Isaías 2 – Esperanza y temor
A. La esperanza del reinado del Mesías.
1. (1) Un mensaje acerca Judá y Jerusalén.
Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén.
a. Lo que vio Isaías hijo de Amoz: Esto le fue revelado a Isaías en algún tipo de visión porque esto fue algo que élvio.
b. Esta profecía (que continúa hasta Isaías 4) está dirigida al reino del sur Judá y su capital Jerusalén.
c. Isaías 2:1-3 se repite en Miqueas 4:1-3. Dado que Isaías y Miqueas fueron profetas contemporáneos, no es sorprendente que el mismo Espíritu del Señor pudiera dar a estos dos profetas la misma visión para establecer y hacer hincapié en Su palabra.
2. (2-3) La exaltación de Judá y Jerusalén.
Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.
a. En lo postrero de los tiempos: En contexto, el término lo postrero de los tiempos se refiere al “tiempo del Mesías”, cuando el Ungido del Señor reine sobre la tierra. En términos generales, esto habla del tiempo al que muchos se refieren como el milenio, el reinado de mil años de Jesús en esta tierra (Salmo 72, Isaías 11:4-9, Jeremías 23:5-6, Lucas 1:32-33 y 19:12-27, Mateo 5:18).
b. Será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones: Durante el milenio, Israel será la “súper potencia” del mundo. Será la nación líder en toda la tierra, y el centro de Israel será el monte de la casa de Jehová – el monte del templo, el cual será la “capital” del gobierno del Mesías. Correrán a él todas las naciones, a la “capital” del gobierno de Jesús.
c. Venid, y subamos al monte de Jehová… nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas: Durante el milenio, los ciudadanos de la tierra reconocerán y se someterán al señorío de Jesús. Será un tiempo de justicia impuesta, perfectamente administrada en esta tierra.
3. (4) La naturaleza pacífica del reinado del Mesías.
Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestraran más para la guerra.
a. Y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces: Durante el reinado del Mesías, no habrá más guerra. Todavía habrá conflictos entre naciones e individuos, pero serán resueltos justa y decisivamente por el Mesías y aquellos que reinen con Él (juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos).
i. No es el reinado del Mesías en sí lo que cambiará el corazón del hombre. Los ciudadanos de la tierra todavía necesitarán confiar en Jesús, y su obra en su favor, para su salvación personal durante el milenio. Pero la guerra y los conflictos armados no serán tolerados.
b. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestraran más para la guerra: Es importante ver que esta no es la paz de la rendición. Esta es la paz de la justicia impuesta. No habría más guerras, ni más necesidad de espada ni lanzas, por lo que tendrá sentido convertirlas en rejas de arado y hoces. Pero no habrá más guerra porque habrá un nuevo gobernante en la tierra, Jesucristo. El Salmo 2:9 nos dice lo que el Mesías hará con los desobedientes en ese día: Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás.
i. Anhelamos el día en que ya no haya necesidad de un presupuesto militar, cuando el dinero destinado a armas y ejércitos pueda destinarse a escuelas y parques. Pero solo será seguro hacerlo cuando el Mesías reine entre nosotros.
ii. “Los hombres anhelan la paz, pero no reconocen la desesperanza de sus propios esfuerzos por lograrla. Sólo cuando la palabra del Señor salga de Jerusalén, cuando Él mismo reine sobre las naciones, vendrá la paz duradera”. (Martin)
B. La amenaza del juicio venidero.
1. (5) Una súplica para caminar a la luz de Jehová.
Venid, oh casa de Jacob, y caminaremos a la luz de Jehová.
a. Después de pintar la imagen de la gloria del reinado del Mesías, Isaías desafía a Judá (casa de Jacob) a vivir en el reinado del Mesías ahora mismo.
b. Caminaremos a la luz de Jehová Puede que falten muchos años para el reinado final del Mesías, pero Jesús puede reinar en nuestras vidas, en nuestras mentes y en nuestros corazones ahora mismo. No tenemos que esperar a la justicia impuesta del milenio para tener la bendición de la justicia de Jesús en nuestras vidas ahora mismo.
c. Caminaremos a la luz de Jehová significa que disfrutas de las bendiciones del reinado del Mesías ahora mismo. No tienes que vivir una vida cristiana oscura, deprimente y desalentadora. Tú puedes caminar a la luz de Jehová.
i. ¿Qué es lo que te deprime, qué trae oscuridad a tu vida? ¿Cómo se puede comparar con la luz de Jehová? ¿Es la oscuridad del ataque espiritual, de los amigos infieles, de las malas circunstancias, de la vergüenza, de la culpa, de cualquier cosa, más grande que la luz de Jehová? No puede ser así.
ii. “Sabes que, si fueras a Australia en un barco en buen estado, llegarías allí incluso si siempre te tumbaras en la bodega entre el equipaje y las ratas; pero me gustaría ir en una cabina de primera clase, y no veo por qué tú y yo, si vamos a ir al cielo, no deberíamos ir en primera clase”. (Spurgeon)
2. (6-9) Los pecados que impiden que Judá camine a la luz de Jehová.
Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob, porque están llenos de costumbres traídas del oriente, y de agoreros, como los filisteos; y pactan con hijos de extranjeros. Su tierra está llena de plata y oro, sus tesoros no tienen fin. También está su tierra llena de caballos, y sus carros son innumerables. Además su tierra está llena de ídolos, y se han arrodillado ante la obra de sus manos y ante lo que fabricaron sus dedos. Y se ha inclinado el hombre, y el varón se ha humillado; por tanto, no los perdones.
a. Están llenos de costumbres traídas del oriente… agoreros, como los filisteos… pactan con hijos de extranjeros: Judá había permitido que los dioses falsos de los extranjeros cautivaran su atención.
i. Esto no era una declaración anti-inmigrante. Dios no está en contra de las culturas y costumbres de otros pueblos, excepto donde esas costumbres y culturas honran y adoran a dioses falsos. Quizás en nombre de la “diversidad”, los líderes y el pueblo de Judá estaban permitiendo la adoración de dioses falsos.
b. Su tierra está llena de plata y oro: Judá había permitido que los dioses falsos de la riqueza y el materialismo cautivaran su atención. Debido a que Judá estaba en una época de prosperidad económica (Llena de plata y oro… sus tesoros no tienen fin… llena de caballos… sus carros son innumerables), eran mucho más propensos a la idolatría económica.
i. Esta no era una declaración en contra de las riquezas. Dios no está en contra de las riquezas y tal vez escoja bendecir a algunos con recursos significativos. Esta es una reprensión para los que aman las riquezas y confían en las riquezas.
c. Además su tierra está llena de ídolos: Judá había permitido que los ídolos cautivaran su atención. Debido a que todos tienen una tendencia innata a adorarse a sí mismos (la obra de sus manos y ante lo que fabricaron sus dedos), somos tentados a adorar lo que hemos hecho y logrado en lugar de adorar a Aquel que nos fabricó a nosotros.
i. Esta no era una declaración en contra del trabajo. Dios quiere que trabajemos duro y que estemos complacidos con la obra de nuestras propias manos y que veamos los logros que fabricaron nuestros propios dedos. Esta es una reprensión contra los que adoran lo que han hecho y lo que han logrado.
d. Se ha inclinado el hombre, y el varón se ha humillado: Había bastante adoración (inclinado) en Judá y bastante gente humillándose. ¡Simplemente estaban adorando las cosas incorrectas y humillándose ante las cosas incorrectas!
i. Sabemos inclinarnos, sabemos humillarnos; simplemente no nos resulta fácil dirigirlo correctamente hacia el Señor. Estamos más que felices de inclinarnos y humillarnos por algo de nuestra elección, pero a menudo nos resulta difícil hacerlo para el Señor.
ii. La aplicación es aleccionadora: por tanto, no los perdones. Su adoración a dioses extranjeros, riquezas e ídolos era sincera. Puede haber sido ennoblecedor o útil para la sociedad. Pero era un rechazo al Señor Dios y, por lo tanto, imperdonable.
3. (10-22) Una descripción del Día del Juicio.
Métete en la peña, escóndete en el polvo, de la presencia temible de Jehová, y del resplandor de su majestad. La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y Jehová solo será exaltado en aquel día. Porque día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido; sobre todos los cedros del Líbano altos y erguidos, y sobre todas las encinas de Basán; sobre todos los montes altos, y sobre todos los collados elevados; sobre toda torre alta, y sobre todo muro fuerte; sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todas las pinturas preciadas. La altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y sólo Jehová será exaltado en aquel día. Y quitará totalmente los ídolos. Y se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante para castigar la tierra. Aquel día arrojará el hombre a los topos y murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase, y se meterá en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la presencia formidable de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando se levante para castigar la tierra. Dejaos del hombre, cuyo aliento está en su nariz; porque ¿de qué es él estimado?
