Jeremías 7 – Predicación a la puerta del templo
A. El sermón a la puerta del templo.
1. (1-4) Confianza superficial en el templo y religión externa.
Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Ponte a la puerta de la casa de Jehová, y proclama allí esta palabra, y di: Oíd palabra de Jehová, todo Judá, los que entráis por estas puertas para adorar a Jehová. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar. No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este.
a. Ponte a la puerta de la casa de Jehová: Dios le dijo a Jeremías que predicara públicamente esta palabra del Señor, y que lo hiciera justo en la puerta del templo. Jeremías necesitó mucho coraje y valentía para hacer su trabajo.
i. Es fácil imaginarse a Jeremías hablando a la ocupada multitud de personas y sacerdotes que entran y salen del área del templo. Quizás muchos se detuvieron para escuchar, pero aparentemente ninguno escuchó verdaderamente su mensaje del Señor.
ii. “Dado que su mensaje fue entregado a toda la gente, lo más probable es que se predicara durante una de las grandes fiestas religiosas, como la Pascua o la Fiesta de los Tabernáculos, cuando toda la nación venía a Jerusalén a adorar”. (Ryken)
iii. Jeremías 26 también tiene a Jeremías predicando en la puerta del templo en el primer año del reinado de Joacim, en un sermón con muchos de los mismos temas. Algunos piensan que este es el mismo sermón que en Jeremías 26; otros piensan que es una entrega anterior de un sermón similar, pronunciado en el mismo lugar. Jeremías 26:8-11 indica que después de ese sermón, Jeremías fue atacado y amenazado de muerte.
b. Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar: Dios ofreció retener el juicio prometido si Judá se arrepentía verdaderamente – no solo en palabras, sino también en sus caminos y obras.
c. No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este: Las multitudes en el templo obviamente tenían cierta confianza en el templo y su servicio. Jeremías les advirtió con valentía que su confianza era infundada y peligrosa. La religión y los rituales externos no los ayudarían si no mejoraban sus caminos y obras.
i. “Para ellos, por lo tanto, la adoración en el templo era poco mejor que un hechizo para evitar el mal, y habían engañado a la gente para que confiara en los edificios materiales”. (Harrison)
ii. Podemos imaginar cómo uno de los falsos profetas de los días de Jeremías podría torcer las Escrituras para “probar” que el templo nunca podría ser conquistado.
·Dios le prometió a David una dinastía perpetua (2 Samuel 7:12-15).
·Dios eligió a Sion como su primera morada (Salmo 132:13-18).
·Jerusalén y el templo fueron salvados milagrosamente de la destrucción del ejército asirio más de 100 años antes (2 Reyes 18:13-19:37). Seguramente esto probaba que Dios nunca permitiría que Jerusalén o el templo fueran conquistados.
Todo este razonamiento era defectuoso, incluso si las escrituras pudieran ser torcidas para apoyarlo. El razonamiento olvidaba que:
·Dios siempre sostiene que la realidad espiritual interior es más importante que la forma exterior.
·Cualquier razonamiento bíblico que cubra y autorice el pecado y la idolatría es incorrecto y defectuoso.
iii. Hoy en día no decimos: Templo de Jehová, templo de Jehová como lo hicieron en los días de Jeremías. Hoy algunos dicen: “voy a la iglesia, voy a la iglesia, voy a la iglesia”; o “soy un conservador, soy un conservador, soy un conservador”; o “Soy Capilla Calvario, soy Capilla Calvario, soy Capilla Calvario”. Ninguna de estas cosas lo justifica a uno delante de Dios sin la verdadera fe y el verdadero arrepentimiento.
iv. “Los hombres pueden realizar los ritos más sagrados y, sin embargo, perpetuar los crímenes más graves”. (Meyer)
2. (5-7) Arrepentimiento real y su recompensa.
Pero si mejorareis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras; si con verdad hiciereis justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimiereis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro, os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre.
a. Pero si mejorareis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras: A través de Jeremías, Dios le explica al pueblo cómo era el verdadero arrepentimiento.
·Si con verdad hiciereis justicia entre el hombre y su prójimo: Los tribunales de la antigua Judá se habían corrompido y no se podía encontrar allí un juicio honesto.
·No oprimiereis al extranjero, al huérfano y a la viuda: Dios se interesaba por cómo su pueblo trataba a los débiles e indefensos en la sociedad, y notaba cuando estos débiles eran oprimidos en lugar de ayudados.
