Jueces 9 – El Auge y Caída de Abimelec
A. Abimelec llega al poder.
1. (1-3) Abimelec fuerza a sus hermanos a someterse a él.
Abimelec hijo de Jerobaal fue a Siquem, a los hermanos de su madre, y habló con ellos, y con toda la familia de la casa del padre de su madre, diciendo: Yo os ruego que digáis en oídos de todos los de Siquem: ¿Qué os parece mejor, que os gobiernen setenta hombres, todos los hijos de Jerobaal, o que os gobierne un solo hombre? Acordaos que yo soy hueso vuestro, y carne vuestra. Y hablaron por él los hermanos de su madre en oídos de todos los de Siquem todas estas palabras; y el corazón de ellos se inclinó a favor de Abimelec, porque decían: Nuestro hermano es.
a. Abimelec hijo de Jerobaal fue a Siquem: Abimelec fue el hijo de Jerobaal (otro nombre para Gedeón dado en Jueces 8:35), pero él no era el claro sucesor al lugar de liderazgo de su padre. Esto era por dos razones: Dios no había establecido una monarquía hereditaria en Israel, y había otros sesenta y nieve hijos de Gedeón (Jueces 8:30) quienes también querrían suceder a su padre.
b. El corazón de ellos se inclinó a favor de Abimelec: En la ciudad de Siquem, Abimelec convenció a sus hermanos por parte de su madre que le apoyaran como rey sobre los hermanos de parte de su padre (de Gedeón). Así que todos los de Siquem acordaron aceptar a Abimelec como el nuevo líder – y quizás aún el rey – de Israel.
i. “La referencia de todos los de Siquem (Jueces 9:2) es literalmente ‘los baales de Siquem’, la palabra que aquí se encuentra tiene el significado original de ‘señor’ o ‘dueño’.” (Cundall)
2. (4-5) Abimelec asesina a sus hermanos.
Y le dieron setenta siclos de plata del templo de Baal-berit, con los cuales Abimelec alquiló hombres ociosos y vagabundos, que le siguieron. Y viniendo a la casa de su padre en Ofra, mató a sus hermanos los hijos de Jerobaal, setenta varones, sobre una misma piedra; pero quedó Jotam el hijo menor de Jerobaal, que se escondió.
a. Le dieron setenta siclos de plata del templo de Baal-berit: Los familiares de Abimelec por parte de su madre, le dieron un “dinero adelantado” para establecer su liderazgo. Él hizo esto, pero en una manera que nunca imaginaron – él contrató hombres ociosos y vagabundos para matar a sus hermanos, asegurándose así de que no hubiera jamás alguien que retara su liderazgo.
i. Del templo de Baal-berit: Abimelec recibió su paga del templo dedicado a Baal. “Una obra comenzó bajo el nombre e influencia del diablo, la cual es muy poco probable que termine para la gloria de Dios, o para el bien del hombre.” (Clarke)
b. Mató a sus hermanos los hijos de Jerobaal, setenta varones: Por lo tanto, Abimelec mató a sus hermanos con el apoyo de sus familiares por parte de su madre. Los hombres de Siquem (Jueces 9:2-3) apoyaron el plan porque era bueno para ellos, no porque fuera moralmente correcto o bueno.
3. (6) Los hombres de Siquem hacen rey a Abimelec.
Entonces se juntaron todos los de Siquem con toda la casa de Milo, y fueron y eligieron a Abimelec por rey, cerca de la llanura del pilar que estaba en Siquem.
a. Fueron y eligieron a Abimelec por rey: Es casi difícil el decir quién era peor; Abimelec, quien realizó el asesinato, o todos los de Siquem que aprobaron eso. Este era un líder impío dado a un pueblo impío, quien rechazó primero el liderazgo de Dios sobre la nación, y luego abrazaron a un hombre cruel y brutal.
i. La casa de Milo: “La palabra milo se deriva de un verbo que significa ‘ser lleno’, y originalmente se refiere a una muralla o terraplén; pero su asociación con las fortificaciones se pudo haber desarrollado hacia una referencia de una fortaleza genérica. Así la casa de Milo puede ser idéntico a la torre de Siquem.” (Cundall)
b. Cerca de la llanura del pilar que estaba en Siquem: Irónicamente, la coronación de Abimelec se llevó a cabo en el mismo árbol donde Josué había puesto solemnemente una copia de la ley de Dios (Josué 24:26). La ley estaba justo allí, pero Israel se rehusó a leerla o escucharla.
