran esperar y ver si Jesús y los apóstoles eran realmente de Dios. Eso suena sabio y tal vez incluso espiritual, pero era un rechazo de la evidencia que tenía delante.
Pero ¿qué mayor testimonio necesitaba, además de la resurrección de Jesús y los milagros de los apóstoles? Gamaliel adoptó una actitud de “esperar y ver” cuando había mucha evidencia de que Jesucristo era quien dijo que era, que Jesús se levantó de entre los muertos y que los apóstoles fueron enviados de manera única por Dios para difundir ese mensaje.
Gamaliel propuso la prueba del tiempo, y esa es una prueba importante. Pero más importante que la prueba del tiempo es la prueba de la eternidad. No adoptes un enfoque de “esperar y ver” cuando Dios ya te ha dado la evidencia de quién es Jesús y lo que hizo por ti.