City Walls

Dos mentiras y una verdad a medias

“¿Acaso he venido yo ahora sin Jehová a este lugar, para destruirlo? Jehová me ha dicho: Sube a esta tierra, y destrúyela”. (2 Reyes 18:25)

El general de los ejércitos de Asiria tenía el título, “El Rabsaces”. Los asirios trajeron sus ejércitos contra Siria e Israel, y los conquistaron por completo. Ahora, ese ejército rodeaba los muros de la ciudad de Jerusalén, la única ciudad no conquistada de importancia en el reino de Judá.

City Walls

El Rabsaces habló con palabras jactanciosas: ¿Acaso he venido yo ahora sin Jehová a este lugar, para destruirlo? Este enemigo de Dios fue lo suficientemente audaz como para decir que el Dios de Israel realmente lo ayudó a venir contra este lugar, para destruirlo. El Rabsaces quería que los líderes de Judá y el rey Ezequías pensaran que Dios estaba de su lado.

Hubiera sido fácil para el rey Ezequías y el pueblo de Jerusalén creer esta mentira. Después de todo, los asirios tenían un gran éxito. Seguramente, Dios debe estar de su lado. ¿No tenían los asirios el ejército más poderoso? Seguramente, Dios debe estar de su lado.

Esa fue una mentira convincente. Pero el Rabsaces tuvo un engaño aún más persuasivo. Le dijo a Ezequías y a los líderes de Jerusalén: “Jehová me ha dicho: Sube a esta tierra, y destrúyela”. Este fue el golpe final de un ataque brillante. El Rabsaces básicamente dijo: “Ezequías, Dios me dijo que te destruyera. Solo estoy haciendo su voluntad, y no hay nada que puedas hacer para detenerla, así que más vale que te rindas”.

Significativamente, podemos decir que el Rabsaces estuvo mas o menos correcto. Dios estaba con él, y su ataque a Judá cumplió el plan profetizado de Dios. Al conquistar Siria, al conquistar Israel y al llevar a Judá al borde, los asirios hicieron la voluntad de Dios. Dios profetizó que todo esto sucedería, y está registrado en Isaías 8: 3-4, 7: 16-17 y muchos otros pasajes en Isaías. De hecho, el Señor levantó el ejército asirio para llevar a cabo su voluntad y permitió que sucediera para que sus juicios se llevaran a cabo y su plan profetizado se cumpliera.

Sin embargo, nunca debemos pensar que Dios tentó a un hombre inocente con un plan malvado. De hecho, aunque Dios predijo y planeó esta invasión de los asirios, el Rabsaces estaba mintiendo cuando dijo: “Jehová me ha dicho”. El rey de Asiria y los generales bajo su mando no buscaron la voluntad de Dios ni se preocuparon por ella.

Dios no tuvo que hacer nada especial para dirigir a los asirios sedientos de sangre a atacar. Simplemente les permitió llevar a cabo los deseos corruptos de sus corazones malvados. Por lo tanto, los asirios nunca se excusarían diciendo: “Estábamos haciendo la voluntad del Señor”, incluso como Judas nunca podría legítimamente dar esa excusa con respecto a su traición de Jesús.

El gran plan de Dios nunca nos hace menos responsables de nuestras acciones.

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Don't Give Up

No te des por vencido

Ahora, pues, yo te ruego que des rehenes a mi señor, el rey de Asiria, y yo te daré dos mil caballos, si tú puedes dar jinetes para ellos. [2 Reyes 18:23]

Los ejércitos de Asiria vencieron al vecino del norte de Judá, y se llevaron cruelmente a las diez tribus del norte de Israel. Ahora esos soldados rodeaban la ciudad de Jerusalén, después de haber conquistado prácticamente todo lo demás en Judá.

Don't Give Up

El general al mando de los ejércitos de Asiria, que tenía el título de “El Rabsaces”, pronunció un largo discurso público que también escuchó Ezequías, el rey de Judá. El general asirio le dijo a Ezequías que Judá ya había sido derrotado, que Jerusalén estaba rodeada y que ya no había esperanza ni razón para resistir.

