Levítico 6: Instrucciones para los sacerdotes
A. Más instrucciones para realizar la ofrenda expiatoria
1. (1-3) Robar al vecino hace necesaria una ofrenda expiatoria.
Habló Jehová a Moisés, diciendo: Cuando una persona pecare e hiciere prevaricación contra Jehová, y negare a su prójimo lo encomendado o dejado en su mano, o bien robare o calumniare a su prójimo, o habiendo hallado lo perdido después lo negare, y jurare en falso; en alguna de todas aquellas cosas en que suele pecar el hombre […]
a. Cuando una persona pecare e hiciere prevaricación contra Jehová: Esto continúa la sección que comienza en Levítico 5:14 con respecto a la ofrenda expiatoria. Aquí vemos que la ofrenda por la culpa era requerida en casos de robo. Los pecados de la mentira y el engaño también se mencionan, pero estos están en conexión con la mentira que constituye robar a alguien.
i. Notamos que dice: «contra Jehová». Obviamente, estos eran pecados contra otras personas, pero también eran pecados contra Dios y debían ser tratados como tales.
b. En alguna de todas aquellas cosas en que suele pecar el hombre: Uno puede realizar un robo propiamente, o usar el engaño para tomar lo que no le pertenece (negar a su prójimo lo encomendado o dejado en su mano). Hay muchas maneras de robar, pero todas ellas son pecados.
i. Robar o calumniar a su prójimo: «La idea aquí es que uno gane algo que pertenece a otra persona por otros medios que no sean el robo evidente. Por lo general, implica algún tipo de engaño». (Peter-Contesse)
ii. Todo esto se basa en una idea básica claramente establecida en Éxodo 20:15: «No hurtarás». Cada mandato contra el robo en la Biblia es un reconocimiento del derecho a la propiedad personal, la cual Dios confía a las personas para que la administren como «dueños» interinos de ella. Dado que todas las cosas pertenecen a Dios (Salmos 24:1), los hombres solo «poseen» las cosas que les son delegadas por Dios. Sin embargo, Dios espera que la humanidad respete esa propiedad que le ha sido legada, y no se le permite a otras personas o estados tomar esa propiedad sin el debido proceso legal.
iii. Los sistemas económicos o políticos que rechazan el principio de la propiedad privada —como los sistemas comunistas o socialistas, que afirman que toda la propiedad pertenece al estado o a la colectividad— rechazan la sabiduría y la voluntad de Dios y están destinados al fracaso.
2. (4-6) Tenía que restituirse lo robado; luego hacer la ofrenda expiatoria.
[…] entonces, habiendo pecado y ofendido, restituirá aquello que robó, o el daño de la calumnia, o el depósito que se le encomendó, o lo perdido que halló, o todo aquello sobre que hubiere jurado falsamente; lo restituirá por entero a aquel a quien pertenece, y añadirá a ello la quinta parte, en el día de su expiación. Y para expiación de su culpa traerá a Jehová un carnero sin defecto de los rebaños, conforme a tu estimación, y lo dará al sacerdote para la expiación.
a. Restituirá aquello que robó: Si una persona era culpable de fraude o robo, no era suficiente con realizar el sacrificio para cubrir la culpa del pecado ante Dios. Primero tenía que hacer una restitución para saldar la cuenta con la víctima del fraude.
i. Lo encomendado:Matthew Poole pensó que era una forma hebrea de referirse a los negocios o al comercio. «Es muy usual cuando un hombre pone algo en manos de otro, no para guardarlo, sino para usarlo y mejorarlo para el beneficio común, que uno engañe al otro y, por lo tanto, aquí hay una cláusula en contra de ello».
b. Lo restituirá por entero a aquel a quien pertenece, y añadirá a ello la quinta parte, en el día de su expiación:No bastaba con devolver lo robado. El ladrón también tenía que añadir un 20% (la quinta parte) a lo robado como penalización.
i. En el Nuevo Testamento, Efesios 4:28 expresa otro aspecto de la restitución, cuando el ladrón se arrepiente de ser un adquisidor y se convierte en un dador: «El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad».
c. Y para expiación de su culpa traerá a Jehová: La restitución y el castigo que la acompañaba debían hacerse el mismo día de su ofrenda expiatoria. Esto demostró de manera poderosa que uno no puede estar bien con Dios sin reparar también sus errores para con los hombres.
i. Esta urgencia de reconciliarnos con otras personas antes de reconciliarnos con Dios es la misma idea que Jesús comunicó en Mateo 5:23-24.
