A. La demostración de una fe viva al controlar lo que decimos
1. (1-2) Observaciones de entrada: la mayor responsabilidad de los maestros y el problema de no hacer tropezar a otros
Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación. Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
a. No os hagáis maestros muchos de vosotros: Santiago tiene una amonestación sobria para aquellos que se hacen maestros en la iglesia. Ellos deben de tomar en serio esta responsabilidad, porque su responsabilidad es mayor, sabiendo que recibirán mayor condenación.
i. Es fácil tomar la posición de maestro a la ligera en la iglesia, sin considerar sus costos en términos de responsabilidad. Jesús advirtió: «mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá» (Lucas 12:48).
ii. Las palabras de Jesús y Santiago nos recuerdan que estar entre los maestros de la iglesia de Dios es más que una cuestión de tener dones naturales o, incluso, espirituales; hay una dimensión adicional que tiene que ver con poseer un carácter apropiado y una vida correcta. «Santiago encontró que este departamento de trabajo de la iglesia se había vuelto extremadamente popular. De ahí su advertencia sobre sus serias responsabilidades. Dios nos juzgará en el último día con especial rigor por nuestra influencia sobre los demás». (Moffatt)
iii. Por lo tanto, los maestros eran más probados y serían juzgados más estrictamente. «Su caso es terrible; recibirán mayor condenación que los pecadores comunes; pues no solo pecan al lanzarse al oficio sin que Dios los llame, sino porque por su insuficiencia, los rebaños sobre los que asumen el liderazgo perecen por falta de conocimiento, y Dios exigirá justicia a su cuidador». (Clarke)
iv. «El adjetivo comparativo ‟mayor”implica grados de trato en el tribunal». (Hiebert)
b. Porque todos ofendemos muchas veces: La mayor responsabilidad de los maestros es especialmente preocupante a la luz de nuestras debilidades comunes. Después de todo, todos ofendemos muchas veces. La antigua palabra griega traducida como «ofendemos» no implica una caída fatal, sino algo que nos hace que resbalemos y que dificulta nuestro progreso con el Señor.
i. Todos ofendemos: Santiago se incluyó a sí mismo entre aquellos que ofendemos. Pero él no excusa «su» o «nuestra» ofensa. Sabemos que todos ofendemos, pero deberíamos de procurar un mejor andar con el Señor, que esté marcado por menos ofensas.
ii. Esta es otra de las varias declaraciones de la Biblia que nos dice que todos los hombres pecan (incluyendo 1 Reyes 8:46; Job 14:4; Proverbios 20:9; Eclesiastés 7:20; y 1 Juan 1:8, 10).
c. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto: Santiago proveyó una forma de medir la madurez espiritual de los maestros y de todos los cristianos. Jesús demostró en Mateo 12:34-37 que las palabras son la revelación del carácter interior.
i. No ofender en palabra muestra la verdadera madurez espiritual. Esto es especialmente relevante para los maestros, que tienen muchas más oportunidades de pecar con su lengua.
· Ofendemos en palabra con respecto a nosotros mismos, con nuestra jactancia, con nuestra exageración y nuestros reportes selectivos.
· Ofendemos en palabra con respecto a los demás, con nuestras críticas, chismes, calumnias, crueldad, doble cara y enojo; o con halagos y palabras poco sinceras destinadas a ganar el favor de los otros.
2. (3-6) El poder de la lengua
He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.
a. Ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan: Un caballo fuerte puede ser controlado con un pequeño freno en su boca. Un gran barco puede girar debido a un pequeño timón. De igual modo, si nosotros tenemos control sobre nuestra lengua, es un indicio de que tenemos control sobre nosotros mismos. Cualquiera que pueda controlar la lengua «puede refrenar todo el cuerpo» (Santiago 3:2).
i. El freno y el timón son pequeños, pero extremadamente importantes. Si estos no son controlados, entonces el caballo entero está fuera de control, y todo el barco está fuera de control. Algo tan pequeño como la lengua puede tener un tremendo poder, ya sea para el bien o para mal.