i. “Sin embargo, Abimelec se convirtió en la primera persona en ser coronado rey en Israel. Su fallido gobierno, sin embargo, no tenía consideración de los requisitos divinos para ese puesto.” (Wolf)
ii. “La asociación con tales sitios fueron muy tenaces y es interesante el notar que Roboam fue a Siquem, después de la muerte de Salomón, para asegurar la aclimatación de los israelitas, aunque la ciudad misma estaba en ruinas en ese tiempo (1 Reyes 12:1, 25).” (Cundall)
B. La advertencia de Jotam.
1. (7-15) La parábola de los árboles.
Cuando se lo dijeron a Jotam, fue y se puso en la cumbre del monte de Gerizim, y alzando su voz clamó y les dijo: Oídme, varones de Siquem, y así os oiga Dios. Fueron una vez los árboles a elegir rey sobre sí, y dijeron al olivo: Reina sobre nosotros. Mas el olivo respondió: ¿He de dejar mi aceite, con el cual en mí se honra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles? Y dijeron los árboles a la higuera: Anda tú, reina sobre nosotros. Y respondió la higuera: ¿He de dejar mi dulzura y mi buen fruto, para ir a ser grande sobre los árboles? Dijeron luego los árboles a la vid: Pues ven tú, reina sobre nosotros. Y la vid les respondió: ¿He de dejar mi mosto, que alegra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles? Dijeron entonces todos los árboles a la zarza: Anda tú, reina sobre nosotros. Y la zarza respondió a los árboles: Si en verdad me elegís por rey sobre vosotros, venid, abrigaos bajo de mi sombra; y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano.
a. Cuando se lo dijeron a Jotam: Jotam era el único hijo de Gedeón que escapo de la masacre de la piedra (Jueces 9:5). Aquí él contó una parábola para reprender a los hombres de Siquem por su elección de Abimelec como su rey.
i. Él dio este discurso desde la cumbre del monte de Gerizim, el monte de la cual Israel escuchó las bendiciones de Dios pronunciadas sobre los obedientes (Deuteronomio 11:29 y 27:12; Josué 8:33) como unos 150 años antes.
b. Fueron una vez los árboles a elegir rey sobre sí: En la parábola contada por Jotam, los árboles dignos (tales como el olivo, la higuera, y la vid) no quisieron ser reyes; pero la zarza indigna acordó ser el rey.
i. La promesa de la zarza, “abrigaos bajo de mi sombra,” tenía la intención de ser irónica y ridícula. La zarza era un arbusto bajito y con espinos, y no ofrecía ninguna sombra a nadie, especialmente a los árboles.
c. Salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano: La zarza advirtió que sería un gobernador opresor y que destruiría a cualquiera que estuviera en desacuerdo con él.
i. Una prueba del carácter de un hombre es el ver como trata a aquellos que están en desacuerdo con él. Si su único deseo es el destruir a aquellos que no están de acuerdo, entonces se parece a la zarza – muchos puntos buenos, pero en realidad no tiene ninguna buena sustancia.
ii. “Finalmente, la posición fue dada a la zarza, lo cual no solamente no produjo nada de valor, y era inservible como madera, pero era una amenaza real para el granjero quien debía hacer guerra continua contra sus invasiones.” (Cundall)
iii. “La moraleja condensada de toda esta fábula es: hombres débiles, sin valor, e inicuos, serán los primeros en confiarse a sí mismos hacia el poder; y, al final, traerán la ruina sobre ellos mismos, y en el pueblo infeliz sobre los cuales preside.” (Clarke)
2. (16-21) Jotam aplica la parábola: la ciudad de Siquem será pagada por elegir a un hombre sin valor.
