Isaías 65 – El Señor responde la oración del remanente
A. La respuesta inmediata: El Señor ciertamente bendecirá a Sus siervos genuinos.
1. (1-7) El Señor ve el arrepentimiento superficial del remanente.
Fui buscado por los que no preguntaban por mí; fui hallado por los que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme aquí, heme aquí. Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde, el cual anda por camino no bueno, en pos de sus pensamientos; pueblo que en mi rostro me provoca de continuo a ira, sacrificando en huertos, y quemando incienso sobre ladrillos; que se quedan en los sepulcros, y en lugares escondidos pasan la noche; que comen carne de cerdo, y en sus ollas hay caldo de cosas inmundas; que dicen: Estate en tu lugar, no te acerques a mí, porque soy más santo que tú; éstos son humo en mi furor, fuego que arde todo el día. He aquí que escrito está delante de mí; no callaré, sino que recompensaré, y daré el pago en su seno por vuestras iniquidades, dice Jehová, y por las iniquidades de vuestros padres juntamente, los cuales quemaron incienso sobre los montes, y sobre los collados me afrentaron; por tanto, yo les mediré su obra antigua en su seno.
a. Fui buscado por los que no preguntaban por mí: Los judíos exiliados en Babilonia fueron ejemplos de los que sí preguntaban por el Señor; pero no lo encontraban, porque en su mayor parte lo buscaban con poca sinceridad. Sin embargo, Dios sería encontrado por aquellos que no preguntaban por Él – es decir, los gentiles.
i. Isaías 63:7 a 64:12 es la oración del remanente, expresada a través del profeta Isaías. Es una de las oraciones más hermosas y conmovedoras de la Biblia. Sin embargo, no parece ser representativo del corazón de los judíos exiliados en Babilonia. Aquí, Dios le habla a ese corazón, un corazón con un arrepentimiento superficial.
ii. Pablo cita este pasaje en Romanos 10:20-21: Fui hallado de los que no me buscaban; Me manifesté a los que no preguntaban por mí. Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor. Estas fueron palabras audaces de Isaías, “tan audaces, dicen Orígenes y otros, que por esta causa, entre otras, fue aserrado por sus indignos compatriotas”. (Trapp)
b. Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde: No era que el Señor hubiera ignorado a los judíos exiliados en Babilonia y a otros como ellos. Él extendió sus manos todo el día hacia ellos. Algunos respondieron (como Daniel, o como el que oró proféticamente en Isaías 63:7 a 64:12), pero la mayoría eran pueblo rebelde.
c. Que anda por mal camino, en pos de sus propios pensamientos: Esto define lo que es ser pueblo rebelde – simplemente, andar por mal camino… en pos de nuestros propios pensamientos. Confiar en nuestra propia sabiduría, nuestro propio juicio, nuestro propio pensamiento, es estar entre el pueblo rebelde.
i. Esta idea se repite en varios lugares diferentes de las Escrituras. La frase en el libro de Jueces que caracterizó la maldad de esa época lo muestra: cada uno hacía lo que bien le parecía (Jueces 17:6, 21:25). Proverbios expresa una idea como esta: hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte (Proverbios 14:12, 16:25). El vivir en pos de nuestros propios pensamientos puede sonar como libertad, pero en realidad es esclavitud. La solución que Dios da a vivir en pos de nuestros propios pensamientos es revelada en Romanos 12:2, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento.
d. Un pueblo que en mi rostro me provoca de continuo a ira: El caminar de este pueblo, en pos de sus propios pensamientos, se expresa de las maneras más ofensivas e impías ante el Señor. El pueblo estaba sacrificando en huertos a los ídolos. Ellos se quedan en los sepulcros, rompiendo los mandatos contra el contacto con los muertos (Números 19:11). Ellos comen carne de cerdo, y en sus olas hay cosas inmundas.
i. Cada uno de estos pecados era tremendamente ofensivo para el Señor. Es trágico, pero cierto, que caminar en pos de nuestros propios pensamientos siempre nos llevará a una oposición directa y descarada contra el Señor.
e. Quédate en tu lugar, no te acerques a mí, porque soy más santo que tú: Ellos podían decir esto, incluso en medio de una ofensa tan extrema ante Dios. No es de extrañar que Dios considere a tales personas como humo en mi furor. Por lo tanto, se les promete que serán juzgados: He aquí que está escrito delante de mí, y no callaré… Por vuestras iniquidades, dice Jehová, y por las iniquidades de vuestros padres juntamente.
