2 Crónicas 20 – La victoria de Josafat
A. La oración de Josafat.
1. (1-2) Enemigos hostiles se unen contra Judá.
Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra. Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi.
a. Pasadas estas cosas: Esta amenaza a Josafat y a su reino sucedió después de su regreso a buscar a Dios después de que casi muere cuando se alió con el rey Acab de Israel.
b. Los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra: Esta gran multitud era una amenaza significativa contra Josafat, cuya última experiencia en el campo de batalla fue un estrecho escape de la muerte.
2. (3-4) La nación se reúne para buscar juntos a Dios.
Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá. Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová: y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová.
a. Entonces él tuvo temor: Ciertamente había un sentido en el que Josafat temía a la gran multitud que venía contra él. Sin embargo, el sentido aquí es que él temía al Señor, y estaba más asombrado por el poder y la majestad de Dios que por la fuerza destructiva de sus enemigos.
i. “Josafat tuvo temor, en parte por la fragilidad humana, y en parte por el recuerdo de su propia culpa y la ira de Dios denunciada contra él por ello, 2 Crónicas 19:2”. (Poole)
b. Y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová: Josafat dio el ejemplo con su propia devoción personal. No invocaría al pueblo de Judá para que buscara al Señor de una manera en que él no hacía.
i. Este es un tema recurrente en 2 Crónicas: los líderes que buscan al Señor. Podemos esperar que Dios haga grandes cosas cuando su pueblo, y especialmente los líderes de su pueblo, lo busquen. Otros que buscaron al Señor en 2 Crónicas son:
·El fiel remanente de Israel (2 Crónicas 11:16).
·El pueblo de Judá bajo el rey Asa (2 Crónicas 14:4, 15:12-13).
·Josafat en la primera parte de su reino (2 Crónicas 19:3).
·El rey Ezequías (2 Crónicas 31:21).
·El rey Josías (2 Crónicas 34:3).
ii. “Su actitud se resume en la palabra ‘buscar’, que aparece dos veces en hebreo, aunque se traduce de diversas formas… Esta es una palabra clave en el reinado de Josafat, donde tiene el sentido básico de “adoración”, pero también significa descubrir la voluntad de Dios. Demuestra que Josafat tiene una mayor confianza en Dios que en sus recursos militares”. (Selman)
c. E hizo pregonar ayuno a todo Judá: Josafat llamó a la nación a expresar su humildad y total dependencia de Dios a través de un ayuno público – esto es, abstenerse de toda comida por un período de tiempo (típicamente un día o más) y beber solo agua.
i. En Marcos 9:28-29, Jesús explicó que la oración y el ayuno juntos eran una fuente de poder espiritual significativo. No es como si la oración y el ayuno nos hicieran más dignos de ser bendecidos o de hacer la obra de Dios; es que la oración y el ayuno nos acercan más al corazón de Dios, y nos ponen más en línea con su poder. El ayuno es una expresión poderosa de nuestra total dependencia de Él.
d. Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová: Esto mostró al Espíritu de Dios obrando entre su pueblo, incitándolos a responder al llamado emitido por su rey, Josafat.
i. “Para conseguir esta ayuda, era necesario buscarla; y para obtener una ayuda tan extraordinaria, deben buscarla de una manera extraordinaria; por ello proclamó un ayuno universal, y todo el pueblo subió a Jerusalén para buscar al Señor”. (Clarke)
3. (5-12) Josafat dirige a la asamblea en oración.
Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo; Y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y te tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿no está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista? Dios nuestro, ¿no echaste tú los moradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de Abraham tu amigo para siempre? Y ellos han habitado en ella, y te han edificado en ella santuario a tu nombre, diciendo: Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti, (porque tu nombre está en esta casa,) y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás. Ahora, pues, he aquí los hijos de Amón y de Moab, y los del monte de Seir, a cuya tierra no quisiste que pasase Israel cuando venía de la tierra de Egipto, sino que se apartase de ellos, y no los destruyese; He aquí ellos nos dan el pago viniendo a arrojarnos de la heredad que tú nos diste en posesión. ¡Oh Dios nuestro! ¿no los juzgarás tú? porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros: no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos.
a. Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén: Esta gran asamblea que representaba al pueblo reunido necesitaba un líder. Y el consagrado Josafat era el lógico para unir a la asamblea en oración.