Judá había confiado en una asociación con Egipto: El Rabsaces le dijo a Ezequías que fracasaría. Quizás algunos en Judá pensaron que YHWH, el Dios del pacto de Israel, los rescataría, pero el Rabsaces les dijo que no tenía sentido confiar en Dios. ¡Incluso dijo que Dios estaba enojado con ellos y que nunca los defendería! El Rabsaces se ofreció a dar a Ezequías dos mil caballos, pero eso ni les ayudaría. También dijo que en realidad estaba en una misión ordenada por Dios para conquistar a Judá.

Esto fue difícil de escuchar para el rey Ezequías. Pero en las palabras te ruego que des rehenes a mi señor, el rey de Asiria, vemos el plan del general asirio. La estrategia del Rabsaces fue hacer que Ezequías se rindiera. Esta fue la razónpor la cual el Rabsaces estaba en el acueducto, hablando con estos líderes del gobierno de Ezequías.

El Rabsaces tenía ejércitos superiores; podría haber atacado a Jerusalén sin este pequeño discurso. Pero el Rabsaces preferiría que Judá simplemente se rindiera, que se rindiera por miedo, desánimo o desesperación.

El enemigo de nuestra alma usa exactamente el mismo enfoque. Muchos de nosotros imaginamos a Satanás como “ansioso por pelear” con nosotros. La verdad es que Satanás no quiere pelear contigo. Primero porque existe la gran posibilidad de que ganes. Segundo porque, ya sea que ganes o pierdas, la batalla puede acercarte más a Jesús. Tercero, lo que Jesús hace en tu vida durante la batalla puede ser una gran bendición para otras personas. ¡No, Satanás preferiría no pelear contigo en absoluto! Preferiría tratar de convencerte de que te rindas.

Vemos esta misma estrategia utilizada contra Jesús durante su tentación en el desierto. Cuando Satanás le prometió a Jesús todos los reinos del mundo a cambio de la adoración de Jesús, Satanás estaba tratando de evitar la pelea y tratando de convencer a Jesús de que se rindiera (Lucas 4: 5-8). No funcionó con Jesús, y no debería funcionar con nosotros.

Piensa en las palabras y mentiras engañosas que Satanás te susurra, o grita. Todas tienen un propósito. Satanás quiere que tu, hijo/a de Dios, te rindas. ¡Dios ayudándote, enfréntate a él y a sus mentiras en el nombre de Jesús!

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rulers and authorities

Erinnere dich daran, wie man leben soll

Erinnere sie, dass sie sich den Regierenden und Obrigkeiten unterordnen und gehorsam sind, zu jedem guten Werk bereit; dass sie niemand verlästern, nicht streitsüchtig sind, sondern gütig, indem sie allen Menschen gegenüber Sanftmut erweisen. (Titus 3,1-2)

Der Kern eines christlichen Lebens ist das, was Gott für uns in Jesus Christus getan hat. Dieses im Glauben anzunehmen steht an erster Stelle. Doch das ist nicht der einzige Aspekt eines christlichen Lebens. Wenn wir das angenommen haben, müssen wir auch reagieren. Ein Weg darauf zu reagieren ist, so zu leben, dass es Gott verherrlicht. In diesen zwei Versen zeigt uns Paulus einige Aspekte eines solchen Lebens auf.

rulers and authorities

Um zu zeigen, wie wichtig das ist, beginnt Paulus mit: erinnere sie. Ich habe gelesen, dass in der Grammatik des alten griechischen Texts erinnere im der Gegenwart steht. Das heißt es bedeutet: „Erinnere sie immer wieder.“ Titus musste die Christen unter seiner Obhut ständig daran erinnern, wie man ein christliches Leben führte.

Das erste Spezifische an das Titus sie erinnern sollte war, dass sie sich den Regierenden und Obrigkeiten unterordnen und gehorsam sind. Normalerweise sind Christen keine Rebellen oder Störenfriede. Wir respektieren das Prinzip, das wir in Römer 13,1-7 lesen: dass wir uns ihnen unterordnen, weil die Regierenden von Gott für das Wohl der Gesellschaft ausgesucht sind.

