Ester 4 – La decisión de Ester
A. El luto de Mardoqueo.
1. (1-3) Él y el resto de los judíos lamentan su destino.
Luego que supo Mardoqueo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y de ceniza, y se fue por la ciudad clamando con grande y amargo clamor. Y vino hasta delante de la puerta del rey; pues no era lícito pasar adentro de la puerta del rey con vestido de cilicio. Y en cada provincia y lugar donde el mandamiento del rey y su decreto llegaba, tenían los judíos gran luto, ayuno, lloro y lamentación; cilicio y ceniza era la cama de muchos.
a. Rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y ceniza: Aunque Mardoqueo estaba angustiado por todo esto, recordamos también que su integridad fue la causa de ello. Él clamó con grande y amargo clamor, pero no cambiaría de opinión y se postraría a los pies de Amán para salvarse a sí mismo o a su pueblo.
i. Esto no solo se debió a la integridad personal de Mardoqueo, sino también a que conocía el carácter de las leyes de los persas – que no podían cambiarse una vez decretadas (Ester 1:19.)
b. Tenían los judíos gran luto: La reacción de Mardoqueo fue imitada en todo el Imperio Persa en expresiones públicas de dolor y horror.
2. (4-7) Mardoqueo le explica el problema a Ester.
Y vinieron las doncellas de Ester, y sus eunucos, y se lo dijeron. Entonces la reina tuvo gran dolor, y envió vestidos para hacer vestir a Mardoqueo, y hacerle quitar el cilicio; mas él no los aceptó. Entonces Ester llamó a Hatac, uno de los eunucos del rey, que él había puesto al servicio de ella, y lo mandó a Mardoqueo, con orden de saber qué sucedía, y por qué estaba así. Salió, pues, Hatac a ver a Mardoqueo, a la plaza de la ciudad, que estaba delante de la puerta del rey. Y Mardoqueo le declaró todo lo que le había acontecido, y le dio noticia de la plata que Amán había dicho que pesaría para los tesoros del rey a cambio de la destrucción de los judíos.
a. Vinieron las doncellas de Ester, y sus eunucos, y se lo dijeron: Ester, que vivía en el aislamiento del palacio, aún no se había enterado de este decreto. Antes de que entendiera el decreto, no podía entender por qué su primo Mardoqueo hacía tal espectáculo de sí mismo.
b. La plata que Amán había dicho que pesaría para los tesoros del rey a cambio de la destrucción de los judíos: Mardoqueo estaba muy consciente del motivo del dinero que hizo que el rey Asuero se mostrara receptivo a este malvado plan.
B. La petición de Mardoqueo.
1. (8-12) Su primera petición y la apelación de Ester a él en respuesta.
Le dio también la copia del decreto que había sido dado en Susa para que fuesen destruidos, a fin de que la mostrase a Ester y se lo declarase, y le encargara que fuese ante el rey a suplicarle y a interceder delante de él por su pueblo. Vino Hatac y contó a Ester las palabras de Mardoqueo. Entonces Ester dijo a Hatac que le dijese a Mardoqueo: Todos los siervos del rey, y el pueblo de las provincias del rey, saben que cualquier hombre o mujer que entra en el patio interior para ver al rey, sin ser llamado, una sola ley hay respecto a él: ha de morir; salvo aquel a quien el rey extendiere el cetro de oro, el cual vivirá; y yo no he sido llamada para ver al rey estos treinta días. Y dijeron a Mardoqueo las palabras de Ester.
a. A fin de que la mostrase a Ester y se lo declarase: Después de darle una copia del decreto a Ester a través de un mensajero, Mardoqueo la desafió a interceder por su pueblo ante el rey.
b. Cualquier hombre o mujer que entra en el patio interior para ver al rey, sin ser llamado, una sola ley hay respecto a él: ha de morir: Ester explicó la dificultad detrás de esto – a ella solo se le permitía ir al rey cuando era llamada, y si iba sola, podría ser ejecutada por atreverse a acercarse al rey sin una invitación.
i. Aparentemente, la vida de una reina de Persia no era de gran intimidad con el rey. Ester dijo: “Yo no he sido llamada para ver al rey estos treinta días” – lo que significa que no había visto a su esposo durante todo un mes.
2. (13-14) La segunda petición de Mardoqueo.
Entonces dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester: No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?
a. No pienses que escaparás: Mardoqueo le recordó a Ester que ella no podía permanecer aislada de este decreto más que cualquier otra persona.
b. Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos: La confianza de Mardoqueo estaba en la fidelidad de Dios, no en la fidelidad de Ester. Él sabe que Dios no defraudará a su pueblo, incluso si los individuos defraudan a Dios.
c. Mas tú y la casa de tu padre pereceréis: Mardoqueo le recordó a Ester que aunque el destino del pueblo de Dios descansaba en Dios y no en ella, su propio destino dependía de su propia fidelidad a Dios.
d. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino? Mardoqueo sabía que Dios había promovido a esta huérfana en el exilio por una razón – y Ester debe tener el coraje y la sabiduría para ver esa razón y cumplirla.
i. Este principio también se aplica a nosotros. Dios nos promueve o nos pone en un lugar por una razón, y necesitamos el coraje y la sabiduría para ver esa razón y caminar en ella.
ii. “Has estado deseando otra posición donde puedas hacer algo por Jesús: no desees nada de eso, sino sírvele donde estás”. (Spurgeon)
iii. “Yo creo que en tiempos oscuros Dios está haciendo lámparas para quitar la penumbra. Martín Lutero está sentado junto al hogar de su padre en el bosque cuando el Papa está vendiendo sus perversas indulgencias: saldrá pronto y detendrá el canto del gallo del Pedro católico negador de Cristo. Juan Calvino está estudiando en silencio cuando la doctrina falsa es más común, y se escuchará de él en Ginebra. Un joven está aquí esta mañana – no sé dónde está, pero le pido al Señor que haga de este un sermón de ordenación para él, que lo inicie en la obra de su vida. Me siento como si yo fuera Samuel en Belén, planta de semillero para David, para ungirlo con un cuerno de aceite en el nombre del Señor”. (Spurgeon)
3. (15-17) La decisión de Ester.
Y Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo: Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca. Entonces Mardoqueo fue, e hizo conforme a todo lo que le mandó Ester.
a. Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí: Tomando la determinación del Señor, Ester decidió que iría y haría una aparición valiente delante del rey, pero solo si iba apoyada por la oración y el ayuno.
i. Jesús nos recordó que las batallas espirituales especiales a veces requieren una preparación especial con oración y ayuno. En cuanto a un caso persistente de posesión demoníaca, dijo: Este género no sale sino con oración y ayuno (Mateo 17:20).
b. Entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley, y si perezco, que perezca: Ester llevó una actitud audaz hacia su misión. Estaba decidida a ser obediente, sin importar el costo.
i. Jesús nos exhortó a tener la misma actitud: No temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar (Mateo 10:28). Pablo también fue un ejemplo de esta actitud: El vivir es Cristo y el morir es ganancia (Filipenses 1:21).
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