Éxodo 32 – El Becerro de Oro
A. Israel cae en idolatría.
1. (1) El pueblo hace una petición.
Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.
a. Moisés tardaba en descender del monte: Esto turbó al pueblo de Israel. Es cierto que Moisés tardaba, pero Dios tenía un propósito maravilloso por la tardanza de Moisés, y muy pronto terminaría. Sin embargo, debido a que el pueblo no podía ver la razón de la demora, permitieron que les hiciera tropezar.
i. Moisés se había ido por cuarenta días (Éxodo 24:18). Esto probablemente le pareció mucho tiempo al pueblo, pero poco tiempo a Moisés. Ciertamente, fue un breve período de tiempo en relación con la realización del plan de Dios para Israel.
ii. La forma en que manejamos los retrasos ordenados por Dios es una buena medida de nuestra madurez espiritual. Si permitimos que tales retrasos nos hagan caer en pecado o en la resignación al destino, entonces reaccionamos mal a Sus retrasos ordenados. Si permitimos que esos momentos profundicen nuestra perseverancia en nuestro seguir a Dios, entonces serán de buena utilidad.
b. El pueblo … se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Este impulso pecaminoso vino primero del pueblo, no de Aarón. El episodio de pecado descrito en este capítulo se inició con el impulso de la opinión popular. Este es un ejemplo de que la voluntad del pueblo no siempre es la voluntad de Dios.
i. Esto es cierto en la sociedad en general, pero también es cierto entre el pueblo de Dios. Cuando se trata de representar a Dios en el mundo y de servir a la humanidad, existe el peligro de comenzar por lo que la gente quiere o siente que necesita.
c. Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros: El pueblo quería dioses que fueran delante de ellos, que los dirigieran a la Tierra Prometida. Ellos sabían que Jehová los había sacado de Egipto y sabían que Jehová Dios se había manifestado en el Monte Sinaí. Sin embargo, estaban dispuestos a confiar en un dios que ellos pudieran fabricar para terminar lo que Jehová había iniciado.
i. “Como más tarde Israel querría un rey humano, no al rey divino invisible (1 Samuel 8:4-8), ahora quieren un dios ‘con rostro’, como todos los demás”. (Cole)
ii. Siglos después, el Apóstol Pablo trató el mismo error con los Gálatas: ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? (Gálatas 3:3) Es posible comenzar la vida cristiana confiando en Jesús, y luego, en un momento posterior, confiar en uno mismo o en la propia espiritualidad. Seguir a nuestros propios dioses no es mejor para nosotros que lo que fue para el antiguo Israel.
d. No sabemos qué le haya acontecido: No saber llevó a Israel al pecado. Frustrado por esta incertidumbre, Israel se volvió hacia la idolatría y el pecado.
i. “Es probable que hayan supuesto que Moisés había perecido en el fuego, que vieron que había sido invertido en la cima de la montaña a la que entró”. (Clarke)
ii. “La cláusula, ‘en cuanto a este varón Moisés que nos sacó de Egipto’ está deliberadamente redactada en un lenguaje vulgar, revelando así la actitud del pueblo que había relegado las obras de Dios a un simple mortal”. (Kaiser)
2. (2-4) Aarón responde a la petición del pueblo.
Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón; y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, éstos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.
a. Apartad los zarcillos de oro…y traédmelos: Dios le dijo a Moisés que recibiera una ofrenda voluntaria para recolectar materiales para el tabernáculo (Éxodo 25:1-7). Antes de que Moisés descendiera del monte Sinaí y recibiera esta ofrenda ordenada por Dios, Aarón recibió esta ofrenda de oro para hacer un ídolo.
i. El pueblo respondió generosamente – todo el pueblo apartó los zarcillos de oro… y los trajeron a Aarón. Por naturaleza, las personas son generosas en lo que dan a sus ídolos. Deberíamos ser aún más generosos con lo que le damos al Dios Viviente.
ii.“Aaron instruyó a la gente a ‘quitarse’ (paraq, literalmente, ‘arrancar’; en contraste contraste con laqah [‘tomar’] en el 35:5) sus ‘aretes de oro’”. (Kaiser)
b. Y le dio forma con buril: Esto no fue el trabajo inspirado por el Espíritu en Bezaleel y Aholiab, que se menciona en Éxodo 31:1-6. Este fue el trabajo de Aarón inspirado por el pecado. Lo pensó, fundió el oro, lo moldeó y le dio forma cuidadosamente con buril.