3. (7) La certeza del perdón cuando se hace el sacrificio.
Y el sacerdote hará expiación por él delante de Jehová, y obtendrá perdón de cualquiera de todas las cosas en que suele ofender.
a. Y el sacerdote hará expiación por él delante de Jehová: Esta era una maravillosa garantía para una conciencia culpable. El pecador podía confiar en esta promesa y saber que su pecado estaba cubierto ante el Señor.
i. El Nuevo Testamento hace una declaración similar a la luz del Nuevo Pacto, que se encuentra en 1 Juan 1:9: «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad».
b. Por cualquiera de todas las cosas en que suele ofender: El énfasis está en que «cualquier»pecado puede ser limpiado a través del sacrificio expiatorio. Antes de la obra perfecta de Jesús en la cruz la limpieza no era perfecta, pero podía extenderse a cualquier pecado —en anticipación del sacrificio perfecto del Mesías que habría de venir.
B. Instrucciones específicas para los sacerdotes sobre las ofrendas
1. (8-13) El holocausto.
Habló aún Jehová a Moisés, diciendo: Manda a Aarón y a sus hijos, y diles: Esta es la ley del holocausto: el holocausto estará sobre el fuego encendido sobre el altar toda la noche, hasta la mañana; el fuego del altar arderá en él. Y el sacerdote se pondrá su vestidura de lino, y vestirá calzoncillos de lino sobre su cuerpo; y cuando el fuego hubiere consumido el holocausto, apartará él las cenizas de sobre el altar, y las pondrá junto al altar. Después se quitará sus vestiduras y se pondrá otras ropas, y sacará las cenizas fuera del campamento a un lugar limpio. Y el fuego encendido sobre el altar no se apagará, sino que el sacerdote pondrá en él leña cada mañana, y acomodará el holocausto sobre él, y quemará sobre él las grosuras de los sacrificios de paz. El fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará.
a. Esta es la ley del holocausto: Esta ofrenda fue descrita previamente en el capítulo 1 y hablaba de consagración. El animal tenía que permanecer sobre el altar en un fuego lento durante mucho tiempo, atendido por el sacerdote (estará sobre el fuego encendido sobre el altar toda la noche, hasta la mañana).
i. «Por lo tanto, podemos concluir razonablemente que los sacerdotes se sentaban por turnos durante toda la noche, y alimentaban el fuego con porciones de esta ofrenda hasta que se consumía el todo». (Clarke)
ii. La descripción dada en el capítulo 1 no incluía la instrucción relativa a las vestimentas requeridas del sacerdote (se pondrá su vestidura de lino, y vestirá calzoncillos de lino sobre su cuerpo). Tampoco incluía la instrucción de que el sacerdote depositara las cenizas del holocausto fuera del campamento en un lugar limpio, una vez que se hubiera quitado sus vestiduras sacerdotales.
iii. Estas prendas de lino para los sacerdotes se describen en Éxodo 28:39-43.
b. Y el fuego encendido sobre el altar no se apagará: El carácter de la quema prolongada del holocausto es una ilustración apropiada de la obra de entregarse completamente a Dios. Venir a Dios como un sacrificio vivo no es una obra rápida y podemos sentir que, como el holocausto, soportamos el calor del fuego durante mucho tiempo.