a. Por la presencia temible de Jehová, y por el resplandor de su majestad: El comienzo del capítulo describe la gloria del reinado del Mesías (Isaías 2:1-4). La segunda parte del capítulo describe la corrupción actual de Judá (Isaías 2:6-9). ¿Cómo se transformará la tierra de su actual corrupción, a la gloria del reinado del Mesías? Sucederá por la victoria del Mesías en el día de Jehová de los ejércitos.
i. El término día de Jehová (usado más de 25 veces en la biblia) no necesariamente se refiere a un día en específico. Habla del “tiempo de Dios”. La idea es que ahora es el día del hombre, pero el día del hombre no durara por siempre. Un día, el Mesías terminará el día del hombre y traerá el día de Jehová.
b. En el día de Jehová, los hombres estarán aterrorizados: Se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible de Jehová, y por el resplandor de su majestad. En el día de Jehová, los hombres serán humillados: La altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y sólo Jehová será exaltado en aquel día. En ese día, no habrá más idolatría; sólo Jehová será exaltado en aquel día. En ese día, Dios será glorificado y todos verán la presencia temible de Jehová, y por el resplandor de su majestad.
i. La torre alta, el muro fuerte, las naves de Tarsis y las pinturas preciadas – todas estas son expresiones de la altivez del hombre y la soberbia de los hombres. En el día del Señor, todo logro orgulloso y arrogante del hombre será reducido a nada y sólo Jehová será exaltado en aquel día
ii. “El hombre, en todos los asuntos de religión y en todo su trato con Dios, es orgulloso. Es increíble cuán aparentemente humildes serán los hombres cuando adoren a dioses falsos. Se cortarán con cuchillos y se rodarán en el fango. Hemos conocido a algunos devotos que se arrodillan ante la representación de la Virgen María y lamen el mismo pavimento con la lengua a modo de penitencia, y realizan los ritos más degradantes en honor a sus falsos dioses. El hombre parece ser lo suficientemente humilde en su trato con una deidad falsa, pero tan pronto como llega a tratar con el Dios verdadero, lo primero que tiene que salir de él es su orgullo, su elevada apariencia, su altivez”. (Spurgeon)
c. Dejaos del hombre: Debido a que los días de los ídolos y el orgullo humano están llegando a su fin, no es prudente asociarse con aquellos que se aferran a lo que ciertamente será derrotado. Deberíamos ver que tales hombres no son muy estimados, y en cambio, caminar a la luz del Señor.
i. ¡Qué extraño pecado en nosotros, hacernos dar más cuenta a los hombres, que solo pueden contener la respiración tanto como sus narices pueden contener – que dependen de cada aliento para vivir – que al Señor Dios que sacudirá poderosamente la tierra! Simplemente tiene sentido para nosotros honrar y obedecer a Dios en lugar de seguir a los hombres al pecado.
d. Porque ¿de qué es él estimado? Si los hombres son solo hombres, ¿por qué prestamos tanta atención a las opiniones de los hombres? ¿Por qué elevarse tanto ante los elogios de los hombres y rebajarse tanto ante su desaprobación?Tenemos algo – Alguien – mejor por lo que vivir.
i. “’Pero ellos dicen’. ¿Qué dicen ellos? Déjalos decir. No va a lastimarte si tan solo puedes ceñir los lomos en tu mente y dejar al hombre. ‘Oh, pero me han acusado de esto y aquello’. ¿Es cierto? ‘No, señor, no es cierto, y por eso me entristece’. Es por eso que no debería entristecerte. Si fuera cierto, debería preocuparte; pero si no es verdad, déjalo en paz. Si un enemigo ha dicho algo en contra de tu carácter, no siempre valdrá la pena responderle. El silencio tiene tanto dignidad como argumento”. (Spurgeon)
ii. “Hermanos en Cristo, pensemos más en Dios y menos en el hombre. Vengan, dejen que el Señor nuestro Dios llene todo el horizonte de nuestros pensamientos. Dejen que nuestro amor vaya hacia él; Deleitémonos en él. Confiemos en Aquel que vive por los siglos, en Aquel cuya promesa nunca deja de ser, en Aquel que estará con nosotros en la vida y en la muerte y por la eternidad. ¡Oh, si viviéramos más en la compañía de Jesús, más a los ojos de Dios! Dejemos que el hombre vaya a nuestras espaldas y Satanás también. No podemos gastar nuestra vida buscando las sonrisas de los hombres, porque agradar a Dios es el único objetivo que perseguimos. Nuestras manos, nuestras cabezas y nuestros corazones, y todo lo que tenemos y somos, encuentran ocupación plena para el Señor, y por lo tanto debemos ‘dejar al hombre.’” (Spurgeon)
©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com