1 Crónicas 21 – Dónde construir el templo
A. David ordena que se haga un censo.
1. (1-2) David es incitado a hacer un censo.
Pero Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel. Y dijo David a Joab y a los príncipes del pueblo: Id, haced censo de Israel desde Beerseba hasta Dan, e informadme sobre el número de ellos para que yo lo sepa.
a. Pero Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel: En 2 Samuel 24:1, se nos dice que esto fue inicialmente provocado debido a que la ira del Señor se levantó contra Israel. Así que vemos que Satanás incitó a David, pero el Señor expresamente lo permitió como disciplina contra David.
i. Hay una gran brecha en el registro histórico que el cronista pasa por alto, incluidos muchos problemas familiares y una guerra civil. “Sus razones para una brecha de esta longitud no son difíciles de conjeturar: poco de lo que sucedió durante esas dos décadas alentaría a un Judá postexílico, ante quien Esdras buscaba retratar una piedad que caracterizó a David en su mejor momento”. (Payne)
ii. “Por primera vez en las Escrituras, aparece la palabra ‘Satanás’ sin el artículo definido como nombre propio”. (Payne)
iii. “Cuando Satanás incita, se interesa meramente en sus propios fines. No se preocupa por el castigo justo ni busca el posible arrepentimiento, ya que son tan ajenos a su naturaleza como la tentación de pecar lo es a la de Dios”. (Selman)
b. Id, haced censo de Israel: Esto era peligroso debido a un principio establecido en Éxodo 30:12: Cuando tomes el número de los hijos de Israel conforme a la cuenta de ellos, cada uno dará a Jehová el rescate de su persona, cuando los cuentes, para que no haya en ellos mortandad cuando los hayas contado.
i. El principio de Éxodo 30:12 habla de la propiedad de Dios sobre su pueblo. En el pensamiento de estas culturas antiguas, un hombre solo tenía derecho a contar o numerar lo que le pertenecía. Israel no pertenecía a David; Israel pertenecía a Dios. Le correspondía al Señor ordenar un conteo, y si David lo hacía, solo debía hacerlo por mandato de Dios y se debía dar el dinero del rescate para “expiar” por el conteo.
ii. “Numerar las huestes de Jehová no es esencial ni necesariamente incorrecto; todo depende del motivo… Cuando nace del orgullo, es el más sutil de los peligros, que nos inclina a confiar en la multitud de un ejército, y así dejar de depender de Dios”. (Morgan)
iii. “Cuando nos sentimos impulsados a contar a la gente, podemos estar seguros de que el impulso es Divino o Satánico, y podemos determinar cuál por el motivo. Si el motivo es el servicio, es Dios. Si el motivo es el orgullo, es satánico”. (Morgan)
2. (3-4) Joab objeta contra el censo.
Y dijo Joab: Añada Jehová a su pueblo cien veces más, rey señor mío; ¿no son todos éstos siervos de mi señor? ¿Para qué procura mi señor esto, que será para pecado a Israel? Mas la orden del rey pudo más que Joab. Salió, por tanto, Joab, y recorrió todo Israel, y volvió a Jerusalén y dio la cuenta del número del pueblo a David.
a. Para qué procura mi señor esto Joab no tenía miedo de hablar con David cuando pensaba que el rey estaba equivocado. Con el mejor interés de David e Israel en mente, Joab le pidió con tacto a David que reconsiderara este necio deseo de censar a la nación.
i. Joab también insinúa el motivo detrás del censo – orgullo en David. Este esto que David deseaba era el crecimiento de la nación, y tal vez quería medir el tamaño de su ejército para saber si tenía la fuerza suficiente para conquistar una nación vecina. “Lo hizo por curiosidad y confianza en las criaturas”. (Trapp)
ii. Deducimos de 2 Samuel 24 que esto sucedió al final de su reinado. Al final de su reinado, David tuvo la tentación de tomar parte de la gloria para sí mismo. Observó cómo Israel había crecido y prosperado durante su reinado – era realmente extraordinario. El conteo era una forma de atribuirse el mérito a sí mismo. “El espíritu de vanagloria en los números se había apoderado del pueblo y del rey, y había una tendencia a confiar en los números y olvidar a Dios”. (Morgan)
b. Mas la orden del rey pudo más que Joab: 2 Samuel 24:4 nos dice que no solo Joab intentó decirle a David que no hiciera esto – los capitanes del ejército también le advirtieron a David que no censara a los ejércitos de Israel. Pero David lo hizo de todas formas.