i. Un becerro de fundición: “Becerro no es una buena traducción del hebreo egel. Se refiere a un novillo en sus primeras fuerzas; por ejemplo, la palabra puede describir a un animal de tres años (Génesis 15:9).”
c. Entonces dijeron: Israel, éstos son tus dioses: Aarón no ungió a esta cosa como su dios; simplemente estuvo de acuerdo con el pueblo mientras lo proclamaban como su dios. Probablemente se sintió halagado por la admiración que sentían por su creación.
i. Un verdadero liderazgo hubiera clamado, “¡Esto es idolatría! Debemos de destruir este becerro de oro. Ustedes se equivocan al llamar dios a esta creación del hombre”. Pero Aarón no era un verdadero líder. Él fue un ejemplo del que dirige siguiendo la opinión popular.
ii. “Jeroboam tomó prestada esta declaración cuando instaló los dos becerros de oro en la división del reino en el 931 a. C. (1 Reyes 12:28).” (Kaiser)
d. Que te sacaron de la tierra de Egipto: Esto muestra la insensatez de la idolatría. Esta estatua de un becerro no existía el día anterior, sin embargo, la adoraban como el dios que los sacó de Egipto.
3. (5-6) Adoración impía e inmoral al becerro de oro.
Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro; y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta para Jehová. Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz; y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a regocijarse.
a. Y viendo esto Aarón: Aarón se sentía halagado por la respuesta entusiasta del pueblo. Cuando él vio su devoción hacia este ídolo, él edificó un alar delante del becerro. Comenzó a organizar la adoración del ídolo que acababa de hacer.
i. Ya era bastante malo que el pueblo alabara al becerro de oro por su salida de Egipto. Este segundo paso de Aarón fue peor. Él honró y santificó al ídolo con un sacrificio animal. Él hizo al becerro y luego hizo un altar para adorarlo.
b. Mañana será fiesta para Jehová: Esto muestra que la creación y adoración del becerro de oro no era un rechazo consciente a Jehová. Aarón y el resto de Israel probablemente pensaban de que ellos podían dar honor a Jehová a través del becerro de oro.
i. Aarón no fue lo suficiente necio para decir, “Dejemos de lado a Jehová Dios.” De la manera que Israel lo vio, Aarón no quitó a Jehová Dios; él simplemente añadió al becerro de oro.
c. Y al día siguiente madrugaron: Ellos sirvieron a su ídolo con entusiasmo, energía y sacrificio personal. Las personas suelen encontrar la manera de levantarse temprano para las cosas que son realmente importantes para ellas. Esto muestra que Israel estaba dispuesto a dar su tiempo, su sueño y su dinero al servicio de este ídolo.
i. Ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz: “Quizás Aarón hizo al becerro, pero el pueblo lo convirtió en su dios al adorarle”. (Trapp)
d. Y se levantó a regocijarse: Esta es una manera elegante de hablar de la grave inmoralidad entre el pueblo de Israel. Su adoración incluyó comer, beber (en el sentido de embriaguez) e inmoralidad sexual.
i. “El verbo traducido a ‘regocijarse’ sugiere juego sexual en hebreo … y por lo tanto, probablemente debemos entender que hubo orgías de borrachos”.(Cole)
ii. “El verbo sahaq significa borracheras, orgías inmorales y juegos sexuales” (Kaiser). Un diccionario hebreo usa la frase “caricias conyugales”, como se encuentra en Génesis 26:8, 39:14 y 39:17.
iii. Menos de dos meses antes de esto, Israel escuchó la voz del mismo Dios como un trueno desde el cielo, hablando audiblemente los Diez Mandamientos a la nación. Esa experiencia dramática, en sí misma, no cambió sus corazones. Hizo que muchos de ellos desearan a un dios menos demandante.
iv. “Parece imposible que, tan pronto después de recibir una revelación tan elevada, Israel caiga tan bajo: pero la experiencia cristiana de hoy es a menudo la misma”. (Cole)
B. La naturaleza y resultado de la intercesión de Moisés.
1. (7-8) Dios le dice a Moisés lo que esta sucediendo en el campamento de Israel.
Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido. Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, éstos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.
a. Porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto: Dios llamó a Israel tu pueblo, en el sentido de que ellos pertenecían a Moisés, y no a Dios. Con esto Dios sugiere a Moisés que Él había o estaba a punto de rechazar a Israel.
b. Pronto se han apartado: esto es casi un eufemismo. No esperaron mucho para seguir su propio camino pecaminoso.
c. Se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios: Dios describió a Moisés todo lo que estaba pasando, e incluso citó las palabras del pueblo en su idolatría. Dios sabía exactamente lo que pasaba. El pueblo ignoró a Dios, pero Él no los ignoró a ellos.
2. (9-10) La asombrosa oferta de Dios a Moisés.
Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz. Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande.
a. Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz: Dios habló como si hubiera visto suficiente, e hizo una oferta excepcional a Moisés. Si Moisés accedía, Dios consumiría a Israel y comenzaría de nuevo con Moisés (y de ti yo haré una nación grande).
i. Hipotéticamente, Dios podría haber hecho esto y aun así haber cumplido todas las promesas hechas a Abraham, Isaac y Jacob. Cambiaría por completo el lugar de Moisés, convirtiéndolo en el nuevo “Abraham” del plan de Dios para Israel. Moisés tuvo la oportunidad de ser tan reverenciado como lo fue Abraham, y de ser honrado por todas las generaciones siguientes.
ii. De dura cerviz: Esta frase, común en la biblia, es la metáfora de granjero de un buey o un caballo que no responde a la cuerda cuando se tira”. (Cole)
b. Déjame que se encienda mi ira en ellos: Dios no pidió la opinión ni la participación de Moisés en este asunto. Él simplemente dijo a Moisés, “Déjame para poder hacer esto.” La impresión clara era que si Moisés no hacía nada, el plan seguiría su marcha.
3. (11-13) Moisés intercede por Israel.
Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios, y dijo: Oh Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? ¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo. Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre.
a. Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios: Moisés se rehusó a no hacer nada. No dijo de manera fatalista: “Bueno, lo que sea que Dios quiera hacer, eso hará.” Él oró en presencia de Jehová, de acuerdo con lo que él creía que era el corazón de Dios.
i. La oración de Moisés no fue larga, pero fue fuerte. “No es la duración, sino la fuerza de la oración lo que atrae al cielo”. (Meyer)
ii. “Así guió Jehová a Su siervo a la comunión con las cosas más profundas de Su propio corazón. Por tanto, prevaleció su intercesión”. (Morgan)
b. Tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto: En su oración, Moisés le regresó el pueblo a Dios. “Señor, ellos te pertenecen a ti y no a mi. Yo no quiero ser el dios de este pueblo; sólo Tú puedes hacer eso”.
c. Tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto: Moisés luego apeló a Dios sobre la base de la gracia. “Señor, para empezar, no merecíamos ser sacados de Egipto. Lo hiciste por Tu gracia, no porque lo merezcamos. Por favor, no dejes de tratar con nosotros por gracia”.
d. ¿Por qué han de hablar los egipcios?: Luego Moisés apeló a Dios sobre la base de la gloria. “Señor, esto te desacreditará ante los ojos de las naciones. Los egipcios pensarán en ti como un Dios cruel que llevó a su pueblo al desierto para matarlos. No dejes que nadie piense eso de ti, Dios”.
i. “Sin duda Moisés estaba lleno de compasión por el pueblo, pero su principal preocupación era el honor del nombre de Dios”. (Morgan)
e. Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo: Finalmente Moisés apeló a Dios bajo el fundamento de Su bondad. “Señor, mantén Tus promesas. Eres un Dios bueno que siempre es fiel. No rompas Tus promesas a Abraham, Isaac e Israel”.
i. “A falta de otra retórica, dejen que los cristianos insten con repetición en sus oraciones. Pongan las promesas en juego y tendrán todo. Dios no puede negarse a si mismo”. (Trapp)
4. (14) Dios se arrepiente de Su ira.
Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo.
a. Entonces Jehová se arrepintió: Dios contestó la oración de Moisés. Dios iba a destruir a la nación – todo lo que Moisés tenía que hacer era dejar en paz a Dios y dejarlo que lo hiciera. Pero Moisés no dejó en paz a Dios; él trabajó en intercesión según lo que conocía del corazón de Dios.
b. Entonces Jehová se arrepintió: En la versión Reina-Valera 1960 esta frase se traduce como el Señor se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo. Con base en esto, algunos creen que Dios a veces necesita arrepentirse del mal, o que Dios cambia de opinión.
i. Es útil leer otras traducciones de este pasaje.
· Entonces el Señor se calmó y desistió (NVI – Nueva Versión Internacional).
· Entonces el Señor cambió de parecer en cuanto al terrible desastre con que había amenazado destruir a su pueblo (NTV – Nueva traducción viviente).
· El Señor renunció a la idea que había expresado de hacer daño a su pueblo (Dios habla hoy).
· El Señor fue movido a compasión para salvar a Su pueblo (Biblia Septuaginta).
ii. Números 23:19 dice, Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? Algunos dicen que estos dos pasajes se contradicen, y que en Éxodo 32 muestra que Dios se arrepiente y cambia de parecer mientras que en Números 23 dice que Dios jamás cambia ni se arrepiente. Podemos entender estos pasajes si entendemos que Moisés escribió con lo que llamamos lenguaje antropomórfico o “centrado en el hombre”. Él describió las acciones de Dios tal como le parecieron. La oración de Moisés no cambió a Dios, pero sí cambió la posición del pueblo ante los ojos de Dios – el pueblo estaba ahora en un lugar de misericordia, cuando antes estaba en un lugar de juicio.
iii. Además, podemos decir que Dios no se retractó de Su palabra ni a Moisés ni a Israel. Entendemos el principio de que las promesas de juicio de Dios tienen el propósito inherente de llamar a los hombres al arrepentimiento y la oración y, por lo tanto, evitar el juicio (Ezequiel 33:13-16).
iv. Algunos se sienten frustrados porque la Biblia describe las acciones de Dios en términos humanos, pero en realidad no se pueden describir de otra manera. “Supongo que no necesito decir que este versículo habla a la manera de los hombres. No sé de qué otra manera podemos hablar. Hablar de Dios a la manera de Dios está reservado para Dios mismo; y los hombres mortales no podrían comprender tal habla. En este sentido, el Señor habla a menudo, no según el hecho literal, sino según la apariencia de las cosas para nosotros, para que podamos entender en la medida en que lo humano puede comprender lo divino”. (Spurgeon)
c. Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer: Dios no destruyó a Israel, y sabía que no destruiría a Israel. Sin embargo, puso deliberadamente a Moisés en este lugar crucial de intercesión, para que Moisés mostrara y desarrollara el corazón de Dios para su pueblo, un corazón de amor y compasión. Moisés oró tal como Dios quería que lo hiciera – como si el cielo y la tierra, la salvación o la destrucción, dependieran de su oración. Así es como Dios espera que oremos.
i. “No debemos pensar en Moisés como alterando el propósito de Dios hacia Israel con esta oración, sino como cumpliéndolo: Moisés nunca se pareció más a Dios que en esos momentos, porque compartió la mente de Dios y Su propósito amoroso”. (Cole)
ii. Al vivir bajo el Nuevo Pacto, no tenemos menos privilegios en oración que los que tuvo Moisés. No tenemos menos acceso a Dios que el que tuvo Moisés. Lo único que podemos tener menos es el corazón de Moisés por el pueblo.
C. Moisés confronta a Aarón.
1. (15-18) Moisés y Josué escuchan al pueblo en el campamento.
Y volvió Moisés y descendió del monte, trayendo en su mano las dos tablas del testimonio, las tablas escritas por ambos lados; de uno y otro lado estaban escritas. Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas. Cuando oyó Josué el clamor del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: Alarido de pelea hay en el campamento. Y él respondió: No es voz de alaridos de fuertes, ni voz de alaridos de débiles; voz de cantar oigo yo.
a. Y volvió Moisés y descendió del monte:: En medio de esta gran idolatría, Moisés y Josué descendieron de su tiempo prolongado en el monte Sinaí. El llevaba las dos tablas del testimonio, escritas directamente de la mano de Dios.
b. Las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios: Es significativo que las tablas fueron escritas por la mano directa de Dios. Toda ley y moralidad debe provenir de la norma y el carácter de Dios o estará a la altura de la opinión o los valores cambiantes de los hombres.
i. “Porque así como Él es el único autor de la ley y la justicia, sólo Él puede escribirlas en el corazón del hombre”. (Clarke)
ii. Bajo el Nuevo Pacto Dios también promete escribir Su ley: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo (Jeremías 31:33).
c. Alarido de pelea hay en el campamento: Podríamos decir que Josué estaba en lo correcto cuando dijo esto. Sin embargo, el ruido reflejaba una pelea espiritual en lugar de una pelea material.
