A. La parábola del caldero hirviendo.
1. (1-2) El comienzo del sitio de Jerusalén.
Vino a mí palabra de Jehová en el año noveno, en el mes décimo, a los diez días del mes, diciendo: Hijo de hombre, escribe la fecha de este día; el rey de Babilonia puso sitio a Jerusalén este mismo día.
a. En el mes décimo, a los diez días del mes: Como Dios le ordenó, Ezequiel registró cuidadosamente el día de esta profecía. Esta fue una fecha que cambió la nación y la vida, que sería recordada durante mucho tiempo. Para relacionar esto con los acontecimientos de los Estados Unidos del siglo XXI, fue una fecha icónica, como el 11 de septiembre que rememora los ataques contra los Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001.
i. Esta fecha exacta también se registra en 2 Reyes 25:1, Jeremías 39:1 y Jeremías 52:4.
ii. “También se sabe por Zacarías 8:19 que esta fecha se convirtió en un ayuno para los exiliados, como conmemoración de uno de los días críticos en la caída de la ciudad santa”. (Taylor)
b. El rey de Babilonia puso sitio a Jerusalén este mismo día: El día era importante porque era el comienzo de lo que Dios había prometido durante mucho tiempo: el sitio final, la conquista y la destrucción de Jerusalén.
2. (3-5) Jerusalén como una olla, un caldero hirviendo.
Y habla por parábola a la casa rebelde, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Pon una olla, ponla, y echa también en ella agua; junta sus piezas de carne en ella; todas buenas piezas, pierna y espalda; llénala de huesos escogidos. Toma una oveja escogida, y también enciende los huesos debajo de ella; haz que hierva bien; cuece también sus huesos dentro de ella.
a. Pon una olla, ponla: No sabemos si Ezequiel representó literalmente esta parábola, o simplemente contó la historia. De cualquier manera, el significado es el mismo. La imagen es de una olla o caldero lleno de agua y piezas de carne.
i. “La palabra para caldero [olla] normalmente se refiere a cualquier utensilio de cerámica grande de boca ancha que se usa para lavar o cocinar, aunque en este caso encontramos en el versículo 11 que está hecho de cobre”. (Taylor)
ii. “Como la mayoría de los predicadores, Ezequiel usa una ilustración más de una vez, variando la aplicación según el punto de su mensaje. Ha usado la imagen del caldero en Ezequiel 11:3-12. Ahora lo retoma. Jerusalén es la olla para cocinar, y su gente es la carne que se ha de cocinar”. (Wright)
iii. Según la descripción, Jerusalén sería una fiesta notable para Nabucodonosor y sus ejércitos. “El cocinero no parece estar preparando una cena ordinaria; más bien, el énfasis en la calidad y cantidad de la carne que se prepara implica una comida extraordinariamente suntuosa”. (Block)
b. También enciende los huesos debajo de ella: Con un fuego alimentándose de huesos, la orden era hacer hervir bien la olla para que su contenido hierva a fuego lento y se cocine.
i. La mayoría de los comentaristas consideran que la imagen es de huesos de animales, pero Block argumenta que es la imagen escalofriante de un fuego alimentado por huesos humanos: “Dado que la forma plural femenina se usa en otras partes de Ezequiel solo de huesos humanos, un elemento interpretativo ya ha sido introducido: el contenido de la olla a punto de ser destruido no son huesos de animales — son humanos”.
3. (6-8) Ay de la ciudad sangrienta de Jerusalén.
