Isaías 6 – La convicción, la limpieza y el llamado de Isaías
A. La convicción del profeta.
1. (1-2) Lo que Isaías vio.
El año en que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el Templo. Por encima de él había serafines. Cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos volaban.
a. En el año en que murió el rey Uzías: El rey Uzías de Judá tuvo un largo y distinguido reinado, descrito en 2 de Crónicas 26 y en 2 Reyes 15:1-7 (Uzías es llamado Azarías en 2 Reyes 15).
i. Uzías comenzó su reinado cuando solo tenía 16 años y reinó 52 años. En general, fue un buen rey y 2 Reyes 15:3 dice, E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que su padre Amasías había hecho. 2 Crónicas 26:5 dice, Y persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías, entendido en visiones de Dios; y en estos días en que buscó a Jehová, él le prosperó.
ii. Uzías también lideró a Israel en victorias militares sobre los filisteos y otras naciones vecinas y fue un rey fuerte. Uzías fue un enérgico constructor, planificador y general. 2 Crónicas 26:8 dice, y se divulgó su fama hasta la frontera de Egipto; porque se había hecho altamente poderoso.
iii. Pero la vida de Uzías termino trágicamente. 2 Crónicas 26:16 dice, Más cuando ya era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina; porque se rebeló contra Jehová su Dios, entrando en el templo de Jehová para quemar incienso en el altar del incienso.En respuesta, Dios golpeó a Uzías con lepra y fue un leproso aislado hasta su muerte.
iv. Así que decir en el año en que murió el rey Uzías es decir mucho. Es decir: “En el año en que murió un gran y sabio rey”. Pero también es decir: “En el año en que murió un gran y sabio rey que tuvo un final trágico”. Isaías tenía una gran razón para sentirse desanimado y desilusionado por la muerte del rey Uzías, porque un gran rey había fallecido y porque su vida terminó trágicamente. ¿Dónde estaba el Señor en todo esto?
b. Vi yo al Señor sentado sobre su trono: ¿Dónde estaba el Señor en todo esto? ¡El Señor estaba sentado en su trono! Dios aún estaba en su trono en el cielo y aún estaba a cargo de toda la creación.
i. ¡Hay un trono en el cielo y el Señor Dios se sienta en él como el gobernante soberano del universo! Este es el hecho central del cielo; que hay un trono ocupado en el cielo. Dios no se sienta en una silla en el cielo. Cualquiera puede sentarse en una silla. Pero los reyes soberanos se sientan en tronos. Los jueces se sientan en tronos. Aquellos con la autoridad y soberanía apropiadas se sientan en tronos.
ii. Isaías no fue el único que vio el trono de Dios. Casi todos los que en la biblia tuvieron una visión del cielo, fueron llevados al cielo o escribieron sobre el cielo, hablaron del trono de Dios.
·El profeta Micaías vio el trono de Dios (1 Reyes 22:19).
·Job vio el trono de Dios (Job 26:9).
·David vio el trono de Dios (Salmo 9:4 y 9:7, 11:4).
·Los hijos de Coré vieron el trono de Dios (Salmo 45:6, 47:8).
·Etán el ezraíta vio el trono de Dios (Salmo 89:14).
·Jeremías vio el trono de Dios (Lamentaciones 5:19).
·Ezequiel vio el trono de Dios (Ezequiel 1:26, 10:1).
·Daniel vio el trono de Dios (Daniel 7:9).
·El apóstol Juan vio el trono de Dios (Apocalipsis 4:1-11). De hecho, el libro de Apocalipsis también puede llamarse “el libro del trono de Dios”, porque el trono de Dios se menciona específicamente más de 35 veces en ese libro.
iii. La creencia central del ateísmo o del materialismo es que no hay trono; no hay asiento de autoridad o poder ante el cual todo el universo deba responder. La creencia central del humanismo es que hay un trono – pero que es el hombre quien se sienta en él. Pero la biblia deja en claro que sí hay un trono y ningún hombre caído se sienta en él, sino que el Señor Dioses quien está entronizado en el cielo.
iv. Isaías pudo haber estado deprimido o desanimado porque un gran líder de Judá ya no estaba en el trono. Dios en el cielo ahora le muestra a Isaías: “No te preocupes, Isaías. Puede que Uzías no esté en su trono, pero yo estoy en Mi trono”.
