A. El juicio trae ruina.
1. (1-4) El juicio de Dios es ineludible.
Vi al Señor que estaba sobre el altar, y dijo: Derriba el capitel, y estremézcanse las puertas, y hazlos pedazos sobre la cabeza de todos; y al postrero de ellos mataré a espada; no habrá de ellos quien huya, ni quien escape. Aunque cavasen hasta el Seol, de allá los tomará mi mano; y aunque subieren hasta el cielo, de allá los haré descender. Si se escondieren en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré; y aunque se escondieren de delante de mis ojos en lo profundo del mar, allí mandaré a la serpiente y los morderá. Y si fueren en cautiverio delante de sus enemigos, allí mandaré la espada, y los matará; y pondré sobre ellos mis ojos para mal, y no para bien.
a. Vi al Señor que estaba sobre el altar: En esta visión final de Amós, vio al Señor justo en el templo, supervisando la obra del juicio. Amós quería que Israel supiera que Dios no estaba distante ni siquiera de su ardua obra de juicio.
i. “Al igual que el jefe de un escuadrón de demolición o el comandante de un enemigo invasor, lleva a cabo sus órdenes de destruir el templo y asume la responsabilidad personal de asegurarse de que el último infractor sea llevado ante la justicia”. (Hubbard)
b. Derriba el capitel, y estremézcanse las puertas: A menudo, el capitel es la parte estructuralmente más fuerte de una casa. Si se rompen los postes de las puertas, es señal de que toda la casa se ha derrumbado. Esta es una forma poética y poderosa de describir la destrucción total.
c. No habrá de ellos quien huya, ni quien escape: Esta era la forma en que Dios le decía a Israel que podían correr, pero que no podían esconderse de Él y de su juicio. Incluso si intentaran cavar hasta el Seol o subir hasta el cielo, no podrían escapar de su responsabilidad ante Dios. Ni un monte alto (Carmelo), ni las profundidades del mar podían esconderlos del juicio.
d. Pondré sobre ellos mis ojos para mal, y no para bien: Una parte esencial del Antiguo Pacto era la promesa de bendición o maldición (Deuteronomio 28, Levítico 26) basada en la obediencia de Israel. Si Israel estaba en desobediencia crónica y sistémica, podían esperar que la mirada de Dios hacia ellos fuera para mal, y no para bien.
i. Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios … Así como Jehová se gozaba en haceros bien y en multiplicaros, así se gozará Jehová en arruinaros y en destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra a la cual entráis para tomar posesión de ella (Deuteronomio 28:15, 63).
ii. Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en oposición, yo también procederé en contra de vosotros, y os heriré aún siete veces por vuestros pecados. Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto (Levítico 26:23-25a).
iii. ¡Cuánto mejor vivir bajo la bendición del Nuevo Pacto! La promesa de Romanos 8:31 se mantiene: Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? Sabemos que debido a nuestra posición en gracia por la fe, Dios es por nosotros. Todo el mal que merecemos fue derramado completamente sobre Jesucristo.
2. (5-10) Israel zarandeado entre las naciones.
El Señor, Jehová de los ejércitos, es el que toca la tierra, y se derretirá, y llorarán todos los que en ella moran; y crecerá toda como un río, y mermará luego como el río de Egipto. El edificó en el cielo sus cámaras, y ha establecido su expansión sobre la tierra; él llama las aguas del mar, y sobre la faz de la tierra las derrama; Jehová es su nombre. Hijos de Israel, ¿no me sois vosotros como hijos de etíopes, dice Jehová? ¿No hice yo subir a Israel de la tierra de Egipto, y a los filisteos de Caftor, y de Kir a los arameos? He aquí los ojos de Jehová el Señor están contra el reino pecador, y yo lo asolaré de la faz de la tierra; mas no destruiré del todo la casa de Jacob, dice Jehová. Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae un granito en la tierra. A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, que dicen: No se acercará, ni nos alcanzará el mal.