2. (19-21) Moisés pone fin a la desgracia y confronta a Aarón.
Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte. Y tomó el becerro que habían hecho, y lo quemó en el fuego, y lo molió hasta reducirlo a polvo, que esparció sobre las aguas, y lo dio a beber a los hijos de Israel. Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado?
a. Ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró: Israel rompió el pacto con su idolatría e inmoralidad con el becerro de oro. Había algo apropiado en que Moisés rompiera las tablas de piedra del pacto cuando Israel rompió el pacto.
i. Cole llamó al rompimiento de las tablas “un acto ceremonial significativo, no una mera exhibición de ira”. Moisés puso en práctica la ley y el pacto quebrantados.
ii. Sin embargo, Moisés tuvo que lidiar con la ira durante gran parte de su vida. Lleno de ira, mató a un egipcio (Éxodo 2:11-12). Con ira rompió las tablas escritas por el dedo de Dios. Con ira, golpeó la roca a la que Dios le ordenó que hablara (Números 20:10-11). Esta última muestra de ira mantuvo a Moisés fuera de la Tierra Prometida.
b. Y tomó el becerro que habían hecho, y lo quemó en el fuego, y lo molió hasta reducirlo a polvo: Este ídolo había sido objeto de adoración y ritos inmorales; sin embargo, parece que nadie desafió a Moisés cuando hizo esto. Moisés descendió del monte Sinaí con la autoridad y la fuerza de un hombre que había estado con Dios, y todo Israel lo sabía.
c. Lo dio a beber a los hijos de Israel: Moisés molió el becerro e hizo que el pueblo lo bebiera por varias razones.
· Para mostrar que el supuesto dios no era nada y que podía ser destruido fácilmente.
· Para eliminar por completo a este ídolo.
· Para hacer que el pueblo pagara consecuencias inmediatas por su pecado.
· Para hacer inservible al oro del ídolo, al ser corrompido con el residuo corporal.
i. “El polvo de oro rociado sobre el agua del wady, que fluye desde la montaña, el agua que Israel debe beber, nos recuerda al ‘agua de amargura’ que debe beber la esposa sospechosa de infidelidad (Números 5:18-22)”. (Cole)
d. ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado? Esta fue una pregunta perspicaz. Moisés entendió que este plan no se originó con Aarón, pero que lo permitió y lo implementó.
3. (22-24) La excusa de Aarón.
Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado a mal. Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Y yo les respondí: ¿Quién tiene oro? Apartadlo. Y me lo dieron, y lo eché en el fuego, y salió este becerro.
a. No se enoje mi señor: Aarón básicamente le pidió a Moisés que se calmara y que no se enojara tanto. Aarón no tenía idea de la grandeza de su pecado. No tenía un sentido significativo del temor de Jehová
b. Tú conoces al pueblo, que es inclinado a mal: Moisés sabía esto, y Aarón también. Pero Moisés tenia el sentido de su necesidad de contener el mal del pueblo, mientras que en este caso, Aarón en realidad alentó y apoyó el pecado del pueblo.
c. Haznos dioses que vayan delante de nosotros: Aarón citó lo que dijo el pueblo con exactitud. Pero mintió cuando describió sus propias acciones (y lo eché en el fuego, y salió este becerro).
i. Sin duda, Aarón quiso decir que este becerro fue el producto de un milagro – simplemente sucedió. Pero Moisés – y todos los demás – podía ver las marcas del grabado humano en éste (Éxodo 32:4). Aarón afirmó que se trataba de una obra milagrosa, pero la evidencia de su mano estaba por todas partes.
ii. Aarón dio la clásica excusa de “simplemente sucedió”. Pero no simplemente sucedió. Aarón lo caviló, derritió el oro, lo moldeó y lo forjó cuidadosamente con un buril (Éxodo 32:4).
