Éxodo 24 – Se hace el pacto
A. La firma del pacto mosaico.
1. (1-3) Moisés cuenta todas las palabras de Jehová, y todas las leyes a Israel.
Dijo Jehová a Moisés: Sube ante Jehová, tú, y Aarón, Nadab, y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y os inclinaréis desde lejos. Pero Moisés solo se acercará a Jehová; y ellos no se acerquen, ni suba el pueblo con él. Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jehová, y todas las leyes; y todo el pueblo respondió a una voz, y dijo: Haremos todas las palabras que Jehová ha dicho.
a. Sube ante Jehová, tú, y Aarón, Nadab, y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel: Se nos recuerda que Dios habló solo a Moisés desde Éxodo 20:22 hasta 23:33. Ahora otros debían subir a la montaña y mantener su distancia (os inclinaréis desde lejos), pero Moisés solo se acercará. A Moisés se le permitió un acceso especial a Dios, por lo que Dios le habló a Moisés y Moisés le habló a la nación.
b. Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jehová, y todas las leyes: Cuando el pueblo escuchó la ley de Dios, respondieron con total acuerdo (todo el pueblo respondió a una voz). Luego acordaron verbalmente obedecer a Jehová (Haremos todas las palabras que Jehová ha dicho).
i. Israel aquí fue quizás culpable de un tremendo exceso de confianza. La forma en que parecían decirle fácilmente a Dios: “Guardaremos tu ley” parecía no apreciar cuán completa y profundamente extensa es la ley de Dios.
ii. Sin embargo, una nación que había estado aterrorizada por la asombrosa presencia de Dios en el Sinaí no estaba en ningún estado de ánimo para hacer otra cosa que estar de acuerdo con Dios.
2. (4-8) La nación confirma su pacto solemne con Dios.
Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y doce columnas, según las doce tribus de Israel. Y envió jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jehová. Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar. Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos. Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.
a. Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová: Israel acordó verbalmente una relación de pacto con Dios; pero hay un sentido en el que esto simplemente no es suficiente. Ellos debían de hacer cosas específicas para confirmar su pacto con Dios. Primero, la ley de Dios debía ser escrita: Moisés escribió todas las palabras de Jehová. La palabra de Dios era lo suficientemente importante como para no dejarla en manos del recuerdo humano y de la naturaleza creativa de la memoria. Tenía que ser escrita.
i. Dios no hizo un pacto individual con su propio arreglo para cada israelita. Era un solo pacto. Lo mismo es cierto hoy en día bajo el Nuevo Pacto. Tienes una relación personal con Dios; no tienes tu propio acuerdo privado con Él que contradiga la revelación de las palabras de Jehová.
ii. Con la misma idea que Dios habló a través de Habacuc: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella (Habacuc 2:2).
b. Los cuales ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jehová: Segundo, el pacto solo se hizo en el contexto del sacrificio. El sacrificio admite nuestro propio pecado y nuestro fracaso ante Dios, y aborda esa necesidad mediante la muerte de un sustituto.
i. Y envió jóvenes: “Este es un toque primitivo, que viene de antes de la época de un sacerdocio especializado … No hay nada mágico en la elección de los jóvenes para la tarea: es una consideración puramente práctica. Atar ganado a un altar de piedra requería fuerza y agilidad. Un joven era un guerrero natural, por lo que era un ‘sacerdote’ natural”. (Cole)
c. Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo: Tercero, el pacto se hizo cuando la palabra de Dios es escuchada y respondida. Nuestro pacto con Dios se basa en Sus palabras y Sus términos, no en nuestras propias palabras y términos.
i. Adicionalmente, debe de haber una respuesta a la palabra de Dios: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos. Así como Dios no negociaría Su pacto con Israel, tampoco se los impondría. Ellos debían responder libremente.
ii. El libro del pacto: “El Libro (Éxodo 24:7) es sin duda el germen del Antiguo Testamento”. (Thomas)
d. Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo: Cuarto, el pacto fue hecho con la aplicación de sangre. Cuando la nación recibió la sangre del pacto, el pacto fue sellado.
i. No había nada mágico en la sangre; pero ésta representaba la vida de un ser (Porque la vida de la carne en la sangre está, Levíticos 17:11), la sangre representa el derramamiento de vida, de una vida dada por otra.