i. Adam Clarke llamó a esta “Una de las oraciones más sensatas, piadosas, correctas, y en cuanto a su composición, una de las más elegantes jamás ofrecidas bajo la dispensación del Antiguo Testamento”.
ii. “El difunto y renombrado Gustavo, rey de Suecia, oraba a bordo de un barco, en tierra, en el campo, en medio de la batalla; como si la oración sola fuera la pieza más segura de toda su armadura”. (Trapp)
b. ¿No eres tú Dios en los cielos, y te tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones?: Josafat comenzó esta gran oración reconociendo el poder de Yahveh sobre los cielos y todos los reinos de las naciones. Otros pueblos creían en deidades locales – como si los moabitas tuvieran su dios, los filisteos su dios, los amonitas su dios, etc. Josafat reconocía que el Dios de Israel en realidad era el Dios de todos los reinos, todas las naciones, de toda la tierra y ciertamente del mismo cielo.
c. Dios nuestro, ¿no echaste tú los moradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel: Josafat también oró reconociendo las grandes obras de Dios en el pasado a favor de su pueblo. La lógica es clara: si Dios había hecho grandes cosas por su pueblo en el pasado, se le puede convencer para que haga grandes cosas por su pueblo en su momento de gran necesidad.
d. Nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti: Josafat se puso en los cimientos de oraciones anteriores y respuestas anteriores a la oración. Esto hace eco de la oración que hizo Salomón en la dedicación del templo y pide a Dios que responda no solo a la oración de Josafat, sino también a la de Salomón (2 Crónicas 6:20-25).
e. He aquí los hijos de Amón y de Moab, y los del monte de Seir, a cuya tierra no quisiste que pasase Israel cuando venía de la tierra de Egipto: Josafat oró con conocimiento y entendimiento de la palabra de Dios. Él recordaba que Dios no permitió que Israel invadiera a estos pueblos cuando llegaron de Egipto a la Tierra Prometida (Deuteronomio 2:8-9 y 2:19). Dado que Dios no permitió que Israel destruyera a esos pueblos entonces, sería injusto si les permitiera destruir a Judá ahora. Implícitamente oró para que Dios no permitiera que su pueblo sufriera como consecuencia de su obediencia previa.
i. “Me gusta sumergir mi mano en las promesas, y luego me encuentro capaz de aferrarme con determinación a la poderosa fidelidad de Dios. Una súplica omnipotente a Dios es: ‘Haz como has dicho’”. (Spurgeon)
f. Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros: Aquí Josafat – un rey de pie frente a su pueblo – confesó abiertamente que no tenía la respuesta. Su única respuesta era confiar en Dios, que su poder y bondad protegerían a Judá cuando nada más podía hacerlo.
i. “La frase final, no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos, es una de las expresiones más conmovedoras que podemos encontrar en la biblia”. (Selman)
ii. “Ellos dijeron, ‘a ti volvemos nuestros ojos’. ¿A qué se referían con eso? Ellos quisieron decir, ‘Señor, si la ayuda va a llegar, debe venir de ti. Venimos a ti por ella. No puede venir de ningún otro lugar, así que venimos a ti. Pero creemos que vendrá, los hombres no buscan aquello que saben que no llegará. Nos sentimos seguros de que llegará, pero no sabemos cómo, así que estamos buscando; no sabemos cuándo, pero estamos esperando. No sabemos qué nos pedirás que hagamos, pero así como la sierva ve a su ama, así te vemos a ti, Señor. Señor, en ti tenemos la mirada’”. (Spurgeon)
B. Dios responde la oración de Josafat.
1. (13-15) La promesa es dada a través de un profeta.