3. (5-8) Se lleva a cabo el censo y David se arrepiente de inmediato.
Y había en todo Israel un millón cien mil que sacaban espada, y de Judá cuatrocientos setenta mil hombres que sacaban espada. Entre éstos no fueron contados los levitas, ni los hijos de Benjamín, porque la orden del rey era abominable a Joab. Asimismo esto desagradó a Dios, e hirió a Israel. Entonces dijo David a Dios: He pecado gravemente al hacer esto; te ruego que quites la iniquidad de tu siervo, porque he hecho muy locamente.
a. Salió, por tanto, Joab, y recorrió todo Israel, y volvió a Jerusalén y dio la cuenta del número del pueblo a David: Los resultados mostraron que había 1,570,000 hombres de guerra entre las doce tribus, lo que refleja una población total estimada de 6 millones en Israel.
i. 2 Samuel 24:5-9 indica que se necesitaron casi 10 meses para completar el censo. David debería haber cancelado este absurdo censo durante los diez meses, pero no lo hizo.
ii. El número que se da en 2 Samuel 24:5-9 es diferente a la suma a la que se llegó aquí. “Intentar reconciliarlos en todos los aspectos es trabajo perdido; Es mejor reconocer de inmediato lo que no se puede negar con éxito, que aunque los escritores originales del Antiguo Testamento escribieron bajo la influencia del Espíritu Divino, sin embargo, no se nos dice que la misma influencia descendió sobre todos los que copian sus palabras, para prevenir absolutamente que no cometieran errores”. (Clarke)
iii. Entre éstos no fueron contados los levitas, ni los hijos de Benjamín: “Los rabinos dan la siguiente razón para esto: Joab, viendo que esto traería destrucción sobre el pueblo, se propuso salvar a dos tribus. ¿Si David preguntaba: Por qué no has contado a los levitas? Joab se proponía decir: Porque los levitas no se cuentan entre los hijos de Israel. ¿Si preguntaba: Por qué no has contado a Benjamín? él respondería: Benjamín ya ha sido suficientemente castigado, a causa del trato de la mujer en Guibeá: si, por lo tanto, esta tribu fuera castigada nuevamente, ¿quién quedaría?”. (Clarke)
b. Hirió a Israel: Dios heriría a Israel con una elección de juicios ofrecida a David. Sin embargo Dios ya había herido a Israel al conmover profundamente al rey de Israel con un agudo sentido de su pecado.
c. He pecado gravemente: El hombre conforme al corazón de Dios no era perfecto, pero tenía un corazón sensible al pecado cuando lo cometía. David mantuvo una cuenta corta con Dios.
i. “El principal interés de este capítulo para nosotros radica en la revelación del verdadero carácter de David. Sus pecados fueron los lapsus y accidentes de su vida. Esto no es para perdonarlos. Sin embargo, es para enfatizar que el conjunto habitual de su vida fue muy diferente de lo que sugieren estos pecados, y la verdad más profunda acerca de él se revela, no por los fracasos, sino por su acción posterior”. (Morgan)
d. Te ruego que quites la iniquidad de tu siervo, porque he hecho muy locamente: David ahora veía el orgullo y la vanagloria que lo impulsaron a hacer una cosa tan necia.
4. (9-12) Se le permite a David escoger el juicio.
Y habló Jehová a Gad, vidente de David, diciendo: Ve y habla a David, y dile: Así ha dicho Jehová: Tres cosas te propongo; escoge de ellas una que yo haga contigo. Y viniendo Gad a David, le dijo: Así ha dicho Jehová: Escoge para ti: o tres años de hambre, o por tres meses ser derrotado delante de tus enemigos con la espada de tus adversarios, o por tres días la espada de Jehová, esto es, la peste en la tierra, y que el ángel de Jehová haga destrucción en todos los términos de Israel. Mira, pues, qué responderé al que me ha enviado.
a. Tres cosas te propongo: Dios usó el pecado de David y el castigo resultante para revelar el corazón y la sabiduría de David. Su elección de las siguientes tres opciones pondría a prueba a David:
·Tres años de hambre: Esto seguramente sería la muerte de algunos en Israel, pero los ricos e ingeniosos sobrevivirían. Israel tendría que depender de las naciones vecinas para alimentarse.
·Tres meses ser derrotado delante de tus enemigos: Esto sería la muerte de algunos en Israel, pero en su mayoría solo de soldados. Israel tendría que lidiar con enemigos entre las naciones vecinas.