ii. No resuelves el problema de un caballo revoltoso al mantenerlo en el establo; o el problema de un barco difícil de girar al dejarlo atado en el muelle. De la misma manera, aun un voto de silencio no es la respuesta final para la impiedad de nuestra legua.
iii. Si la lengua es como las riendas en la boca de un caballo o el timón de un barco, nos deja con la pregunta: ¿Quién o qué lleva las riendas, o quién o qué dirige el timón? Algunas personas no tienen sus manos en las riendas o el timón y, por lo tanto, dicen lo que se les ocurre. Otros usan su lengua según sus emociones o desde aspectos de su naturaleza carnal. Santiago nos señala que el Espíritu de Dios, obrando a través del nuevo hombre, pone las manos en las riendas y el timón que es nuestra lengua.
b. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad: El fuego de la lengua ha sido usado para quemar mucho. Se les dice a los niños que «los palos y las piedras pueden romper mis huesos, pero las palabras no me pueden herir». Pero esa rima de niños no es verdad. El dolor amargo de una palabra hablada en contra de nosotros puede durar toda una vida, mucho más de lo que dura un hueso en sanar.
i. «En las dos primeras ilustraciones, los animales y los barcos son controlados por pequeños objetos; en esta última ilustración, una pequeña chispa destruye un enorme bosque. La lengua también puede controlar o destruir». (Burdick)
ii. Lo que otros nos dicen y lo que nosotros les decimos a otros puede durar toda una vida, para bien o para mal. La sátira casual o el comentario crítico pueden infligir una herida duradera en otra persona. El ánimo que se da en el tiempo correcto o el elogio pueden inspirar a alguien por el resto de su vida.
iii. Proverbios habla de la persona que no considera el poder destructivo de sus palabras. «Como el que enloquece, y echa llamas Y saetas y muerte, Tal es el hombre que engaña a su amigo, Y dice: Ciertamente lo hice por broma» (Proverbios 26:18-19).
iv. Una vez más, Santiago no nos está diciendo que nunca hablemos o que hagamos un voto de silencio; en muchos sentidos eso sería más fácil que ejercer un verdadero autocontrol sobre la lengua. Las riendas, el timón y el fuego pueden hacer un gran bien cuando se controlan adecuadamente.
c. La lengua es un fuego, un mundo de maldad: No hay muchos pecados que no impliquen hablar de alguna manera. «Es como si toda la maldad del mundo entero estuviera envuelta en ese pequeño pedazo de carne». (Burdick)
i. «Ponen su boca contra el cielo, Y su lengua pasea la tierra» (Salmo 73:9). Puede correr por el mundo y morder a todos; siendo como una navaja afilada […] que en vez de afeitar el pelo corta la garganta (Salmo 52:2). Está hecha en forma de espada, y David la sintió como una espada en sus huesos (Salmo 42:10). Es delgada, ancha y larga, como el instrumento más adecuado para vaciar el corazón del orador y del oyente. Es del color del fuego, apta para incendiar toda la rueda de la naturaleza (Santiago 3:6)». (Trapp)
ii. Santiago repite el testimonio de Proverbios con respecto a la lengua:
· «En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente. Plata escogida es la lengua del justo; Mas el corazón de los impíos es como nada. Los labios del justo apacientan a muchos, Mas los necios mueren por falta de entendimiento» (Proverbios 10:19-21).
· «La congoja en el corazón del hombre lo 2abate; Mas la buena palabra lo alegra» (Proverbios 12:25).
· «Panal de miel son los dichos suaves; Suavidad al alma y medicina para los huesos» (Proverbios 16:24).
· «La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos» (Proverbios 18:21).
