Daniel 4 – La Caída y Restauración de Nabucodonosor
A. El sueño de un árbol de Nabucodonosor.
1. (1-3) La apertura del decreto de Nabucodonosor.
Nabucodonosor rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas que moran en toda la tierra: Paz os sea multiplicada. Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo. ¡Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señorío de generación en generación.
a. Nabucodonosor rey: Este capítulo singular es el testimonio de un rey Gentil, y el cómo Dios cambió su corazón. Con esto, Nabucodonosor es un buen ejemplo de un testigo (uno que relata lo que ha visto y experimentado.
b. Conviene que yo declare: Conviene que yo declare lo que Dios ha hecho por nosotros. Satanás tiene un gran interés de mantenernos en un silencio antinatural sobre las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho con nosotros.
c. Su reino, reino sempiterno: Nabucodonosor era un gran rey, pero en este capítulo él reconoció que el reino de Dios era aún más grande, y que Su dominio era completamente único porque era un reino sempiterno.
2. (4-9) Solamente Daniel puede explicar el sueño de Nabucodonosor.
Yo Nabucodonosor estaba tranquilo en mi casa, y floreciente en mi palacio. Vi un sueño que me espantó, y tendido en cama, las imaginaciones y visiones de mi cabeza me turbaron. Por esto mandé que vinieran delante de mí todos los sabios de Babilonia, para que me mostrasen la interpretación del sueño. Y vinieron magos, astrólogos, caldeos y adivinos, y les dije el sueño, pero no me pudieron mostrar su interpretación, hasta que entró delante de mí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre de mi dios, y en quien mora el espíritu de los dioses santos. Conté delante de él el sueño, diciendo: Beltsasar, jefe de los magos, ya que he entendido que hay en ti espíritu de los dioses santos, y que ningún misterio se te esconde, declárame las visiones de mi sueño que he visto, y su interpretación.
a. Estaba tranquilo en mi casa, y floreciente en mi palacio: El descanso de Nabucodonosor era el descanso falso de los impíos. Dios pronto le sacudió de su falsa seguridad.
b. Y les dije el sueño, pero no me pudieron mostrar su interpretación: Este no es el mismo sueño de Daniel 2. Nabucodonosor rápidamente le dijo a sus consejeros este sueño, pero ellos no pudieron decirle lo que significaba. El sueño era algo sencillo de interpretar; los hombres sabios probablemente estaban faltos de valor más que de intuición. Nabucodonosor dijo que ellos no se lo dieron a conocer, no que no podían dárselo a conocer.
c. Hasta que entró delante de mí Daniel: “¿Y por qué ‘al final’? ¿Por qué no se envió antes? Si los adivinos y hechiceros podían servir de una vez, Daniel jamás hubiera sido buscado. Este es el aspecto de hombres sin gracia; ellos no corren hacia Dios sino hasta que los otros refugios le fallan.” (Trapp)
d. Cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre de mi dios: Antes de que Daniel interpretara el sueño descrito en este capítulo para Nabucodonosor, el rey de Babilonia consideraba a la deidad Babilónica Bel su dios.
i. Esto significa que lo que él vio previamente con Daniel y los tres jóvenes hebreos era suficiente para impresionarle, pero no suficiente para convertirle. El ser impresionado con Dios no es lo mismo que ser convertido.
3. (10-17) El contenido del sueño: el surgimiento y caída de un gran árbol.
Éstas fueron las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama: Me parecía ver en medio de la tierra un árbol, cuya altura era grande. Crecía este árbol, y se hacía fuerte, y su copa llegaba hasta el cielo, y se le alcanzaba a ver desde todos los confines de la tierra. Su follaje era hermoso y su fruto abundante, y había en él alimento para todos. Debajo de él se ponían a la sombra las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo, y se mantenía de él toda carne. Vi en las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama, que he aquí un vigilante y santo descendía del cielo. Y clamaba fuertemente y decía así: Derribad el árbol, y cortad sus ramas, quitadle el follaje, y dispersad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas. Mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce entre la hierba del campo; sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias sea su parte entre la hierba de la tierra. Su corazón de hombre sea cambiado, y le sea dado corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos. La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres.
a. En medio de la tierra un árbol: El árbol en el sueño de Nabucodonosor era notable por su tamaño, fuerza, prominencia, belleza, fritos, y refugio.
