A. Debemos estar listos para dar
1. (1-2) El deseo de los corintios cristianos de dar
Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba; pues conozco vuestra buena voluntad, de la cual yo me glorío entre los de Macedonia, que Acaya está preparada desde el año pasado; y vuestro celo ha estimulado a la mayoría.
a. Cuanto a la ministración para los santos: La ministración específica que Pablo tiene en mente es el apoyo financiero para los santos de Jerusalén. Pablo estará en Corinto para juntar la colecta para los santos de Jerusalén, sobre lo cual escribió en 2 Corintios 8 y en otros pasajes previos (como 1 Corintios 16:1-4).
i. En Hechos 11:29, una colecta previa para los santos de Jerusalén es descrita: «Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea». La antigua palabra griega traducida como «ministración» (diakonia) es la misma palabra utilizada para «socorro» en Hechos 11:29.
ii. La antigua palabra griega para «ministración» es utilizada en un sentido espiritual en pasajes como 2 Corintios 3:8-9; y en un sentido práctico en 2 Corintios 9:1.
b. Es por demás que yo os escriba; pues conozco vuestra buena voluntad: Aquí Pablo puede estar mostrando su sarcasmo de nuevo. La idea básica es: «Yo ni siquiera necesito escribir esto, ni recordarles acerca de esta ofrenda, porque ustedes ya han estado listos y deseosos de dar». Por supuesto, si los corintios cristianos estaban en realidad listos y deseosos como Pablo parece indicarlo, él en verdad no necesitaba escribir nada de esto.
i. Al mismo tiempo, esta es una señal de que Pablo ha intentado persuadir a los corintios en cuanto al dar, como lo hizo en 2 Corintios 8, mostrando el ejemplo de los cristianos macedonios, y el ejemplo de Jesús. Ahora Pablo los está animando con respecto a su manera de dar.
c. De la cual yo me glorío entre los de Macedonia: En el capítulo anterior, Pablo habló de los de Macedonia como ejemplos maravillosos por su voluntad para ofrendar (2 Corintios 8:1-8). Ahora Pablo (¿sarcásticamente?) les informa a los corintios cristianos que él se ha gloriado entre los de Macedonia sobre la buena voluntad de los corintios para ofrendar.
i. Esta puede ser una manera de «jugársela» para animar a los corintios cristianos para que en verdad estén listos y con la buena voluntad de dar. Pablo puede estar diciendo: «Vamos, en verdad pueden estar listos para dar. Después de todo, ¡yo ya he alardeado sobre su buena voluntad con otros!».
ii. Macedonia […] Acaya: Macedonia y Acaya eran regiones en la península griega. Macedonia estaba en el norte, y Acaya estaba en el sur. Corinto era la ciudad líder de la región de Acaya. La región de Macedonia tenía ciudades tales como: Filipos, Berea y Tesalónica.
d. Vuestro celo ha estimulado a la mayoría: De nuevo Pablo parece ser sarcástico —o al menos juguetón. Él está diciendo que los corintios cristianos eran tan celosos en su buena voluntad para dar que eran un buen ejemplo para la mayoría de los otros cristianos. Él dice que, esencialmente, el buen ejemplo de los de Macedonia (como fue relatado en 2 Corintios 8:1-8) es solo un reflejo del buen ejemplo de los corintios cristianos, el cual se reflejó primero en los macedonios.
i. Pensamos que Pablo está siendo sarcástico aquí, porque si los corintios en realidad hubieran sido tan buenos ejemplos en cuanto a dar, y si su ofrenda hubiera conducido a otros a ofrendar, entonces Pablo jamás les hubiera hecho tal introducción y les hubiera dado tanto ánimo para ofrendar como lo hizo en 2 Corintios.