i. «¿Arde el fuego perpetuo en el altar de tu corazón? ¿Están tus ojos siempre puestos en Jesús y contemplas por fe al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo?». (Clarke)
c. El sacerdote pondrá en él leña cada mañana: La provisión de leña para el altar es más tarde el tema de Nehemías 10:34 y 13:31. Junto con los sacrificios mismos, esta leña era el combustible para el fuego del altar.
d. El fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará: El enunciado de esto es enfático (según Peter-Contesse) y muestra que mantener el fuego del altar siempre ardiendo era un deber importante de los sacerdotes. Tenían que suministrar leña al fuego del altar durante la noche. Durante el día, la continua ofrenda de sacrificio mantenía el fuego encendido.
i. Sucedió que el fuego del altar fue encendido por un fuego milagroso que venía del cielo (Levítico 9:24). Esto se sumó a la razón por la que nunca debe permitirse que se apague el fuego del altar. Este era el fuego de Dios, y debía ser respetado y cuidado.
ii. John Trapp consideraba que el fuego del altar no debía apagarse y proporcionó una aplicación de la idea: «Ni tampoco debe apagarse nuestra fe, amor, celo (esa llama de Dios, como la nombra Salomón en Cantar de los Cantares 8:6-7), eso nunca debe apagarse; las aguas no deben apagarla, ni las cenizas cubrirla».
iii. F.B. Meyer comentó que el fuego perpetuo era un emblema de:
· El amor de Dios, porque nunca hubo ni habrá un momento en el que Dios no ame.
· Las oraciones de Jesús por su pueblo, porque Él vive siempre para interceder por su pueblo (Hebreos 7:25).
· El ministerio del Espíritu Santo, porque el fuego que se encendió por primera vez el día de Pentecostés aún arde entre el pueblo de Dios.
iv. El fuego perpetuo también estaba conectado a la idea de que estos sacrificios deben ser ofrecidos continuamente. El sacrificio perfecto que Jesús hizo en la cruz no necesitaba ser un sacrificio continuo; era un sacrificio de una vez para siempre, como se describe en Hebreos 7:27: « […] que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo».
2. (14-18) La ceremonia de la ofrenda de vianda.
Esta es la ley de la ofrenda: La ofrecerán los hijos de Aarón delante de Jehová ante el altar. Y tomará de ella un puñado de la flor de harina de la ofrenda, y de su aceite, y todo el incienso que está sobre la ofrenda, y lo hará arder sobre el altar por memorial en olor grato a Jehová. Y el sobrante de ella lo comerán Aarón y sus hijos; sin levadura se comerá en Lugar Santo; en el atrio del tabernáculo de reunión lo comerán. No se cocerá con levadura; la he dado a ellos por su porción de mis ofrendas encendidas; es cosa santísima, como el sacrificio por el pecado, y como el sacrificio por la culpa. Todos los varones de los hijos de Aarón comerán de ella. Estatuto perpetuo será para vuestras generaciones tocante a las ofrendas encendidas para Jehová; toda cosa que tocare en ellas será santificada.
a. Esta es la ley de la ofrenda: Esta ofrenda se menciona por primera vez en el capítulo 2. Esta porción repite en su mayor parte los mismos detalles de la ofrenda de vianda dados en el capítulo 2.
b. Toda cosa que tocare en ellas será santificada: Un aspecto de la ofrenda de vianda,específicamente detallado aquí y que no se incluye en el capítulo 2, es que no solo se daba una porción de la ofrenda a los sacerdotes, sino que solo los que estaban ceremonialmente limpios (santos) podían comer de ellas.
3. (19-23) La ofrenda de vianda en la unción de los sacerdotes.
