Jeremías 42 – Una solicitud insincera de guía
A. Guía solicitada.
1. (1-3) Johanán y el pueblo le piden guía Jeremías.
Vinieron todos los oficiales de la gente de guerra, y Johanán hijo de Carea, Jezanías hijo de Osaías, y todo el pueblo desde el menor hasta el mayor, y dijeron al profeta Jeremías: Acepta ahora nuestro ruego delante de ti, y ruega por nosotros a Jehová tu Dios por todo este resto (pues de muchos hemos quedado unos pocos, como nos ven tus ojos), para que Jehová tu Dios nos enseñe el camino por donde vayamos, y lo que hemos de hacer.
a. Vinieron todos los oficiales de la gente de guerra… y todo el pueblo desde el menor hasta el mayor: Después de la brutal masacre en Mizpa (Jeremías 41), los líderes y ciudadanos de los que quedaban en la tierra estaban ansiosos y le pidieron a Jeremías una palabra del Señor.
i. “Todo el pueblo vino a asegurar una profecía de él; algo que nunca había sucedido en los cuarenta años antes de la caída de Jerusalén”. (Cundall)
ii. Hijo de Osaías: “Osaías, puede ser el Osaías cuyo nombre aparece en las cartas de Laquis”. (Feinberg)
b. Acepta ahora nuestro ruego delante de ti: Cuando vinieron al viejo y distinguido profeta, vinieron con gran cortesía y respeto.
i. “Había cierto grado de pánico entre los refugiados sobre cuál debería ser su próximo movimiento. Un oráculo de Yahveh acabaría con su perplejidad”. (Thompson)
c. Para que Jehová tu Dios nos enseñe el camino por donde vayamos, y lo que hemos de hacer: Preocupados por los peligros que los rodeaban, le pidieron a Jeremías que los guiara, con la idea de que si hacían lo que Dios quería que hicieran, disfrutarían de su protección. Aparentemente, esta era una petición humilde, sabia y adecuada.
i. En la superficie, esta era una gran oración para orar. “Sigue siendo una oración que vale la pena orar a diario. Sin embargo, un pequeño defecto en la superficie, en las palabras ‘tu Dios’, hizo una admisión que fue más profunda de lo que ellos pensaban”. (Kidner)
ii. Debajo de las buenas palabras, “El interés propio ha predominado una vez más, y ahora su preocupación es simplemente saber si Dios aprobará su plan de emigrar a Egipto”. (Harrison)
iii. “Es inútil profesar nuestro deseo de conocer la voluntad de Dios, mientras que en nuestro corazón secreto estamos decididos a seguir un cierto curso, pase lo que pase. ¡Cuán a menudo los creyentes piden oración para que se aclare su camino, cuando en realidad ya lo han decidido y en secreto esperan poner a Dios de su lado!”. (Meyer)
iv. “Es posible tratar engañosamente con nuestras propias almas. Lo hacemos, como lo hicieron estas personas, siempre que solicitamos la guía Divina, habiendo decidido previamente cuál será nuestro curso de acción. Tal oración es solo una actividad supersticiosa. Cuando se concibe la oración como un medio para hacer que se cumplan nuestros propios deseos, es una superstición”. (Morgan)
2. (4) Jeremías promete responder a su petición.
Y el profeta Jeremías les dijo: He oído. He aquí que voy a orar a Jehová vuestro Dios, como habéis dicho, y todo lo que Jehová os respondiere, os enseñaré; no os reservaré palabra.
a. He aquí que voy a orar a Jehová vuestro Dios, como habéis dicho: Jeremías estaba feliz de traerles una palabra de Dios, pero tenía que buscar a Dios y orar por ella.
i. “Jeremías no quiso hablar hasta que recibió la palabra explícita del Señor”. (Feinberg)
b. Y todo lo que Jehová os respondiere, os enseñaré; no os reservaré palabra: Jeremías prometió entregar fielmente cualquier palabra que Dios le diera a los líderes y plebeyos de los que permanecieron en la tierra después del exilio en Babilonia.
i. “Él sabía, con toda probabilidad por revelación divina, que la oración que le habían pedido que hiciera por ellos no había sido honesta”. (Morgan)
3. (5-6) Johanán y el pueblo prometen obedecer la palabra del Señor.
Y ellos dijeron a Jeremías: Jehová sea entre nosotros testigo de la verdad y de la lealtad, si no hiciéremos conforme a todo aquello para lo cual Jehová tu Dios te enviare a nosotros. Sea bueno, sea malo, a la voz de Jehová nuestro Dios al cual te enviamos, obedeceremos, para que obedeciendo a la voz de Jehová nuestro Dios nos vaya bien.
a. Jehová sea entre nosotros testigo de la verdad y de la lealtad, si no hiciéremos conforme a todo: Con un juramento santo y solemne, prometieron hacer todo lo que Dios les dijera que hicieran por medio del profeta Jeremías, sea bueno, sea malo.
i. “¿Sabían estos hombres lo que era jurar algo tan solemnemente? ¿O eran ateos absolutos, para prometer eso con un juramento que nunca tuvieron la intención de cumplir?”. (Trapp)
b. Para que obedeciendo a la voz de Jehová nuestro Dios nos vaya bien: Creían correctamente que Dios cuidaría de ellos si le obedecían. Esperaban las bendiciones que vendrían al pueblo obediente de Dios bajo los términos del Antiguo Pacto (Deuteronomio 28).
i. “Probablemente eran sinceros, pero estaban absolutamente seguros en sus propias mentes con respecto al curso correcto, y no podían imaginar que el consejo del profeta contradijera tan rotundamente las conclusiones de su propio razonamiento sólido”. (Cundall)
B. Guía dada.
1. (7-12) La bendición para los que permanecieran en la tierra.
