A. Buscar al Señor en un tiempo de juicio inminente.
1. (1-3) Venir del exilio y cautiverio.
Oíd esta palabra que yo levanto para lamentación sobre vosotros, casa de Israel. Cayó la virgen de Israel, y no podrá levantarse ya más; fue dejada sobre su tierra, no hay quien la levante. Porque así ha dicho Jehová el Señor: La ciudad que salga con mil, volverá con ciento, y la que salga con ciento volverá con diez, en la casa de Israel.
a. Cayó la virgen de Israel: Amós veía a Israel como una joven trágica que había caído y había quedado desamparada, sin que nadie viniera en su ayuda. En su rebelión contra Dios, Israel estaba tan indefensa como una mujer joven entre hombres violentos.
i. Virgen “representa la vulnerabilidad de Israel y la tristeza especial que acompaña a su muerte, como si hubiera tenido fecundidad y toda una vida para vivir ante ella”. (Hubbard)
b. La ciudad que salga con mil, volverá con ciento: Amós predijo que las cosas se pondrían tan mal para Israel que cuando el enemigo viniera, una ciudad que antes hubiera enviado mil soldados solo volvería con ciento.
“Solo quedará un puñado de hombres harapientos y cansados de la guerra, del orgulloso ejército de Israel”. (McComiskey)
2. (4-9) Una invitación para buscar al Señor.
Pero así dice Jehová a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis; y no busquéis a Bet-el, ni entréis en Gilgal, ni paséis a Beerseba; porque Gilgal será llevada en cautiverio, y Bet-el será deshecha. Buscad a Jehová, y vivid; no sea que acometa como fuego a la casa de José y la consuma, sin haber en Bet-el quien lo apague. Los que convertís en ajenjo el juicio, y la justicia la echáis por tierra, buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová es su nombre; que da esfuerzo al despojador sobre el fuerte, y hace que el despojador venga sobre la fortaleza.
a. Buscadme, y viviréis: Cuando Israel estaba maduro para el juicio, la clave para sobrevivir era simplemente buscar a Jehová. Sin embargo, no podían buscar al Señor a menos que primero dejaran de buscar lugares de desobediencia y obstinación (ejemplificados por Bet-el y Gilgal, otros centros rivales de adoración).
i. Bet-el, Gilgal, y Beerseba fueron una vez lugares asociados con gran privilegio y herencia espiritual. Ahora eran lugares de adoración vana y vacía.
·Bet-el fue el lugar donde Dios se encontró con Jacob (Génesis 28:11-19, Génesis 35:1-7).
·Gilgal fue el lugar donde se quitó el oprobio espiritual de Israel en los días de Josué (Josué 5:1-12).
·Beerseba estaba conectada con Abraham, Isaac y Jacob (Génesis 21:22-33, 26:23-33, 46:1-5).
ii. Hay un juego de palabras en la frase “porque Gilgal será llevada en cautiverio, y Bet-el será deshecha”. No aparece en la traducción al español, pero en hebreo es un ingenioso juego de palabras.
b. Los que convertís en ajenjo el juicio, y la justicia la echáis por tierra: Amós nuevamente confrontó el corrupto sistema legal de Israel. El juicio había sido completamente corrompido, y la justicia estaba prácticamente muerta
c. Hace las Pléyades y el Orión: Amós explicó por qué Dios era digno de ser buscado, y por qué podía librar a Israel de su ruina venidera. Él podría hacerlo porque Él es el Dios lo suficientemente poderoso y sabio para hacer y sostener las constelaciones de estrellas en el cielo y administrar la creación.
i. Esto significa que Dios es lo suficientemente fuerte para salvar, pero también lo suficientemente fuerte para traer juicio (que da esfuerzo al despojador sobre el fuerte, y hace que el despojador venga sobre la fortaleza). Si el fuerte y la fortaleza no pueden resistir ante el poder de Dios, nadie puede.
3. (10-15) La causa, la maldición, y la cura.
Ellos aborrecieron al reprensor en la puerta de la ciudad, y al que hablaba lo recto abominaron. Por tanto, puesto que vejáis al pobre y recibís de él carga de trigo, edificasteis casas de piedra labrada, mas no las habitaréis; plantasteis hermosas viñas, mas no beberéis el vino de ellas. Porque yo sé de vuestras muchas rebeliones, y de vuestros grandes pecados; sé que afligís al justo, y recibís cohecho, y en los tribunales hacéis perder su causa a los pobres. Por tanto, el prudente en tal tiempo calla, porque el tiempo es malo. Buscad lo bueno, y no lo malo, para que viváis; porque así Jehová Dios de los ejércitos estará con vosotros, como decís. Aborreced el mal, y amad el bien, y estableced la justicia en juicio; quizá Jehová Dios de los ejércitos tendrá piedad del remanente de José.
a. Ellos aborrecieron al reprensor en la puerta de la ciudad: Amós nos cuenta la causa del juicio venidero – la forma terrible en la que las personas en Israel se trataban unos a otros, especialmente cómo los fuertes se aprovechaban de los débiles. Los débiles no tenían voz en la puerta, y eran robados por los impuestos opresivos. Los ricos se aprovechaban con sobornos y pagaban al sistema para que pudiera sacar a los pobres de la justicia.
i. La puerta era el tribunal de justicia en las ciudades antiguas. Los tribunales de Israel estaban tan corruptos que silenciaban a los pobres y justos. El efecto de esta cultura de injusticia era que el prudente en tal tiempo calla, porque el tiempo es malo – las personas piadosas y justas no hablaban por temor a la retribución o porque sabían que no serviría de nada.