·Ni en este lugar derramareis la sangre inocente: Se asesinaban a personas, aparentemente en nombre de la religión (en este lugar). “Tampoco pudo Yahveh tolerar los asesinatos judiciales que estallaron de vez en cuando en Israel y que evidentemente fueron perpetrados también durante el reinado de Joacim (Jeremías 26:23)”. (Thompson)
·Ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro: La idolatría siempre era un peligro, incluso para aquellos que venían a hacer negocios en el templo. Esta lealtad compartida (tanto al Señor como a los ídolos) siempre era para su mal.
i. Notamos que de estos cuatro aspectos del arrepentimiento demostrado, solo uno de ellos trata de la relación del hombre con Dios; tres de los cuatro tratan de la relación del hombre con su prójimo. Dios se interesa por cómo nos tratamos unos a otros, y el verdadero arrepentimiento se extenderá a la forma en que nos tratamos unos a otros.
b. Os haré morar en este lugar: Las promesas anteriores de un ejército de juicio y exilio de la tierra serían dejadas de lado si Judá se arrepentía verdadera y profundamente – no solo con palabras, sino con acciones.
c. En la tierra que di a vuestros padres para siempre: Aparentemente, Dios consideraba las promesas de la tierra dada a Abraham y sus descendientes del pacto como un regalo perdurable a lo largo de la historia de Israel.
i. Hay algunos que dicen erróneamente que las palabras de Josué 21:43, 45 dicen que Dios cumplió completamente la promesa de la tierra a Israel y, por lo tanto, después de ese punto, ya no tenían más derecho a reclamar la tierra. Sin embargo, un pasaje como este – escrito más de 600 años después de la palabra de Dios a Josué – muestra que la tierra prometida a Israel continuaba para siempre.
3. (8-11) Confianza en palabras mentirosas sobre un templo que es una cueva de ladrones.
He aquí, vosotros confiáis en palabras de mentira, que no aprovechan. Hurtando, matando, adulterando, jurando en falso, e incensando a Baal, y andando tras dioses extraños que no conocisteis, ¿vendréis y os pondréis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: Librados somos; para seguir haciendo todas estas abominaciones? ¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí que también yo lo veo, dice Jehová.
a. Vosotros confiáis en palabras de mentira, que no aprovechan: Esto era algo valiente para decir a la multitud a las puertas del templo. Sin embargo, necesitaban saber que no podían hurtar, matar, cometer adulterio y andar tras dioses extraños pensando que las costumbres y los rituales de la observancia del templo podrían cubrirlo.
b. ¿Vendréis y os pondréis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: Librados somos; para seguir haciendo todas estas abominaciones? Jeremías tenía en mente a aquellos que creían que sus rituales y obligaciones en el templo les daban permiso y cobertura para pecar. de estas formas.
i. Esta no era la práctica de la concesión de indulgencias por parte de los católicos romanos posteriores, pero era el mismo espíritu de esa práctica antibíblica.
c. ¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? En lugar de ser un lugar donde se buscaba verdaderamente a Dios, donde se ofrecían sacrificios con sinceridad y donde el arrepentimiento era verdadero, el templo se había convertido en una cueva (un lugar de reunión y escondite) de ladrones.
i. “El templo es la Casa de Jehová en la cual los hombres pueden morar en comunión con Él, y por tanto en fortaleza y descanso, si sus caminos están en armonía con su voluntad. Pero el templo no es un refugio para los hombres que viven en rebelión contra él. El templo da seguridad y descanso a las almas obedientes. No ofrece seguridad a los hombres si viven en pecado”. (Morgan)
ii. “Los ladrones y bandidos que se lanzan para robar y saquear se aseguran un escondite en una zona apartada, a la que se retiran en busca de protección y seguridad”. (Thompson)
iii. Jesús citó esta frase “cueva de ladrones” de Jeremías 7 en Mateo 21:13 (también registrada en Marcos 11:17 y Lucas 19:46) para hablar de la corrupción del servicio del templo en su propia época. Cuando el templo debería haber sido una casa de oración para todas las naciones, se había convertido en una cueva de ladrones.
d. He aquí que también yo lo veo: Normalmente, una cueva de ladrones opera en secreto. A través de Jeremías, Dios quería que su pueblo supiera que él veía sus pecados ocultos y secretos.
4. (12-15) El ejemplo de Silo.