ii. “Los rituales de sangre de algún tipo son comunes en casi todas las formas de pactos: testigo de la costumbre de muchas tierras de hacer ‘hermanos de sangre’ al permitir que la sangre de dos personas se mezclen y fluyan juntas en una”. (Cole)
iii. “Rociar la mitad de la sangre sobre el ALTAR, y la otra mitad sobre el PUEBLO, mostraba que tanto DIOS como ELLOS estaban mutuamente atados por este pacto”. (Clarke)
iv. Casi mil años después, Dios no olvidó la sangre de este pacto:Y tú también por la sangre de tu pacto serás salva; yo he sacado tus presos de la cisterna en que no hay agua (Zacarías 9:11).
v. El pacto de la sangre de Jesús nos salva: esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados (Mateo 26:28).
vi. El pacto de la sangre de Jesús también es el fundamento de todo nuestro crecimiento y madurez en Cristo: Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén (Hebreos 13:20-21).
vii. Nuestro trato con Dios a través del Nuevo Pacto sigue el mismo patrón de pacto:
· La palabra de Dios es leída
· Se debe de hacer sacrificio
· Se debe recibir la Palabra de Dios
· Se debe recibir la Sangre del Sacrificio
B. Los ancianos y sacerdotes de Israel con Dios en el Sinaí.
1. (9-11) Los ancianos de Israel se encuentran con Dios.
Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y vieron al Dios de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando está sereno. Mas no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron.
a. Y vieron al Dios de Israel: Es difícil decir exactamente lo que vieron. Lo que vieron debajo de sus pies sugiere que a lo sumo vieron el estrado de los pies de Dios. Lo más probable es que vieron algún aspecto de una visión celestial de Dios, según el patrón de Isaías (Isaías 6) o Ezequiel (Ezequiel 1).
i. “En este versículo se enfatiza igualmente que los ancianos no se atrevieron a levantar los ojos por encima del estrado de Sus pies”. (Cole)
ii. El azul del zafiro puede sugerir que los ancianos vieron el mar de cristal del trono de Dios (Apocalipsis 4:6). “Ezequiel 1:26 ve a Dios como sentado en un trono de zafiro, sobre un ‘firmamento’ de cristal (verso 22), y el pensamiento se retoma en el Libro de Apocalipsis”. (Cole)
iii. Un embaldosado de zafiro: “Para mostrar que Dios había cambiado su condición, de sus ladrillos hechos durante su servidumbre, a zafiro”.
b. Mas no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel: Esto indica que a pesar de lo gloriosa que fue la experiencia, algo faltaba o estaba incompleto en ese encuentro. Este no era un encuentro “cara a cara” con Dios. Estos ancianos de Israel podían ver a Dios, pero no había compañerismo o comunicación entre ellos y Dios.
i. Príncipes: “Literalmente ‘clavijas de esquina’, una palabra inusual y arcaica, cuyo significado se desprende del contexto. Se usarán metáforas similares en otras partes del Antiguo Testamento (Isaías 22:23; Zacarías 10:4)”.
c. Y vieron a Dios: Dios permitió que los ancianos de Israel tuvieran una visión tan espectacular para imprimirles la realidad de la presencia de Dios. Después de esta experiencia, sería más probable que confiaran en Dios cuando hablara a través de Moisés.
i. “El relato de esta experiencia es reverentemente reticente. No se da ninguna descripción de la forma que tomó la manifestación. Toda la descripción que se intenta es la del estrado de la Deidad.” (Morgan)
ii. “Es imposible decir lo que se quiere decir con ‘vieron a Dios’. Fue una apariencia de la presencia divina (Números 12:8; Isaías 6:1; Ezequiel 1:26)”. (Thomas)
iii. ““Que Moisés y su compañía ‘vieron al Dios de Israel’ al principio parece contradecir Éxodo 33:20; Juan 1:18; y 1 Timoteo 6:16; pero lo que vieron fue una ‘forma [‘ semejanza ‘] del Señor’. Números 12: 8, así como Ezequiel (Ezequiel 1:26) e Isaías (Isaías 6: 1) vieron una aproximación, un leve parecido y un prudente presagio del Cristo encarnado que iba a venir”. (Kaiser)
d. Y comieron y bebieron: Dios quería que comieran y bebieran en Su presencia porque quería comunicar un sentido de comunión con estos líderes de Israel.
i. “Setenta y cuatro hombres estaban reunidos alrededor de la presencia manifestada de Dios, y en esa Presencia comieron y bebieron”. (Morgan)
ii. “Es cierto que una comida compartida (especialmente con sal) era una forma común de sellar un pacto, desde los tiempos bíblicos hasta los días modernos. Sin embargo, también es cierto que cualquier forma de adoración que implique el sacrificio de ‘ofrendas de paz’ (Éxodo 24:5) sería naturalmente seguida por una fiesta de sacrificio”. (Cole)
iii. F.B. Meyer señaló que comer y beber son actividades diarias completamente normales y que estos hombres experimentaron profundamente a Dios en algo tan normal. Luego observó:
· Algunos comen y beben, y no ven a Dios.