c. Alto y sublime: El trono era alto y sublime. El trono coloca a su ocupante en una posición superior.
d. Y sus faldas llenaban el templo: Los reyes de esos tiempos utilizaban túnicas con largas faldas porque eran difíciles de maniobrar y era difícil trabajar con ellas. Utilizar una túnica larga significaba, “Soy lo suficientemente importante como para no tener que trabajar. Soy una persona de honor y dignidad. Otros deben servirme y atenderme”.Esencialmente, se dice lo mismo cuando una novia usa un vestido con una cola larga en la actualidad.
i. Dios es tan honrado, tan importante, tan digno, que sus faldas llenaban el templo. Esa es una túnica larga
e. Por encima de Él había serafines: Alrededor del trono de Dios hay ángeles conocidos aquí como serafines. En muchos otros pasajes, estos ángeles son conocidos como querubines (Salmo 80:1; Isaías 37:16; Ezequiel 10:3) o como los seres vivientes de Apocalipsis 4:6-11. Este es el único capítulo de la biblia donde estos seres son llamados serafines.
i. Algunos niegan que los querubines y serafines se refieran a los mismos seres. Pero el nombre serafín significa, “Los que arden”. Ezequiel 1:13 describe a los querubines (ver también Ezequiel 10:15) de esta manera: Cuanto a la semejanza de los seres vivientes, su aspecto era como de carbones de fuego encendidos, como visión de hachones encendidos que andaba entre los seres vivientes; y el fuego resplandecía, y del fuego salían relámpagos.Eso ciertamente parece describir a los que arden.
f. Cada uno tenía seis alas: En Apocalipsis 4:8, el apóstol Juan también menciona sus seis alas. Ellos necesitan las seis alas para que cada uno pueda cubrirse el rostro (para mostrar que son demasiado inferiores para ver el rostro del Señor), para que cada uno pueda cubrir sus pies (para esconder esta “humilde” área de su cuerpo, de modo que nada ni remotamente deficiente sea visto en la presencia del Señor) y para que cada uno pueda volar.
i. El Señor le dijo a Moisés, “No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá” (Éxodo 33:20). Aparentemente, lo mismo es verdad aún para los ángeles, por lo que los serafines cubren sus rostros.
ii. “Las dos alas con las que vuelan los ángeles significan nada menos que el cumplimiento dispuesto y alegre de los mandamientos de Dios … Las dos alas con las que se cubren el rostro muestran claramente que ni siquiera los ángeles pueden soportar el resplandor de Dios y que este nos deslumbra de la misma manera que cuando intentamos contemplar el resplandor del sol”. (Calvin)
iii. “Porque el serafín recuerda que, aunque sin pecado, todavía es una criatura y por lo tanto se oculta en señal de su indignidad en la presencia del tres veces Santo.” (Spurgeon)
g. Cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos volaban: Los serafines usaban cuatro de sus alas para expresar su humildad y usaban dos de sus alas para expresar su disposición y habilidad para servir a Dios. Este es el equilibrio adecuado.
i. “Por lo tanto, tienen cuatro alas para la adoración y dos para la energía activa; cuatro para ocultarse y dos para ocuparse en el servicio; y podemos aprender de ellos que serviremos mejor a Dios cuando seamos más profundamente reverenciados y humillados en su presencia. La veneración debe estar en mayor proporción que el vigor, la adoración debe exceder la actividad. Así como María a los pies de Jesús era preferida a Marta y su gran servicio, la reverencia sagrada debe ocupar el primer lugar y el servicio enérgico debe seguir a su debido tiempo”. (Spurgeon)
2. (3-4) Lo que escuchó Isaías.
Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.
a. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Los serafines ni siquiera se están dirigiendo directamente al Señor Dios aquí. Se están proclamando unos a otrosSu gloriosa naturaleza y carácter, en la presencia del Señor.
b. Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos: ¿Por qué repiten “Santo” tres veces? ¿No era suficiente decir que el Señor era “Santo” una vez? No era suficiente. Lo dicen tres veces porque hay tres personas en un solo Dios.
i. Calvin no pensaba que este fuera el mejor versículo para probar la Trinidad, pero aún así veía la verdad de la Trinidad aquí. “Los antiguos citaron este pasaje cuando quisieron probar que hay tres personas en una esencia de la Deidad…. No tengo ninguna duda de que los ángeles aquí describen a un Dios en tres personas”.
c. Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos: ¿Por qué repiten “Santo” tres veces? ¿No era suficiente decir que el Señor era “Santo” una vez? No era suficiente.Lo dicen tres veces porque hay tres personas en un solo Dios. En el idioma hebreo, la intensidad se comunica mediante la repetición. Decir santo es el Señor comunica algo. Decir santo, santo es el Señor comunica aún más. Decir santo, santo, santo es el Señores declarar su santidad al más alto grado posible.
i. ¿Qué significa que Dios sea santo, y santo en el más alto grado posible? La santidad, en su raíz, tiene la idea de separación. Describe a alguien, o algo, que es apartado de otras personas o cosas. Un objeto puede ser santo si se aparta para un servicio sagrado. Una persona es santa si es apartada para la voluntad y el propósito de Dios.
ii. ¿De qué es apartado el Señor? Él es apartado de la creación, en el sentido de que el Señor Dios no es una criatura y existe fuera de toda la creación. Si toda la creación se disolviera, el Señor Dios permanecería. Él es apartado de la humanidad, en el sentido de que Su “naturaleza” o “esencia” es Divina, no humana. Dios no es un superhombre ni el hombre supremo. Dios no es solamente más inteligente que cualquier hombre, más fuerte que cualquier hombre, más antiguo que cualquier hombre o mejor que cualquier hombre. No se puede medir a Dios en la tabla del hombre. Él es Divino y nosotros somos humanos.
iii. Sin embargo, debido a que fuimos hechos a imagen de Dios (Génesis 1:26-27), la humanidad es compatible con la Divinidad. Son diferentes, pero no se oponen automáticamente entre sí. Así es como Jesús, la Segunda Persona de la Trinidad, pudo agregar humanidad a Su deidad cuando se hizo hombre. La humanidad no caída no es deidad, pero es compatible con ella.
iv. La santidad de Dios es parte de todo lo que Él es y hace. El poder de Dios es un poder santo. El amor de Dios es un amor santo. La sabiduría de Dios es una sabiduría santa. La santidad no es un aspecto de la personalidad de Dios; es una característica de todo Su Ser.
d. Toda la tierra está llena de su gloria: Los serafines que rodeaban el trono de Dios probablemente podían ver esto con más claridad que Isaías. A menudo estamos ciegos a la evidente gloria de Dios a nuestro alrededor.
e. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba: Los serafines son seres majestuosos y su voz tiene peso. Cuando hablan, ¡los postes de las puertas del salón del trono de Dios se estremecen! La idea puede ser que Isaías estaba mirando desde la puerta y que cuando los serafines gritaron, pudo sentir los postes de la puerta temblar.
i. Sin embargo, estos seres elevados y majestuosos– quizás los seres más elevados de toda la creación de Dios – tienen una ocupación. Su existencia está entregada a la alabanza, la adoración y la honra del Señor Dios que está en el trono del cielo. ¿Qué podríamos hacer que sea un llamado más elevado que ese?
ii. ¡Cantaron con tanta fuerza que los postes de las puertas se sacudieron! ¿No deberíamos cantar con la misma pasión, el mismo corazón, la misma intensidad? ¿Tienen esos ángeles más que agradecer y alabar a Dios que nosotros?
f. Y la casa se llenó de humo: Este humo nos recuerda la columna de nube que representaba la presencia de Dios (Éxodo 13:21-22), el humo del monte Sinaí (Éxodo 19:18) y la nube de la gloria Shekiná de Dios que llenó el templo (1 Reyes 8:10-12).Una nube de gloria constantemente marca la presencia del Señor.
3. (5) Lo que Isaías sintió.
Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
a. ¡Ay de mí! que soy muerto: ¿Qué hizo que Isaías se sintiera como si se estuviera desmoronando? Dos cosas. Primero, la visión y el sonido de los serafines. Segundo, La visión del Señor Dios.
i. Cuando Isaías vio a los ángeles, en toda su santa humildad, obediencia y alabanza a Dios, se dio cuenta de que no solo era diferente del Señor Dios, sino que también era diferente de los ángeles. Ellos podían clamar: Santo, santo, santo y alabar a Dios de una manera tan bella, pero él no podía porque era un hombre de labios impuros. “Soy un hombre de labios impuros; no puedo decir, ¡Santo, santo, santo! Como exclaman los serafines. Ellos son santos; y yo no lo soy: ellos ven a Dios y viven; Yo lo he visto y debo morir, porque yo no soy santo”. (Clarke)
ii. Cuando Isaías vio al Señor, supo qué clase de hombre era. Tan pobremente como se comparó con los serafines, eso no era nada en relación a cómo se comparaba con el Señor. Esta visión (o experiencia real) del trono de Dios no hizo inmediatamente que Isaías se sintiera bien. Cuanto más claramente veía al Señor, más claramente veía lo mal que estaba su condición.
iii. El profundo sentido de inmoralidad de Isaías es consistente con la experiencia de otros hombres consagrados en la presencia del Señor. Job (Job 42:5-6), Daniel (Daniel 10:15-17), Pedro (Lucas 5:8) y Juan (Apocalipsis 1:17) tuvieron experiencias similares.
b. Que soy muerto no es un mal lugar para estar. “Dios nunca hará nada con nosotros hasta que primero nos haya hecho morir a nosotros mismos”. (Spurgeon)
c. Porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos: Isaías vio su pecaminosidad y la pecaminosidad de su pueblo, principalmente en términos de discurso impuro.
i. Por naturaleza, nuestros labios están llenos de lisonjas y dobles intenciones: Hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón (Salmo 12:2). Por naturaleza, nuestros labios mienten y son orgullosos: Enmudezcan los labios mentirosos, Que hablan contra el justo cosas duras Con soberbia y menosprecio (Salmo 31:18). Por naturaleza, nuestros labios engañan: Guarda tu lengua del mal, Y tus labios de hablar engaño (Salmo 34:13). Por naturaleza, nuestros labios son violentos: Espadas hay en sus labios (Salmo 59:7). Por naturaleza, nuestros labios traen muerte a otros: Veneno de áspid hay debajo de sus labios (Salmo 140:3).
ii. Isaías no pensó ni por un momento que este era su único pecado, pero vio que este era un ejemplo de la gran e incurable enfermedad del pecado en él y su pueblo.
d. Han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos: Isaías era un hombre justo y piadoso en toda apariencia exterior. Sin embargo, cuando vio al Rey de los ejércitos en Su trono, vio cuán pecador era en comparación.
i. La vida de Isaías pudo haber sido tan brillante como un diamante. Pero cuando colocas un diamante sobre un fondo perfectamente negro y tiene la luz adecuada sobre él, puedes ver cada defecto e imperfección – defectos que antes eran invisibles. Aun así, cuando la vida justa de Isaías se contrastaba con el trasfondo de la perfección de Dios, se veía diferente.
B. La purificación del profeta.
1. (6) Un serafín trae un carbón del altar.
Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas.
a. Y voló hacia mí uno de los serafines: Estos seres angelicales, que rodean el trono de Dios, ministraron a Isaías. Uno voló hacia Isaías con un carbón encendido – lo que significa que el carbón aún estaba caliente y ardiendo. Estaba tan caliente que incluso un ángel tuvo que usar las tenazas del altar.
b. El altar: Esta debe ser la versión celestial del altar del incienso que se colocó delante del lugar santísimo en el tabernáculo de Dios (Éxodo 30:1-10). Sabemos que el tabernáculo terrenal que Dios le ordenó a Moisés que lo construyera se hizo según el modelo de una realidad celestial (Éxodo 25:9).
i. El trono es para Dios; ahí es donde Él gobierna y reina. El altares para nosotros; ahí es donde encontramos limpieza y purificación de pecado. Nunca debemos confundirlos.
ii. “Se tomó el fuego del altar para dar a entender que era divino o celestial; porque la ley prohibía llevarle fuego extraño, porque en las cosas sagradas toda mezcla humana es profanación absoluta. Por esta figura, por lo tanto, se le enseñó a Isaías que toda la pureza fluye solo de Dios”. (Calvin)
2. (7) Un carbón del altar purifica los labios de Isaías.