Andad ahora a mi lugar en Silo, donde hice morar mi nombre al principio, y ved lo que le hice por la maldad de mi pueblo Israel. Ahora, pues, por cuanto vosotros habéis hecho todas estas obras, dice Jehová, y aunque os hablé desde temprano y sin cesar, no oísteis, y os llamé, y no respondisteis; haré también a esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, en la que vosotros confiáis, y a este lugar que di a vosotros y a vuestros padres, como hice a Silo. Os echaré de mi presencia, como eché a todos vuestros hermanos, a toda la generación de Efraín.
a. Andad ahora a mi lugar en Silo, donde hice morar mi nombre al principio, y ved lo que le hice por la maldad de mi pueblo Israel: Jeremías habla a la multitud en la puerta del templo y les pide que comparen Jerusalén y los terrenos del templo con Silo.
i. Silo fue la ciudad central de Israel – el centro religioso – durante casi 400 años. Fue el lugar donde estuvo el tabernáculo de reunión y el altar de Dios durante este largo período.
ii. Silo disfrutó de toda esta gloria durante cientos de años, pero terminó abruptamente. Primero, cuando los filisteos invadieron Silo (1 Samuel 4); finalmente, cuando los asirios conquistaron el reino del norte de Israel muchos años después de eso (Salmo 78:58-60).
iii. Para el tiempo de Jeremías, Silo había estado en ruinas durante mucho tiempo, y mostraba que albergar la casa de Dios o el arca del pacto no significaba que el juicio fuera imposible. Así como llegó a Silo, podría llegar a una Jerusalén impenitente.
iv. “La evidencia arqueológica muestra que Silo fue destruida dos veces – una por los filisteos y otra cuando los asirios llevaron cautivas a las tribus del norte. Cuando Jeremías le dice a la gente que vaya a Silo, les estaba diciendo que fueran al lugar donde Dios no está”. (Ryken)
b. Aunque os hablé desde temprano y sin cesar, no oísteis, y os llamé, y no respondisteis: El mayor pecado de Judá era ignorar la palabra de Dios que les era presentada tan clara y persistentemente. Esto los dejaba sin excusa.
c. Haré también a esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, en la que vosotros confiáis… como hice a Silo: Dios promete traer el mismo juicio que vino sobre Silo a Jerusalén.
i. Dios usa a Silo como lección. “Ve a Silo”, dice. “Mira lo que le pasó a un lugar de privilegio espiritual y gloria cuando se olvidaron de Mí. Lo mismo te sucederá si no te vuelves a Mí”. Muchas ciudades están llenas de viejas iglesias vacías y decrépitas; estas son como Silo – lugares donde Dios fue adorado y honrado alguna vez, pero ya no.
ii. La lección debe estar sellada en nuestro corazón: no importa cuánto progreso espiritual, privilegio o gloria uno pueda tener, todo se puede convertir en nada si dejamos de escuchar a Dios y cultivar nuestra relación con Él.
B. El precio de provocar a Jehová Dios.
1. (16-19) No ores por los que provocan la ira del Señor.
Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni me ruegues; porque no te oiré. ¿No ves lo que éstos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira. ¿Me provocarán ellos a ira? dice Jehová. ¿No obran más bien ellos mismos su propia confusión?
a. Tú, pues, no ores por este pueblo: Parece que el sermón a las puertas del templo había terminado, y ahora Dios le habla a Jeremías acerca del pueblo endurecido. Ya estaban más allá de la oración; Dios simplemente le dice a Jeremías: porque no te oiré.
i. Es significativo que Dios tuvo que decirle a Jeremías que no orara; la suposición es que oraría, y que Dios tenía que decirle que no lo hiciera. Sin embargo, “Su día de gracia ha pasado, sus pecados están completos, el decreto ya se ha emitido y es irreversible, por lo tanto, no oren por este pueblo deplorado”. (Trapp)
ii. Hay algo en este sentido en el Nuevo Testamento, en 1 Juan 5:14-16, donde Juan explica que hay algunas personas – al menos en teoría – que están más allá de la oración y, por lo tanto, no se debe orar por ellas.
iii. “Han cumplido la medida de su iniquidad, y deben convertirse en ejemplos de mi justicia. ¡Cuán terrible debe ser el estado de ese lugar, donde Dios se niega a derramar el espíritu de súplica sobre sus ministros y pueblo en su favor!”. (Clarke)
b. Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo: La idolatría de Judá y Jerusalén era un asunto de familia. Cada miembro de la familia tenía su propio papel que desempeñar para honrar a los dioses paganos como la reina del cielo.