i. ¿Cómo podría alguien pensar “soy más santo que tú” cuando estaban empapados de los pecados descritos en este pasaje? Esta es una demostración dramática de la ceguera que trae el orgullo. Ellos podían decir, “Soy más santo que tú” y realmente creerlo, debido a su profunda ceguera.
ii. Charles Spurgeon predicó un sermón titulado Justicia propia: un montón de basura humeante sobre este texto. En él, describe cuán peligrosa e insidiosa es la justicia propia. “Además, los hombres santurrones, como los zorros, tienen muchos trucos y planes. Condenan en otras personas lo que consideran muy excusable en sí mismos. Gritarían contra otros por una décima parte del pecado que se permiten en sí mismos: ciertas tendencias constitucionales y necesidades de las circunstancias, y diversos entornos, sirven como amplias disculpas. Además de esto, si se admite que están equivocados en algunos puntos, en otras direcciones están más allá de la reprimenda. Si beben, no juran; y si juran, no roban: hacen mucho con los negativos; si roban, no son codiciosos ni avaros, sino que gastan sus ganancias libremente. Si practican la fornicación, no cometen adulterio; si hablan sucio, sin embargo, se jactan de no mentir. Serían bien contados porque no son universalmente malos. No rompen todos los setos, y por eso alegan que no son transgresores. Como si un deudor de cien libras pretendiera ser excusado porque no debe doscientas; o como si un asaltador de caminos dijera: ‘No detuve a todos los viajeros en el camino; Solo robé uno o dos, y por lo tanto no debería ser castigado’. Si un hombre rompiera intencionalmente las ventanas de tu tienda, te lo garantizo, no lo tomarías como una excusa si suplicara: ‘No las rompí todas; Solo rompí una hoja de vidrio’. Las súplicas que no serían mencionadas en una corte humana se consideran suficientemente buenas como para ofrecerlas a Dios. ¡Oh locura de nuestra raza!”. (Spurgeon)
iii. Spurgeon también centró su atención en los más religiosos de los santurrones: “Aquellos que vienen con el lenguaje del arrepentimiento pero sin el espíritu del mismo, son a veces los más santurrones de todos, porque dicen ‘Estoy bien porque No soy legalista’. Ellos hacen una justicia propia de la supuesta ausencia de justicia propia. ‘Gracias a Dios’, dicen, ‘no somos como otros hombres, ni siquiera como estas personas legalistas’. Hipócritas de principio a fin”.
iv. El hombre es tan corrupto que puede ser moralista sobre casi cualquier cosa. “Esta mala hierba de la justicia propia crecerá en cualquier muladar. Ningún montón de basura está demasiado podrido como para que el maldito hongo del ego orgulloso pueda crecer”. (Spurgeon)
2. (8-16) Una promesa de bendición para los verdaderos siervos del Señor y una promesa de castigo para los siervos de Dios falsos o superficiales.
Así ha dicho Jehová: Como si alguno hallase mosto en un racimo, y dijese: No lo desperdicies, porque bendición hay en él; así haré yo por mis siervos, que no lo destruiré todo. Sacaré descendencia de Jacob, y de Judá heredero de mis montes; y mis escogidos poseerán por heredad la tierra, y mis siervos habitarán allí. Y será Sarón para habitación de ovejas, y el valle de Acor para majada de vacas, para mi pueblo que me buscó. Pero vosotros los que dejáis a Jehová, que olvidáis mi santo monte, que ponéis mesa para la Fortuna, y suministráis libaciones para el Destino; yo también os destinaré a la espada, y todos vosotros os arrodillaréis al degolladero, por cuanto llamé, y no respondisteis; hablé, y no oísteis, sino que hicisteis lo malo delante de mis ojos, y escogisteis lo que me desagrada. Por tanto, así dijo Jehová el Señor: He aquí que mis siervos comerán, y vosotros tendréis hambre; he aquí que mis siervos beberán, y vosotros tendréis sed; he aquí que mis siervos se alegrarán, y vosotros seréis avergonzados; he aquí que mis siervos cantarán por júbilo del corazón, y vosotros clamaréis por el dolor del corazón, y por el quebrantamiento de espíritu aullaréis. Y dejaréis vuestro nombre por maldición a mis escogidos, y Jehová el Señor te matará, y a sus siervos llamará por otro nombre. El que se bendijere en la tierra, en el Dios de verdad se bendecirá; y el que jurare en la tierra, por el Dios de verdad jurará; porque las angustias primeras serán olvidadas, y serán cubiertas de mis ojos.