3. (7-8) La dificultad de dominar la lengua
Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.
a. Toda naturaleza de bestias, y de aves […] ha sido domada por la naturaleza humana: Un animal salvaje puede ser domado más fácilmente que la lengua. De hecho, Santiago nos dice que ningún hombre puede domar la lengua.
i. El espíritu humano tiene una capacidad increíble de sacrificio y dominio propio. Algunas veces escuchamos una historia de supervivencia desesperada en donde alguien se corta su propia pierna para librarse de ese árbol que ha caído encima de él y luego conduce a un hospital para obtener tratamiento médico. Pero al mismo tiempo, ese hombre no puede domar la lengua a la perfección.
b. Ningún hombre puede domar la lengua: Pero se puede poner bajo el poder y control del Espíritu Santo. ¡Podemos decir que solamente Dios mismo es más poderoso que la lengua humana!
c. Es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal: La lengua indomable es aún más peligrosa cuando consideramos el veneno mortal que puede expedir.
i. «El veneno de la lengua no es menos mortal: mata la reputación de los hombres por las calumnias que pronuncia, a sus almas por las lujurias y pasiones que despierta en ellos, y muchas veces también a sus cuerpos por las disputas y peleas que provoca contra los hombres». (Poole)
ii. Una mujer vino una vez con John Wesley y le dijo que ella sabía cuál era su talento: «Yo pienso —le dijo— que mi talento de parte de Dios es el de hablar lo que hay en mi mente». Wesley le respondió: «Yo creo que a Dios no le importaría que enterraras ese talento». El hablar todo lo que nos viene a la mente no es sabio, es un hablar venenoso.
4. (9-12) El carácter contradictorio de la lengua
Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.
a. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres: La lengua puede ser usada para el llamado supremo (con ella bendecimos al Dios y Padre) y puede ser utilizada para la maldad más baja (con ella maldecimos a los hombres). Pero de aquellos que han nacido de nuevo, no se debiera de decir que de una misma boca proceden bendición y maldición.
i. La lengua de Pedro confesó a Jesús como el Mesías, el Hijo del Dios vivo, y lo negó con maldiciones. Juan dijo: «Hijitos míos, amaos los unos a los otros», y quiso decir la palabra para traer fuego del cielo sobre un pueblo samaritano.
b. Esto no debe ser así: Nuestro hablar debe de estar consistentemente glorificando a Dios. No debiéramos de usar un tipo de vocabulario o tono para hablar en la iglesia, y un vocabulario y tono diferente en nuestra casa o trabajo. Como una fuente de agua, nuestra boca no debiera echar por una misma abertura agua dulce y amarga.
i. «Este arrebato emocional de Santiago sugiere que había sufrido la contienda de lenguas en el mundo religioso […] se lee como una transcripción de una experiencia amarga». (Moffatt)
c. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?: Santiago apunta hacia una imposibilidad final de dicha contradicción. Si frutos malos y agua amarga continúan saliendo, esto significa que no hay contradicción. El árbol es malo y la fuente es mala.
i. Jesús enseñó en Mateo 12:34-37 que las palabras de un hombre son una revelación confiable de su carácter interior. Lo que decimos indica lo que somos.
ii. ¿puede acaso la higuera producir aceitunas?: «Sería una monstruosidad, una cosa como para admirarse y verla como antinatural y absurda si una higuera comenzara a dar aceitunas, y es igual de antinatural para un cristiano vivir en pecado. ¿Puede vivir de tal manera que dé los frutos de la iniquidad en lugar de los frutos de la justicia? ¡No permita Dios que así sea!». (Spurgeon)
iii. «A menos que seáis regenerados, nacidos de lo alto a través de un nacimiento nuevo y celestial, no sois cristianos, sea cual sea vuestro nombre, y no podéis producir el fruto que es aceptable para Dios, así como una higuera no puede producir bayas de olivo». (Spurgeon)
· Puedes etiquetar una higuera como «olivo» y eso no la convertirá en un olivo.
· Puedes cortar una higuera para que parezca un olivo, y eso no la convertirá en un olivo.
· Puedes tratar una higuera como un olivo, y eso no la convertirá en un olivo.
· Puedes rodear una higuera con muchos olivos, y eso no la convertirá en un olivo.
