Éxodo 11 – Dios anuncia la muerte de los primogénitos
A. Las instrucciones de Dios para Moisés acerca de la última calamidad.
1. (1-3) Israel saquea a los Egipcios
Jehová dijo a Moisés: Una plaga traeré aún sobre Faraón y sobre Egipto, después de la cual él os dejará ir de aquí; y seguramente os echará de aquí del todo. Habla ahora al pueblo, y que cada uno pida a su vecino, y cada una a su vecina, alhajas de plata y de oro. Y Jehová dio gracia al pueblo en los ojos de los egipcios. También Moisés era tenido por gran varón en la tierra de Egipto, a los ojos de los siervos de Faraón, y a los ojos del pueblo.
a. Seguramente os echará de aquí del todo: Mucho antes de esto, Dios le dijo a Moisés que plagaría a Egipto con la muerte del primogénito (Éxodo 4:21-23). Después de esta última plaga, el faraón no solo permitiría que Israel se fuera, sino que los obligaría a irse.
b. Y Jehová dio gracia al pueblo en los ojos de los egipcios: Faraón aún no estaba convencido, pero el pueblo de Egipto estaba dispuesto a que el pueblo de Israel se fuera de inmediato. Estaban más que dispuestos a darles regalos de plata y oro para persuadirlos de que se fueran. Así fue como los esclavos de Israel recibieron sus salarios pasados por su tiempo de esclavitud, y cómo no salieron de Egipto con las manos vacías.
i. “Estas joyas se emplearon posteriormente en el adorno y enriquecimiento del Santuario. Brillaron en el pectoral del Sumo Sacerdote y brillaron en los vasos sagrados”. (Meyer)
c. También Moisés era tenido por gran varón en la tierra de Egipto, a los ojos de los siervos de Faraón, y a los ojos del pueblo: Aunque el corazón de Faraón aún no estaba convencido, todo Egipto (incluyendo a los siervos de Faraón) sabía que Jehová Dios era más grande que los dioses de Egipto y que Moisés era un siervo de este gran Dios.
2. (4-8) Se anuncia a Faraón la muerte de los primogénitos.
Dijo, pues, Moisés: Jehová ha dicho así: A la medianoche yo saldré por en medio de Egipto, y morirá todo primogénito en tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está tras el molino, y todo primogénito de las bestias. Y habrá gran clamor por toda la tierra de Egipto, cual nunca hubo, ni jamás habrá. Pero contra todos los hijos de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni un perro moverá su lengua, para que sepáis que Jehová hace diferencia entre los egipcios y los israelitas. Y descenderán a mí todos estos tus siervos, e inclinados delante de mí dirán: Vete, tú y todo el pueblo que está debajo de ti; y después de esto yo saldré. Y salió muy enojado de la presencia de Faraón.
a. Dijo, pues, Moisés: Estando Moisés todavía de pie ante Faraón, por primera vez Dios lo guió a decir específicamente lo que le sucedería al primogénito de Egipto. Todos ellos morirían, todos, debido a que los egipcios no dejaban ir al primogénito (Israel) de Dios. Por lo tanto, habrá gran clamor por toda la tierra de Egipto.
i. Hasta el primogénito de la sierva que está tras el molino: “Sentarse ‘detrás de las dos piedras de molino’ (así se lee literalmente en hebreo) es hacer el trabajo de la esclava más baja de la casa, moler maíz (Isaías 47:2)”. (Cole)
ii. “En vista de la ley de primogenitura, el golpe sería el más terrible que se podría infligir”. (Thomas)
b. Pero contra todos los hijos de Israel … ni un perro moverá su lengua: A pesar de la gran calamidad que estaba por venir, Dios les concedería a los egipcios la capacidad de ver la situación como realmente era: culpa de su propio Faraón, no de Moisés ni de los hijos de Israel.
i. Esta fue una noticia aún peor para el Faraón. Quizás a un político no le importe una calamidad cuando puede culpar a otra persona. Aquí, Dios prometió que el mismo Faraón cargaría con la culpa.
ii. “Seguiría un torrente de dolor sin precedentes, pero entre los israelitas habría tanta tranquilidad esa noche que ningún perro tendría ocasión de ladrar”. (Kaiser)
iii. “Habían hecho llorar a Israel: y Dios usualmente toma represalias de daño por daño (Ezequiel 39:10), número por número (Isaías 65:11-12), elección por elección (Isaías 66:3-4), clamor por clamor (Santiago 5:1,4)”. (Trapp)
c. Para que sepáis que Jehová hace diferencia entre los egipcios y los israelitas: Quizás a algunos en ese día (incluido Faraón) les resultaba fácil decir: “Los egipcios tienen dioses, y los israelitas tienen un Dios. ¿Cuál es la diferencia?” En su abrumadora demostración de poder sobre las deidades de Egipto, Yahvé mostró que había una diferencia.
i. “El Señor ha establecido una diferencia entre los que son su pueblo y los que no lo son. Hay muchas distinciones entre los hombres que algún día serán borradas; pero permítame recordarle desde el principio que esta es una distinción eterna”. (Spurgeon)
d. Y descenderán a mí todos estos tus siervos, e inclinados delante de mí dirán: Vete, tú y todo el pueblo que está debajo de ti: Las últimas palabras de Moisés al Faraón le dijeron que él y el resto de los egipcios ordenarían al pueblo de Israel que se fuera.
3. (9-10) Dios le dice a Moisés que Faraón todavía no le hará caso.
Y Jehová dijo a Moisés: Faraón no os oirá, para que mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto. Y Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios delante de Faraón; pues Jehová había endurecido el corazón de Faraón, y no envió a los hijos de Israel fuera de su país.
a. Faraón no os oirá: Si habían venido nueve plagas de la mano de Dios, uno podría esperar que se creyera la advertencia sobre una décima plaga; pero el corazón de Faraón permaneció endurecido, y Dios fortaleció a Faraón en la dureza de su corazón.
i. para que mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto: “Las nueve plagas ahora pueden ser vistas como como un todo. Tocaron todas las fases de la naturaleza: mineral, animal, vegetal, humana. Afectaron a personas y bienes, e incluyeron a todos, desde los más altos hasta los más bajos”. (Thomas)
b. Jehová había endurecido el corazón de Faraón: Aquí, por cuarta ocasión, se nos dice que Dios endureció el corazón de Faraón (Éxodo 9:12, 10:20, 10:27, 11:10).Sin embargo, Dios nunca endureció el corazón de Faraón hasta que él lo endureció primero contra el Señor y Su pueblo (Éxodo 7:13, 7:22, 8:15, 8:19, 8:32, 9:7).
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