Ich sage „normalerweise“, da wir eine höhere Macht anerkennen. Wenn uns die Regierung sagt, wir sollen sündigen und Gott nicht gehorchen, dann ehren wir Gott (Apostelgeschichte 5,29) und gehorchen Gott mehr als den Menschen. Es gibt Zeiten, in denen Regierungen ihre Grenzen überschreiten und ein Christ verpflichtet ist, „nein“ zu sagen und für Gott und Seine Gerechtigkeit einzustehen.

Paulus schrieb auch, dass es für einen Christen wichtig ist, zu jedem guten Werk bereit zu sein. Wenn wir uns nur darauf konzentrieren, sich den Regierenden und Obrigkeiten unterzuordnen, wird das Leben als Christen schnell passiv. Titus sollte das nicht zulassen und sie daran erinnern, zu jedem guten Werk bereit zu sein. Wir sollten immer danach suchen, wo wir in dieser Welt um Jesu Willen Gutes tun können.

Paulus fuhr fort, indem er sagte, dass wir niemand verlästern und nicht streitsüchtig sein sollen, sondern gütig und allen Menschen gegenüber sanftmütig sein sollen. Dabei geht es um eine bezeichnende Freundlichkeit, die nicht von guten Manieren stammt, sondern daher, dass wir wissen, wer wir sind und wer andere im Herzen von Jesus sind. Wir lästern nicht und erzählen keine Lügen über andere, wir versuchen Frieden zu stiften anstatt Probleme zu verursachen, wir versuchen andere nicht zu dominieren (Sanftmut), und das ist für jeden sichtbar.

Das ist ein großartiger Gedanke. Vielleicht hältst du sich für eine sanftmütige Person. Doch die Frage ist: „Ist meine Sanftmut für jeden sichtbar? Zeige ich wirklich allen Menschen gegenüber Sanftmut?“ Es ist leicht, manchen Menschen gegenüber sanftmütig zu sein – denen gegenüber, die „über“ uns zu stehen scheinen. Doch die Bibel sagt, wir sollen allen Menschen gegenüber Sanftmut erweisen.

speak the word

Dieses sollst du lehren, so sollst du leben

Dieses sollst du lehren und mit allem Nachdruck ermahnen und zurechtweisen. Niemand soll dich gering schätzen! (Titus 2,15)

Diese Worte des Apostel Paulus stehen am Ende eines langen Abschnitts, in dem er Titus sagt, wie dieser die Gemeinden auf der Insel Kreta leiten sollte. Das zweite Kapitel vom Buch Titus ist voller praktischer Anleitung für die Pastoren und Gemeindeleiter, und das Kapitel endet mit einer interessanten Aussage. Paulus sagt zu Titus: „Dieses sollst du lehren und mit allem Nachdruck ermahnen und zurechtweisen. Niemand soll dich gering schätzen!

speak the word

Das erste ist, dass er dieses lehren soll. Titus und jeder von Gottes Botschaftern der Gnade sollen Gottes Wort lehren. Was Paulus an Titus schrieb (dieses) war und ist von Gott inspirierte Schrift.

Man könnte eine interessante Diskussion über die Frage führen: „Wusste Paulus, dass das, was er schrieb, zur Heiligen Schrift gehörte?“ Doch es spielt keine Rolle, ob sich Paulus dessen bewusst war. Gott führte Paulus und die anderen Autoren der Schrift und befähigte sie, Sein von Ihm inspiriertes Wort aufzuschreiben.

Auf dieses sollte Titus den Fokus legen beim Lehren. Ein Prediger muss immer Gottes Wort im Zentrum haben.

Als nächstes sagte Paulus Titus solle ermahnen und zurechtweisen– und zwar mit allem Nachdruck. Gottes Botschafter müssen sich daran erinnern, dass sie die Botschafter eines Königs sind, die Worte überbringen, die Leben bringen und die Hölle zurück drängen. Ein Prediger muss Gottes Wort sprechen, es über jede menschliche Meinung und Erwartung stellen. Wenn ein Prediger spricht, ist das manchmal ermutigend (ermahnen) und manchmal verbessernd (zurechtweisen).