b. Y clamaba fuertemente y decía así: El vigilante (probablemente un ángel) explicó el destino de este árbol. Él hizo saber que el árbol sería derribado, y que perdería su tamaño, fuerza, prominencia, belleza, frutos y refugio. Él también dijo que el árbol representaba a un hombre que sería cambiado y se le daría un corazón de bestia.
i. Con atadura de hierro y de bronce: Estos eran ya sea para el confinamiento o protección del tronco del árbol. El árbol ya no sería libre ni grande.
c. Para que conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres: Nabucodonosor escuchó estas palabras en su sueño. A la luz de esto, el sueño no era difícil de interpretar – claramente lidiaba con la humillación de un gran rey. No es de extrañar que ninguno de los consejeros de Nabucodonosor quería interpretar el sueño para él.
i. Como la mayoría de los reyes – los antiguos y modernos – Nabucodonosor quería creer que él gobernaba, en lugar de Dios o de alguien más. “Ambos, los reyes Asirios y Babilonios pensaban que ellos eran gobernantes de toda la tierra, y así se describían en sus inscripciones.” (Wood)
4. (18) Nabucodonosor pide a Daniel que interprete el sueño.
Yo el rey Nabucodonosor he visto este sueño. Tú, pues, Beltsasar, dirás la interpretación de él, porque todos los sabios de mi reino no han podido mostrarme su interpretación; más tú puedes, porque mora en ti el espíritu de los dioses santos.
a. Dirás la interpretación de él: Nabucodonosor sabía que él podía obtener una respuesta honesta de parte de Daniel, aun cuando la verdad fuera difícil de soportar.
b. Tú puedes, porque mora en ti el espíritu de los dioses santos: Aunque Nabucodonosor reconocía que Daniel era un hombre lleno con el espíritu de los dioses santos, Nabucodonosor no había cedido aun su vida al Dios Santo.
B. La explicación de Daniel del sueño de Nabucodonosor.
1. (19-26) Daniel explica el auge y la caída venidera de Nabucodonosor.
Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltsasar, quedó atónito casi una hora, y sus pensamientos lo turbaban. El rey habló y dijo: Beltsasar, no te turben ni el sueño ni su interpretación. Beltsasar respondió y dijo: Señor mío, el sueño sea para tus enemigos, y su interpretación para los que mal te quieren. El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, y cuya copa llegaba hasta el cielo, y que se veía desde todos los confines de la tierra, cuyo follaje era hermoso, y su fruto abundante, y en que había alimento para todos, debajo del cual moraban las bestias del campo, y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo, tú mismo eres, oh rey, que creciste y te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza y ha llegado hasta el cielo, y tu dominio hasta los confines de la tierra. Y en cuanto a lo que vio el rey, un vigilante y santo que descendía del cielo y decía: Cortad el árbol y destruidlo; más la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce en la hierba del campo; y sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias del campo sea su parte, hasta que pasen sobre él siete tiempos; ésta es la interpretación, oh rey, y la sentencia del Altísimo, que ha venido sobre mi señor el rey: Que te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes, y con el rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere. Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas que el cielo gobierna.
a. Sus pensamientos lo turbaban: Daniel genuinamente estaba preocupado por Nabucodonosor, y estaba claramente afectado por el significado del sueño. Él no quería que fuera cierto para su amigo Nabucodonosor.
b. Tú mismo eres, oh rey: Daniel llegó al punto sin ambigüedades. En lugar de llegar a un punto generalizado (como el decir, “Todos podríamos ser un poco más humildes”) Daniel trajo la verdad en amor. Esto era similar a lo que el profeta Natán le dijo al Rey David: Tú eres aquel hombre (2 Samuel 12:7).
i. “Grandes hombres y príncipes a menudo son representados, en la lengua de los profetas, bajo las similitudes de árboles, vea Ezequiel 17:5-6; 31:3 y enseguida; Jeremías 22:15; Salmos 1:3; 37:35.” (Clarke)
c. Te echarán de entre los hombres . . . con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes . . . con el rocío del cielo serás bañado: Cuando Daniel le explicó esto a Nabucodonosor, el rey probablemente no podía adivinar qué tan literal sería esto cumplido.
d. Luego que reconozcas que el cielo gobierna: Este era el propósito intencionado de Dios para Nabucodonosor. El rey podía haber evitado este destino humillante si él se hubiera humillado a si mismo de una manera genuina.