Y todo Judá estaba en pie delante de Jehová, con sus niños y sus mujeres, y sus hijos. Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el espíritu de Jehová en medio de la reunión; Y dijo: Oid, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande; porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.
a. Y todo Judá estaba en pie delante de Jehová, con sus niños y sus mujeres, y sus hijos: El sentido es que después de la gran oración de Josafat, el pueblo permaneció en silencio delante de Jehová, esperando en Él por algún sentido de dirección o aliento.
i. “Podrías haber escuchado el sonido incluso del viento entre los árboles en ese momento, porque estaban tan silenciosos y callados como tú lo estuviste hace un momento. Oh, cuando sepas que el Señor quiere librarte, inclina la cabeza y dale la adoración tranquila, profunda y solemne de tu espíritu”. (Spurgeon)
b. Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías. . . sobre el cual vino el espíritu de Jehová en medio de la reunión: De este gran grupo reunido, el espíritu de Jehová descendió sobre un hombre para hablar a toda la reunión. Esta fue una palabra profética espontánea que llegó mientras el pueblo de Dios esperaba ante Él y lo buscaba.
c. No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande; porque no es vuestra la guerra, sino de Dios: La amenaza era real – realmente había una multitud tan grande dedicada a destruir a Judá. Sin embargo la orden fue que no tuvieran miedo y que no se amedrentaran, porque la guerra era de Dios. Él pelearía por Judá contra esta multitud tan grande.
2. (16-17) La orden de estar quietos y creer.
Mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. No habrá para qué peleéis vosotros en este caso: paraos, estad quedos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, que Jehová estará con vosotros.
a. Mañana descenderéis contra ellos: Esta fue una orden importante. Uno podría pensar que debido a la promesa de 2 Crónicas 20:15, Judá ni siquiera tendría que aparecer en la batalla y que quizás Dios querría que se quedaran en Jerusalén y oraran. Sin embargo, Dios quería que salieran a la batalla contra el enemigo y usaría su participación en la batalla.
b. He aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis: Dios conocía con precisión los planes de los ejércitos atacantes y transmitió esta información al rey y al pueblo de Judá.
c. No habrá para qué peleéis vosotros en este caso: paraos, estad quedos, y ved la salvación de Jehová con vosotros: Judá no necesitaba pelear en este caso, sin embargo, eso no significaba que no tenían nada que hacer. Era un paso significativo de fe posicionarse, permanecer quietos y creer que verían la salvación de Jehová frente a un gran ejército atacante.
d. Salid mañana contra ellos: Había muchas formas en que Dios podría haber derrotado a estos ejércitos unidos contra Judá, pero designó una forma que exigía la participación de la fe de parte de Judá. Tuvieron que trabajar en asociación de fe con Dios.
3. (18-19) La respuesta de adoración y alabanza.
Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante de Jehová, y adoraron a Jehová. Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz.
a. Se postraron delante de Jehová, y adoraron a Jehová: Tanto el rey como el pueblo sabían que la palabra profética a través de Jahaziel fue un verdadero mensaje de Dios. Al recibirlo como una palabra de Dios, adoraron al Señor que prometió salvar a su pueblo de esta terrible amenaza. Fue una respuesta lógica.
i. “Adoraron, pero ¿por qué lo hicieron? No habían sido librados. No, pero estaban seguros de que lo serían. Sus enemigos no estaban muertos. No, todos estaban vivos, pero estaban seguros de que lo estarían, así que tuvieron adoración y su devoción brotó de corazones confiados y agradecidos”. (Spurgeon)
b. Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz: Primero adoraron con la postura de sus cuerpos y corazones; luego con una canción dirigida por el coro de los líderes levíticos de adoración.
4. (20-21) La batalla es dirigida por adoradores cantando.
Y cuando se levantaron por la mañana, salieron por el desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat estando en pie, dijo: Oidme, Judá y moradores de Jerusalén . Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados. Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre.
a. Y cuando se levantaron por la mañana, salieron: Esto mostró que realmente creyeron en la profecía de Jahaziel. Una cosa era profesar la fe entre una asamblea emocionada; otra cosa era salir al encuentro de los ejércitos enemigos.
b. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados: Con esta exhortación, Josafat mostró que él consideraba que creer en los profetas de Dios era igual a creer en Jehová vuestro Dios. Esto sigue siendo cierto; creer en la palabra de Dios es creer en Dios mismo.
c. Y habido consejo con el pueblo: Josafat era sabio y lo suficientemente bueno como para saber que, dado que esta crisis ponía en riesgo al pueblo, entonces el pueblo debía de ser consultado con respecto a algunos de los detalles, incluidos los algunos que cantasen y alabasen a Jehová.
i. No debemos pensar que en ese momento la monarquía de Israel se convirtió en una democracia. Más bien, cumplió lo que siempre debió haber sido: una monarquía que estaba en contacto con el pueblo y que respondía a las necesidades de este y a sus opiniones.