·Por tres días… la peste en la tierra: Esto significaría la muerte para algunos en Israel, pero cualquiera podría ser herido por esta plaga – rico o pobre, influyente o anónimo, realeza o común.
i. “Esta fue una gran misericordia: David debe ser azotado; pero puede elegir su propia vara”. (Trapp)
b. Mira, pues, qué responderé al que me ha enviado: Dios quería que David usara al profeta como mediador, y que respondiera al profeta en lugar de responder directamente a Dios.
5. (13) David escoge los tres días de plaga.
Entonces David dijo a Gad: Estoy en grande angustia. Ruego que yo caiga en la mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas en extremo; pero que no caiga en manos de hombres.
a. Ruego que yo caiga en la mano de Jehová: Esto significaba que David eligió los tres días de plaga. En las otras dos opciones, el rey y su familia podían estar aislados del peligro, pero David sabía que tenía que exponerse al castigo de Dios.
i. “Si hubiera elegido la guerra, su propia seguridad personal no hubiera estado en peligro, porque ya había una ordenanza que le impedía ir a la batalla. Si hubiera optado por la hambruna, su propia riqueza habría asegurado su apoyo y el de su propia familia. Pero mostró la grandeza de su mente al elegir la peste, a los estragos de los cuales él y su familia fueron expuestos igualmente con los más viles de sus súbditos”. (Clarke)
b. Pero que no caiga en manos de hombres: Esto significaba que David eligió los tres días de plaga. En las otras dos opciones, Israel estaría a merced de sus vecinos (como en la hambruna) o sería atacado por enemigos. David sabía que Dios es mucho más misericordioso y lleno de gracia que el hombre.
B. La maldición de la plaga.
1. (14-15) La plaga de destrucción golpea severamente a Israel.
Así Jehová envió una peste en Israel, y murieron de Israel setenta mil hombres. Y envió Jehová el ángel a Jerusalén para destruirla; pero cuando él estaba destruyendo, miró Jehová y se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía: Basta ya; detén tu mano. El ángel de Jehová estaba junto a la era de Ornán jebuseo.
a. Murieron de Israel setenta mil hombres: Esta fue una gran calamidad sobre Israel: una plaga devastadora que hirió a tantos en tan poco tiempo.
b. Miró Jehová y se arrepintió de aquel mal: Esto justificó la sabiduría de David al dejarse en las manos de Dios. No podía confiar en que el hombre se arrepintiera de la destrucción.
2. (16-19) La intercesión de David; la instrucción de Dios.
Y alzando David sus ojos, vio al ángel de Jehová, que estaba entre el cielo y la tierra, con una espada desnuda en su mano, extendida contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio. Y dijo David a Dios: ¿No soy yo el que hizo contar el pueblo? Yo mismo soy el que pequé, y ciertamente he hecho mal; pero estas ovejas, ¿qué han hecho? Jehová Dios mío, sea ahora tu mano contra mi, y contra la casa de mi padre, y no venga la peste sobre tu pueblo. Y el ángel de Jehová ordenó a Gad que dijese a David que subiese y construyese un altar a Jehová en la era de Ornán jebuseo. Entonces David subió, conforme a la palabra que Gad le había dicho en nombre de Jehová.
a. Con una espada desnuda en su mano, extendida contra Jerusalén: En este punto, Dios se había aplacado de la severidad del juicio, pero la amenaza aún era inminente. Entonces David y los ancianos se humillaron delante de Dios y David se arrepintió.
b. Sea ahora tu mano contra mi, y contra la casa de mi padre: Como un verdadero pastor, David pidió que el castigo recayera sobre él y su propia casa. Teniendo otro propósito que cumplir, Dios no aceptó la oferta de David.
c. Que subiese y construyese un altar a Jehová en la era de Ornán jebuseo: Aquí es donde David se encontró con el ángel del Señor, y donde Dios se arrepintió de la plaga antes de que llegara a Jerusalén. Ahora Dios quería que David se encontrara con él ahí en adoración.
i. “Las eras solían estar en altura, para atrapar cada brisa; se indica alguna zona al norte de la ciudad de David”. (Baldwin)
ii. La era de Ornán tenía una rica historia y un rico futuro. 2 Crónicas 3:1 nos dice que la era de Ornán estaba en el monte Moriah; la misma colina donde Abraham ofreció a Isaac (Génesis 22:2), y el mismo conjunto de colinas donde Jesús murió en la cruz (Génesis 22:14).