Pues así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de la ciudad de sangres, de la olla herrumbrosa cuya herrumbre no ha sido quitada! Por sus piezas, por sus piezas sácala, sin echar suerte sobre ella. Porque su sangre está en medio de ella; sobre una piedra alisada la ha derramado; no la derramó sobre la tierra para que fuese cubierta con polvo. Habiendo, pues, hecho subir la ira para hacer venganza, yo pondré su sangre sobre la dura piedra, para que no sea cubierta.
a. Ay de la ciudad de sangres: Ya que era el mismo día en que Jerusalén fue rodeada por el ejército de asedio de Nabucodonosor, no hay duda de que la ciudad de sangres era Jerusalén. Era una ciudad de sangres en al menos dos sentidos. Primero, era la ciudad donde se había derramado mucha sangre inocente, a menudo bajo el amparo de la autoridad (Ezequiel 21:13 y muchos otros pasajes). Segundo, era la ciudad donde se derramaría mucha sangre bajo el ataque de Nabucodonosor.
b. De la olla herrumbrosa cuya herrumbre no ha sido quitada: Mientras Jerusalén hervía y era cocinada, sus peores cualidades serían evidentes para todos. La mayoría de los comentaristas creen que la herrumbre aquí se entiende mejor como óxido, especialmente a la luz de su color rojizo.
i. “Algunos traducen la palabra como ‘escoria’, pero ‘óxido’ es correcto. Era un símbolo de la corrosión y la corrupción de la ciudad y puede haber representado la sangre de las víctimas asesinadas por la intriga y la opresión”. (Feinberg)
ii. Cuya herrumbre no ha sido quitada: “La inmundicia, sus abominaciones, todas sus lascivias, están todavía dentro de ella; no han sido castigados, refrenados o expulsados por la ejecución de leyes justas y buenas; sino que los ciudadanos han continuado en ellas con obstinación, impenitencia y desfachatez”. (Poole)
iii. Por sus piezas sácala: “Arranca la carne indistintamente; que ninguna pieza sea elegida para rey o sacerdote; mostrando así que todos debían estar involucrados en una ruina indiscriminada”. (Clarke)
iv. “La gente de Jerusalén pueden haberse considerado cortes selectos, pero en lo que respecta a Ezequiel, no eran aptos para el consumo; ninguna suerte caería sobre Jerusalén”. (Block)
c. Porque su sangre está en medio de ella: La muerte y el derramamiento de sangre que vendrían a Jerusalén impedirían un entierro adecuado. Los muertos ensangrentados no serían cubiertos de tierra y polvo; sus cadáveres yacerían horriblemente expuestos. Este era otro ejemplo de la furia y venganza de Dios contra Jerusalén y Judá.
i. “La sangre en Ezequiel 24:7 es la del asesinato, la condena injusta y el sacrificio humano. La sangre derramada injustamente clama venganza (Génesis 4:10; Job 16:18)”. (Wright)
ii. “Según Génesis 4:10, la sangre que fue descubierta clamó por la vindicación de Dios (cf. Isaías 26:21). Cuando la sangre no se cubría con polvo, había violación de la ley mosaica (Levítico 17:13)”: (Feinberg)
iii. Este principio era cierto incluso para la sangre animal. “La ley mosaica requería que cada vez que se sacrificara un animal de caza o un ave, la sangre debía derramarse y cubrirse con tierra (Deuteronomio 12:16, 24; 15:23). Dejarla expuesta era provocar la ira de Dios, fuente y garante de toda vida”. (Block)
4. (9-13) Más ay para la ciudad de sangres.
Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de la ciudad de sangres! Pues también haré yo gran hoguera, multiplicando la leña, y encendiendo el fuego para consumir la carne y hacer la salsa; y los huesos serán quemados. Asentando después la olla vacía sobre sus brasas, para que se caldee, y se queme su fondo, y se funda en ella su suciedad, y se consuma su herrumbre. En vano se cansó, y no salió de ella su mucha herrumbre. Sólo en fuego será su herrumbre consumida. En tu inmunda lujuria padecerás, porque te limpié, y tú no te limpiaste de tu inmundicia; nunca más te limpiarás, hasta que yo sacie mi ira sobre ti.
a. Ay de la ciudad de sangres: El ay de Jerusalén no terminó con las tragedias descritas en la sección anterior. Había mucho más que describir.
b. Haré yo gran hoguera: El fuego debajo de la olla ahora se describe como una hoguera – un incendio por los muertos. El fuego será enorme, y primero se quemará el contenido de la olla; luego, la olla misma se calentará se fundirá en ella su contenido. Todas las impurezas de Jerusalén, su herrumbre, serán consumidas en el juicio que vendrá sobre ella.