Ahora, pues, si con verdad y con integridad habéis procedido en hacer rey a Abimelec, y si habéis actuado bien con Jerobaal y con su casa, y si le habéis pagado conforme a la obra de sus manos (porque mi padre peleó por vosotros, y expuso su vida al peligro para libraros de mano de Madián, y vosotros os habéis levantado hoy contra la casa de mi padre, y habéis matado a sus hijos, setenta varones sobre una misma piedra; y habéis puesto por rey sobre los de Siquem a Abimelec hijo de su criada, por cuanto es vuestro hermano); si con verdad y con integridad habéis procedido hoy con Jerobaal y con su casa, que gocéis de Abimelec, y él goce de vosotros. Y si no, fuego salga de Abimelec, que consuma a los de Siquem y a la casa de Milo, y fuego salga de los de Siquem y de la casa de Milo, que consuma a Abimelec. Y escapó Jotam y huyó, y se fue a Beer, y allí se estuvo por miedo de Abimelec su hermano.
a. Si con verdad y con integridad habéis procedido: Jotam dijo esto por el bien del argumento. Él no creía que 68 de sus hermanos fueron asesinados por la misma verdad e integridad.
b. Por cuanto es vuestro hermano: La verdadera razón que todos los de Siquem apoyaron a Abimelec fue porque era su hermano. La madre de Abimelec, aunque solamente era una criada para Gedeón, era de Siquem. Abimelec probablemente creció en Siquem (Jueces 8:31).
i. Abimelec hijo de su criada: “La madre de Abimelec es llamada una “criada”, un término utilizado comúnmente para la criada de una esposa, quien también es una concubina, como Hagar o Bilhah.” (Wolf)
c. Fuego salga de Abimelec, que consuma a los de Siquem: La advertencia de Jotam hacia todos los de Siquem fue que su elección necia volvería para herirles. Él predijo que “fuego” saldría de Abimelec y los devoraría. Después de esta valiente advertencia, él escapo y huyó porque tenía temor de su vida.
i. “La profecía de Jotam no se cumpliría inmediatamente. El fuego ardió sin llama por tres años, pero al final se manifestó.” (Morgan)
C. La advertencia de Jotam se cumple.
1. (22-25) Un mal espíritu entre Abimelec y Siquem.
Después que Abimelec hubo dominado sobre Israel tres años, envió Dios un mal espíritu entre Abimelec y los hombres de Siquem, y los de Siquem se levantaron contra Abimelec; para que la violencia hecha a los setenta hijos de Jerobaal, y la sangre de ellos, recayera sobre Abimelec su hermano que los mató, y sobre los hombres de Siquem que fortalecieron las manos de él para matar a sus hermanos. Y los de Siquem pusieron en las cumbres de los montes asechadores que robaban a todos los que pasaban junto a ellos por el camino; de lo cual fue dado aviso a Abimelec.
a. Envió Dios un mal espíritu entre Abimelec y los hombres de Siquem: Todo se miraba bien entre los hombres de Siquem y Abimelec por tres años. Entonces, a través de juicio, Dios quitó la paz entre ellos y envió un mal espíritu.
i. El escritor de Jueces utilizó una palabra interesante para decir que Abimelec había dominado sobre Israel. Esta palabra “es única para el libro, y quizás fue elegida para distinguir el mal destino del gobierno de Abimelec que de aquella de los verdaderos Jueces. Abimelec era más como un tirano en lugar de un rey.” (Wolf)
ii. “La extensión del reinado de Abimelec fue muy limitado; solamente Siquem, la casa de Milo, Aruma (Jueces 9:41) y Tebes (Jueces 9:50) son mencionados como aquellas que estaban bajo su jurisdicción, y es poco probable que se extendiera más allá de la porción occidental de Manasés.” (Cundall)
iii. “Dios le dio al diablo la comisión que entrara o trabajara en sus mentes y corazones; sabiendo que él mismo, y por sus propias inclinaciones, les llenaría con errores, y celos, y disensiones, y con ardor en el corazón, la cuales terminaría en guerras civiles y en ruina mutua.” (Poole)
b. Asechadores que robaban a todos los que pasaban: Impulsados por el mal espíritu, los hombres de Siquem pusieron emboscadas en los caminos del monte, esperando romper las rutas de comercio que les daban ganancias a Abimelec.
i. “Esto tendría el efecto de reducir el número de viajeros y caravanas en esa área tan problemática, y así vaciaban las bolsas de Abimelec, y también le golpeaba en su orgullo, pues no podía garantizar la seguridad de los viajes en sus dominios.” (Cundall)
2. (26-29) Los hombres de Siquem eligen un nuevo líder.