i. “La ‘reina del cielo’ era la babilónica Ishtar, identificada con el planeta Venus, cuya adoración, similar a los cultos de las diosas cananeas, Asera, Astarot y Anat, probablemente fue introducida en Judá por el rey apóstata, Manasés (2 Reyes 21:3 en adelante)”. (Cundall)
ii. “La palabra tortas (kawwanim) es de origen extranjero, y aparece nuevamente solo en Jeremías 44:19, donde se describe el mismo culto” (Harrison). “Una deidad femenina es ajena a la teología del Antiguo Testamento; así que la implicación es que este culto era de origen no hebraico”. (Feinberg)
iii. “Existe el culto a la diosa en la religión católica romana, donde a veces se le da a María el título de ‘La Reina del Cielo’. Este título hace sonar las alarmas para cualquiera que conozca el libro de Jeremías”. (Ryken)
iv. “La adoración en familia es algo muy afable y conveniente cuando se realiza de acuerdo con la verdad. ¡Qué lástima que tan pocas familias muestren tanto celo por la adoración de Dios como lo hicieron los israelitas apóstatas por la de sus ídolos!”. (Clarke)
c. ¿No obran más bien ellos mismos su propia confusión? Era cierto que los pecados de Judá provocaron la ira del Señor, pero también era cierto que sus pecados se provocaron a sí mismos vergüenza pública.
2. (20) La respuesta de Dios a la provocación de su ira.
Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que mi furor y mi ira se derramarán sobre este lugar, sobre los hombres, sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra; se encenderán, y no se apagarán.
a. He aquí que mi furor y mi ira se derramarán sobre este lugar: Judá provocó a ira al Señor, por lo que era apropiado que la ira finalmente se derramara, y se derramara sobre la tierra así como sobre el pueblo.
b. Se encenderán, y no se apagarán: La ira del Señor no se aplacará hasta que se cumpla su propósito completo.
3. (21-26) Desobediencia y sacrificio.
Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y comed la carne. Porque no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca de holocaustos y de víctimas el día que los saqué de la tierra de Egipto. Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien. Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante, desde el día que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Y os envié todos los profetas mis siervos, enviándolos desde temprano y sin cesar; pero no me oyeron ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres.
a. Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y comed la carne: Los holocaustos debían ser completamente quemados delante de Dios. Aquí Dios dijo: “No me estás dando estos holocaustos de todos modos, así que es mejor que los comas como lo haces con tus otros sacrificios”.
i. “La característica esencial de todo el holocausto era que se consumía por completo con el fuego (Levítico 1:9, 13), a diferencia de las otras ofrendas, donde al menos una porción era compartida por los sacerdotes o los adoradores. Dios aquí está diciendo prácticamente: “¿A mi qué me importa? ¡Cómete todo!”. (Cundall)
b. Porque no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca de holocaustos y de víctimas el día que los saqué de la tierra de Egipto: Cuando Dios le dio a Israel los Diez Mandamientos en el monte Sinaí, no había nada acerca de los sacrificios o el sacerdocio. Eso solo vino después, una vez que Israel aceptó el pacto (Éxodo 24:1-8). El punto es claro: la primera prioridad de Dios para Israel era la obediencia – el sacrificio y el sacerdocio eran secundarios.
i. “Jeremías realmente estaba indicando que el orden de la revelación era indicativo del valor relativo de la obediencia y las observancias del culto”. (Thompson)
ii. “El modismo hebreo permite la negación de una cosa para enfatizar otra (cf. para un paralelo Lucas 14:26). El modismo no tiene la intención de negar la afirmación, sino solo de colocarla en un lugar secundario”. (Feinberg)
iii. “No estaba mal que sacrificaran, pero sus sacrificios eran en vano porque no estaban buscando la santidad”. (Ryken)
c. Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz Lo que Dios tenía que decir sobre el sacrificio en el Antiguo Pacto era bastante poco comparado con lo que tenía que decir sobre la simple obediencia. A las puertas del templo estaba claro que a Judá todavía le encantaba llevar sacrificios al altar, pero lo que Dios realmente quería era su obediencia, que ellos anduvieran en todo camino que os mande.
i. Este pensamiento es muy similar al de 1 Samuel 15:22: Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
d. Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante: El sacrificio continuaba, pero la obediencia se detuvo. En lugar de seguir al Señor, ellos caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado. El corazón del hombre o de la mujer no es necesariamente una buena guía para un comportamiento agradable a Dios.
i. Esta mentalidad de “sigue tu corazón” hacía que la gente de Judá se sintiera bien, pero no les traía verdaderas bendiciones ni progreso. Ellos fueron hacia atrás y no hacia adelante. Ellos hicieron peor que sus padres. Moral y espiritualmente estaban en un estado de retroceso, no de progreso.