Y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.
a. Y tocando con él sobre mi boca: Esto debe haber sido doloroso; un carbón ardiente aplicado a los labios, una de las áreas más sensibles del cuerpo. Sin embargo, no hay nada escrito de que Isaías haya reaccionado con dolor. O no hubo dolor, debido a una bendición especial de Dios, o el dolor no importó debido a la majestuosidad del entorno y la bondad de la purificación.
i. Isaías sabía que no servía al Señor como estos serafines, los que arden. Entonces Dios dijo: “¡Yo también encenderé fuego en ti!” Por eso se usó un carbón ardiendo para purificar a Isaías. “Jehová, que es un fuego consumidor, solo puede ser servido adecuadamente por aquellos que están ardiendo, ya sean ángeles u hombres”. (Spurgeon)
ii. Isaías clamó, ¡Ay de mí que soy muerto! (Isaías 6:5) Podríamos pensar que un carbón encendido en los labios sería más doloroso que una visión del Dios santo. Pero para Isaías, fue más perturbador ver la santidad de Dios y ver su propia falta de santidad, que tener un carbón encendido en sus labios.
b. Es quitada tu culpa, y limpio tu pecado: El pecado de Isaías tenía que ser quemado; el fuego del juicio se aplicó a su lugar de pecado.
i. Evidentemente, esta fue una transacción espiritual. Si alguien tiene una boca pecadora, no servirá de nada poner un carbón ardiendo en sus labios. Eso no quitará ni limpiará su pecado.
ii. Sin embargo, el mismo principio funciona a nuestro favor con respecto a la obra de Jesús en el Calvario. Nuestro pecado fue puesto sobre él y fue quemado con el fuego del juicio de Dios. Sin embargo, debido a que Él mismo era santo y justo, el fuego del juicio de Dios no lo perjudicó; solo quemó el pecado, nuestro pecado.
iii. Una vez que Isaías tuvo un encuentro con el Señor, fue convencido de su pecado y limpiado de su culpa, entonces estuvo listo para servir a Dios. “El efecto de ese carbón vivo será encender el labio con una llama celestial. ‘Oh’, dice un hombre, ‘un carbón en llamas le quemará el labio y el hombre no podrá hablar en absoluto’. Así es como Dios obra con nosotros; inspira el poder celestial al consumir el poder carnal. Oh, que se queme el labio, que se destruya el poder carnal de la elocuencia, pero que ese carbón encendido haga a la lengua elocuente con la llama del cielo; el verdadero poder divino que impulsó a los apóstoles a avanzar y los convirtió en conquistadores del mundo entero”. (Spurgeon)
C. La comisión del profeta.
1. (8) Dios llama e Isaías responde.
Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.
a. ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Dios buscaba a alguien a quien enviar. Él quería que alguien fuera.
i. ¡Qué extraño es que Dios haga una pregunta! ¿Qué es lo que pregunta Dios? ¿Qué preguntas podría tener? ¿Qué es lo que Dios no sabe? Pero Dios estaba preguntando por una persona porque Dios quiere alcanzar al mundo y quiere alcanzarlo a través de personas dispuestas. No es que Dios no sepa quiénes son estas personas. Es que Dios está esperando por corazones listos que se revelen.
ii. ¡Qué extraño es que este Dios de majestad, soberanía y poder pida voluntarios! Fácilmente podría crear robots para hacer Su obra u ordenar a los ángeles que realicen su voluntad. Pero Dios quiere siervos dispuestos y entregados. ¿Has estado esperando que Dios te obligue a servirle? Él busca voluntarios.
b. ¿A quién enviaré? Esto significa que el misionero, el obrero cristiano, el testigo de Jesucristo, es enviado. Esta es una comisión divina. ¿Quién ira por nosotros? significa que el misionero, el obrero cristiano, el testigo de Jesucristo, ha decidido ir. La voluntad divina de Dios de enviar y la voluntad humana de ir están en perfecta cooperación.
i. Aquí vemos otra sutil referencia a la trinidad. ¿Quién está enviando? ¿Yo o nosotros? Parece ser la misma Persona hablando tanto en singular como en plural. ¡Es la misma Persona! “El cambio de número, yo y nosotros, es muy notable; y siendo ambos hechos por el mismo Señor, intiman suficientemente una pluralidad de personas en la Deidad”. (Poole)
c. Heme aquí, envíame a mí: Isaías respondió enfáticamente al llamado de Dios. No vaciló. Isaías quería ser la respuesta a la pregunta de Dios.
i. ¿Qué creó este tipo de corazón en Isaías? Primero, tenía un corazón que había estado en la presencia de Dios. Tenía un corazón que conocía su propia pecaminosidad. Tenía un corazón que conocía la necesidad de la gente, la necesidad de la palabra de Dios. Tenía un corazón que había sido tocado por el fuego purificador de Dios. Y tenía un corazón que escuchó el corazón de Dios de alcanzar a las naciones.
d. Envíame: Esto significaba que Isaías se sometió al Señor en todo su servicio. Ni siquiera dijo: “Heme aquí, yo iré”. Isaías no iría a menos que supiera que era enviado por el Señor. Muchos se apresuran a decir: “Heme aquí, yo iré”, pero nunca esperan a que el Señor los envíe.