2. (3-5) Pablo está enviando a Tito y a los demás a recoger la colecta
Pero he enviado a los hermanos, para que nuestro gloriarnos de vosotros no sea vano en esta parte; para que como lo he dicho, estéis preparados; no sea que si vinieren conmigo algunos macedonios, y os hallaren desprevenidos, nos avergoncemos nosotros, por no decir vosotros, de esta nuestra confianza. Por tanto, tuve por necesario exhortar a los hermanos que fuesen primero a vosotros y preparasen primero vuestra generosidad antes prometida, para que esté lista como de generosidad, y no como de exigencia nuestra.
a. Pero he enviado a los hermanos: Pablo de nuevo está dando un pequeño giro sarcástico. Es como si dijera: «Todos ustedes están tan listos y tienen tan buena voluntad para dar, que estoy seguro de que me traerán la ofrenda. Pero de cualquier modo, enviaré a los hermanos para que vayan y la recojan. No quiero que todo el gloriarme acerca de ustedes sea en vano».
b. No sea que si vinieren conmigo algunos macedonios, y os hallaren desprevenidos: El sarcasmo juguetón continúa. «Después de todo, corintios, ustedes no quieren que los macedonios vean que no tenían la voluntad de dar. No queremos un caso en el cual nos avergoncemos nosotros, por no decir vosotros, de esta nuestra confianza.”
c. Por tanto, tuve por necesario […] para que esté lista como de generosidad, y no como de exigencia nuestra: Pablo quería que la colecta estuviera completa antes de que él llegara, para que ni remotamente pudiera haber ningún tipo de manipulación cuando recibiera la colecta.
i. Pablo estaba muy preocupado porque la ofrenda fuera un asunto de generosidad y no un asunto de exigencia. Dios mismo nunca cede a una actitud de exigencia, y tampoco deberíamos nosotros hacerlo. El ser «generoso», según la idea bíblica de la palabra, tiene más que ver con la «actitud» en el dar, que con la «cantidad» que damos, así que Dios quiere una buena voluntad en aquellos que dan.
ii. «Cuando Dios da su gracia, Él no extiende un pequeño dedo de mala gana y mantiene el puño cerrado llena de dones. Yo te diría que hoy las manos de Dios están atravesadas por los clavos y aun así están bien abiertas. Esta fuente de gracia siempre se está derramando sin límites de parte del cielo para todos». (Redpath)
B. La recompensa de dar y el corazón correcto para dar
1. (6) Nuestro dar debe ser abundante, si queremos ser recompensados abundantemente
Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.
a. El que siembra escasamente, también segará escasamente: Un agricultor que siembre la semilla puede sentir que está perdiendo la semilla mientras cae de su mano hacia la tierra; del mismo modo, podemos sentir que estamos perdiendo lo que damos. Pero de la manera que el agricultor da la semilla en anticipación de una cosecha futura, nosotros debemos de dar con el mismo corazón.
i. Si un granjero plantara unas pocas semillas debido a que quisiera «retener» lo mayor posible de las semillas, él tendría más semillas en su granero después del tiempo de la siembra. Pero en la cosecha, aquel que plantó más semillas tendrá mucho más granos en su granero.
b. Generosamente también segará: ¿Qué es lo que cosechamos cuando damos? Cosechamos bendiciones que son tanto materiales como espirituales.
i. Materialmente, podemos confiar en que Dios proveerá para el corazón que da. La promesa de Filipenses 4:19: «Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús», está hecha en el contexto de los corazones generosos de los Filipenses (Filipenses 4:15-18). Si le damos a Dios, Él nos dará materialmente.
ii. Espiritualmente, podemos confiar en que Dios recompensará al corazón generoso, tanto ahora como en la eternidad. Jesús habló de esto en Mateo 19:29: «Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna». Jesús, obviamente, no se estaba refiriendo a que recibiríamos cien casas si dejamos nuestra casa por Él, de la misma manera que tampoco Él quiso decir que recibiríamos cien esposas si dejáramos a una por Él. Pero sí quiso decir que nunca nosotros somos los perdedores cuando le damos a Dios. El Señor jamás puede estar en deuda con ningún hombre, y nosotros nunca debemos temer el dar «demasiado» a Dios. Espiritual o materialmente, nunca le darás de más a Dios.
