A. La construcción del palacio de Salomón.
1. (1) Salomón edifica su casa.
Después edificó Salomón su propia casa en trece años, y la terminó toda.
a. Después edificó Salomón su propia casa en trece años: Primera de Reyes 6:38 nos dice que Salomón demoró 7 años en edificar el templo, pero aquí aprendemos que tardó 13 años en construir su casa. El templo era glorioso; pero, al parecer, Salomón quería una casa que fuera más gloriosa que el templo.
i. «Muestra el lugar que el confort y los lujos personales han llegado a ocupar en la vida de Salomón […]. Es, a menudo, por medio de gustos sencillos e inesperados, que los hechos más profundos de una vida humana son revelados». (Morgan)
ii. Podríamos decir que Salomón terminó la obra de construcción del templo; el cristiano no puede decir que la obra de ampliar el Evangelio de Cristo Jesús esté terminada.
b. Y la terminó toda: El siguiente pasaje describe que casa tan magnífica tuvo Salomón.
2. (2-12) El esplendor del palacio de Salomón.
Asimismo edificó la casa del bosque del Líbano, la cual tenía cien codos de longitud, cincuenta codos de anchura y treinta codos de altura, sobre cuatro hileras de columnas de cedro, con vigas de cedro sobre las columnas. Y estaba cubierta de tablas de cedro arriba sobre las vigas, que se apoyaban en cuarenta y cinco columnas; cada hilera tenía quince columnas. Y había tres hileras de ventanas, una ventana contra la otra en tres hileras. Todas las puertas y los postes eran cuadrados; y unas ventanas estaban frente a las otras en tres hileras. También hizo un pórtico de columnas, que tenía cincuenta codos de largo y treinta codos de ancho; y este pórtico estaba delante de las primeras, con sus columnas y maderos correspondientes. Hizo a si mismo el pórtico del trono en que había de juzgar, el pórtico del juicio, y lo cubrió de cedro del suelo al techo. Y la casa en que él moraba, en otro atrio dentro del pórtico, era de obra semejante a ésta. Edificó también Salomón para la hija de Faraón, que había tomado por mujer, una casa de hechura semejante a la del pórtico. Todas aquellas obras fueron de piedras costosas, cortadas y ajustadas con sierras según las medidas, así por dentro como por fuera, desde el cimiento hasta los remates, y asimismo por fuera hasta el gran atrio. El cimiento era de piedras costosas, piedras grandes, piedras de diez codos y piedras de ocho codos. De allí hacia arriba eran también piedras costosas, labradas conforme a sus medidas, y madera de cedro. Y en el gran atrio alrededor había tres hileras de piedras labradas, y una hilera de vigas de cedro; y así también el atrio interior de la casa de Jehová, y el atrio de la casa.
a. La casa del bosque del Líbano: Tanta madera magnífica del Líbano fue utilizada para construir el palacio de Salomón que la llamaron «la casa del bosque del Líbano». Caminar por los ricos muros de madera del palacio era como caminar en un bosque.
i. Las cuarenta y cinco columnas colocadas en la casa del bosque del Líbano también daban la impresión de estar en un bosque majestuoso.
ii. Primera de Reyes 10:16-17 menciona 500 escudos de oro que estaban colgados en la casa del bosque del Líbano. Isaías, específicamente, llamaba a este edificio una armería (Isaías 22:8).
b. Así también el atrio interior de la casa de Jehová: Al final de la descripción detallada y magnífica del palacio de Salomón, el escritor menciona que algunas de las grandes características arquitectónicas del palacio fueron también utilizadas en la casa de Jehová. Nos quedamos con la idea de que, por muy majestuoso que fuera el templo, el palacio de Salomón era mejor.
i. Cuando alguien viaja por la antigua Europa hoy día, a menudo se encuentra con magníficas catedrales. Estos sorprendentes edificios, en su mayoría, fueron construidos cientos de años atrás con gran costo y trabajo de las personas pobres, quienes jamás soñaban con poder vivir en dichos lugares tan espectaculares. El hecho de que sus edificios más magníficos fueron las iglesias, dice algo acerca de sus valores. El hecho de que Salomón hiciera su palacio más espectacular que el templo, también decía algo acerca de su valor. Nuestros edificios más magníficos en el mundo moderno —usualmente dedicados a los negocios, las compras, o el entretenimiento— dicen algo acerca de nuestros valores.
ii. Hageo 1:3-10 habla poderosamente a aquellos que piensan más en su casa que en la casa de Dios.
B. Hiram hace los utensilios del templo.
1. (13-14) Hiram, mitad israelí y el mejor artesano de la localidad.