Aconteció que al cabo de diez días vino palabra de Jehová a Jeremías. Y llamó a Johanán hijo de Carea y a todos los oficiales de la gente de guerra que con él estaban, y a todo el pueblo desde el menor hasta el mayor; y les dijo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel, al cual me enviasteis para presentar vuestros ruegos en su presencia: Si os quedareis quietos en esta tierra, os edificaré, y no os destruiré; os plantaré, y no os arrancaré; porque estoy arrepentido del mal que os he hecho. No temáis de la presencia del rey de Babilonia, del cual tenéis temor; no temáis de su presencia, ha dicho Jehová, porque con vosotros estoy yo para salvaros y libraros de su mano; y tendré de vosotros misericordia, y él tendrá misericordia de vosotros y os hará regresar a vuestra tierra.
a. Aconteció que al cabo de diez días vino palabra de Jehová a Jeremías: La palabra profética tardó en llegar a Jeremías. No era una cosa inmediata a la que pudiera acudir cuando quisiera. Tenía que llegar en el momento oportuno de Dios.
i. “Los diez días que Jeremías tardó en sentirse capaz de pronunciar el oráculo divino debieron parecerles interminables a los judíos, viviendo en un peligro tan patente”. (Cundall)
ii. “Es evidente que los profetas no podían profetizar cuando quisieran, como tampoco los discípulos de nuestro Señor podían obrar milagros cuando quisieran. El don de profecía y el don de milagros dependían ambos de la voluntad del Altísimo, y cada uno de ellos era dado solo por el momento; y cuando pasaba la necesidad, cesaba la influencia”. (Clarke)
b. Si os quedareis quietos en esta tierra, os edificaré, y no os destruiré: Jeremías entrega el mensaje de Dios a los líderes y al pueblo: que si permanecían en la tierra, Dios los protegería y establecería. Hablando con la voz de Dios, Jeremías les asegura que Dios se arrepentía con respecto al desastre que había traído sobre ellos. Los días de terrible juicio habían terminado.
i. “Ya que te he castigado solo porque seguiste rebelde, detendré este castigo tan pronto como seas obediente a mi palabra. No debes temer al rey de Babilonia si me tienes por ayuda; y te mostraré misericordia de tal manera que él lo verá y dejará de afligirte, pues verá que yo estoy de tu lado”. (Clarke)
ii. Porque estoy arrepentido: “El verbo traducido como ‘afligido’ (niham) debería traducirse como ‘arrepentido’ como en las AV, RV y RSV, como si Yahveh se diera cuenta de que había cometido un error y lo lamentara. La LXX lo traduce como ‘Me arrepiento con respecto a’, es decir, el juicio que ya había caído había satisfecho las demandas divinas resultantes del pacto quebrantado”. (Thompson)
c. Tendré de vosotros misericordia: Dios les pide a los líderes y a la gente común que confíen en Él, que la temporada de juicio ahora había sido reemplazada por una temporada de misericordia. Antes de la conquista final de Babilonia, el mensaje era rendirse al exilio. Ahora, en el tiempo de la misericordia, el mensaje era: confíen en mí y permanezcan en la tierra. Si lo hacían, Dios los bendeciría con protección y bondad en vuestra tierra.
i. Y tendré de vosotros misericordia, y él tendrá misericordia de vosotros: “Si Jehová tenía misericordia de su pueblo, también lo haría el rey de Babilonia. Les permitiría regresar a sus hogares en paz”. (Thompson)
ii. “No hay evidencia de que Nabucodonosor haya vengado el asesinato del gobernador; tomó más cautivos en el 582 a.C. (Jeremías 52:30), pero si esto fue una represalia, fue muy tardía”. (Thompson)
2. (13-17) La maldición sobre los que regresen a Egipto.