· Puedes trasplantar esa higuera al Monte de los Olivos, y eso no la convertiría en un olivo.
B. La presencia de sabiduría es una demostración de una fe viva
1. (13) La sabiduría nos muestra cómo hacer buenas obras
¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.
a. ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Al principio de Santiago 3, el autor se dirigió a los que eran maestros entre los cristianos o querían serlo. Allí les dijo a esos maestros cómo debían «hablar»; aquí habla de cómo debían «vivir».
i. «Santiago se dirige a la persona que es «sabia y comprensiva». La palabra sophos (sabio) era el término técnico entre los judíos para referirse al maestro, al escriba, al rabino. Parece que el autor sigue hablando a los que serían maestros (cf. Santiago 3:1); aquí no se trata de lo que dicen, sino de cómo viven». (Burdick)
b. ¿Quién es sabio? […] Muestre por la buena conducta: La sabiduría no es solamente conocimiento almacenado en la cabeza. La verdadera sabiduría, y el que es entendido, lo mostrará en su vida por su buena conducta.
i. En este sentido, la sabiduría y la comprensión son como la fe; son cualidades interiores invisibles. Si una persona se considera a sí misma como sabiao entendida, es justo esperar que esta cualidad invisible e interna se muestre en la vida cotidiana. Aquí Santiago nos dijo cómo juzgar si una persona es realmente sabiay comprensiva.
c. Sus obras en sabia mansedumbre: El que es verdaderamente sabio lo evidencia por su manera mansa. Aquellos que hicieron sus buenas obras en una forma diseñada para traer atención hacia ellos muestran una falta de sabiduría.
i. Sobre la mansedumbre: «Prautes» significa «mansedumbre», pero no una mansedumbre pasiva que surge de la debilidad o la resignación. Es una actitud activa de aceptación deliberada». (Burdick)
2. (14-16) El carácter de la sabiduría terrenal
Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.
a. Celos amargos y contención: Esto es lo opuesto a la «sabia mansedumbre» que se mencionó en Santiago 3:13. Estas palabras en realidad se refieren a alguien que tiene una actitud crítica, contenciosa y provocadora.
i. «No se ajusta al temperamento de los celosy la contención(el espíritu de partidismo, la ambición egoísta, lo faccioso). No os jactéis, de la intensidad y el duro celo que llevan a un partidismo tan inescrupuloso, que a veces se justifica como lealtad a la verdad». (Moffatt)
ii. «Los religiosos pueden ser extremadamente provocadores, y derrotar sus propios fines con métodos prepotentes; los puntos de vista correctos y los consejos sensatos pueden perder su efecto si son expresados por hombres que son partidarios egoístas o polémicos sin escrúpulos». (Moffatt)
b. No os jactéis, ni mintáis contra la verdad: Todos aquellos que muestran celos amargos y contención no deberían de engañar a nadie, especialmente a sí mismos, sobre lo «sabios» que son. Ellos muestran una sabiduría que es terrenal, animal, y diabólica. Su «sabiduría» es característica del mundo, la carne y la maldad, y no de Dios.
i. «Esta sabiduría» a la que Santiago se refería no era realmente sabiduría en absoluto. «Es la sabiduría de los aspirantes a maestros que se mencionan en Santiago 3:14-15, cuyas vidas contradicen dichas afirmaciones. Tal «sabiduría» evalúa todo según los estándares mundanos y hace del beneficio personal la meta más importante de la vida». (Burdick)
ii. Terrenal, animal, diabólica:Adam Clarke definió cada término:
· Terrenal: «Tener la vista solo en esta vida».
· Animal: «El animal tiene por objeto la gratificación de las pasiones y las propensiones animales».
· Diabólica: «Inspiración satánica por demonios, mantenida en el alma por su influencia residente en el interior».
c. perturbación y toda obra perversa: Este es el fruto de la sabiduría humana y terrenal. La sabiduría del mundo, de la carne y del Diablo, puede ser capaz de lograr cosas, pero siempre con el fruto final de la confusión y toda obra perversa.