i. “Que el asedio sea severo, la carnicería grande y la ruina y la catástrofe completas”. (Clarke)
ii. “La gran oportunidad había pasado. Y por tanto, dice el Señor, el fuego será un agente de destrucción sin ningún rasgo purificador. El fuego, ahora la destrucción final de Jerusalén por los babilonios, se amontonará y la olla se reducirá a metal fundido. No habrá regeneración, solo destrucción total”. (Vawter y Hoppe)
c. Porque te limpié, y tú no te limpiaste: A lo largo de muchas generaciones Dios envió a sus profetas a su pueblo. Ellos tuvieron las instituciones del templo, los sacrificios, las fiestas y el sacerdocio. Todos estos deberían haber sido agentes limpiadores y purificadores para su pueblo – pero no lo fueron. Por eso Dios no los limpiaría más; en su furor Él los juzgaría.
i. Porque te limpié: “Uno solo puede suponer a qué eventos históricos alude Ezequiel. Deben tenerse en cuenta los recientes intentos de reforma de Josías (2 Reyes 22-23), pero también se incluirían los esfuerzos anteriores de Ezequías (2 Reyes 18:4, 22; 2 Crónicas 31)”. (Block)
ii. “Toda la profecía de Ezequiel implica que la ira de Dios cesará e Israel será limpiado por completo cuando Dios comience a restaurar a Israel a la tierra de Canaán en el tiempo del fin”. (Alexander)
iii. Inmundicia: “Palabra que denomina las peores clases de impureza; adulterio, incesto, etc., y el propósito, deseo, diseño y deseo ardiente de hacer estas cosas. Los suyos no eran pecados accidentales, eran abominaciones planeadas”. (Clarke)
5. (14) La certeza del pronunciamiento de Dios.
Yo Jehová he hablado; vendrá, y yo lo haré. No me volveré atrás, ni tendré misericordia, ni me arrepentiré; según tus caminos y tus obras te juzgarán, dice Jehová el Señor.
a. Yo Jehová he hablado; vendrá: Dios no quería dejar ninguna duda de que esto sucedería tal como Él lo había dicho. La terrible calamidad anunciada para Jerusalén y Judá ciertamente sucedería.
b. Según tus caminos y tus obras: Bajo el pacto que Israel hizo con Dios en el Monte Sinaí, ellos serían bendecidos en su obediencia y malditos en su desobediencia. Sus malos caminos y obras los juzgarían.
B. La muerte de la esposa de Ezequiel.
1. (15-17) Dios le dice a Ezequiel que su esposa morirá y cómo debe reaccionar.
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe el deleite de tus ojos; no endeches, ni llores, ni corran tus lágrimas. Reprime el suspirar, no hagas luto de mortuorios; ata tu turbante sobre ti, y pon tus zapatos en tus pies, y no te cubras con rebozo, ni comas pan de enlutados.
a. He aquí que yo te quito de golpe el deleite de tus ojos: Dios le trajo a Ezequiel un mensaje impactante con respecto a su esposa (conmovedoramente referida como el deleite de tus ojos). El mensaje era que ella moriría repentina e inesperadamente (yo te quito de golpe).
i. El deleite de tus ojos: “Ya sea que se refiera a la belleza de su persona o no, ciertamente se refiere a la amabilidad de su disposición, y la simpatía de ella hacia el profeta”. (Poole)
ii. “En estos versículos vislumbramos el Ezequiel interior que rara vez aparece a través de su exterior aparentemente duro e inflexible. Su austeridad y rígida autodisciplina, su pasión por la verdad y por el honor del santo nombre de Dios, casi ocultan el tierno corazón que yace en su interior”. (Taylor)
iii. De golpe: “Con pestilencia, parálisis o alguna muerte súbita similar. Esta no fue una prueba pequeña para la paciencia y la obediencia del profeta. Aprendamos a dejar ir todas las comodidades externas”. (Trapp)
iv. Wiersbe observó que, de una forma u otra, la esposa de un profeta bíblico estaba conectada con su misión o mensaje.