2. (27) Daniel, un buen predicador, hace clara la aplicación: arrepiéntete; quizás no sea demasiado tarde.
Por tanto, oh rey, acepta mi consejo: tus pecados redime con justicia, y tus iniquidades haciendo misericordias para con los oprimidos, pues tal vez será eso una prolongación de tu tranquilidad.
a. Tus pecados redime: La reacción correcta a la amenaza de juicio es un arrepentimiento humilde. Desafortunadamente, Nabucodonosor no hizo esto. Él debió de seguir el ejemplo del arrepentimiento de Nínive cuando predicó Jonás (Jonás 3).
i. Podríamos pensar que Nabucodonosor tenía más razones de estar orgulloso – después de todo, él era un gran rey. Pero él debió de haber recordado el principio que Benjamín Franklin declaró en uno de sus proverbios: “El más grande monarca en el trono más glorioso, está obligado a sentarse sobre su propio trasero.”
b. Tus pecados redime con justicia, y tus iniquidades haciendo misericordias para con los oprimidos: Nabucodonosor no solamente fue aconsejado a dejar de pecar, sino también a practicar justicia y generosidad.
C. Cumplimiento del sueño.
1. (28-33) Nabucodonosor es golpeado con locura, y es humillado.
Todo esto vino sobre el rey Nabucodonosor. Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia, habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad? Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti; y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere. En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves.
a. Al cabo de doce meses: Dios le dio a Nabucodonosor doce meses para arrepentirse, y él probablemente se olvidó del sueño en todo ese tiempo – pero Dios no lo olvidó.
b. ¿No es ésta la gran Babilonia?: Babilonia era verdaderamente una de las espectaculares ciudades del mundo antiguo, el cual incluía los famosos jardines colgantes construidos por Nabucodonosor.
i. Daniel sabía que la nueva Babilonia era la creación de Nabucodonosor (Daniel 4:30), algo que previamente se pensaba que no era cierto, y que fue verificado por la reciente arqueología. Nadie en el periodo Macabeo (segundo siglo A.C.) pensaba que Nabucodonosor había construido la nueva Babilonia.
ii. En el Museo Británico hay seis columnas de escritos recuperados de Babilonia, los cuales describen los grandes proyectos de construcción de Nabucodonosor y su celo para engrandecer y hermosear la ciudad.
iii. La mayoría de los bloques encontrados en las excavaciones de Babilonia llevan esta estampa: “Nabucodonosor, rey de Babilonia, partidario de Esagila y Ezida, primogénito exaltado de Nabopolasar, rey de Babilonia.”
iv. Los que dicen que Daniel fue escrito en los tiempos de los Macabeos, alrededor de 167 B.C., no se pueden explicar como un escritor posterior sabría el conceder tan certeramente el atribuir los espectaculares edificios de Babilonia a Nabucodonosor. Un comentarista Bíblico liberar, R. H. Pfeiffer, dijo de este problema: “Probablemente nunca lo sabremos.”
c. De entre los hombres te arrojarán . . . como a los bueyes te apacentarán: El anuncio llegó a Nabucodonosor en las mismas palabras que él escuchó en su sueño. Esto le mostró que el sueño estaba cerca de cumplirse, y él sería reducido hacia la existencia de un animal – específicamente un buey.
i. La forma de locura en la cual los hombres piensan que son animales, e imitan el comportamiento de un animal ha sido observado. Algunos le llaman genéricamente insania zoantropía y más específicamente, en el caso de Nabucodonosor, boantropía, la ilusión de que uno es un buey.
ii. Walvoord cita al Dr. Raymond Harrison de Gran Bretaña, quien en 1946 tuvo un paciente que sufría de boantropía, de la misma manera que Nabucodonosor.
d. Fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes: No hay ningún registro correspondiente de este periodo de siete años (siete tiempos) de locura en los registros de historia secular de Babilonia – exactamente, como podríamos esperar, considerando las costumbres de aquel tiempo. Sin embargo, Abideno, un historiador Griego, escribió en 268 B.C. que Nabucodonosor fue “poseído por algún dios” y que él “inmediatamente había desaparecido.” (Wood)
i. Algunos descartan este hecho de la locura de Nabucodonosor como si no fuera histórica, pero no hay ningún registro histórico de su actividad gubernamental entre 582 A.C. y 575 B.C. Este silencio es estrepitoso, especialmente cuando tenemos en mente como a los líderes de Medio Oriente les encantaba pregonar egocéntricamente sus logros – y esconder sus vergüenzas.
ii. “Aunque los críticos se han imaginado una serie de objeciones de aceptar este capítulo como auténtico y razonablemente certero, la narrativa actual habla de manera sensible, y las objeciones parecen triviales y sin soporte.” (Walvoord)
iii. Se le dio la oportunidad a Nabucodonosor de humillarse a sí mismo, y no lo hizo. Ahora Dios le humilló, y la experiencia fue mucho más severa que si Nabucodonosor se hubiera humillado a sí mismo.