a. El Señor, Jehová de los ejércitos, es el que toca la tierra, y se derretirá: Esta no era solo una introducción poética. Cuando Israel recordaba quién es Dios–entendiendo todo su poder y gloria – entonces actuaban de una manera que le daba gloria a Él. Constantemente, Amós y los otros profetas nos enseñan lo que debemos hacer basados en entender quién es Dios.
i. Amós usa el título Señor, Jehová otra vez – usado 12 veces en Amós 7-9, enfatizando la soberanía de Dios. “Esa soberanía está simbolizada en el nombre de Dios que domina esta sección – Señor Dios, literalmente ‘Mi Maestro Yahveh’”. (Hubbard)
ii. “Lo que cuenta es que la presencia de Dios está como en casa en todas partes del universo de arriba a abajo, y esa presencia es absolutamente confiable y permanentemente para tener en cuenta”. (Hubbard)
b. El edificó en el cielo sus cámaras, y ha establecido su expansión sobre la tierra: Este es un pasaje difícil de traducir, y la RV1960 lo hace tan bien como cualquier otra traducción.
i. “Es difícil captar la imagen exacta de lo que Yahveh está construyendo en el versículo 6. La construcción celestial puede ser una ‘escalera’ o una ‘cámara en el techo’… El componente terrenal es aún más difícil de definir con precisión”. (Hubbard)
c. He aquí los ojos de Jehová el Señor están contra el reino pecador: Es impactante – y terrible – escuchar a Israel ser llamado el reino pecador. Dios quiere que todo su pueblo esté profundamente impresionado de que no puedan asumir tener su misericordia ni de ser sus “escogidos”.
i. Israel pensaba que los etíopes eran un pueblo remoto e insignificante, por lo que Dios dice: “¿no me sois vosotros como hijos de etíopes?”. Dios también le recuerda a Israel: “Sí, yo los saqué de Egipto, pero también saqué a los filisteos de Caftor, y de Kir a los arameos. No piensen que son tan especiales como para volverse orgullosos y presuntuosos. Ustedes son un reino pecador”.
d. Y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones: Dios usará el exilio de Israel entre las naciones para zarandear a su pueblo – no para destruirlos, sino para purificarlos. En todo ello, no cae un granito en la tierra. El zarandeo de Dios solo elimina la paja, nunca el grano – ni siquiera el grano más pequeño. Sólo serán culpables bajo el juicio todos los pecadores de mi pueblo, los que presumen demasiado y nunca se humillan.
i. “Creo que te veo, pobre creyente, zarandeado como ese trigo, arriba y abajo, a derecha e izquierda, en la criba y en el aire, sin descansar nunca. Tal vez se te sugiera: ‘Dios está muy enojado contigo’. No, el agricultor no está enojado con su trigo cuando lo echa en la criba, y Dios tampoco está enojado contigo; esto lo verás un día cuando la luz muestre que el amor gobernó en todas tus penas”. (Spurgeon)
B. Israel restaurado para bendición y abundancia.
1. (11-12) Restauración de la casa de David en Israel.
En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a todas las naciones, dice Jehová que hace esto.
a. Yo levantaré el tabernáculo caído de David: Mucho antes del tiempo de Amós, el reino del norte de Israel rechazó a la casa real de David. Aquí Dios prometió restaurar el linaje real de David, cumplido en el Mesías, Jesucristo, que es del tabernáculo caído de David.
i. Este es un cambio abrupto del fuerte mensaje de reprensión y juicio. “La transición del versículo 10 al versículo 11 es la más abrupta y sorprendente de todo el libro. La espada del juicio da paso a la pala de la reconstrucción”. (Hubbard)
ii. Sin este último pasaje y cambio de tono, el libro de Amós estaría incompleto. “Ahora se declara que la razón del juicio divino no es la venganza, sino la única forma en que es posible marcar el comienzo del orden restaurado en el que está puesto el corazón de Dios”. (Morgan).
b. Levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado: Dios prometió tomar lo que estaba en ruinas y repararlo y edificarlo. A veces Dios obra de una manera completamente nueva, dejando morir lo viejo y haciendo una obra de nueva creación (2 Corintios 5:17, Isaías 43:19). Otras veces Dios obra para levantar… ruinas y reconstruir. ¡Ambas son obras gloriosas del Señor!
i. Amós sabía que Israel estaba en ruinas, porque habla de restaurar el tabernáculo caído de David en vez de la casa de David. Un tabernáculo es una casa, pero humilde. Este “representa la ‘casa’ de David que se estaba convirtiendo en una choza en ruinas; en la época de Amós, la dinastía davídica había caído tan bajo que ya no podía llamarse casa”. (McComiskey)
c. Y a todas las naciones: Dios anunció que incluso los gentiles sobre los cuales es invocado mi nombre entrarían bajo el tabernáculo de David, una promesa cumplida en Jesús.
i. Santiago, el hermano de Jesús, citó Amós 9:11-12 en el Concilio de Jerusalén. Usó este pasaje para demostrar que Dios prometió alcanzar a los gentiles y traerlos a su reino bajo el Mesías, no bajo Israel.
ii. Hechos 15:17 dice Para que el resto de los hombres en lugar de lo que tenemos en Amós 9:12 (posean el resto de Edom). Esto se debe a que la Septuaginta, la traducción antigua del Antiguo Testamento del hebreo al griego, tradujo Edom como “Adán” –“humanidad”.
2. (13-15) Restauración de la abundancia a Israel.
He aquí vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán. Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo.
a. Vienen días: Bajo la inspiración de Dios, el profeta Amós termina el libro con una nota de gran esperanza, anticipando un día de gran prosperidad y abundancia en Israel. Bajo el reinado de Jeroboam II, tenían abundancia material, pero no estaba en el Señor. Dios prometió restaurarlos a la prosperidad de Él y en Él.
b. En que el que ara alcanzará al segador: Amós describió cuán milagrosa y sorprendente sería la bendición y restauración de Dios.
i. Cuando Dios libera bendición y restauración, el fruto viene rápidamente. “El labrador y el segador trabajaban por separado… pero aquí chocan entre sí, tan abundantes son las cosechas y tan ansiosa está la tierra por crecer más”. (Hubbard)
ii. Cuando Dios suelta bendición y restauración, el fruto viene de lugares inesperados. Normalmente, las vides no crecen bien en las montañas o colinas altas, pero en los días de la restauración de Israel, incluso los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán.
iii. Cuando Dios suelta bendición y restauración, el fruto viene con gran calidad (destilarán mosto).
iv. Cuando Dios libera bendición y restauración, el trabajo es bendecido, pero sigue siendo trabajo. El que ara, el segador, el pisador de uvas, y el que lleva la simiente todavía tienen trabajo que hacer. Dios no solo hace todo por ellos, sino que bajo la bendición y restauración de Dios, el trabajo se realiza con energía y alegría. El que ara no se limita a esperar; ¡se ocupa incluso si comienza a toparse con el segador! “Una señal de un verdadero avivamiento, y de hecho una parte esencial de él, es el aumento de la actividad de los obreros de Dios”. (Spurgeon)
v. Sin embargo, incluso si no es un tiempo de notable bendición y restauración, la obra de Dios todavía merece nuestra energía y esfuerzo. “El deber de la Iglesia no debe medirse por su éxito. Es el deber del ministro predicar el evangelio tanto en tiempos adversos como en tiempos propicios. No debemos pensar, si Dios retiene el rocío, que debemos retener el arado. No debemos imaginar que, si vienen épocas infructuosas, debemos dejar de sembrar nuestra semilla. Nuestro negocio es con el acto, no con el resultado. La iglesia tiene que cumplir con su deber, aunque ese deber no le traiga ninguna recompensa presente”. (Spurgeon)
c. Los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra: Muchas de las advertencias del profeta Amós eran sobre la amenaza de la cautividad y el exilio venideros. Dios prometió la restauración y anhelaba el día en que Israel nunca más sería arrancado de su tierra.
©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com