Schließlich sagte Paulus zu Titus: „Niemand soll dich gering schätzen.“ Das passierte nicht dadurch, dass Titus die Regel aufstellte, dass die Christen ihn nicht gering schätzen durften. Es passierte, weil Titus ein Leben voller Liebe und Integrität führte. Wenn Titus mit allem Nachdruck sprach, musste sein Leben damit übereinstimmen. Titus musste so leben, dass niemand ihn oder seine Botschaft gering schätzen konnte.

Ein Kommentator weist darauf hin, dass diese Briefe von Paulus häufig in den Gemeinden vorgelesen wurden. Darum war dieser Satz „niemand soll dich gering schätzen“ auch für die Christen auf Kreta gedacht. Sie sahen, wie Titus ein ehrbares und gottgefälliges Leben führte und musste darum ihn und seine Botschaft respektieren, auch wenn es eine Zurechtweisung war.

Ich bin sicher, dass Gott in dieser Woche ein Wort der Ermutigung für dich hat oder auch eine Zurechtweisung. Sei bereit jedes Wort zu empfangen und darauf zu antworten.

gave himself

Der sich selbst für uns hingegeben hat

Der sich selbst für uns hingegeben hat, um uns von aller Gesetzlosigkeit zu erlösen und für sich selbst ein Volk zum besonderen Eigentum zu reinigen, das eifrig ist, gute Werke zu tun. (Titus 2,14)

Wir glauben, dass die gesammelten Briefe des Apostel Paulus im Neuen Testament von Gott inspiriert wurden und dass sie uns Gottes Wort mitteilen. Es gibt bestimmte Stellen, an denen diese Inspiration deutlicher ist; Stellen, an denen die Botschaft des Evangeliums in so kurzer und herrlicher Weise verdeutlicht wird, dass man sagen kann: „Gott ist in diesem Geschriebenen.“

gave himself

Ich denke, diese kurze Aussage in Titus 2,14 ist eine dieser Stellen. Als Paulus schrieb: „der sich selbst für uns hingegeben hat“ ist jeder Teil dieser Beschreibung von Jesu Werk schön und wichtig.

Jesus hat sich hingegeben, das heißt, es geschah freiwillig. Er musste das nicht tun, doch Er tat es aus Liebe. Johannes 3, 16 sagt, dass der Vater den Sohn gab. Aber vergiss nicht, dass auch Jesus gab.

Jesus gab sich selbst, das heißt, Er gab alles, was Er geben konnte. Man kann jemandem helfen, sogar sehr helfen, ohne sich selbst zu geben. Doch Jesus gab das Größte, das Er je geben konnte: Er gab sich selbst.

Jesus gab sich selbst für uns, das heißt, Er gab sich als Ersatz für den sündigen Menschen. Wir brauchten einen Ersatz, jemanden, der an unserer Stelle als schuldiger Sünder vor Gott steht. Jesus nahm die Schuld für uns. Er nahm die Schande für uns.

Jesus tat all das, um uns zu erlösen. Erlösung bedeutet „aus der Sklaverei durch die Zahlung eines Lösegelds freigekauft zu werden“. Wir wurden aus der Sklaverei der Sünde freigekauft für Seinen Dienst. Der Tod Jesu brachte uns nicht nur Vergebung, sondern auch neues Leben. Wir sind befreit worden von aller Gesetzlosigkeit.

Jesus tat dies, um etwas besonderes für uns zu tun – um uns zu einem Volk zum besonderen Eigentum zu machen. William Barclay nach meint dieser Ausdruck die Kriegsbeute, die der König nach einer gewonnen Schlacht für sich selbst beanspruchte. Wir – sein Volk zum besonderen Eigentum– sind Seine Belohnung, wir sind die Beute von Jesu großem Sieg am Kreuz.