a. No lo desperdicies, porque bendición hay en él; así haré yo por mis siervos: A pesar de la rebelión impía y el orgullo de algunos del remanente, Dios todavía tiene Sus siervos y los bendecirá y restaurará. Serán reunidos en Su tierra, porque Él dice: “mis escogidos poseerán por heredad la tierra, y mis siervos habitarán allí”. Él tiene un lugar especial para mi pueblo que me buscó.
i. El cuadro de Isaías 65:8 es sorprendente. La idea es que Dios encuentra unas “uvas buenas” entre el racimo de su pueblo. Es por el bien de estos – así haré por mis siervos – que El Señor muestra bendiciones y restaura.
ii. “Hallase sugiere que las uvas rezumaban mientras se recolectaban y que esto era especialmente apreciado. Por lo tanto, hay algo bueno … Maravillosamente, entonces, el Señor encuentra en su pueblo una bendición y lo aprecia y lo protege”. (Motyer)
iii. “Si la Iglesia hubiera entendido claramente este simple ejemplo, entonces, no se habría atrevido a enseñar el rechazo total de Israel. Así como Él hubiera querido salvar a Sodoma por amor de cinco justos, así perdonará a Israel, su vid, por amor de sus siervos, el racimo de buenas uvas”. (Bultema)
b. Pero vosotros, los que dejáis a Jehová: No todos están contados entre los siervos del Señor. Ellos están destinados al juicio, porque llamé y no respondisteis, hablé y no escuchasteis, sino que hicisteis lo malo delante de mis ojos y escogisteis lo que no me agrada. Además de todos sus otros pecados, está el pecado de simplemente negarse a escuchar la corrección de Dios.
i. Una cosa es que caigamos en pecado por debilidad o ignorancia; tal pecado es en verdad pecado, y Dios debe tratar con él como tal. Pero negarse a responder a la convicción del Espíritu Santo es mucho peor. Ya es bastante malo ir a toda velocidad por la carretera; es peor ignorar las luces rojas intermitentes en su espejo retrovisor.
ii. Wolf sobre Fortuna y Destino: “Estaban presentando ofrendas a los dioses ‘Fortuna’ y ‘Destino’, por lo que su destino sería la espada”.
c. He aquí que mis siervos comerán y vosotros pasaréis hambre: Por esto, los verdaderos siervos de Dios entre el resto serán bendecidos, pero los falsos siervos serán maldecidos. ¿Por qué? Es necesario, pues el que se bendiga en la tierra, en el Dios de verdad se bendecirá. Si Dios no recompensa a sus verdaderos siervos y maldice a sus falsos siervos, entonces Dios no se revela como el Dios de verdad.
i. El Dios de verdad es literalmente “el Dios de (el) Amén … el Dios que dice ‘amén’ a todas sus promesas, afirmando su realidad y su confiabilidad para cumplirlas”. (Motyer)
B. La respuesta definitiva: El Señor redimirá y rehará toda la creación.
1. (17-19) La promesa de nuevos cielos y nueva tierra.
Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor.
a. Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra: Como la respuesta definitiva al problema del pecado del hombre, Dios creará nuevos cielos y nueva tierra. Esto tiene lugar después del milenio, el glorioso reinado de mil años de Jesucristo, cuando esta misma tierra y este cielo son eliminados y Dios hace nuevos cielos y nueva tierra.
i. Pedro utiliza esta promesa para motivar a los creyentes a vivir en santidad: Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia (2 Pedro 3:13). En el libro de Apocalipsis, Juan también ve esto: Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más (Apocalipsis 21:1).