4. (27) La frustrante labor del profeta Jeremías.
Tú, pues, les dirás todas estas palabras, pero no te oirán; los llamarás, y no te responderán.
a. Tú, pues, les dirás todas estas palabras: Dios le dio a Jeremías una comisión solemne para hablar al pueblo de Jerusalén y Judá. No era la ambición de Jeremías, ni siquiera su deseo natural.
b. No te oirán; los llamarás, y no te responderán: Esta palabra a Jeremías repite el pensamiento de antes en el capítulo. Jeremías 7:13 dice aunque os hablé desde temprano y sin cesar, no oísteis, y os llamé, y no respondisteis. La palabra de Dios a través del profeta era la palabra de Dios, y era apropiado considerarla como tal.
5. (28-31) El mal de la idolatría.
Les dirás, por tanto: Esta es la nación que no escuchó la voz de Jehová su Dios, ni admitió corrección; pereció la verdad, y de la boca de ellos fue cortada. Corta tu cabello, y arrójalo, y levanta llanto sobre las alturas; porque Jehová ha aborrecido y dejado la generación objeto de su ira. Porque los hijos de Judá han hecho lo malo ante mis ojos, dice Jehová; pusieron sus abominaciones en la casa sobre la cual fue invocado mi nombre, amancillándola. Y han edificado los lugares altos de Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom, para quemar al fuego a sus hijos y a sus hijas, cosa que yo no les mandé, ni subió en mi corazón.
a. Les dirás, por tanto: A la luz de su endurecido rechazo de Yahveh y sus palabras, Jeremías debía llevarles el siguiente mensaje.
b. Jehová ha aborrecido y dejado la generación objeto de su ira: Hay varias razones enumeradas por las cuales Dios castigó tan radicalmente a Judá.
·Esta es la nación que no escuchó la voz de Jehová su Dios: Continuaban con sus rituales superficiales como el sacrificio de animales, pero habían abandonado la simple obediencia desde hace mucho tiempo.
·Ni admitió corrección: Peor que su desobediencia era su incapacidad para ser corregidos. No se podía ayudar a un pueblo que no recibiría corrección.
·Pereció la verdad, y de la boca de ellos fue cortada: Al rechazar la verdad de Dios, se entregaron a la mentira y la falsedad.
c. Corta tu cabello, y arrójalo, y levanta llanto sobre las alturas: El mandato para Judá de cortar su cabello era como una expresión de duelo (como en Job 1:20 y Miqueas 1:16) o de un voto nazareo terminado por la profanación.
i. “Cortarse el cabello era un símbolo de dolor (Job 1:20; Miqueas 1:16). El texto hebreo dice literalmente ‘Córtate la corona (nezer)’. El cabello se veía, en cierto sentido, como una diadema. Cortar el cabello era derribar el orgullo de Israel”. (Thompson)
ii. “La acusación surge del hecho de que el cabello del nazareo era la marca de su separación para Dios (Números 6:5). Cuando era profanado ceremonialmente, tenía que afeitarse la cabeza. Así que Jerusalén, debido a su corrupción, debe hacer lo mismo”. (Feinberg)
d. Pusieron sus abominaciones en la casa sobre la cual fue invocado mi nombre, amancillándola: El pueblo y los sacerdotes de Judá eran tan insensibles a la honra de Yahveh que pusieron ídolos en la misma casa de Yahveh: el templo.
i. Seguramente no pusieron un ídolo en el lugar santo o en el lugar santísimo, sino en alguna habitación lateral del complejo del templo. Sin embargo, los ídolos eran abominaciones. “Sería como establecer un santuario sintoísta o abrir una librería para adultos en el salón de comunión de tu iglesia. Incluso si todo lo demás en la iglesia permaneciera igual – bancos, biblias, cancioneros – el lugar de adoración aun así estaría contaminado”. (Ryken)
e. Y han edificado los lugares altos de Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom, para quemar al fuego a sus hijos y a sus hijas: Peor que la idolatría en el templo era el sacrificio humano llevado a cabo en la región de Jerusalén.