In nur 32 Worten auf Deutsch ist dies eine wunderbare Zusammenfassung von Gottes großer Liebe und Seinem Werk in uns durch Jesus Christus. Danke Jesus dafür, dass Er sich selbst hingegeben hat und dich zu Seinem Volk zum besonderen Eigentum gemacht hat.

blessed hope

Die glückselige Hoffnung

Indem wir die glückselige Hoffnung erwarten und die Erscheinung der Herrlichkeit des großen Gottes und unseres Retters Jesus Christus (Titus 2,13)

In vorigen Vers hat Paulus Titus gesagt, was die Gnade uns lehrt: dass wir die Gottlosigkeit und die weltlichen Begierden verleugnen sollen und dass wir gerecht leben sollen. Titus 2,13 führt diesen Gedanken weiter.

blessed hope

Einfach ausgedrückt: die Gnade lehrt uns, auf das zweite Kommen Jesu zu warten. Paulus schreibt, dass wir die glückselige Hoffnung erwarten und die Erscheinung der Herrlichkeit des großen Gottes und unseres Retters Jesus Christus.

Mit anderen Worten: die Gnade lehrt uns die glückselige Hoffnung zu erwarten und uns darauf vorzubereiten. Diese Hoffnung ist nicht der Himmel oder die Herrlichkeit, sondern Jesus selbst, von Angesicht zu Angesicht, näher als je zuvor.

Doch wir warten nicht nur auf das Kommen Jesu; wir leben in aktiver Erwartung der Wiederkehr Jesu. Wir suchen danach. Über die Wiederkehr von Jesus nachzudenken sollte für jeden Christen etwas Wertvolles sein.

Das erste Mal kam Jesus um die Seelen der Menschen zu retten; Er wird ein zweites Mal kommen, um die Körper auferstehen zu lassen.

Das erste Mal kam Jesus um den Einzelnen zu retten; Er wird ein zweites Mal kommen um die Gesellschaft zu retten.

Das erste Mal kam Jesus um sich kreuzigen zu lassen; Er wird ein zweites Mal kommen, um sich krönen zu lassen.

Das erste Mal ging Jesus an ein Kreuz; Er wird ein zweites Mal kommen, um einen Thron zu besteigen.

Das erste Mal kam Jesus in Demut; Er wird ein zweites Mal in Herrlichkeit kommen.

Das erste Mal stand Jesus vor Pilatus; Er wird ein zweites Mal kommen und Pilatus wird vor Ihm stehen.

Das erste Mal wurde Jesus von Menschen gerichtet; Er wird ein zweites Mal kommen und die Menschen richten.

Achte darauf, was Paulus sagt, wer wiederkommen wird: der große Gott und unser Retter Jesus Christus. Hin und wieder sagen manche Menschen, dass Paulus und die frühen Christen nicht wirklich glaubten, dass Jesus Gott war. Doch dies hier zeigt, dass Paulus nicht nur wusste, dass Jesus Gott war, sondern dass Er der große Gott und Retter war und ist.

Dieser Jesus kam einst – und Er wird wiederkommen, so wie Er es versprochen hat. Lass dich von der Gnade lehren, nach Seiner Rückkehr zu suchen und bereit zu sein für diesen Tag.

grace teaches

Was die Gnade lehrt

Denn die Gnade Gottes ist erschienen, die heilbringend ist für alle Menschen; sie nimmt uns in Zucht, damit wir die Gottlosigkeit und die weltlichen Begierden verleugnen und besonnen und gerecht und gottesfürchtig leben in der jetzigen Weltzeit. (Titus 2,11-12)

Es gibt kaum ein schöneres Thema in der Bibel als die Gnade Gottes. Die Wahrheit, dass Gott dem Gläubigen in Jesus Christus Seine Gunst und Bestätigung gibt, und das ohne vorher zu beurteilen, ob der Gläubige diesen Segen verdient oder nicht – das ist eine tiefgründige Wahrheit, die viele mit ihrer Macht und Herrlichkeit befreit.

grace teaches

Ich glaube, es ist nicht möglich, mit der Gnade zu weit zu gehen. Die Bibel lehrt uns, dass es zwei Prinzipien gibt, mit denen wir uns in Beziehung mit Gott bringen können: das Prinzip des Gesetzes und das Prinzip der Gnade. Wir müssen das Gesetz und die Gnade nicht „ausbalancieren“. Gott betrachtet den Gläubigen auf der Basis der Gnade, und wir müssen darauf auf dieselbe Art reagieren.