2. (34-37) Un Nabucodonosor arrepentido es restaurado, y alaba a Dios.
Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida. Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.
a. Al fin del tiempo: Nabucodonosor no podía liberarse de su locura sino hasta que Dios señalara el fin del tiempo. Luego él tuvo la oportunidad de humillarse a sí mismo y alzar sus ojos al cielo.
i. Nabucodonosor sabía el principio que Spurgeon explicó después: “El Dios a quien servimos no solamente existe, sino reina. Ninguna otra posición puede tener sino aquella de una soberanía ilimitada sobre todas sus criaturas.”
b. Bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué: Nabucodonosor solamente podía ver la verdad acerca de sí mismo cuando él vio primeramente la verdad acerca de Dios. El Rey Babilonio vio quien era Dios, y él elocuentemente alabo Su soberanía. Después de esto su razón le fue devuelta.
i. Este regreso de la razón resulta en adoración. “Nosotros no adoramos lo suficiente hermanos míos. Aún en nuestras reuniones públicas no tenemos suficiente adoración. ¡Oh adora al rey! Inclina tu cabeza ahora – mejor inclina tu espíritu, y adora al que vive por siempre y siempre. Tus pensamientos, tus emociones, estos son mejores que bueyes y machos cabríos para ser ofrecidos en el altar: Dios las aceptará. Adórale con la más humilde reverencia, pues no eres nada, y él es todo en todo.” (Spurgeon)
ii. Este regreso de la razón resulta en oración. Si creemos lo que Nabucodonosor creía acerca de Dios, en verdad se mostraría en nuestra vida de oración. Sabríamos que Dios puede cambiar el corazón y la mente del hombre, el curso de los ríos, el flujo del océano, la distribución de los recursos, y el señalamiento de ángeles.
iii. Spurgeon sugiere la respuesta apropiada del creyente hacia la grandeza y soberanía de Dios:
·Ten un corazón de humilde adoración.
·Muestra un corazón de aceptación sin cuestionamientos.
·Ejercita el espíritu de amor reverente.
·Deja que tu espíritu tenga un profundo deleite.
c. Fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida: Dios quería restablecer a Nabucodonosor. La meta no era ponerle abajo, sino el ponerle en el lugar apropiado delante de Dios y entre los hombres. Verdaderamente, Nabucodonosor aprendió que él puede humillar a los que andan con soberbia.
i. La lección perdurable es clara: Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes (Santiago 4:6). Ha habido muchos que se levantan de sus orígenes humildes hacia una gran gloria, y luego caen. Quizás es mejor el nunca haber sido levantado, que el ser levantado para caer. La mayoría, sino es que todos, caen por medio del orgullo; y una mirada orgullosa es el número uno en la lista de pecados que más odia Dios (Proverbios 6:16-19).
ii. También vemos que Dios se glorificará a si mismo entre las naciones. Cuando Nabucodonosor tomó algunos de los tesoros del templo de Jerusalén y lo colocó en los templos de sus dioses, él tenía razones para creer que sus dioses eran más fuertes que el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Pero al final de Daniel 4, Nabucodonosor sabía cuál Dios era el verdadero Dios. Y cuando Nabucodonosor lo supo, él no tuvo vergüenza de decirle a las personas de lo que él aprendió – él era un verdadero testigo, dando testimonio de las grandes obras de Dios.
iii. Algunos hallan un sentido profético significativo en este hecho. Ya que Babilonia es utilizada en las Escrituras como una figura del sistema del mundo en general, podemos decir:
·La locura de Nabucodonosor anuncia la locura de las naciones Gentiles y su rechazo de Dios.
·La caída de Nabucodonosor tipifica el juicio de las naciones por parte de Jesús.
·La restauración de Nabucodonosor prefigura la restauración de algunas de estas naciones en el reino del milenio.
©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com