ii. Del contexto de Juan vemos que estos nuevos cielos y nueva tierra vienen después del juicio del Gran Trono Blanco (Apocalipsis 20:11-15) y están conectados no con la tierra del milenio, sino con el estado eterno. Si todo lo que tuviéramos para seguir fuera la declaración de Isaías, conectaríamos automáticamente estos nuevos cielos y nueva tierra con la tierra del milenio, porque inmediatamente después de Isaías 65:17-19, encontramos claramente descrita la tierra del milenio. Pero basándonos en lo que encontramos en 2 Pedro y Apocalipsis, debemos ver que Isaías tiene el hábito profético de cambiar rápidamente de un período de tiempo a otro, hablando del estado eterno en Isaías 65:17, y de la tierra del milenio en Isaías 65:20-25.
b. Porque las angustias primeras serán olvidadas: Esta es otra indicación de que Isaías 65:17 no habla de la tierra del milenio. Otros pasajes de la Escritura que se refieren al milenio muestran que habrá un recuerdo definido de tiempos pasados en la tierra. Todo el ritual del templo que exista en la tierra del milenio (Ezequiel 40-46) será un recuerdo de los días anteriores del sacrificio levítico. Las antiguas naciones del mundo permanecerán (después del juicio) y servirán al Señor ya Israel (Salmo 72).
c. Yo me alegraré con Jerusalén: Habrá una Jerusalén en el estado eterno, en los nuevos cielos y nueva tierra. Apocalipsis describe – con imágenes asombrosas – el descenso de la Nueva Jerusalén del cielo a la tierra nueva (Apocalipsis 21:2-27). Es en esta Jerusalén, la eterna Nueva Jerusalén, donde nunca más se oirán en ella voz de lloro ni voz de clamor.
i. Juan claramente conecta esta promesa con la nueva Jerusalén: Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron (Apocalipsis 21:4).
2. (20-25) El estado bendito de la tierra milenaria.
No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito. Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová.
a. No habrá más allí niño que muera de pocos días… porque el niño morirá de cien años: Rápidamente – como es el hábito profético – Isaías mete cambio y ahora no habla del estado eterno, sino de la tierra milenaria. Habrá muerte en la tierra milenaria, pero en la biología y ecología transformadas del mundo bajo el reinado de Jesucristo, las personas vivirán increíblemente más tiempo, como lo hicieron en los días antes del diluvio.
i. En la tierra milenaria, la gente vivirá tanto tiempo que si alguien muere a los cien años, las personas lo considerarán maldito.
b. Edificarán casas y morarán en ellas; plantarán viñas y comerán el fruto de ellas: El reinado milenario de Jesucristo no solo será un tiempo de transformación biológica; también será un tiempo de transformación social cuando la justicia perfecta reine sobre la tierra. Nunca más nadie será despojado de los frutos de su trabajo. Si edificas una casa, nadie te la robará. Morarás en ella. Si plantas viñas, nadie robará su fruto. Comerás del fruto de ellas. Dios promete gloriosamente, mis escogidos disfrutarán de la obra de sus manos.
i. Puede que esto no parezca mucho, pero para aquellos que viven en tiempos profundamente injustos, esta simple justicia suena como un milagro.
ii. Una razón importante por la que habrá tal justicia en la tierra milenaria es porque Satanás estará atado por estos 1,000 años, incapaz de obrar su daño destructivo en la tierra (Apocalipsis 20:1-3).
c. No trabajarán en vano ni darán a luz para maldición, porque son linaje de los benditos de Jehová, ellos mismos y también sus descendientes: Habrá bebés nacidos y niños criados en la tierra milenaria, y esta es otra indicación de que no estamos en el estado eterno. En el estado eterno, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo (Mateo 22:30). En la tierra del milenio, aquellos a los que se les permita entrar serán benditos de Jehová y ellos y sus descendientes poblarán la tierra.
d. Antes que clamen, yo responderé; mientras aún estén hablando, yo habré oído: El reinado milenario de Jesucristo no solo será un tiempo de transformación biológica y social. También será un momento de profunda transformación espiritual e intimidad. Habrá un sentido inmediato y constante de la presencia de Dios, y Su conocimiento cubrirá la tierra (Isaías 11:9).
i. Esto no significa que todos en la tierra del milenio serán salvos; sólo que se disfrutará ampliamente de la oportunidad de mantener una relación tan estrecha. Sabemos que no todos serán salvos durante la tierra del milenio porque:
·Al final del tiempo de la tierra del milenio, Satanás es liberado de su confinamiento y encuentra muchos siervos dispuestos en la tierra (Apocalipsis 20:7-9), a quienes reúne para una última – e increíblemente fútil – rebelión contra Dios.