Y Gaal hijo de Ebed vino con sus hermanos y se pasaron a Siquem, y los de Siquem pusieron en él su confianza. Y saliendo al campo, vendimiaron sus viñedos, y pisaron la uva e hicieron fiesta; y entrando en el templo de sus dioses, comieron y bebieron, y maldijeron a Abimelec. Y Gaal hijo de Ebed dijo: ¿Quién es Abimelec, y qué es Siquem, para que nosotros le sirvamos? ¿No es hijo de Jerobaal, y no es Zebul ayudante suyo? Servid a los varones de Hamor padre de Siquem; pero ¿por qué le hemos de servir a él? Ojalá estuviera este pueblo bajo mi mano, pues yo arrojaría luego a Abimelec, y diría a Abimelec: Aumenta tus ejércitos, y sal.
a. Los de Siquem pusieron en él su confianza: Los hombres de Siquem perdieron su confianza en Abimelec, así que ellos eligieron a un nuevo líder llamado Gaal, el hijo de Ebed.
b. Entrando en el templo de sus dioses, comieron y bebieron, y maldijeron a Abimelec: Los hombres de Siquem estaban tan confiados que su nuevo líder, Gaal, les podía proteger en contra de Abimelec, que comenzaron a tener fiestas y borracheras, y abiertamente maldijeron a Abimelec, y le retaron a pelear (¡Aumenta tus ejércitos, y sal!).
3. (30-33) El rol de Zebul, el gobernador de la ciudad.
Cuando Zebul gobernador de la ciudad oyó las palabras de Gaal hijo de Ebed, se encendió en ira, y envió secretamente mensajeros a Abimelec, diciendo: He aquí que Gaal hijo de Ebed y sus hermanos han venido a Siquem, y he aquí que están sublevando la ciudad contra ti. Levántate, pues, ahora de noche, tú y el pueblo que está contigo, y pon emboscadas en el campo. Y por la mañana al salir el sol madruga y cae sobre la ciudad; y cuando él y el pueblo que está con él salgan contra ti, tú harás con él según se presente la ocasión.
a. Cuando Zebul gobernador de la ciudad oyó las palabras de Gaal hijo de Ebed, se encendió en ira: Zebul, el “gerente de la ciudad” de parte de Abimelec, le dijo a Abimelec todo en cuanto a Gaal y su rebelión. Zebul aconsejó a Abimelec que viniera y atacara la ciudad.
b. Por la mañana . . . madruga y cae sobre la ciudad: Zebul aconsejó a Abimelec que organizara un ataque sorpresa en contra de los rebeldes de Siquem.
4. (34-41) Abimelec derrota la rebelión de los hombres de Siquem, organizado por Gaal.
Levantándose, pues, de noche Abimelec y todo el pueblo que con él estaba, pusieron emboscada contra Siquem con cuatro compañías. Y Gaal hijo de Ebed salió, y se puso a la entrada de la puerta de la ciudad; y Abimelec y todo el pueblo que con él estaba, se levantaron de la emboscada. Y viendo Gaal al pueblo, dijo a Zebul: He allí gente que desciende de las cumbres de los montes. Y Zebul le respondió: Tú ves la sombra de los montes como si fueran hombres. Volvió Gaal a hablar, y dijo: He allí gente que desciende de en medio de la tierra, y una tropa viene por el camino de la encina de los adivinos. Y Zebul le respondió: ¿Dónde está ahora tu boca con que decías: ¿Quién es Abimelec para que le sirvamos? ¿No es éste el pueblo que tenías en poco? Sal pues, ahora, y pelea con él. Y Gaal salió delante de los de Siquem, y peleó contra Abimelec. Mas lo persiguió Abimelec, y Gaal huyó delante de él; y cayeron heridos muchos hasta la entrada de la puerta. Y Abimelec se quedó en Aruma; y Zebul echó fuera a Gaal y a sus hermanos, para que no morasen en Siquem.