2. (9-10) La descripción de su misión.
“Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis. Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad.”
a. Y dijo: “Anda”: Cuando decimos al Señor, “Aquí estoy, envíame a mí”, debemos esperar a que Él diga “anda”. Él puede decir, “anda y sírveme aquí” o “anda y sírveme allá” o “anda y prepárate para un futuro servicio”, pero Dios siempre tiene un “anda” para nosotros.
b. Anda, y di a este pueblo, “Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis” Dios le dijo aIsaías que fuera y le predicara a un pueblo que no respondería, para que su culpabilidad fuera asegurada. Como Trapp escribió: Isaías los “Predicaría al infierno”.
c. Engrosará el corazón de las personas, que agravará sus oídos, y cegará sus ojos: Esta es una audiencia y un ministerio insatisfactorios para cualquier predicador. Puede que Isaías no esté satisfecho con este ministerio. Es posible que la gente no esté satisfecha con él. Pero Dios estaría satisfecho con él.
d. Ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad: Esto muestra lo que la palabra de Dios puede lograr cuando se recibe con los ojos abiertos, los oídos abiertos y el corazón abierto. Trae entendimiento a nuestros corazones, nos hace volver y trae sanidad a nuestras vidas. Si estás bajo la palabra de Dios y estas cosas no te están sucediendo, pídele a Dios que trabaje con tus ojos, oídos y corazón.
3. (11-13) Se le dice a Isaías por cuanto tiempo debe profetizar de esta manera.
Y yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y respondió él: Hasta que las ciudades estén asoladas y sin morador, y no haya hombre en las casas, y la tierra esté hecha un desierto; hasta que Jehová haya echado lejos a los hombres, y multiplicado los lugares abandonados en medio de la tierra. Y si quedare aún en ella la décima parte, ésta volverá a ser destruida; pero como el roble y la encina, que al ser cortados aún queda el tronco, así será el tronco, la simiente santa.
a. ¿Hasta cuándo señor? Ésta es una pregunta lógica para cualquiera que reciba una comisión tan difícil. “¿Tengo que predicar a los que no escuchan, y su rechazo de mi mensaje sellará finalmente su perdición? ¿Cuánto tiempo tendré que servir en ese tipo de ministerio?”
b. Hasta que las ciudades estén asoladas y sin morador: Esto respondía a la pregunta de cuánto tiempo iba a predicar Isaías. Debe predicar hasta que venga la destrucción. Debe predicar con la esperanza de la restauración de un remanente (Y si quedare aún en ella la décima parte, ésta volverá). Aunque el ministerio de Isaías era difícil, no carecía de esperanza.
c. A ser destruida: El remanente ciertamente regresará, pero incluso el remanente eventualmente será juzgado. Israel no había dejado de ser desobediente cuando regresaron del cautiverio babilónico.Y Dios no había terminado de traer Su juicio sobre un Israel desobediente.
i. “La devastación, por grande que fuera, no sería total; pero incluso sus sobrevivientes tendrían que someterse a un juicio posterior. La ilustración de la naturaleza, sin embargo, introduce un elemento de esperanza”. (Grogan)
ii. Esperaríamos que el libro de Isaías abriera con este dramático llamado del profeta. Pero la biblia dice claramente que el mensaje es más importante que el mensajero. El mensaje de Isaías era más importante que Isaías el mensajero.
iii. Cuando Isaías vio al Señor, ¿a quién vio? Vio a Dios en la Segunda Persona de la Trinidad, vio a Jesús antes de agregar humanidad a Su deidad. Sabemos esto porque el apóstol Juan cita Isaías 6:10, y bajo la inspiración del Espíritu Santo, agrega: Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él (Juan 12:41).
©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com