iii. “De hecho, el altar de David fue el único en tiempos anteriores al exilio que Dios ordenó explícitamente que se construyera”. (Selman)
iv. “La decisión de Dios de establecer su altar y templo en Moriah en Jerusalén ha afectado toda la historia (cf. Apocalipsis 11:1); porque esta montaña se convirtió en el centro de la Ciudad Santa, donde Su Hijo fue crucificado. Y seguirá afectando la historia; porque desde esta ‘ciudad que ama’, algún día gobernará a las naciones de la tierra (Isaías 2:2-4)”. (Payne)
3. (20-25) David compra la era de Ornán.
Y volviéndose Ornán, vio al ángel, por lo que se escondieron cuatro hijos suyos que con él estaban. Y Ornán trillaba el trigo. Y viniendo David a Ornán, miró Ornán, y vio a David; y saliendo de la era, se postró en tierra ante David. Entonces dijo David a Ornán: Dame este lugar de la era, para que edifique un altar a Jehová; dámelo por su cabal precio, para que cese la mortandad en el pueblo. Y Ornán respondió a David: Tómala para ti, y haga mi señor el rey lo que bien le parezca; y aun los bueyes daré para el holocausto, y los trillos para leña, y trigo para la ofrenda; yo lo doy todo. Entonces el rey David dijo a Ornán: No, sino que efectivamente la compraré por su justo precio; porque no tomaré para Jehová lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto que nada me cueste. Y dio David a Ornán por aquel lugar el peso de seiscientos siclos de oro.
a. Y volviéndose Ornán, vio al ángel, por lo que se escondieron cuatro hijos suyos que con él estaban: “En parte por la gloria y majestad en que apareció el ángel, que la naturaleza débil y pecadora de los hombres no puede soportar; y en parte por el temor a la venganza de Dios, que en ese momento estaba dando vueltas por la tierra, y ahora parecía llegar a su familia”. (Poole)
b. Dame este lugar de la era. . . dámelo por su cabal precio: David quería transformar este lugar donde la paja se separaba del trigo en un lugar de sacrificio y adoración. Seguiría siendo un lugar de sacrificio y adoración porque esta tierra comprada por David se convirtió en el sitio del templo de Salomón (1 de Crónicas 21:28-22:5).
i. “Así que David compró ‘el lugar’ – hammaqom, que pudo haber incluido toda el área del monte Moriah – por 240 onzas de oro. Esto valía alrededor de cien mil dólares. 2 Samuel 24:24 señala una cantidad mucho menor, 20 onzas de plata, por la era en sí”. (Payne)
c. Tómala para ti, y haga mi señor el rey lo que bien le parezca: Ornán tenía un corazón bueno y generoso y quería darle a David todo lo que quisiera.
i. “Si la noble oferta de Arauna [Ornán] hubiera sido aceptada, hubiera sido el sacrificio de Arauna no de David; ni habría servido para el fin de apartar la ira del Altísimo”. (Clarke)
d. No, sino que efectivamente la compraré por su justo precio; porque no tomaré para Jehová lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto que nada me cueste: David sabía que no sería un regalo ni un sacrificio al Señor si no le costaba algo. Él no buscó la manera más barata posible de agradar a Dios.
i. “El que tiene una religión que no le cuesta nada, tiene una religión que no vale nada: nadie estimará las ordenanzas de Dios, si esas ordenanzas no le cuestan nada”. (Clarke)
ii. “Donde hay un amor fuerte y verdadero por Jesús, nos costará algo. El amor es la empresa más costosa de todas… Pero ¿qué nos importa si ganamos a Cristo? No puedes renunciar por Él sin recuperar todo a lo que has renunciado, pero purificado y transfigurado”. (Meyer)
4. (26-27) Dios está satisfecho y se aplaca con el juicio.