·Abraham fue un profeta (Génesis 20:7) que mintió dos veces acerca de su esposa y se metió en problemas.
·Moisés fue profeta y fue criticado por la esposa que eligió (Números 12:1).
·La esposa de Isaías fue profetisa (Isaías 8:3). Ella le dio por lo menos dos hijos cuyos nombres fueron señales para el pueblo de Judá.
·Al profeta Jeremías no se le permitió tener una esposa (Jeremías 16:1-4), y esto fue una señal para los judíos de que el juicio se acercaba y no era tiempo de casarse.
·La esposa de Oseas se prostituía y él tuvo que comprarla en el mercado de esclavos (Oseas 1-3).
b. No endeches, ni llores: a Ezequiel se le prohibió extrañamente lamentarse o incluso llorar por la pérdida del deleite de sus ojos. La orden era fuerte: ni corran tus lágrimas, reprime el suspirar, no hagas luto.
i. Según Levítico 21:1-4, Dios restringía el luto de los sacerdotes. Esto puede verse como una extensión de ese principio.
ii. “No le estaba prohibido el dolor, porque incluso nuestro Señor lloró en la tumba de Lázaro. Solo se le prohibió una fuerte manifestación de él, lo que contrastaba con los fuertes lamentos habituales en tales ocasiones”. (Feinberg)
iii. “La verdad general se puede encontrar en Jeremías 16:5, donde se muestra que todo dolor personal será eclipsado en la hora de la calamidad universal”. (Feinberg)
iv. Reprime el suspirar: En eso vemos el corazón comprensivo de Dios. Él conocía el dolor del alma de su siervo, tanto personal como público, y no lo reprendió. En días en que el testimonio público exige que nos elevemos por encima de las penas privadas, es bueno saber que Él comprende la dificultad y no prohíbe el suspirar.
v. “La palabra ‘suspirar’ normalmente se usa para referirse a los ruidosos gemidos de los hombres heridos y es un recordatorio de las lamentaciones rituales que se hacían regularmente en ocasiones funerarias”. (Taylor)
2. (18-19) La muerte de la esposa de Ezequiel.
Hablé al pueblo por la mañana, y a la tarde murió mi mujer; y a la mañana hice como me fue mandado. Y me dijo el pueblo: ¿No nos enseñarás qué significan para nosotros estas cosas que haces?
a. Hablé al pueblo por la mañana: Probablemente, Ezequiel habló como lo había hecho muchas veces antes, informando lo que Dios le había dicho que proclamara. Esta vez el mensaje era a la vez extraño y triste. Como profeta, les dijo que su esposa moriría. Solo podemos preguntarnos qué le había dicho Ezequiel a su esposa la noche anterior.
b. Y a la tarde murió mi mujer: Esta fue una gran pérdida para Ezequiel, una que muchos han sufrido. El título, el deleite de tus ojos (Ezequiel 24:16), apunta a una relación afectuosa y amorosa. A lo largo del libro, Ezequiel se nos presenta como un hombre de profundos sentimientos y emociones que a menudo se lamentaba y lloraba por el destino de Jerusalén y Judá. Ciertamente fue profundamente afectado por esta repentina pérdida de una querida compañera y esposa.
c. Y a la mañana hice como me fue mandado: Sorprendentemente, Ezequiel obedeció a Dios. Por abrumador que haya sido el sentimiento de lamentar y llorar, Ezequiel estaba decidido a honrar a Dios obedeciéndole a pesar de sus sentimientos y de las bastante comprensibles circunstancias.
i. “Se debe rendir obediencia a Dios incluso en los deberes más difíciles, y el amor conyugal debe dar lugar a nuestro amor por él”. (Trapp)
ii. Este extraño incidente nos enseña muchas cosas sobre el duelo y el dolor por la pérdida de un ser querido.
·Tales pérdidas repentinas y tristes pueden ocurrirle a cualquiera, incluso a los grandes profetas y siervos de Dios.