Y envió el rey Salomón, e hizo venir de Tiro a Hiram, hijo de una viuda de la tribu de Neftalí. Su padre, que trabajaba en bronce, era de Tiro; e Hiram era lleno de sabiduría, inteligencia y ciencia en toda obra de bronce. Éste, pues, vino al rey Salomón, e hizo toda su obra.
a. De Tiro a Hiram: Este hombre era mitad israelí y mitad gentil, y era el mejor artesano de aquellos lugares. Salomón lo contrató para que hiciera toda su obra —esto es, la obra de arte fino del palacio, y especialmente del templo.
2. (15-51) Hiram hace los utensilios necesarios para el templo básicamente siguiendo el patrón de los utensilios del tabernáculo.
Y vació dos columnas de bronce; la altura de cada una era de dieciocho codos, y rodeaba a una y otra un hilo de doce codos. Hizo también dos capiteles de fundición de bronce, para que fuesen puestos sobre las cabezas de las columnas; la altura de un capitel era de cinco codos, y la del otro capitel también de cinco codos. Había trenzas a manera de red, y unos cordones a manera de cadenas, para los capiteles que se habían de poner sobre las cabezas de las columnas; siete para cada capitel. Hizo también dos hileras de granadas alrededor de la red, para cubrir los capiteles que estaban en las cabezas de las columnas con las granadas; y de la misma forma hizo en el otro capitel. Los capiteles que estaban sobre las columnas en el pórtico, tenían forma de lirios, y eran de cuatro codos. Tenían también los capiteles de las dos columnas, doscientas granadas en dos hileras alrededor en cada capitel, encima de su globo, el cual estaba rodeado por la red. Estas columnas erigió en el pórtico del templo; y cuando hubo alzado la columna del lado derecho, le puso por nombre Jaquín, y alzando la columna del lado izquierdo, llamó su nombre Boaz. Y puso en las cabezas de las columnas tallado en forma de lirios, y así se acabó la obra de las columnas. Hizo fundir asimismo un mar de diez codos de un lado al otro, perfectamente redondo; su altura era de cinco codos, y lo ceñía alrededor un cordón de treinta codos. Y rodeaban aquel mar por debajo de su borde alrededor unas bolas como calabazas, diez en cada codo, que ceñían el mar alrededor en dos filas, las cuales habían sido fundidas cuando el mar fue fundido. Y descansaba sobre doce bueyes; tres miraban al norte, tres miraban al occidente, tres miraban al sur, y tres miraban al oriente; sobre estos se apoyaba el mar, y las ancas de ellos estaban hacia la parte de adentro. El grueso del mar era de un palmo menor, y el borde era labrado como el borde de un cáliz o de flor de lis; y cabían en él dos mil batos. Hizo también diez basas de bronce, siendo la longitud de cada basa de cuatro codos, y la anchura de cuatro codos, y de tres codos la altura. La obra de las basas era esta: tenían unos tableros, los cuales estaban entre molduras; y sobre aquellos tableros que estaban entre las molduras, había figuras de leones, de bueyes y de querubines; y sobre las molduras de la basa, así encima como debajo de los leones y de los bueyes, había unas añadiduras de bajo relieve. Cada basa tenía cuatro ruedas de bronce, con ejes de bronce, y en sus cuatro esquinas había repisas de fundición que sobresalían de los festones, para venir a quedar debajo de la fuente. Y la boca de la fuente entraba un codo en el remate que salía para arriba de la basa; y la boca era redonda, de la misma hechura del remate, y éste de codo y medio. Había también sobre la boca entalladuras con sus tableros, los cuales eran cuadrados, no redondos. Las cuatro ruedas estaban debajo de los tableros, y los ejes de las ruedas nacían en la misma basa. La altura de cada rueda era de un codo y medio. Y la forma de las ruedas era como la de las ruedas de un carro; sus ejes, sus rayos, sus cubos y sus cinchos, todo era de fundición. Asimismo las cuatro repisas de las cuatro esquinas de cada basa; y las repisas eran parte de la misma basa. Y en lo alto de la basa había una pieza redonda de medio codo de altura, y encima de la basa sus molduras y tableros, los cuales salían de ella misma. E hizo en las tablas de las molduras, y en los tableros, entalladuras de querubines, de leones y de palmeras, con proporción en el espacio de cada una, y alrededor otros adornos. De esta forma hizo diez basas, fundidas de una misma manera, de una misma medida y de una misma entalladura. Hizo también diez fuentes de bronce; cada fuente contenía cuarenta batos, y cada una era de cuatro codos; y colocó una fuente sobre cada una de las diez basas. Y puso cinco basas a la mano derecha de la casa, y las otras cinco a la mano izquierda; y colocó el mar al lado derecho de la casa, al oriente, hacia el sur. Asimismo hizo Hiram fuentes, y tenazas, y cuencos. Así terminó toda la obra que hizo a Salomón para la casa de Jehová: dos columnas, y los capiteles redondos que estaban en lo alto de las dos columnas; y dos redes que cubrían los dos capiteles redondos que estaban sobre la cabeza de las columnas; cuatrocientas granadas para las dos redes, dos hileras de granadas en cada red, para cubrir los dos capiteles redondos que estaban sobre las cabezas de las columnas; las diez basas, y las diez fuentes sobre las basas; un mar, con doce bueyes debajo del mar; y calderos, paletas, cuencos, y todos los utensilios que Hiram hizo al rey Salomón, para la casa de Jehová, de bronce bruñido. Todo lo hizo fundir el rey en la llanura del Jordán, en tierra arcillosa, entre Sucot y Saretán. Y no inquirió Salomón el peso del bronce de todos los utensilios, por la gran cantidad de ellos. Entonces hizo Salomón todos los enseres que pertenecían a la casa de Jehová: un altar de oro, y una mesa también de oro, sobre la cual estaban los panes de la proposición; cinco candeleros de oro purísimo a la mano derecha, y otros cinco a la izquierda, frente al lugar santísimo; con las flores, las lámparas y tenazas de oro. Asimismo los cántaros, despabiladeras, tazas, cucharillas e incensarios, de oro purísimo; también de oro los quiciales de las puertas de la casa de adentro, del lugar santísimo, y los de las puertas del templo. Así se terminó toda la obra que dispuso hacer el rey Salomón para la casa de Jehová. Y metió Salomón lo que David su padre había dedicado, plata, oro y utensilios; y depositó todo en las tesorerías de la casa de Jehová.