Mas si dijereis: No moraremos en esta tierra, no obedeciendo así a la voz de Jehová vuestro Dios, diciendo: No, sino que entraremos en la tierra de Egipto, en la cual no veremos guerra, ni oiremos sonido de trompeta, ni padeceremos hambre, y allá moraremos; ahora por eso, oíd la palabra de Jehová, remanente de Judá: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Si vosotros volviereis vuestros rostros para entrar en Egipto, y entrareis para morar allá, sucederá que la espada que teméis, os alcanzará allí en la tierra de Egipto, y el hambre de que tenéis temor, allá en Egipto os perseguirá; y allí moriréis. Todos los hombres que volvieren sus rostros para entrar en Egipto para morar allí, morirán a espada, de hambre y de pestilencia; no habrá de ellos quien quede vivo, ni quien escape delante del mal que traeré yo sobre ellos.
a. Mas si dijereis: Dios les da una gran promesa si confiaban en Él y se quedaban en la tierra. Si se negaban a confiar en Él y, en cambio, iban a la tierra de Egipto en busca de seguridad y provisión, estarían desobedeciendo la voz de Jehová vuestro Dios.
i. “Una vez más, Jeremías tenía que entregar un mensaje impopular”. (Feinberg)
b. Sucederá que la espada que teméis, os alcanzará allí en la tierra de Egipto: Si la incredulidad los empujaba a Egipto, lo que temían que les sucedería en Judea, les sobrevendría en Egipto. El precio que pagarían por su incredulidad sería ciertamente morir por espada, hambre y pestilencia en Egipto.
i. “El desastre seguiría al remanente hasta Egipto. Todo lo que había sucedido en Jerusalén sucedería en el Nilo – espada, miedo, hambre, muerte, plaga, desastre, ira, maldición, horror, condenación y oprobio”. (Ryken)
ii. Por la espada: “Aunque Egipto había perdido la batalla de Carquemis (605 a.C.), no había sido escenario de acciones militares. Por otro lado, Judá había experimentado constantemente los rigores de la guerra desde la batalla de Meguido (609 a.C.). De esta manera, los judíos restantes quedaron impresionados por el contraste entre el pacífico Egipto y la Judá devastada por la guerra. En realidad, sin embargo, los juicios de Judá habían pasado; los de Egipto pronto comenzarían”. (Feinberg)
iii. Por hambre: “Egipto era muy fértil, el granero del mundo, y sin embargo Dios podía causar hambre allí; tiene tesoros de plagas para los pecadores, y nunca se agotará”. (Trapp)
3. (18) Un juramento de castigar a los que vayan a Egipto.
Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Como se derramó mi enojo y mi ira sobre los moradores de Jerusalén, así se derramará mi ira sobre vosotros cuando entrareis en Egipto; y seréis objeto de execración y de espanto, y de maldición y de afrenta; y no veréis más este lugar.
a. Como se derramó mi enojo y mi ira sobre los moradores de Jerusalén: Esto era mucho enojo y mucha ira. Estos sobrevivientes de la conquista de Judea y la destrucción de Jerusalén vieron este enojo y furia con sus propios ojos.
b. Así se derramará mi ira sobre vosotros cuando entrareis en Egipto: Así como se les prometió bendición si confiaban en Dios y permanecían en la tierra en ruinas, así se les prometió juicio si buscaban a Egipto en busca de seguridad y provisión.
c. Y seréis objeto de execración y de espanto, y de maldición y de afrenta: Otros verían el triste estado de aquellos que se negaron a confiar en Dios. Aquellos bajo este juicio se convertirían en un ejemplo de los afligidos por Dios, y no volverían más este lugar, nunca más volverían a la Tierra Prometida.
i. “La elección arriesgada era perfectamente segura, mientras que la salida fácil era mortal”. (Ryken)
4. (19-22) Se expone la hipocresía de sus corazones.
Jehová habló sobre vosotros, oh remanente de Judá: No vayáis a Egipto; sabed ciertamente que os lo aviso hoy. ¿Por qué hicisteis errar vuestras almas? Pues vosotros me enviasteis a Jehová vuestro Dios, diciendo: Ora por nosotros a Jehová nuestro Dios, y haznos saber todas las cosas que Jehová nuestro Dios dijere, y lo haremos. Y os lo he declarado hoy, y no habéis obedecido a la voz de Jehová vuestro Dios, ni a todas las cosas por las cuales me envió a vosotros. Ahora, pues, sabed de cierto que a espada, de hambre y de pestilencia moriréis en el lugar donde deseasteis entrar para morar allí.
a. Pues vosotros me enviasteis a Jehová vuestro Dios: Dios claramente les dijo a los líderes y a la gente común que permanecía en la tierra cuál era su voluntad – debían permanecer en la tierra. Ahora Dios les habla sobre su pretendida sinceridad al buscar una palabra del profeta Jeremías. Cuando dijeron “lo que Jehová dijere lo haremos”, no hablaron con sinceridad.
b. ¿Por qué hicisteis errar vuestras almas?: Actuaron como si buscaran al Señor con sinceridad y sumisión, pero no era verdad. Muchos todavía buscan a Dios con fingida sinceridad, ya decididos a hacer lo que quieren hacer, y solo esperan que Dios los afirme al hacerlo. Esto enseña la importancia de buscar a Dios con un corazón verdaderamente sometido y que hará lo que sea que Él nos diga.
c. Ahora, pues, sabed de cierto que a espada, de hambre y de pestilencia moriréis en el lugar donde deseasteis entrar para morar allí: Su búsqueda insincera sólo aumentaba su culpa. Irían a Egipto como ya habían decidido hacerlo, y el juicio que Dios prometió ciertamente vendría sobre ellos.
i. “Como han determinado desobedecer, Dios ha determinado castigarlos” (Clarke). “Al huir de la muerte, solo correrás hacia ella”. (Trapp)
©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com