iii. «Esta cosecha debe ser entendida en ambos términos; tanto en la recompensa espiritual de la vida eterna, como en las bendiciones terrenales con las cuales Dios honra al benefactor. No solamente Dios recompensa en el cielo al piadoso que hace el bien, sino en este mundo también». (Calvino)
2. (7) El dar debe venir de un corazón correcto
Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.
a. Cada uno dé: El dar es para cada uno. Cada cristiano debería ser un dador. Debido a los escasos recursos, algunos no pueden dar mucho, pero aun es importante que ellos den, y que den con el tipo de corazón correcto.
b. Como propuso en su corazón: El dar debe estar motivado por nuestro propio corazón. Nunca debe de ser forzado o manipulado. Debemos de dar porque queremos dar y porque Dios puso en nuestro corazón el dar.
i. Esto también se puede decir en el sentido de que nuestro dar revela lo que se propuso en [nuestro] corazón. Si decimos que amamos al Señor más que al surf, pero nos gastamos todo nuestro dinero en tablas de surf y no damos como debemos dar para la obra del Señor, entonces, la manera en la que gastamos nuestro dinero muestra lo que se propuso en nuestro corazón de una manera más precisa que lo que lo hicieron las palabras. Jesús lo dijo de una manera sencilla: «Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Mateo 6:21).
c. No con tristeza, ni por necesidad: Dios no quiere que nuestra dar sea con tristeza (de mala gana, dar con pesar, con muchas quejas) o por necesidad, o sea, dar porque alguien nos ha obligado o manipulado para que demos. Este es más el espíritu detrás de los impuestos, no el dar de una manera bíblica.
i. «Los judíos tenían en el templo dos arcas para las limosnas. Una, era para lo que era necesario, por ejemplo, lo que requería la ley; la otra, era para ofrendas de buena voluntad. Para escapar de la perdición algunos daban con tristeza lo que era obligatorio dar; otros, daban alegremente, por amor a Dios, y por compasión a los pobres. De los primeros, no se dice nada; ellos simplemente hacían lo que requería la ley. De los segundos, se dice mucho: «Dios los ama». A estas dos tipos de arcas en el templo es a lo que el apóstol, evidentemente, alude». (Clarke)
d. Porque Dios ama al dador alegre: En lugar de dar con tristeza o por necesidad, Dios quiere que demos de una manera alegre. La antigua palabra griega para «alegre» (hilaros) es utilizada únicamente aquí en el Nuevo Testamento); es la raíz de la palabra «hilarante» en español. Dios quiere que demos de una manera feliz, porque así es como Dios mismo da.
i. El verdadero dar viene de un corazón alegre, y también nos da un corazón alegre. El poeta inglés Carlyle dijo que cuando él era un niño, un mendigo llegó a la puerta cuando sus padres no estaban. En un impulso jovial, él se apresuró a su cuarto, rompió su alcancía, y le dio al mendigo todo el dinero. Él dijo que nunca antes, ni desde entonces, había conocido una felicidad tan pura como la que tuvo en el momento que dio.
ii. No toda la ofrenda es una ofrenda alegre. «Muchos donativos son dados con tristeza cuando el que da es inducido a dar debido a la opinión pública, o por un remordimiento de la conciencia» (Hodge). En Hechos 5:1-11, Ananías y Safira están como ejemplo de dar por razones equivocadas, no debido a un corazón alegre.
iii. «Nuestra ofrenda debe ser una ofrenda hilarante, dar del corazón, debido a que amas dar, no debido a que estás atado a dar». (Morgan)
iv. Dios es el máximo dador alegre. Él se deleita en darnos. «No es difícil el sugerir que Dios se deleita en el dador alegre. Él mismo es tal dador, y desea ver tal característica restaurada entre aquellos que fueron creados a su imagen». (Kruse)
3. (8-9) La forma correcta de dar siempre es bendecida
Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre.
a. Poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia: Mientras damos, debemos estar persuadidos de que poderoso es Dios para recompensar nuestras ofrendas. De la manera que poderoso es Dios para hacer que la semilla sembrada abunde y produzca una gran cosecha, poderoso es Dios para bendecir nuestra ofrenda.