a. Levantándose, pues, de noche Abimelec y todo el pueblo que con él estaba, pusieron emboscada: Abimelec estuvo de acuerdo y siguió el plan sugerido por Zebul.
b. Tú ves la sombra de los montes como si fueran hombres: Zebul engañó a Gaal, permitiendo que las tropas de Abimelec tomaran posición. Con la ventaja de su posición superior, Abimelec y sus soldados sacaron a Gaal y a sus hombres.
c. ¿Dónde está ahora tu boca? Cuando Zebul supo que Gaal estaba en desventaja, él no pudo resistir el reprenderle por sus palabras orgullosas y arrogantes en contra de Abimelec, un enemigo que él no podía derrotar.
i. “Gaal probablemente no estaba preparada para un cerco; así que tenía poca elección, y dejo las murallas de la ciudad atrás y enfrentó a Abimelec a campo abierto.” (Wolf)
5. (42-45) Abimelec ataca a los ciudadanos de Siquem y conquista la ciudad.
Aconteció el siguiente día, que el pueblo salió al campo; y fue dado aviso a Abimelec, el cual, tomando gente, la repartió en tres compañías, y puso emboscadas en el campo; y cuando miró, he aquí el pueblo que salía de la ciudad; y se levantó contra ellos y los atacó. Porque Abimelec y la compañía que estaba con él acometieron con ímpetu, y se detuvieron a la entrada de la puerta de la ciudad, y las otras dos compañías acometieron a todos los que estaban en el campo, y los mataron. Y Abimelec peleó contra la ciudad todo aquel día, y tomó la ciudad, y mató al pueblo que en ella estaba; y asoló la ciudad, y la sembró de sal.
a. Aconteció el siguiente día: Con la resistencia de Gaal derrotada, Abimelec vio fácil el establecer su control sobre la ciudad de Siquem de nuevo. Tanto fuera como dentro de la ciudad, ellos efectivamente atacaron y mataron al pueblo de Siquem (incluso aquellos que no estaban directamente involucrados en la rebelión).
i. “El pueblo, aparentemente confiados que el asunto estaba concluido, salieron al campo de manera usual para realizar sus ocupaciones diarias.” (Cundall)
b. Tomó la ciudad, y mató al pueblo que en ella estaba; y asoló la ciudad, y la sembró de sal: Abimelec entonces se volvió con furia en contra del pueblo de Siquem, y mató a tantos como pudo, y demolió su ciudad.
i. “Así es, Siquem no fue reconstruida sino hasta el reinado de Jeroboam I, casi dos siglos después (1 Reyes 12:25).” (Wolf)
ii. Esto muestra el problema de seguir a hombre que llegan al poder a través de la violencia. Comúnmente, solamente es cuestión de tiempo hasta que la misma violencia se vuelva en contra de aquellos que le ayudaron a llegar al poder.
6. (46-49) La masacre en la torre de Siquem.
Cuando oyeron esto todos los que estaban en la torre de Siquem, se metieron en la fortaleza del templo del dios Berit. Y fue dado aviso a Abimelec, de que estaban reunidos todos los hombres de la torre de Siquem. Entonces subió Abimelec al monte de Salmón, él y toda la gente que con él estaba; y tomó Abimelec un hacha en su mano, y cortó una rama de los árboles, y levantándola se la puso sobre sus hombros, diciendo al pueblo que estaba con él: Lo que me habéis visto hacer, apresuraos a hacerlo como yo. Y todo el pueblo cortó también cada uno su rama, y siguieron a Abimelec, y las pusieron junto a la fortaleza, y prendieron fuego con ellas a la fortaleza, de modo que todos los de la torre de Siquem murieron, como unos mil hombres y mujeres.
a. Tomó Abimelec un hacha en su mano, y cortó una rama… “Lo que me habéis visto hacer, apresuraos a hacerlo como yo”: Aunque Abimelec era un hombre impío y violento, él si entendió algunos de los principios básicos de liderazgo. Él entendió la importancia de dirigir por medio del ejemplo de sus propias acciones. Él les podía decir a sus tropas que lo hicieran como yo, y así lo hicieron.