Y edificó allí David un altar a Jehová, en el que ofreció holocaustos y ofrendas de paz, e invocó a Jehová, quien le respondió por fuego desde los cielos en el altar del holocausto. Entonces Jehová habló al ángel, y éste volvió su espada a la vaina.
a. Ofreció holocaustos y ofrendas de paz: Esto muestra que David entendió que la muerte de los 70.000 en Israel a causa de la plaga no expió su pecado ni el de Israel. La expiación solo se puede hacer a través de la sangre de un sustituto aprobado.
i. Los holocaustos eran la expiación por el pecado; las ofrendas de paz eran para disfrutar de la comunión con Dios. Esto nos muestra de principio a fin que la vida de David estuvo marcada por la comunión con Dios.
ii. “Finalmente, vemos al hombre conforme al corazón de Dios convirtiendo la ocasión de su pecado y su castigo en una ocasión de adoración”. (Morgan)
iii. “Abraham enseñó el hecho del sacrificio, mientras que a David se le explicó la razón del sacrificio de Cristo. Fue sacrificado para detener la plaga, la plaga del pecado, el castigo de nuestras iniquidades”. (Spurgeon)
b. Le respondió por fuego desde los cielos en el: Dios mostró su aceptación del sacrificio de David al consumirlo con fuego desde los cielos. El Señor honró el deseo de David de estar bien con Dios y de tener comunión con Él, respondiendo con la bendición divina del cielo. Así sucede siempre cuando los hijos de Dios se acercan a su Dios y Padre para ser limpiados y tener compañerismo.
i. El envío de fuego del cielo respondió a una pregunta que había ardido en el corazón de David durante mucho tiempo. Durante muchos años, se había preguntado dónde quería Dios que se construyera el templo, y había buscado ese lugar, como se muestra en Salmos 132:1-5:
Acuérdate, oh Jehová, de David,
Y de toda su aflicción;
De cómo juró a Jehová,
Y prometió al Fuerte de Jacob:
No entraré en la morada de mi casa,
Ni subiré sobre el lecho de mi estrado;
No daré sueño a mis ojos,
Ni a mis párpados adormecimiento,
Hasta que halle lugar para Jehová,
Morada para el Fuerte de Jacob.
ii. El fuego desde los cielos en el altar confirmó el mensaje anterior del profeta Gad de que este era el lugar para construir el altar y el templo. Vemos que Dios simplemente usó la provocación de Satanás al comienzo de este capítulo para conducir a la respuesta de esta importante pregunta para David y para la nación de Israel. Ciertamente, había otros propósitos de Dios en acción, pero este era uno de ellos.
5. (28-22:1) David decide construir el templo en el lugar en el que Dios mostró misericordia a Israel.
Viendo David que Jehová le había oído en la era de Ornán jebuseo, ofreció sacrificios allí. Y el tabernáculo de Jehová que Moisés había hecho en el desierto, y el altar del holocausto, estaban entonces en el lugar alto de Gabaón; pero David no pudo ir allá a consultar a Dios, porque estaba atemorizado a causa de la espada del ángel de Jehová. Y dijo David: Aquí estará la casa de Jehová Dios, y aquí el altar del holocausto para Israel.
a. Viendo David que Jehová le había oído en la era de Ornán jebuseo, ofreció sacrificios allí: David supo que había algo especial en esta era; comprendió que Dios mismo había santificado el lugar con fuego del cielo.
i. “Habiendo visto sus oraciones respondidas y sus sacrificios aceptados, el sitio ya se había convertido en una ‘casa de oración’ y un ‘templo para sacrificios’ cf. 2 de Crónicas 7:12; Isaías 56:7)”. (Selman)
ii. Ofreció sacrificios allí: “No creas ni por un momento que la grandeza visible es necesaria para el lugar donde Dios se encontrará contigo. Ve a tu era y ora; sí, mientras descansan los bueyes sin bozal, inclina tu rodilla y clama al Señor de la mies, y allí te encontrarás con Dios entre la paja y el grano. No temas acercarte a Dios en estas calles, sino consagra todo el espacio al Señor tu Dios”. (Spurgeon)
b. Aquí estará la casa de Jehová Dios, y aquí el altar del holocausto para Israel: David entendió que el futuro templo debería construirse en este lugar de Jerusalén. Dios había santificado para Sí mismo esta humilde era.
i. Aquí estará la casa: “Este es el mismo lugar predicho por Moisés (Deuteronomio 12:11)”. (Trapp)
ii. El carácter de la era de Ornán nos muestra algo sobre cuándo y dónde Dios quiere encontrarse con los hombres. La era de Ornán era:
·Un lugar simple y sin adornos – no era una iglesia lujosa en absoluto.
·Un lugar ordinario de trabajo.
·Un lugar comprado por dinero.
·Un lugar donde se producía el pan.
·Un lugar donde la justicia de Dios era evidente.
·Un lugar donde el pecado era confesado.
·Un lugar donde el sacrificio era ofrecido y aceptado.
©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com