i. Jesús enseñó que aun el donativo más pequeño, si se da con el corazón correcto, no se irá sin recompensa: «Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa» (Mateo 10:42).
ii. Al recompensar nuestra ofrenda, Dios lo hace con toda gracia. Nuestra ofrenda es recompensada en muchas maneras diferentes, material y espiritualmente. Materialmente, Dios puede bendecir nuestro dar por medio de promociones para obtener un mejor salario, regalos inesperados de dinero, o haciendo que las cosas duren para que no suframos el costo de remplazarlas. Espiritualmente, Dios puede bendecir nuestro dar al liberar nuestros corazones de la tiranía de la codicia y el materialismo, al darnos un sentido de bendición y felicidad, o al atesorar riquezas en el cielo. No hay fin en las maneras en que podemos ser bendecidos cuando poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros.
b. Teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente: La antigua palabra griega para suficiente (autarkeia) también puede ser traducida como «contentamiento». Así es como se utiliza la misma palabra en 1 Timoteo 6:6: «Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento». Dios da un don especial al corazón generoso: siempre […] todo contentamiento en todas las cosas. ¡Eso es mucho de todo!
i. Materialmente hablando, ¿cómo puede alguien siempre tener todo contentamiento en todas las cosas? Al recibir este contentamiento con el cual Dios bendice al corazón generoso.
ii. Es fácil para muchos cristianos decir que tienen este contentamiento; pero sea que lo tengan o no, a menudo se conoce más certeramente por la manera en que gastan su dinero y por sus hábitos de compra. ¿Qué lugar tiene en tu vida el ir de compras? ¿Cómo afecta la pérdida material tu vida? ¿Qué tan feliz te pones al tener alguna cosa material?
iii. Cuando vivimos y actuamos sin contentamiento, es cuando estamos tratando de satisfacer con cosas materiales las necesidades de nuestras vidas. Puede quizás ser la necesidad de ser «alguien», la necesidad de sentirnos seguros y cuidados, o la necesidad de tener emociones y novedades en nuestra vida. La mayoría de las personas tratan de suplir estas necesidades con cosas materiales, pero en verdad solo se pueden completar con una relación espiritual con el Dios que nos creó.
iv. Barclay dice de la palabra griega autarkeia: «Con ella quieren referirse a una completa autosuficiencia. Ello se refiere a un marco mental que era completamente independiente de las cosas externas, el cual lleva el secreto de la felicidad en sí misma. El contentamiento nunca viene por la posesión de cosas externas». «El apóstol utilizó la palabra ‟todo” con el propósito de refutar nuestra codicia, la cual nos dice que nunca tenemos lo suficiente». (Trapp)
v. Con este contentamiento, podemos ser las personas más ricas del mundo. Un hombre pudiera tener las riquezas del hombre más rico del mundo, y aun así tener falta de contentamiento. Pero si tenemos este contentamiento, en realidad somos más felices que las personas más ricas que no lo tienen.
c. Abundéis para toda buena obra: Dios nos bendice, materialmente y espiritualmente, para que abundéis para toda buena obra. Somos bendecidos para que podamos ser de bendición para otros. Dios quiere que seamos canales de bendición, no reservas de bendición.
d. Su justicia permanece para siempre: En la cita del Salmo 112:9, Pablo no está intentando decir que el dar generosamente «nos hace justos», pero da una evidencia de una posición correcta ante Dios.
4. (10-11) Pablo ora por bendición para los generosos corintios cristianos
Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.
a. Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come: Pablo reconoce que Dios es el gran proveedor. Sea lo que fuere que podamos dar, fue dado primeramente a nosotros por Dios.
i. «Nuestros traductores interpretan lo anterior como una oración; la cual, al ser la oración del apóstol, hecha con fe, contiene una promesa de un incremento tanto temporal como espiritual». (Poole)
b. Proveerá y multiplicará vuestra sementera: Pablo ora para que Dios provea los recursos a los corintios cristianos, para que puedan dar, y al mismo tiempo que multiplique lo que ellos den.