b. Todos los de la torre de Siquem murieron, como unos mil hombres y mujeres: Con esto, Abimelec masacró a los últimos sobrevivientes de la ciudad de Siquem, matando como a mil hombres y mujeres. Esto cumplió gráficamente la advertencia de Jotam descrita anteriormente en el capítulo (Jueces 9:19-20).
i. “Esto es como si un hombre corriera hacia una pila o barril de pólvora, para asegurarse de un feroz fuego. Su pacto con Baal, esa imagen de celos (Ezequiel 8:3), fue la causa de su ruina. Ellos vieron ese fuerte como una fortaleza y un santuario; pero no les salvó.” (Trapp)
ii. Para el pueblo de Siquem, aún una torre asegurada no les pudo proteger. Y aún así hay una torre más segura que la torre de Siquem. Torre fuerte es el nombre de Jehová; A él correrá el justo, y será levantado (Proverbios 18:10). Porque tú has sido mi refugio, Y torre fuerte delante del enemigo (Salmos 61:3).
7. (50-55) El juicio de Dios sobre Abimelec.
Después Abimelec se fue a Tebes, y puso sitio a Tebes, y la tomó. En medio de aquella ciudad había una torre fortificada, a la cual se retiraron todos los hombres y las mujeres, y todos los señores de la ciudad; y cerrando tras sí las puertas, se subieron al techo de la torre. Y vino Abimelec a la torre, y combatiéndola, llegó hasta la puerta de la torre para prenderle fuego. Mas una mujer dejó caer un pedazo de una rueda de molino sobre la cabeza de Abimelec, y le rompió el cráneo. Entonces llamó apresuradamente a su escudero, y le dijo: Saca tu espada y mátame, para que no se diga de mí: Una mujer lo mató. Y su escudero le atravesó, y murió. Y cuando los israelitas vieron muerto a Abimelec, se fueron cada uno a su casa.
a. Y vino Abimelec a la torre, y combatiéndola: Después de su victoria brutal en la torre de Siquem, Abimelec probablemente pensó que era un experto para atacar torres. Él fue a Tebes y atacó la ciudad y la torre que allí estaba.
b. Mas una mujer dejó caer un pedazo de una rueda de molino sobre la cabeza de Abimelec, y le rompió el cráneo: En Tebes, una mujer dejo caer una rueda de molino sobre la cabeza de Abimelec y le hirió de muerte.
i. Esto quizás era una piedra utilizada para moler granos a mano. “Tales piedras tenían un promedio de diez a catorce pulgadas y pesaban cinco libras o más.” (Wood)
c. Saca tu espada y mátame, para que no se diga de mí: Una mujer lo mató: Abimelec consideró que era más viril el ser muerto por su propio escudero; pero aun así seguiría muerto. Orgulloso aun en la muerte, él luego debió de responder a Dios por sus acciones malvadas.
i. “Pero mucho después de su muerte, el crédito siguió dándose a la mujer (vea 2 Samuel 11:21).” (Wolf)
ii. “Pero los comentaristas la observan solamente como la mano de Dios sobre Abimelec, que sobre una piedra él asesinó a sus setenta hermanos, y ahora una piedra le asesinó: su cabeza robó la corona de Israel, y ahora su cabeza fue herida.” (Trapp)
8. (56-57) Resumen: La certeza del juicio de Dios.
Así pagó Dios a Abimelec el mal que hizo contra su padre, matando a sus setenta hermanos. Y todo el mal de los hombres de Siquem lo hizo Dios volver sobre sus cabezas, y vino sobre ellos la maldición de Jotam hijo de Jerobaal.
a. Así pagó Dios a Abimelec el mal que hizo: Podemos tener la certeza de que Dios paga la maldad, ya sea en esta vida o en la vida por venir. A menudo Dios halla una manera para hacerlo tanto en esta vida como en la vida por venir.
b. Vino sobre ellos la maldición de Jotam hijo de Jerobaal: Dios había advertido a los hombres de Siquem por medio de Jotam. Pero ellos rechazaron la advertencia de Dios, y por lo tanto vino la ruina.
i. Cada uno debe de considerar si Dios nos advierte sobre algo en el tiempo presente. La historia de Abimelec, los hombres de Siquem, y Jotam, nos muestran que hay un verdadero y terrible precio que pagar por rechazar las advertencias de Dios.
©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com