3. (17-18) El carácter de la sabiduría celestial
Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.
a. Pero la sabiduría que es de lo alto: La sabiduría de Dios también tiene frutos. Santiago aquí está exactamente definiendo lo que significaba la «sabia mansedumbre»de Santiago 3:13.
b. Primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía: El carácter de esta sabiduría es maravilloso. Está llena de amor y de un corazón de entrega, consistente con la santidad de Dios.
i. Esta sabiduría es primeramente pura: «La referencia no es a la pureza sexual, sino a la ausencia de cualquier actitud o motivo pecaminoso». (Burdick)
ii. Esta sabiduría es después pacífica: «Esta es una de las grandes palabras de la descripción del carácter en el Nuevo Testamento. En la Septuaginta se usa mayormente para describir la disposición de Dios como Rey. Él es gentil y amable, aunque en realidad tiene todas las razones para ser severo y punitivo con los hombres en sus pecados». (Burdick)
iii. Esta sabiduría es amable: «El hombre que es epieikes es el hombre que sabe cuándo es realmente incorrecto aplicar la estricta letra de la ley. Sabe perdonar cuando la estricta justicia le da el perfecto derecho de condenar […]. Es imposible encontrar una palabra en español para traducir esta cualidad. Matthew Arnold la llamó «dulce razonamiento», y es la capacidad de extender a otros la amable consideración que desearíamos recibir nosotros mismos». (Barclay)
iv. Esta sabiduría es benigna: «Ni necia ni obstinada; de una disposición complaciente en todas las cosas; servil, dócil» (Clarke). «Conciliador (solo aquí en Nuevo Testamento) es lo opuesto a rígido e inflexible» (Moffatt). «Los eupitajes pueden ser fáciles de persuadir, no en el sentido de ser flexibles y débiles, sino en el sentido de no ser tercos y estar dispuestos a escuchar la razón y a apelar […]. La verdadera sabiduría no es rígida, sino que está dispuesta a escuchar y es hábil para saber cuándo ceder sabiamente». (Barclay)
v. Esta sabiduría está llena de misericordia: No juzga a los demás estrictamente en base a la ley, sino que extiende una mano generosa llena de misericordia. Esta sabiduría sabe que la misma medida de misericordia que concedemos a los demás es la que Dios usará con nosotros (Mateo 7:2).
vi. Esta sabiduría está llena de […] buenos frutos: Esta sabiduría se puede ver «por los frutos que produce». No es solo el poder interior para pensar y hablar de las cosas de la manera correcta; está llena de […] buenos frutos.
vii. Esta sabiduría es sin parcialidad: «Sin parcialidad o sin juzgar; es decir, sin cuestionar curiosamente las faltas de los demás para encontrar materia y así censurarlos». (Poole)
viii. Esta sabiduría no tiene hipocresía: «Sin pretender ser lo que no es, actuando siempre bajo su propio carácter, nunca detrás de una máscara. Buscando nada más que la gloria de Dios, y no usando otros medios para alcanzarla que sus propios preceptos». (Clarke)
ix. «Estas dos últimas palabras [sin parcialidad y sin hipocresía] descartan el hábito de usar el discurso para revelar y ocultar a medias la mente del orador, que tiene algo (como decimos) en el subconsciente todo el tiempo». (Moffatt)
c. Y el fruto de justicia se siembra en paz: Este fruto es como una semilla, la cual llevará fruto mientras se muestra a aquellos que hacen la paz.
i. «El fruto de la justicia, o bien el fruto que producimos, que es la justicia misma (Lucas 3:8, 9; Romanos 6:22; Filipenses 1:11); o el fruto que cosechamos, que es la recompensa de la justicia, es decir, la vida eterna». (Poole)
ii. «Lejos de ser teórico y especulativo, el concepto de sabiduría de Santiago es completamente práctico. Es la comprensión y la actitud que tiene a la verdadera piedad como resultado». (Burdick)
©2020 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com