·Esto fue inusual. Nunca volvemos a leer en las Escrituras de tal pérdida de un ser querido y de una orden de no reaccionar. En sus detalles, nunca debemos considerar este extraño incidente como un modelo de la obra de Dios.
·El duelo y el llanto por la pérdida de un ser querido es tan natural y esperable que Ezequiel necesitó un mandato expreso de Dios para no hacerlo.
·En obediencia a Dios y bajo el poder del Espíritu Santo, el pueblo de Dios no es esclavo absoluto de sus emociones.
d. ¿No nos enseñarás qué significan para nosotros estas cosas que haces? El extraño evento tuvo el efecto deseado. La gente estaba sorprendida y desconcertada por la pérdida repentina y el extraño comportamiento de Ezequiel.
i. “Para entonces, los cautivos estaban lo suficientemente familiarizados con la metodología de Ezequiel para darse cuenta de que la ausencia de emoción por la muerte de su amada esposa debe tener algún significado profético. Por lo tanto, le pidieron al profeta que explicara su conducta”. (Smith)
3. (20-24) Dios explica la señal al pueblo: muerte sin poder lamentarse.
Y yo les dije: La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: Di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo profano mi santuario, la gloria de vuestro poderío, el deseo de vuestros ojos y el deleite de vuestra alma; y vuestros hijos y vuestras hijas que dejasteis caerán a espada. Y haréis de la manera que yo hice; no os cubriréis con rebozo, ni comeréis pan de hombres en luto. Vuestros turbantes estarán sobre vuestras cabezas, y vuestros zapatos en vuestros pies; no endecharéis ni lloraréis, sino que os consumiréis a causa de vuestras maldades, y gemiréis unos con otros. Ezequiel, pues, os será por señal; según todas las cosas que él hizo, haréis; cuando esto ocurra, entonces sabréis que yo soy Jehová el Señor.
a. Y yo les dije: El trágico suceso y la extraña reacción tenían un propósito divino. Bajo la inspiración del Espíritu Santo, Ezequiel tuvo una respuesta para su pregunta legítima, y la respuesta no fue el destino, la casualidad o la ignorancia.
b. He aquí yo profano mi santuario, la gloria de vuestro poderío, el deseo de vuestros ojos y el deleite de vuestra alma: Así como un esposo encuentra una fuente apropiada de gozo, confianza y seguridad en su relación con su esposa, así Israel tenía una relación, fuente de confianza y seguridad inapropiadas en el templo (la gloria de vuestro poderío). Así como la esposa de Ezequiel murió repentinamente, el santuario perecería repentinamente y pronto.
i. Tanto en el exilio como en la tierra, en los días de Ezequiel el pueblo de Israel tenía una confianza irracional y peligrosa en la mera existencia del templo. Ellos pensaron: “Esta es la casa de Dios. Es querido para Él y para nosotros. Él nunca permitirá que sea conquistado”. Dios destrozó esta confianza equivocada.
ii. Notamos cómo Dios se refirió al templo que se había convertido en un ídolo y una falsa fuente de esperanza para Judá:
·La gloria de vuestro poderío, que pensaban que garantizaría su seguridad.
·El deseo de vuestros ojos, lo más preciado para ellos.
·El deleite de vuestra alma, lo que más les deleitaba.
c. Vuestros hijos y vuestras hijas que dejasteis caerán a espada: Los cautivos en Babilonia aún tenían muchos hijos e hijas en Jerusalén y Judá, y muchos de esos amados morirían en el juicio que ahora había venido sobre la tierra.
d. Y haréis de la manera que yo hice: Cuando toda esta tragedia venga sobre sus amados y su amado templo, la gente tendría que responder como lo hizo Ezequiel. Su conmoción los haría incapaces de llorar “normalmente”, y tal vez la cultura babilónica también obstaculizaría sus expresiones de dolor.