a. Vació dos columnas de bronce: Estas impresionantes columnas fueron en realidad tan dignas de notar que se les dio nombres. Fueron llamadas Jaquín y Boaz (mencionado también en 2 Crónicas 3:17).
i. «A la que estaba a la derecha le fue dado el nombre de “Jaquín”, que significa “Él establecerá”; y a la que estaba a la izquierda, se le llamó “Boaz”, que significa “en la fuerza”». (Dilday)
ii. «En términos prácticos, las columnas debían ser un recordatorio permanente a cualquier rey sucesor del hecho de que él estaba gobernando por el designio y la gracia de Dios, y que en Dios estaba su fuerza. De la misma manera que los creyentes de hoy deben de tener en mente la gracia de Dios en sus vidas y su dependencia absoluta de Él». (Patterson y Austel)
iii. Algunos creen que las columnas tenían el propósito de recordarle a Israel las columnas gemelas del Éxodo. La columna de fuego en la noche, y la columna de nube en el día, eran los constantes recordatorios de la presencia de Dios en el desierto.
iv. Cada vez que alguien llegaba a la casa de Jehová en los días de Salomón, decía: «¡Mira! Allí está “Él establecerá”. Y allí está “En Él hay fuerza”». Esto los colocaba en el correcto marco de pensamiento para adorar al Señor. Cuando las multitudes se reunían en la mañana y en la tarde durante los sacrificios para adorar al Señor, los levitas dirigían al pueblo que estaba parado frente al templo con estas dos grandes columnas de bronce detrás de ellos. Siempre estaba ante ellos: «Él establecerá y en Él está la fuerza».
v. Uno podría decir que la misma casa de Dios era Jaquín y Boaz. Este templo fue establecido por Dios, y edificado por la fuerza de Dios. Cada vez que ellos miraban a ese templo, sabían que a Dios le gustaba establecer y fortalecer cosas.
vi. La casa de Dios era un lugar donde el pueblo experimentaba lo que las columnas significaban. En esa casa las personas eran establecidas en su relación con Dios. En esa casa las personas recibían fuerza de parte del Señor. De este edificio, debiera de salir a toda la comunidad: «Ven aquí y sé establecido. Ven aquí y recibe la fuerza de Dios».
b. Hizo fundir asimismo un mar de diez codos de un lado al otro: El enorme lavabo tenía más de 15 pies (5 metros) de diámetro, y era utilizado para los lavados ceremoniales conectados con el templo. Hiram hizo también diez fuentes de bronce; cada fuente contenía cuarenta batos.
i. «Esto era utilizado por los sacerdotes para limpiar sus manos y sus pies, y quizás también para proveer agua para las vasijas para el lavado de las ofrendas (2 Crónicas 4:10)». Poole cree que, quizás, el agua salía de los toros que eran parte de la base del Mar.
ii. «El volumen del Mar era de 2 000 batos, generalmente calculado como 11 500 galones». (Patterson y Austel)
c. Una mesa también de oro, sobre la cual estaban los panes de la proposición: Segunda de Crónicas 4:8 dice que había 10 mesas de los panes de la proposición. Aquí son descritas colectivamente, como una unidad.
d. Depositó todo en las tesorerías de la casa de Jehová: Todas estas grandes obras de arte y artículos de gran valor fueron colocados en el templo. Esto incluía los diez carros y las palas, platos, y otros utensilios necesarios para los sacrificios.
e. Y metió Salomón lo que David su padre había dedicado: Dios le dijo a David que él no podía edificar el templo, pero David juntó utensilios y tesoros para el templo que su hijo Salomón construiría (1 Crónicas 29).
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