Wenn es unmöglich ist, mit der Gnade zu weit zu gehen, ist es doch möglich, die Gnade falsch zu verstehen. Ein falsche Lehre über die Gnade ist, dass wir das, was hier in Titus 2,11-12 steht, ignorieren.

Die Gnade lehrt uns, ein gottgefälliges Leben zu führen. Solche, die die Gnade missbrauchen, gehen damit nicht zu weit; sie weigern sich auf das zu hören, was die Gnade lehrt. Einem Kommentator zufolge ist der Gedanke hinter dieser Bibelstelle, dass die Gnade als Person dargestellt wird, jemand, der den Gläubigen lehrt, wie man ein christliches Leben führt, damit wir die Gottlosigkeit und die weltlichen Begierden verleugnen.

Die Gnade lässt die Gottlosigkeit und die weltlichen Begierden zu unserer Vergangenheit werden. Nun lehrt sie uns, wie wir uns von diesen Dingen lossagen, nicht nur wie man sie vermeidet. Man kann sagen, dass wir in einer Welt, wo wir versucht sind zu jeder Begierde und jedem Wunsch „Ja“ zu sagen, sich unser Glaube darin zeigt, wenn wir neinsagen, wenn wir bereit sind, etwas abzulehnen.

Die Gnade lehrt uns auch, wie wir in der jetzigen Weltzeit leben sollen. Wir müssen besonnen (mit Selbstkontrolle) sein in Bezug auf uns selbst. Wir müssen gerecht sein in Bezug auf die Menschen um uns herum. Und wir müssen gottesfürchtig (Gott ernst nehmen) in Bezug auf Gott sein.

Alles zusammen genommen sehen wir, dass die Furcht des Gesetzlichen – die Lehre, dass die Gnade Christen hervorbringt, die sich nicht um Gehorsam scheren – unbegründet ist. Die Gnade lehrt uns Gehorsam.

Wir brauchen mehr von Gottes Gnade, nicht weniger. Du kannst mit der Gnade nicht zu weit gehen, aber du kannst sie falsch verstehen. Gottes Gnade lehrt uns. Hörst du zu?

shining forth

Heraus leuchten

Denn die Gnade Gottes ist erschienen, die heilbringend ist für alle Menschen (Titus 2,11).

Diese kurze Aussage des Apostel Paulus in seinem Brief an Titus führt einen neuen Gedanken an, aber selbst diese Anfangssatz beinhaltet eine wunderbare Wahrheit für uns.

Paulus beginnt damit, dass er von der Gnade Gottes spricht. Wir denken an die Größe von Gottes Gnade, die unverdiente Gunst und Annahme, die Gott denen gibt, die ihr Vertrauen in Jesus Christus setzen.

shining forth

Hier spricht Paulus davon, dass die Gnade Gottes tatsächlich etwas tut: sie ist heilbringend. So groß ist die Gunst und Annahme Gottes. Sie verändert die Vergangenheit, die Gegenwart und die Zukunft eines jeden Menschen, der sie annimmt. In diesem Sinn ist die Errettung nicht nur ein Ticket in den Himmel. Sie steht für Gottes aktive Macht im Hier und Jetzt, nicht nur in der ewigen Zukunft.

Bemerke auch, dass die Gnade Heil bringend ist. Du gehst nicht einfach raus und „bekommst“ das Heil; es kommt zu dir in der Gnade Gottes und du hast die Gelegenheit, es durch den Glauben zu erhalten. Das ist ein fundamentaler Unterschied zwischen dem Christentum und jeder anderen Religion oder jedem anderen Glaubenssystem der Welt. Viele Religionen sagen dir, wie man Gott findet und etwas von Ihm bekommt. Biblisches Christentum ist die Botschaft davon, wie Gott uns durch Seine Gnade die Errettung brachte.