d. Vestidos de ornamentos sagrados: La santidad de Dios – Su “ser aparte” – tiene una belleza maravillosa y distinta al respecto. Es hermoso que Dios sea Dios y no hombre; que Él es más que el hombre más grande o superhombre. Su amor santo, gracia, justicia y majestad son hermosos.
e. Mientras salía la gente armada: Los cantores y adoradores guiaron al ejército a esta batalla. Estaba claro que Judá esperaba una batalla porque trajeron gente armada. Sin embargo, también estaba claro que esperaban una batalla sobrenatural porque dejaron que los cantores y adoradores fueran delante de la gente armada.
i. Estos adoradores evidentemente dieron un paso de fe peligroso. Si sucedía lo impensable y Dios no intervenía, serían los primeros asesinados por un enemigo despiadado. No es de extrañar que el rey Josafat consultara con el pueblo sobre quiénes debían ser estos cantores y adoradores.
f. Que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre: Este fue el estribillo de su canción. No descansaron en sus propios méritos ni en los méritos de Abraham, Moisés, o David. Ellos confiaron y descansaron en la interminable misericordia de Dios.
5. (22-30) Victoria sobre el enemigo y saqueo del enemigo.
Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab, y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros: Porque los hijos de Amón y Moab se levantaron contra los del monte de Seir, para matarlos y destruirlos; y cuando hubieron acabado con los del monte de Seir, cada cual ayudó a la destrucción de su compañero. Y luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron hacia la multitud; y he aquí yacían ellos en tierra muertos, pues ninguno había escapado. Viniendo entonces Josafat y su pueblo a despojarlos, hallaron entre los cadáveres muchas riquezas, así vestidos como alhajas preciosas, que tomaron para sí, tantos, que no los podían llevar: tres días estuvieron recogiendo el botín, porque era mucho. Y al cuarto día se juntaron en el valle de Beraca; porque allí bendijeron a Jehová, y por esto llamaron el nombre de aquel paraje el valle de Beraca, hasta hoy. Y todo Judá y los de Jerusalén, y Josafat a la cabeza de ellos, volvieron para regresar a Jerusalén gozosos, porque Jehová les había dado gozo librándolos de sus enemigos. Y vinieron a Jerusalén con salterios, arpas, y trompetas, a la casa de Jehová. Y el pavor de Dios cayó sobre todos los reinos de aquella tierra, cuando oyeron que Jehová había peleado contra los enemigos de Israel. Y el reino de Josafat tuvo paz; porque su Dios le dio paz de todas partes.
a. Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab, y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos. . . y se mataron los unos a los otros: Tal como Dios lo prometió, la batalla era suya y ganó la victoria a favor de Judá. Podríamos decir que no fue su alabanza lo que ganó la batalla, más bien fue su fe; sin embargo su alabanza ciertamente fue evidencia de su fe. Cuando uno realmente cree las palabras y las promesas de Dios, no puede evitar alabarle.
i. “La forma de la palabra para emboscadas es un poco inusual y en realidad significa ‘emboscadores’, y dado que se dice que Dios los envió, algunos han pensado que debieron ser agentes sobrenaturales”. (Selman)
b. Porque los hijos de Amón y Moab se levantaron contra los del monte de Seir, para matarlos y destruirlos: Esto describe cómo Dios puso emboscadas contra los enemigos de Judá. Los incitó a pelear entre ellos para que se derrotaran entre sí, y lo único que Judá tuvo que hacer fue recoger el botín.
i. “Algunos entienden esta emboscada como de los santos ángeles, enviados repentinamente sobre ellos para matarlos; después de lo cual, confundiendo el asunto, y suponiendo que se trataba de sus propios compañeros, volaron sobre ellos y envainaron sus espadas en las entrañas de los demás”. (Trapp)
c. Y luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron hacia la multitud; y he aquí yacían ellos en tierra muertos: Parece que el ejército de Judá, dirigido por los adoradores que cantaban, nunca se enfrentó a los ejércitos enemigos. Quizás Dios les perdonó esa prueba particular de fe y cuando realmente se encontraron con los ejércitos enemigos, ya estaban muertos y ninguno había escapado.