· Algunos ven a Dios y no comen ni beben
· Algunos ven a Dios y comen y beben
2. (12-18) Moisés sube a la montaña para encontrarse con Dios y recibir las tablas de los Diez Mandamientos.
Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles. Y se levantó Moisés con Josué su servidor, y Moisés subió al monte de Dios. Y dijo a los ancianos: Esperadnos aquí hasta que volvamos a vosotros; y he aquí Aarón y Hur están con vosotros; el que tuviere asuntos, acuda a ellos. Entonces Moisés subió al monte, y una nube cubrió el monte. Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días; y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube. Y la apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel. Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte; y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches.
a. Sube a mí al monte, y espera allá: Moisés subió por invitación de Dios y también trajo consigo a Josué su servidor. Este mismo Josué se convirtió en el gran líder que Dios usó para llevar a Israel a la Tierra Prometida, pero comenzó como servidor de Moisés – primero, ayudó a Moisés en batalla (Éxodo 17:8-16), y luego lo ayudó aquí en asuntos espirituales.
i. “Josué acompañó a Moisés por una distancia y allí esperó seis días (un recordatorio solemne de la inaccesibilidad de Dios), cuando Moisés fue llamado a una entrevista personal y privada con Dios, que duró casi seis semanas (Deuteronomio 9: 9)”. (Thomas)
ii. La nación de Israel se reunió al pie de la montaña. Aarón, sus hijos y los setenta ancianos de Israel estaban a mitad de camino de la montaña. Josué y Moisés subieron más, y solo Moisés se encontró con Dios.
b. He aquí Aarón y Hur están con vosotros: Moisés tenía buenas razones para creer que estos dos hombres podrían supervisar el campamento de Israel. Ya habían demostrado ser hombres capaces de ayudar a Moisés en la oración (Éxodo 17:10-13). Pero Aarón y Hur no hicieron un buen trabajo en proteger el campamento – como sería demostrado en los siguientes capítulos.
c. Y la apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel: Quizás esto se vio como brasas resplandecientes y radiantes de un fuego ardiente (un fuego abrazador). La gloriosa presencia de Dios en el Sinaí duró los cuarenta días que Moisés estuvo en el monte. Aunque el pueblo no podía ver a Dios y no podía ver a Moisés, Dios les dejó recordatorios de Su gloria y presencia, para ayudarlos a confiar en lo que no podían ver.
i. Reposó sobre el monte Sinaí: “El verbo hebreo es ‘habitar’. Se usa en un sentido técnico más tarde de la ‘shejiná‘ de Dios, la manifestación externa de Su presencia a los hombres”. (Cole)
ii. “Cuando la gloria de Dios ‘reposó’ sobre el monte, la misma palabra (sakan) es usada como la gloria ‘shejiná’ (ver Juan 1:14, la Palabra ‘tabernáculo’ entre nosotros).” La antigua palabra griega para morar en Juan 1:14 suena muy similar a la palabra hebrea sakan. (Kaiser)
d. Llamó a Moisés de en medio de la nube: Este no era un lugar acogedor; el ambiente hostil y peligroso decía: “Mantente alejado”. Pero Dios llamó a Moisés y le dijo, “Acércate a mí”.
i. Tan duro y peligroso como era el ambiente, había algo de la gloria de Dios en él. Estas imágenes de la nube, el humo, el fuego, todas son imágenes bíblicas de la gloria revelada de Dios. Están conectadas con Su nube de gloria shejiná, y también con la presencia de Jesús entre los hombres.
ii. En todo esto Dios dijo a Moisés, “Te puedes acercar. Te mantendré a salvo y me revelaré a ti”. Bajo el Nuevo Pacto, a la luz de la Palabra de Dios, y bajo el sacrificio de Jesús, Dios nos desafía a acercarnos a Él.
©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com