c. Aumentará los frutos de vuestra justicia: La ofrenda de los corintios cristianos (representado por vuestra sementera) dará una cosecha: los frutos de vuestra justicia. Pablo ora para que Dios aumente estos frutos, los cuales crecen de sus ofrendas.
d. Para que estéis enriquecidos en todo: Pablo oró para que los corintios cristianos fueran enriquecidos por medio de su ofrenda, de forma material y espiritual.
e. Para toda liberalidad: Esta es la razón por la que los corintios cristianos debieran de ser enriquecidos en todo. No para sus propias riquezas o estilos de vida lujosos, sino para toda liberalidad; esto es, para todas las ofrendas generosas.
i. «Ningún hombre debe vivir para sí mismo. Las dos grandes metas de cualquier vida cristiana debieran ser: la gloria a Dios, y el bien hacia los demás, especialmente hacia aquellos que pertenecen a la familia de la fe». (Poole)
f. La cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios: Después de que toda la ofrenda es dada, y de que toda liberalidad es mostrada por los corintios cristianos, la acción de gracias es dirigida a Dios.
i. En su traducción del Nuevo Testamento, J. B. Phillips transmite el sentido de esta oración: «Aquel que da la semilla al que siembra, y transforma esa semilla en pan para comer, te dará la semilla generosamente para sembrar y, para cosechar, el pan satisfactorio de las obras buenas que se hicieron. Mientras más eres enriquecido por Dios, tendrás más oportunidad para dar generosamente, y tus donativos, administrados por medio de nosotros, significarán que muchos le darán gracias a Dios».
5. (12-14) Cuatro beneficios de la acción de dar de los corintios cristianos
Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.
a. No solamente suple lo que a los santos falta: Primero, en el nivel más práctico, la ofrenda de los corintios cristianos suplirá lo que a los santos falta. Esta es una buena cosa en sí misma, pero su ofrenda hacía más que eso.
b. Abunda en muchas acciones de gracias a Dios: Segundo, sus donativos también causaban acciones de gracias a Dios. Ellos estaban dando más que comida y dinero; les estaban dando a las personas una razón para dar gracias a Dios.
c. Por la obediencia que profesáis: Tercero, la ofrenda de los corintios cristianos era evidencia de la obra de Dios en ellos. Cuando aquellos en necesidad reciben el donativo, glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución. La acción de gracias que sale del donativo de los corintios cristianos sería más importante que el mismo donativo. Ellos también glorifican a Dios mientras entienden que la ofrenda representa la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y significa que los corintios cristianos tenían un corazón que daba con liberalidad de vuestra contribución.
i. Pablo lo dice francamente. La ofrenda de los corintios cristianos era la evidencia de su obediencia a su profesión al evangelio de Cristo. Si una persona no tiene un corazón generoso, hay un sentido en el cual no es obediente al evangelio de Cristo.
ii. Otros también le darían las gracias a Dios porque el donativo de los corintios cristianos mostraría que ellos tienen un corazón que da con liberalidad. Esto significaba que Dios en verdad estaba haciendo una obra en el corazón de los corintios cristianos, y eso era algo digno para dar gracias a Dios.
iii. Liberalidad de vuestra contribución: La antigua palabra griega traducida como «contribución» es koinania. Esta es la misma palabra utilizada para las ideas de «compañerismo» y «comunión», significa «compartir las cosas es común».
· Cuando compartimos nuestras vidas, la palabra koinania es traducida como «compañerismo».
· Cuando compartimos nuestro recuerdo de la obra de Jesús por nosotros a través de la Cena del Señor, la koinania es llamada «comunión».
· Cuando compartimos nuestros recursos para que nadie esté en la miseria, es llamada «contribución».
d. En la oración de ellos por vosotros: El cuarto beneficio de los donativos de los corintios cristianos era que haría que los cristianos de Jerusalén oraran por ellos. Pablo esperaba que los cristianos de Jerusalén oraran por los corintios cristianos. Esto es algo que podemos hacer cuando otros nos dan a nosotros, y cuando necesitamos sus donativos. Podemos orar por ellos.