i. Los lugares altos: “Los ‘lugares altos’ de los tiempos bíblicos no siempre fueron muy altos. Estos lugares altos en particular, por ejemplo, estaban en un valle. Era un barranco rocoso inaccesible al sur y al oeste de la ciudad de Jerusalén. Pero un ‘lugar alto’ es un santuario, una plataforma elevada construida con piedras con el propósito de adorar”. (Ryken)
ii. “Tofet probablemente se deriva de la palabra hebrea para ‘chimenea’ (véase Isaías 30:33)” (Cundall). Kidner también señala que el nombre Tofet rima con bosheth, la palabra hebrea para “vergüenza”.
iii. El valle del hijo de Hinom se encuentra al sur del monte del templo en Jerusalén. Se usaba como un vertedero de basura (con fuegos que ardían continuamente) y como un lugar para el sacrificio de niños.
iv. Algunos piensan que el sacrificio de niños en la antigua Canaán e Israel era poco común, y que solo se recurría a él en tiempos de gran angustia. Es difícil decir qué tan común era, pero lo practicaron incluso los reyes. “Acaz, rey de Israel, sacrificó a su propio hijo en el fuego (2 Reyes 16: 3). Lo mismo sucedió en los días de Manasés, cuando se sacrificaron niños a los dioses de Canaán (2 Reyes 21:6)”. (Ryken)
v. El valle de Hinom nos da la idea de Gehena en el Nuevo Testamento. Gehena es una palabra griega tomada del idioma hebreo. En Marcos 9:43-44, Jesús habló del infierno (gehena) refiriéndose a este lugar fuera de los muros de Jerusalén profanado por la adoración a Moloc y el sacrificio humano (2 Crónicas 28:1-3; Jeremías 32:35). También era un basurero donde se quemaban basura y desperdicios. Los fuegos humeantes y los gusanos enconados del Valle de Hinom lo convertían en una imagen gráfica y efectiva del destino de los condenados. Este lugar también es llamado el “lago de fuego” en Apocalipsis 20:13-15, preparado para el diablo y sus ángeles (Mateo 25:41).
f. Cosa que yo no les mandé, ni subió en mi corazón: A diferencia de muchas de las deidades cananeas, Yahveh nunca ordenó sacrificios humanos. Dios podía decir que nunca subió en su corazón pedir tal cosa; iba totalmente en contra de su naturaleza.
i. “Algunos eruditos señalan que los sacerdotes de Tofet pueden haber usado la Torá para justificar el sacrificio de niños: ‘Debes darme el primogénito de tus hijos … en el octavo día’ (Éxodo 22: 29-30). Estaban sacando ese versículo de contexto; no tenía nada que ver con el sacrificio de niños”. (Ryken)
ii. El incidente del sacrificio interrumpido de Abraham con Isaac (Génesis 22) fue una manera enfática en la que Dios dijo: “No quiero sacrificios humanos”.
6. (32-34) Los muertos en el Valle del hijo de Hinom.
Por tanto, he aquí vendrán días, ha dicho Jehová, en que no se diga más, Tofet, ni valle del hijo de Hinom, sino Valle de la Matanza; y serán enterrados en Tofet, por no haber lugar. Y serán los cuerpos muertos de este pueblo para comida de las aves del cielo y de las bestias de la tierra; y no habrá quien las espante. Y haré cesar de las ciudades de Judá, y de las calles de Jerusalén, la voz de gozo y la voz de alegría, la voz del esposo y la voz de la esposa; porque la tierra será desolada.
a. No se diga más, Tofet, ni valle del hijo de Hinom, sino Valle de la Matanza: Dios respondería a la idolatría de Judá y a la práctica escandalosa del sacrificio humano con un juicio devastador. Habría una matanza grotesca en ese valle.
i. Los cadáveres en ese lugar también serían deshonrados por no tener un entierro adecuado y por ser comida para aves carroñeras, y no habrá quien las espante.
ii. “Que el cuerpo permaneciera insepulto, por lo tanto, proporcionando alimento para aves carroñeras y roedores, era algo de horror indescriptible para los antiguos hebreos. Irónicamente, su santuario se convertiría en su cementerio cuando la patria atesorada fuera devastada”. (Harrison)
b. Porque la tierra será desolada: Cuando viniera el juicio sobre Judá, parecería que toda felicidad y esperanza se habría ido de la tierra. Ya no habría voz de gozo ni voz de alegría.
©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com