Habló también Jehová a Moisés, diciendo: Esta es la ofrenda de Aarón y de sus hijos, que ofrecerán a Jehová el día que fueren ungidos: la décima parte de un efa de flor de harina, ofrenda perpetua, la mitad a la mañana y la mitad a la tarde. En sartén se preparará con aceite; frita la traerás, y los pedazos cocidos de la ofrenda ofrecerás en olor grato a Jehová. Y el sacerdote que en lugar de Aarón fuere ungido de entre sus hijos, hará igual ofrenda. Es estatuto perpetuo de Jehová; toda ella será quemada. Toda ofrenda de sacerdote será enteramente quemada; no se comerá.
a. El día que fueren ungidos: Había una ofrenda de vianda en particular que era parte de la ceremonia de unción y consagración de un sacerdote. Esta ceremonia general fue descrita por primera vez en Éxodo 29 y se llevó a cabo en Levítico 8.
i. Los pedazos cocidos: «O fritos, para que se hinchen y burbujeen». (Poole)
b. Toda ofrenda de sacerdote será enteramente quemada: En la ofrenda de vianda normal, parte del grano iba a los sacerdotes y con él hacían pan para el sacerdote y su familia. Pero la ofrenda de vianda asociada con la ceremonia de la unción para los sacerdotes no debía comerse, sino que debía ser enteramente quemadaante el Señor.
4. (24-30) El sacrificio expiatorio.
Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos, y diles: Esta es la ley del sacrificio expiatorio: en el lugar donde se degüella el holocausto, será degollada la ofrenda por el pecado delante de Jehová; es cosa santísima. El sacerdote que la ofreciere por el pecado, la comerá; en Lugar Santo será comida, en el atrio del tabernáculo de reunión. Todo lo que tocare su carne, será santificado; y si salpicare su sangre sobre el vestido, lavarás aquello sobre que cayere, en Lugar Santo. Y la vasija de barro en que fuere cocida, será quebrada; y si fuere cocida en vasija de bronce, será fregada y lavada con agua. Todo varón de entre los sacerdotes la comerá; es cosa santísima. Mas no se comerá ninguna ofrenda de cuya sangre se metiere en el tabernáculo de reunión para hacer expiación en el santuario; al fuego será quemada.
a. Esta es la ley del sacrificio expiatorio: El sacrificio expiatorio fue descrito por primera vez en el capítulo 4. Aquí se añaden algunos detalles adicionales para el sacrificio adecuado de la ofrenda por el pecado.
b. El sacerdote que la ofreciere por el pecado, la comerá: En algunos casos, parte de la carne del sacrificio expiatoriodebía darse al sacerdote que hacía el trabajo de sacrificar el animal.
c. En Lugar Santo será comida […]. Todo lo que tocare su carne, será santificado: Sin embargo, la carne del sacrificio expiatoriodebe ser considerada santa, y todo lo relacionado con su consumo debe ser santo (ceremonialmente limpio).
· El lugar tenía que ser sagrado (en el atrio del tabernáculo de reunión).
· La persona que preparara o comiera la carne tenía que ser santa (Todo lo que tocare su carne, será santificado).
· La sangre de la carne era santa (lavarás aquello sobre que cayere).
· La vasija en la que se cocinaba era sagrada (la vasija de barro en que fuere cocida, será quebrada […] en vasija de bronce, será fregada y lavada con agua).
i. Cualquier cosa tocada por la carne del sacrificio expiatorio o su sangre tenía que ser sagrada o ser limpiada de una manera especial, porque se pensaba que la carne del animal estaba infectada con el pecado del que traía la ofrenda.
ii. Cuando el pecado «absorbe» algo, no hay manera de que pueda ser limpiado, y debe ser destruido. Sin embargo, un metal templado por el fuego, ya ha sido «juzgado» y, por lo tanto, puede ser simplemente limpiado. Esta es una ilustración de aquellos que no tienen su pecado limpiado por Jesús y serán destruidos por ese pecado en un sentido eterno.
d. Mas no se comerá ninguna ofrenda de cuya sangre se metiere en el tabernáculo de reunión para hacer expiación en el santuario: En el capítulo 4 se hace distinción entre el sacrificio expiatorio por un sacerdote, por todo Israel, por un gobernante y por la persona común. Para el sacrificio expiatorio hecho por un sacerdote o por todo Israel, no se podía comer ninguna porción del animal.
©2020 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com