iii. Aarón hizo esta maldad y se excusó porque en ese momento parecía más difícil alzarse en defensa de Jehová que estar de acuerdo con el pueblo, y Aarón tomó el camino con menor resistencia. Era un holgazán. “Los perezosos siempre encuentran fallas en sus herramientas, y quienes no tienen la intención de trabajar siempre encuentran alguna excusa u otra; y luego compensan su pereza teniendo un delicioso sueño espiritual. La mitad de la gente nominalmente cristiana que nos rodea está soñando; y consideran que así están haciendo la obra del Señor. Solo lo están haciendo de manera engañosa al poner los sueños en el lugar del servicio real”. (Spurgeon)
iv. ““¡Qué subterfugio tan tonto y ridículo! … ¡Como la leyenda papista de la caída del cielo del santuario de Nuestra Señora de Loreta! Estas leyendas proceden del mismo barrio. Satanás puede proporcionar más cuando es necesario para su propósito.” (Clarke)
v. El pecado de Aarón era tan grande que sólo la intercesión de Moisés salvó su vida. Contra Aarón también se enojó Jehová en gran manera para destruirlo; y también ore por Aarón en aquel entonces (Deuteronomio 9:20).
D. El llamado para elegir entre Dios y la idolatría.
1. (25-26) Moisés lanza un desafío.
Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos, se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví.
a. El pueblo estaba desenfrenado: Esto muestra cuán grande era el problema. No hay mayor peligro para las personas que deshacerse de todas las restricciones y hacer lo que les parezca correcto a sus propios ojos. Los días más oscuros de la historia nacional de Israel se caracterizaron por la frase: cada uno hacía lo que bien le parecía (Jueces 17:6).
i. “La idea del verbo ‘deshacerse de todas las ataduras’ es la de soltar o descubrir. Parecería que había un tipo de prostitución religiosa relacionada con la adoración del becerro de oro por parte del pueblo”. (Kaiser)
ii. En nuestra cultura moderna, consideramos la ausencia de restricciones como el paraíso en la tierra. Pero la biblia y el sentido común nos dicen que este tipo de anarquía moral, espiritual y social no trae más que destrucción.
iii. Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte (Proverbios 14:12). Cuando el hombre sigue su propio instinto, sus propias inclinaciones, esto lo lleva a la destrucción. Necesitamos seguir el camino de Dios, no nuestro propio camino.
iv. Desenfrenado: “La palabra exacta que se usa en este versículo se encuentra en la advertencia de Proverbios 29:18: ‘Donde no hay revelación [es decir, el mensaje o atención de la Palabra de Dios], el pueblo desecha todas las restricciones morales [es decir, se vuelven ingobernables]’”. (Kaiser)
v. Dios nos ha dado muchas restricciones: las restricciones del temor de Dios, de la familia, de la cultura, de la conciencia, de la ley, incluso de la necesidad. Pero estas restricciones pueden ser – y están siendo – quebrantadas.
b. ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo: Moisés le dio al pueblo de Israel la oportunidad de ponerse del lado de Jehová. Los levitas, para su honor, se pusieron del lado del Señor y de Moisés. Lamentablemente, fueron el único grupo significativo que se manifestó claramente a favor de la causa de Dios en el incidente del becerro de oro.
i. Solo tiene sentido que estemos del lado de nuestro Señor. Él es nuestro Creador, nuestro Redentor, nuestro Preservador y nuestro Mejor Amigo. Sin embargo, estar del lado del Señor requiere de algo.
· Estar del lado del Señor requiere decisión
· Estar del lado del Señor requiere acción.
· Estar del lado del Señor requiere separación.
2. (27-29) La ejecución de 3,000.
Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente. Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres. Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado a Jehová, pues cada uno se ha consagrado en su hijo y en su hermano, para que él dé bendición hoy sobre vosotros.
a. Y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente: En este caso, ponerse del lado del Señor significó ponerse en contra de algunas personas. Los que estaban más interesados en ponerse del lado de todos nunca podrían hacer lo que hicieron estos levitas.
i. “Mi único interés es esta separación entre los que están ‘del lado del Señor’ y los que adoran a su propio dios, sus propias ideas y sus propios pensamientos”. (Lloyd-Jones)
b. Y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres: Unos tres mil hombres del pueblo cayeron ese día: Parece que el pecado de Israel en el becerro de oro involucró a más de estas 3.000 personas. Sin embargo, estos fueron sin duda los más flagrantes en su idolatría e inmoralidad, o estos fueron los líderes de la conducta pecaminosa.