Da ist noch etwas Wunderbares in diesem kurzen Vers. Paulus sagt, dass diese Gnade, die uns das Heil bringt, allen Menschen erschienen ist. Ich sehe mindestens zwei schöne Dinge darin. Erstens, es gibt ein Evangelium der Gnade für alle Menschen. Gott hat nicht für einige Menschen ein Evangelium der Gnade und für andere ein Evangelium des Gesetzes oder der Selbstgerechtigkeit. Alle Menschen finden das Heil durch die Gnade Gottes.

Die andere schöne Sache ist der Ausdruck, der hier mit ist erschienen übersetzt wird. Adam Clarke zufolge ist es das alte griechische Wort epiphainound bedeutet „hat heraus geleuchtet“. Clarke glaubt, dass dies ein Bild ist für das Scheinen der Sonne. So wie die Sonne im Osten aufgeht und ihren Weg über den ganzen Globus geht, so begann die wunderbare Gnade von Gott in Jesus Christus in Jerusalem und leuchtete über die ganze menschliche Rasse.

Die Gnade Gottes ist das Licht und die Wärme der Sonne für die ganze Erde; aber sie scheint nicht zur selben Zeit und in derselben Intensität auf die ganze Erde und an jeden Ort. Gott lässt Seine Gnade nach Seiner Weisheit und Seinem Plan leuchten; aber wir wissen, dass Er Seine Gnade durch die Sonne der Gerechtigkeit, Jesus Christus (Maleachi 4,2) immer leuchten lässt. Suche Jesus, vertraue Jesus, und lasse Seine Gnade auf dich leuchten.

adorn

Eine Zierde für Gottes Wahrheit

Die Knechte ermahne, dass sie sich ihren eigenen Herren unterordnen, in allem gern gefällig sind, nicht widersprechen, nichts entwenden, sondern alle gute Treue beweisen, damit sie der Lehre Gottes, unseres Retters, in jeder Hinsicht Ehre machen. (Titus 2,9-10)

Titus sollte die Knechte auf ihre speziellen Pflichten als Christen hinweisen. Da die Sklaven als vollwertige Mitglieder in der Gemeinde willkommen waren, schockierten die Christen den Großteil der Kultur damit, dass die Sklaven und ihre Herren sich im sozialen Gefüge der Gemeinde vermischten. Das hieß, ein Sklave konnte in der Gemeinde ein Ältester seines Herren sein.

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Trotzdem mussten sich christliche Sklaven ihren eigenen Herren unterordnen. Paulus sagte nicht, dass Knechte sich jedem freien Mann unterordnen sollten, nur ihren eigenen Herren. Das bedeutet, Paulus wusste, dass Knechte Pflichten hatten, jedoch nur ihren eigenen Herren gegenüber.

Gleichzeitig werden unser Gehorsam und unsere Unterordnung, wie in jedem Bereich menschlicher Unterordnung, durch unsere Verantwortlichkeit Gott gegenüber eingegrenzt. Petrus sagt in Apostelgeschichte 5,29: Man muss Gott mehr gehorchen als den Menschen, wenn es einen Konflikt zwischen den beiden gibt.

Die christlichen Knechte sollten Gott ehren, indem sie nichts entwenden. Diese Straftat war so verbreitet damals, dass die Worte Knecht und Dieb manchmal austauschbar waren. Es wurde immer davon ausgegangen, dass die Knechte ihre Herren in kleinen Dingen bestohlen.

Titus sollte also die Knechte anweisen, gute Arbeiter zu sein, die alle gute Treue bewiesen. Durch ihre harte Arbeit und demütige Unterordnung sollten sie der Lehre Gottes in jeder Hinsicht Ehremachen.

Das ist ein schöner Gedanke: dass Gläubige durch ihre gottgefälliges Leben Gottes Wahrheit Ehre machen; sie zieren und schön machen. Einem Kommentator zufolge bedeutet Ehre machen, “kostbare Juwelen so anzuordnen, das man ihre wahre Schönheit sieht.“

Eigentlich braucht das Evangelium keine Zierde. Und doch können wir die Schönheit des Evangeliums durch die Art, wie wir leben, zeigen. Oft glauben wir, wir brauchen bessere Worte, um das Evangelium zu zieren. Bessere Worte sind toll, aber was wir wirklich brauchen, sind bessere Leben.