i. “Ezequiel no había llorado, e Israel tampoco lloraría: porque en ambos casos la tragedia era demasiado profunda y sorprendente como para que cualquier expresión de dolor resultara adecuada”. (Taylor)
ii. “Sin embargo, no se llevará a cabo ningún duelo, porque este es un juicio que no requiere consolación mutua, sino vergüenza y recriminación mutuas”. (Vawter y Hoppe).
iii. “Experimentarían un dolor que está más allá de las lágrimas, un abatimiento que no podría expresarse con actos externos… La única expresión externa que se escucharía entre ellos sería un gemido silencioso”. (Smith)
e. Cuando esto ocurra, entonces sabréis que yo soy Jehová el Señor: El propósito constante de Dios a lo largo del libro de Ezequiel es la revelación de sí mismo incluso a través de la tragedia y la crisis. En todo su dolor no expresado, habría una revelación de Jehová el Señor.
i. No debían llorar la conquista de Jerusalén ni la destrucción del templo porque se lo merecían, y se anunció claramente con mucha anticipación. En contraste, la muerte de la esposa de Ezequiel no fue merecida ni anunciada con mucho tiempo de anticipación – sin embargo, se le ordenó que no hiciera duelo. Era mucho más cierto que Israel no debía llorar la conquista de Judá, Jerusalén y el templo.
4. (25-27) Dios le explica la señal a Ezequiel.
Y tú, hijo de hombre, el día que yo arrebate a ellos su fortaleza, el gozo de su gloria, el deleite de sus ojos y el anhelo de sus almas, y también sus hijos y sus hijas, ese día vendrá a ti uno que haya escapado para traer las noticias. En aquel día se abrirá tu boca para hablar con el fugitivo, y hablarás, y no estarás más mudo; y les serás por señal, y sabrán que yo soy Jehová.
a. El día que yo arrebate a ellos su fortaleza, el gozo de su gloria, el deleite de sus ojos: El comienzo de Ezequiel 24 marcó el comienzo del sitio de Jerusalén por parte de Nabucodonosor. Pronto e inevitablemente llegaría el día en que el templo (fortaleza) y todo lo demás que apreciaban serían conquistados y destruidos.
b. En aquel día se abrirá tu boca para hablar con el fugitivo, y hablarás, y no estarás más mudo: Había, en cierto sentido, una restricción en la distribución del mensaje de Ezequiel que esperaba que Jerusalén finalmente cayera. Pronto llegaría el día en que esa restricción terminaría.
i. “Cuando alguno de los escapados de Jerusalén, habiendo llegado entre los cautivos, les informare de la destrucción de la ciudad, del templo, de la familia real y del pueblo en general; hasta entonces él reprimiría sus lágrimas y lamentaciones. Y encontramos en Ezequiel 33:21 que uno realmente escapó de la ciudad e informó al profeta y a sus hermanos en cautiverio que la ciudad había sido herida”. (Clarke)
c. Hablarás, y no estarás más mudo: La lengua suelta de Ezequiel significará que comenzará a profetizar en un tono mucho más esperanzador. El juicio había sido medido en toda su fuerza; ahora Dios podría comenzar a reconstruir y hacerlo con verdadera esperanza. La restauración final sería gloriosa.
i. “Sus profecías de fatalidad ya no necesitarán ser pronunciadas. Podrá actuar como pastor y centinela para su pueblo. Será libre para trabajar constructivamente en la construcción de una nueva comunidad, un nuevo Israel”. (Taylor)
ii. “Su ministerio cambiaría. Él podría consolarlos y alentarlos con palabras de esperanza en lugar de oráculos de fatalidad y silencio sepulcral. Este profeta que antes había sido tan negativo se convertiría en ese momento en el gran alentador”. (Smith)
d. Les serás por señal, y sabrán que yo soy Jehová: Al final, tanto el profeta como su Dios, el Dios del pacto de Israel, serían vindicados y revelados.
i. “Ese día estará marcado por dos eventos significativos: Yahveh quitará la alfombra debajo de la gente al remover el suelo de todas sus esperanzas, y vindicará a su profeta al confirmar su valor como señal para la nación”. (Block)
©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com