E. La segunda intercesión de Moisés.
1. (30) Moisés vuelve a interceder por el pueblo.
Y aconteció que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado, pero yo subiré ahora a Jehová; quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado.
a. Yo subiré ahora a Jehová; quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado: Moisés ya había intercedido por el pueblo en Éxodo 32:11-14. Pero volvió a orar por ellos porque ahora vio el pecado con sus propios ojos y estaba impresionado por la profundidad del pecado del pueblo.
b. Quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado: Moisés también aprendió en el Monte Sinaí que la pena por la idolatría era la muerte. El que ofreciere sacrificio a dioses excepto solamente a Jehová, será muerto (Éxodo 22:20). Él estaba más consciente que nunca de la distancia entre el pueblo y Dios, y sintió la urgencia de interceder.
2. (31-32) La audaz petición de Moisés a favor del pueblo.
Entonces volvió Moisés a Jehová, y dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito.
a. Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado: Moisés no minimizó el pecado del pueblo ni lo puso en términos suaves. Ellos eran culpables de adorar a dioses de oro.
i. La gente todavía adora a dioses de oro. En agosto de 1990, un hombre se tambaleó hasta los escalones de su oficina de Los Ángeles. Antes de morir por la herida de bala en el pecho, gritó los nombres de sus tres hijos. Pero todavía tenía su reloj Rolex de $ 10,000 en la mano. Dio su vida por un dios de oro.
b. Que perdones ahora su pecado: Moisés conocía la enormidad del pecado del pueblo, pero aún así pidió perdón. Esta era una apelación a la misericordia y gracia de Dios.
c. Y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito: Moisés le pidió a Dios que perdonara a Israel sobre la base de su propia identificación sacrificial con el pueblo pecador. Si Dios no los perdonaba, Moisés pidió ser condenado en una identificación sacrificial con su pueblo pecador.
i. Moisés sentía que Israel había pecado tan terriblemente que la sangre de un macho cabrío o de un buey no podía cubrirlo; tenía que ser un hombre el que sufriera en su lugar. Por lo tanto, se ofreció a ser borrado del libro de Dios si de alguna manera podía rescatar al pueblo. Dios dijo “no” a la petición de Moisés; sin embargo, podemos decir que Dios miró hacia adelante al sacrificio de Alguien mayor que Moisés, quien se daría a sí mismo por el pueblo, trayendo la expiación plena y completa.
ii. “Él se interpone entre el pueblo y la ira de Dios y dice: ‘Castígame’. No podría haberlo soportado, por supuesto, era demasiado. Y, sin embargo, el noble espíritu de Moisés brilla con tanta claridad en este gran incidente”. (Lloyd-Jones)
iii. Por supuesto, este corazón sacrificado fue el mismo corazón que Jesús tuvo al morir por nuestros pecados (1 Pedro 3:18 y 2 Corintios 5:21). El apóstol Pablo también tenía algo de este mismo corazón de Jesús (Romanos 9:3).
3. (33-35) La respuesta de Jehová a la petición de Moisés.
Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro. Ve, pues, ahora, lleva a este pueblo a donde te he dicho; he aquí mi ángel irá delante de ti; pero en el día del castigo, yo castigaré en ellos su pecado. Y Jehová hirió al pueblo, porque habían hecho el becerro que formó Aarón.
a. Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro: Dios estuvo de acuerdo en librar a toda la nación, pero definitivamente se reservó el derecho de juzgar a los pecadores individualmente.
b. Ve, pues, ahora, lleva a este pueblo a donde te he dicho: Esta era la promesa de Dios de permanecer fiel a Israel y de mantener Su presencia con ellos (mi ángel irá delante de ti).
c. Yo castigaré en ellos su pecado: Toda esa generación adulta de israelitas jamás entraría a la tierra prometida. Ese juicio específico aún no se había pronunciado, pero Dios sabía que sucedería.
d. Y Jehová hirió al pueblo: Esto probablemente describe la muerte de los 3,000 ya mencionados en Éxodo 32:28.
©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com