Du brauchst keine hohe Position, um Gottes Wahrheit Ehre zu machen. Selbst die Knechte unter den frühen Christen konnten die Schönheit der Lehre Gottes, unseres Retters, widerspiegeln und offenbaren.

Bitte Gott diese Woche um Weisheit und Kraft, Seine Wahrheit zu zieren.

pattern

Die Bedeutung eines guten Beispiels

In allem mache dich selbst zu einem Vorbild guter Werke. In der Lehre erweise Unverfälschtheit, würdigen Ernst, Unverderbtheit, gesunde, untadelige Rede, damit der Gegner beschämt wird, weil er nichts Schlechtes über euch sagen kann. (Titus 2,7-8)

Paulus hatte Titus gesagt, wie er mit den unterschiedlichen Gruppen von Menschen in der Gemeinde umgehen sollte, und er sagte, dass die jungen Männer „besonnen“ sein sollten (Titus 2,6). Dann erklärte Paulus, warum es für Titus so wichtig war, ein gutes Beispiel zu sein.

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Paulus schrieb: „In allem mache dich selbst zu einem Vorbild guter Werke.“ Titus musste mehr als nur ein Lehrer sein, er musste auch ein Vorbild sein. Die anderen konnten ihn nur dann ernst nehmen, wenn er selbst auch nach Gottes Wahrheit lebte. Das ist ein machtvolles und grundlegendes Prinzip, das oft nicht beachtet wird. Wenn ein Prediger oder Lehrer nicht das lebt, was er lehrt, warum sollte das jemand anderes tun?

Das bedeutet nicht, dass Leiter in einer Gemeinde perfekt sein müssen. Wie jeder andere auch haben sie ihre Schwächen und Fehler. Leiter können nicht Beispiele für Perfektion sein, aber für Demut und Buße.

Titus sollte besonders darin ein Beispiel sein: „In der Lehre erweise Unverfälschtheit.“ Titus sollte ein Vorbild für eine stabile und unverfälschte Lehre sein. Wenn er sich beim Verstehen der Schrift nicht sicher gewesen wäre, hätte er niemanden anleiten können.

Titus sollte auch ein Vorbild für würdigen Ernst, Unverderbtheit und gesunde, untadelige Rede sein. Titus sollte den älteren Männer und Frauen würdigen Ernst lehren (Titus 2,2-3), doch er musste mit gutem Beispiel vorangehen. Titus sollte die älteren Männer lehren, gesund im Glauben zu sein (Titus 2,2), doch auch sein Glaube musste unverdorben sein.

Wenn ein Leiter so lebt, gibt das denjenigen, die Gottes Werk entgegenstehen, keinen Grund, ihn anzuklagen oder die Wahrheit zu verleugnen. Paulus sagte es so: „Damit der Gegner beschämt wird.“ Jesus machte das besser als irgendjemand sonst. Jesus konnte eine aufgebrachte Menge fragen: „Wer unter euch kann mich einer Sünde beschuldigen?“ (Johannes 8,46) und niemand konnte etwas entgegnen.

Ich bin sicher, dass es Menschen gibt, von denen du dir wünschst, dass sie zum Glauben und zu einer echten Beziehung zu Jesus kommen. Und es gibt bestimmt viele, die du kennst, die Jesus schon lieben aber in einigen wichtigen Dingen des christlichen Lebens noch lernen müssen. Für beide Gruppen ist dein Beispiel so wichtig.

Wenn wir als gutes Vorbild als Christ versagen, dann hat das, was wir lehren, wenig Sinn. Wenn wir als gutes Vorbild versagen, dann geben wir anderen einen Grund für ihren Unglauben.

Wir können Jesus für jedes Mal, wenn wir als gutes Beispiel versagt haben, demütig um Vergebung bitten und Ihn dann um Kraft bitten, dass wir Gott und Seine Kinder durch ein gutes Beispiel repräsentieren.