6. (15) Gracias a Dios por el regalo más grande
¡Gracias a Dios por su don inefable!
a. ¿Cuál es su don inefable? Algunos piensan que es el don de salvación; otros, piensan que es el don de Cristo Jesús. ¿Por qué no, ambos? La salvación es dada a nosotros en Cristo Jesús.
i. Pablo quiere dejar la discusión de la acción de dar al recordarnos de nuevo que Dios es el máximo dador. Él da el don más allá de lo que se puede describir: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Juan 3:16).
b. Don inefable: Esto significa que Jesús es un don y es un don de salvación. Nosotros no nos lo ganamos. Recibimos a Jesús y recibimos salvación de la misma manera que recibimos un don. Si nos lo ganamos, entonces no es un don.
c. Don inefable: Esto significa que Jesús es un don inefable, y que la salvación es un don inefable. La gloria del don de Jesús y la grandeza del don de la salvación no pueden ser descritas adecuadamente.
i. Pablo no está diciendo que nosotros no debemos de describir el don de Jesús o el don de salvación. Él simplemente está diciendo que es imposible describir adecuadamente el don. Está más allá de la entera descripción.
ii. «Cristo Jesús, el don de amor de Dios para la humanidad, es una bendición inefable, ningún hombre puede concebir, mucho menos declarar, lo grande que es este regalo, pues estás son cosas que desean ver los ángeles. Por lo tanto, muy bien puede ser llamado el don inefable, ya que este es lo más sublime que Dios haya dado o pueda dar al hombre». (Clarke)
iii. «¡Ah, cuántas veces he hablado sobre este don los últimos cuarenta años! He hablado poco sobre otras cosas. Escuché a uno que dijo: ‟Supongo que Spurgeon está predicando de nuevo esa vieja historia”. Sí, eso es lo que está haciendo; y si vive otros veinte años, y tú vienes aquí, será la antigua, antigua historia, ya que, no hay nada como ella». (Spurgeon)
iv. «Si predicas a Cristo, nunca te quedarás corto. Si predicas mil sermones acerca de Cristo, no te has alejado de la orilla de la playa; aún no estás mar adentro. ¡Sumérgete, hermano mío! Con esplendor de pensamiento, zambúllete hacia el gran misterio de la libre gracia y del amor abnegado; y cuando te hayas sumergido lo más profundo, percibirás que estás tan lejos del fondo como la primera vez que tocaste la superficie». (Spurgeon)
v. De hecho, cuando Pablo escribe «su don inefable», la antigua palabra griega que utiliza para inefable (anekdiegetos) no se encuentra en ningún escrito antiguo antes de su tiempo. Aparentemente, Pablo inventó la palabra para describir lo inefable.
d. Gracias a Dios: Esto significa que el don inefable de Dios nos debe de llenar de gratitud. Si en verdad entendiéramos y apreciáramos el don inefable que Dios nos dio, nuestras vidas estarían saturadas de gratitud.
i. «Nuestra aflicción apenas la olvidamos; ¡nuestras misericordias apenas las recordamos! Nuestros corazones viven para «quejarse», pero están muertos en cuanto a la «gratitud». Hemos tenido mil misericordias por un juicio, ¡y aun así nuestras quejas comparadas con nuestra acción de gracias han sido de mil a una! ¿Cómo es que Dios soporta esto, y nos soporta a nosotros?». (Clarke)
e. Su don inefable: ¡Qué apropiado para Pablo concluir estos dos capítulos hablando sobre la acción de dar con un enfoque en el don de Dios! La mejor motivación para dar siempre es la gratitud del don inefable de Dios hacia nosotros. El don inefable de Dios es lo que inspira a toda verdadera acción de dar.
i. «El apóstol concluyó todo este discurso sobre contribuir para el alivio de aquellos pobres miembros de Cristo, dando gracias a Dios, el Autor y Consumador de toda gracia…, sin cuya influencia ellos no podrían hacer nada». (Poole)
©2020 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com