d. Y al cuarto día se juntaron en el valle de Beraca; porque allí bendijeron a Jehová: Se habían reunido para clamar a Dios por su liberación; Era apropiado que también se reunieran para dar gracias a Dios y bendecir su nombre, porque Jehová les había dado gozo librándolos de sus enemigos.
e. Y el pavor de Dios cayó sobre todos los reinos de aquella tierra, cuando oyeron que Jehová había peleado contra los enemigos de Israel: La misma victoria fue una advertencia para las naciones vecinas. Esto le dio a Josafat y a su reino paz de todas partes.
i. Notamos que esto no se convirtió en un patrón de guerra en Judá ni en una invitación a la conquista encabezada por el “invencible ejército de alabanza”. Esto fue en respuesta directa a un mensaje específico de Dios; desobedecer habría sido un pecado, pero también habría sido un pecado convertirlo en un modelo permanente para todas las futuras guerras en Judá.
ii. El principio de Dios luchando a favor de Su pueblo y la gloria de la alabanza confiada antes de la batalla permanecían; cómo Dios quería que su pueblo participara en la batalla difería de una circunstancia a otra de acuerdo con la dirección del Espíritu Santo en su situación.
iii. Lo más importante es que podemos alabar a Dios porque Jesucristo ha peleado la batalla por nuestra salvación y por rescatarnos del juicio de Dios que merecíamos con tanta razón. Esto nos hace más que vencedores en Jesucristo porque Él pelea la batalla y derrota a nuestro enemigo, y nosotros compartimos del botín (Romanos 8:37).
6. (31-37) La conclusión del reinado de Josafat.
Así reinó Josafat sobre Judá; de treinta y cinco años era cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén . El nombre de su madre fue Azuba, hija de Silhi. Y anduvo en el camino de Asa su padre, sin apartarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová. Con todo eso los lugares altos no fueron quitados; pues el pueblo aún no había enderezado su corazón al Dios de sus padres. Los demás hechos de Josafat, primeros y postreros, he aquí están escritos en las palabras de Jehú hijo de Hanani, del cual se hace mención en el libro de los reyes de Israel. Pasadas estas cosas, Josafat rey de Judá trabó amistad con Ocozías rey de Israel, el cual era dado a la impiedad: e hizo con él compañía para construir naves que fuesen a Tarsis; y construyeron las naves en Ezión-geber. Entonces Eliezer hijo de Dodava, de Maresa, profetizó contra Josafat, diciendo: Por cuanto has hecho compañía con Ocozías, Jehová destruirá tus obras. Y las naves se rompieron, y no pudieron ir a Tarsis.
a. Y anduvo en el camino de Asa su padre: Asa fue un buen rey y su hijo Josafat siguió sus pasos haciendo lo recto ante los ojos de Jehová.
b. Con todo eso los lugares altos no fueron quitados: Josafat no hizo todo lo que debió haber hecho como rey. Sin embargo, el cronista parece decirnos que esto fue en mayor parte porque el pueblo aún no había enderezado su corazón al Dios de sus padres. Josafat fue un reformador, pero el pueblo no permitió ser completamente reformado.
i. “La culpa no fue de Josafat, sino del pueblo, que, aunque adoraba al Dios verdadero, no quiso confinarse al templo, sino por su propia conveniencia o por su afecto a sus antiguas costumbres, decidió adorarlo en los lugares altos”. (Poole)
c. Hizo con él compañía para construir naves que fuesen a Tarsis: 1 Reyes 22:48-49 nos dice que esta asociación inicial con Ocozías rey de Israel terminó en un desastre, cuando los buques naufragaron en Ezión-geber. También nos dice que después de la reprensión de Eliezer hijo de Dodava, el rey Josafat rechazó otra oferta de alianza con Ocozías. Había aprendido la lección y no agregó error tras error.
i. “La frase ‘naves de comercio’ interpreta una traducción más literal del hebreo, es decir, ‘barcos que podrían ir a Tarsis’. La idea es que estos barcos pertenecían a la clase de barcos que iban a Tarsis; su destino real era Ofir (cf. en2 Crónicas 8:18;1 Reyes 22:48)”. (Payne)
d. Jehová destruirá tus obras: Esto puede parecer cruel por parte de Dios, pero en realidad fue misericordia. Le impidió a Josafat otra alianza impía. Ceder a esta tentación lo había lastimado antes.
©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com