ii. “Las decisiones judiciales de cada comunidad se tomaban en la puerta de la ciudad, donde se reunían los jefes de familia y otros ancianos para oír testigos, arbitrar disputas, dirimir controversias y en general impartir justicia. El espacio en el lado interior de la puerta junto con las habitaciones o nichos en el área de la puerta misma se utilizaban como salas de audiencias”. (Hubbard)
b. Edificasteis casas de piedra labrada, mas no las habitaréis: Amós nos cuenta la maldición de Dios por la maldad de Israel. Aunque los inicuos en Israel ganaron lujosas casas y viñas por su opresión de los pobres y de la justicia, las ganancias eran solo temporales. Dios los desalojaría de sus casas y viñas ganados deshonestamente.
c. Buscad lo bueno, y no lo malo, para que viváis; porque así Jehová Dios de los ejércitos estará con vosotros: Amós proclamó la cura de Dios para el pecado de Israel. Deben comenzar a buscar simplemente lo bueno, y no lo malo. Deben transformar sus tribunales corruptos y establecer la justicia en el juicio.
B. Lamentos y ayes sobre Israel.
1. (16-20) Lamentos y ayes en el día de Jehová.
Por tanto, así ha dicho Jehová, Dios de los ejércitos: En todas las plazas habrá llanto, y en todas las calles dirán: ¡Ay! ¡Ay!, y al labrador llamarán a lloro, y a endecha a los que sepan endechar. Y en todas las viñas habrá llanto; porque pasaré en medio de ti, dice Jehová. ¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este día de Jehová? Será de tinieblas, y no de luz; como el que huye de delante del león, y se encuentra con el oso; o como si entrare en casa y apoyare su mano en la pared, y le muerde una culebra. ¿No será el día de Jehová tinieblas, y no luz; oscuridad, que no tiene resplandor?
a. Al labrador llamarán a lloro, y a endecha a los que sepan endechar: Esto se refería a la práctica judía de contratar a dolientes profesionales para gemir en un funeral. Amós describió un juicio tan generalizado que habría escasez de personas que sepan endechar, así que tendrían que llamar el labrador a lloro.
i. Debido a que el profeta Amós era agricultor, a menudo relacionaba los juicios de Dios con la forma en que afectan a los agricultores de Israel.
b. ¿Para qué queréis este día de Jehová? Será de tinieblas, y no de luz: En su ritual religioso, el pueblo de Israel todavía afirmaba que anhelaba el día de Jehová. Amós les advirtió correctamente que no sabían lo que pedían porque el día de Jehová les traería juicio, no misericordia. Terminarían peor que antes; ¡Será como el que huye de delante del león, y se encuentra con el oso!
i. “La parábola ilustrativa deja en claro que la oscuridad y la luz no hablan aquí de maldad y justicia sino de desastre y seguridad”. (Hubbard)
2. (21-27) Las ceremonias religiosas de Israel no los salvarán del llanto ni del ay por venir.
Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me complaceré en vuestras asambleas. Y si me ofreciereis vuestros holocaustos y vuestras ofrendas, no los recibiré, ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales engordados. Quita de mí la multitud de tus cantares, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos. Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo. ¿Me ofrecisteis sacrificios y ofrendas en el desierto en cuarenta años, oh casa de Israel? Antes bien, llevabais el tabernáculo de vuestro Moloc y Quiún, ídolos vuestros, la estrella de vuestros dioses que os hicisteis. Os haré, pues, transportar más allá de Damasco, ha dicho Jehová, cuyo nombre es Dios de los ejércitos.
a. Aborrecí, abominé vuestras solemnidades: Esto habría asombrado – y ofendido – a aquellos en Israel que escucharan a Amós decir esto. Se decían a sí mismos que realmente estaban honrando a Dios y complaciéndolo con la observancia de las solemnidades (fiestas) y asambleas sagradas, pero Dios estaba ofendido por su ceremonialismo religioso, desconectado del corazón y de la justicia entre ellos.
i. Amós expresó la misma idea que Jesús expresó en Mateo 5:23-24: Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Dios pensaba que todo lo que hacía Israel – sus solemnidades (fiestas), sus asambleas, sus holocaustos, sus ofrendas, y sus cantares no eran nada mientras no hubiera juicio o justicia en sus tratos con los demás.
b. Corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo: Es fácil separar nuestras ceremonias religiosas de la forma en que tratamos a los demás, y pensar que Dios debería estar feliz si le damos “lo que le corresponde” sin tener en cuenta el juicio y la justicia hacia los demás. Dios no lo tolerará. Él dice: “Ahórrense sus molestas ceremonias religiosas, y corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo”.
i. “Un fluir momentáneo de justicia y rectitud no servirá; estas virtudes son mantenerse en el orden social como un arroyo que no se seca con el calor del verano”. (McComiskey)
c. Antes bien, llevabais el tabernáculo de vuestro Moloc y Quiún, ídolos vuestros, la estrella de vuestros dioses que os hicisteis: Aparentemente, estas eran deidades paganas que Israel trajo consigo de Egipto a la Tierra Prometida. Dios le recordó a Israel que aunque le ofrecieron sacrificios en el desierto, también se aferraron a su idolatría. No le agradó entonces y no le agrada ahora.
i. Se ha traducido tabernáculo y Quiún como santuario y pedestal. Sencillamente es un pasaje difícil de traducir. La Septuaginta tiene Sicut en vez de Moloc y Rephan (una deidad egipcia relacionada con el planeta Saturno) en vez de Quiún.
d. Os haré, pues, transportar más allá de Damasco: El pecado extremo de Israel merecía una corrección extrema, nada menos que exilio y cautiverio.
©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com