·Zacarías 14:16-19 y el Salmo 2 describen el gobierno firme del Mesías durante la tierra milenaria, tratando de manera decisiva con aquellos que no se rinden a Su reino, imponiendo la justicia en toda la tierra.
ii. Aunque no todos se salvarán en la tierra milenaria, podemos suponer que las proporciones se invertirán. Hoy, no es más que un remanente que se salva porque muchos son llamados, y pocos escogidos (Mateo 22:14) porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan (Mateo 7:13-14). En la tierra del milenio, pocos serán los que no conozcan al Señor y no sean salvos.
iii. Una de las razones por las que la mayoría es salvo y conoce al Señor en la tierra del milenio es porque no todos los sobrevivientes de la Gran Tribulación pueden poblar la tierra del milenio. Después de la Gran Tribulación – que en juicio reduce la población de la tierra por lo menos en un tercio (Apocalipsis 9:15, 18) – Jesucristo regresará a la tierra y, en el juicio de las naciones, determinará a quién se le permitirá poblar la tierra del milenio (Mateo 25:32-34). La tierra del milenio tendrá una población “filtrada”, que en términos de justicia, no será perfecta, sino mejor que la tierra actual.
e. El lobo y el cordero serán apacentados juntos: La tierra del milenio también verá una notable transformación ecológica. Los depredadores ya no acecharán a sus víctimas. En cambio, incluso el lobo y el cordero se llevarán bien y el león comerá paja como el buey.
f. No afligirán ni harán mal en todo mi santo monte. Jehová lo ha dicho: Este es el glorioso resultado de la transformación que ocurre durante la tierra del milenio. El mundo será diferente biológica, espiritual, social y ecológicamente.
i. La Biblia habla poderosamente de otros aspectos de la tierra milenaria. Trágicamente, la Iglesia a lo largo de la historia a menudo ha ignorado o negado la promesa del reino milenial de Jesucristo. La iglesia primitiva hasta Agustín creía casi universalmente en un reinado histórico terrenal de Jesús, iniciado por Su regreso. Ticonio (a finales de los años 300) fue el primero en defender de manera influyente una interpretación espiritualizada, diciendo que este Milenio es ahora (amilenialismo). Su punto de vista fue adoptado por Agustín, la Iglesia Católica Romana y la mayoría de los teólogos de la Reforma. Saliendo del amilenialismo está la doctrina del posmilenialismo que es una consecuencia del amilenialismo, que dice que el milenio sucederá en esta era antes del regreso de Jesús – pero que la iglesia lo llevará a cabo. Pero la enseñanza clara de la biblia no es el amilenialismo o el posmilenialismo, sino lo que se llama premilenialismo – la enseñanza de que Jesucristo regresará a esta tierra antes de la tierra del milenio y que Él la establecerá y gobernará directamente. Hay más de 400 versículos en más de 20 pasajes diferentes en el Antiguo Testamento que tratan de este tiempo cuando Jesucristo gobierna y reina personalmente sobre el planeta tierra.
· El rey David tendrá un lugar prominente en la tierra del milenio (Isaías 55:3-5; Jeremías 30:4-11; Ezequiel 34:23-31; Ezequiel 37:21-28; Oseas 3:5).
· Habrá bendiciones y seguridad para la nación de Israel en la tierra del milenio (Amós 9:11-15).
· El milenio será un tiempo de pureza y de devoción a Dios (Zacarías 13:1-9).
· Israel será una nación prominente en la tierra del milenio (Ezequiel 17:22-24).
· El templo será reconstruido y el servicio en él será restaurado en la tierra del milenio (Ezequiel 40-48; Ezequiel 37:26-28; Amós 9:11; Ezequiel 20:39-44).
· El nuevo testamento específicamente promete un reino literal de Jesucristo (Lucas 1:32-33).
· En su estado resucitado, a los santos se les darán responsabilidades de acuerdo a la fidelidad de su servicio (Lucas 19:11-27; Apocalipsis 20:4-6; Apocalipsis 2:26-28; Apocalipsis 3:12, 22; 1 Corintios 6:2-3).
©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com