Eclesiastés 12 – La conclusión del asunto
A. La vida a la luz de la eternidad.
1. (11:9-11:10) Incluso en la juventud, recuerda que el juicio vendrá un día.
Alégrate, joven, en tu juventud,
y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia;
y anda en los caminos de tu corazón
y en la vista de tus ojos;
pero sabe, que sobre todas estas cosas
te juzgará Dios.
Quita, pues, de tu corazón el enojo,
y aparta de tu carne el mal;
porque la adolescencia y la juventud son vanidad.
a. Alégrate, joven, en tu juventud: Quizás esto argumenta que Salomón ahora miraba hacia atrás desde la vejez hasta los días de su juventud, antes de que una premisa debajo del sol afectara su vida y mente. Le deseaba algo mejor a sus jóvenes lectores.
i. Morgan, sobre la última parte del libro, comenzando en el 11:9: “Su primera palabra, como la primera palabra en el Manifiesto del Rey en días posteriores, indica el verdadero pensamiento y deseo de Dios para el hombre: ’alégrate’”.
ii. Esto también indica que en su conclusión, Salomón vio claramente que había un lugar en la juventud (aunque no solo allí) en los legítimos placeres y satisfacciones de la vida. Si el sentido de la vida no se encontraba en la búsqueda del placer (como en Eclesiastés 2:10-11), tampoco se encuentra en el ascetismo y la abnegación solo porque sí.
iii. Si aceptamos la verdad de las próximas líneas; que hay más en la vida de lo que podemos ver – que hay una eternidad y un Dios eterno que debemos tener en cuenta – entonces los placeres legítimos de la vida se pueden disfrutar en el mejor sentido. Uno no trata de encontrar sentido a esos placeres, sino que simplemente son un buen condimento para una vida que encuentra su sentido en la eternidad y en el Dios eterno.
iv. “En este estado de ánimo, ahora podemos volvernos hacia los deleites de la vida… no como si fueran opiáceos para tranquilizarnos, sino como dones vigorizantes de Dios”. (Kidner)
v. “Rab, un maestro judío del tercer siglo d.C., comentó: ‘El hombre tendrá que dar cuenta de todo lo que vio y no disfrutó’”. (Wright)
b. Anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios: Aquí el Predicador llega a la respuesta de su premisa y de su libro. Uno puede vivir de acuerdo con su corazón y por lo que ve; pero no debemos pensar que nuestro propio corazón o nuestros propios ojos serán nuestro juez. Hay un Dios en el cielo que sobre toda tu vida y obras te juzgará.
i. “La declaración es breve, porque él no sabía nada más que el hecho, y no podía agregarle nada”. (Deane)
ii. Aquí está el antídoto y la antítesis de la premisa debajo del sol. La vida se vive no sólo para esta vida sino también para la eternidad, sabiendo que el bien será recompensado y el mal será condenado perfectamente por el Dios que sobre todas estas te juzgará. Literalmente, Salomón hablaba del juicio, refiriéndose a nuestra gran responsabilidad ante Dios.
iii. “Su actividad judicial no es ‘del tipo de la doncella con los ojos vendados que sostiene una balanza en la mano’ ni ‘la fría neutralidad de un juez imparcial’, sino más bien la energía consumidora en la que Dios debe producir ‘lo correcto’” (Eaton). Esto hace que todo esté lleno de significado.
c. Quita, pues, de tu corazón el enojo: Vivir a la luz de la eternidad y del Dios eterno nos da esperanza para esta vida, no sólo para la vida venidera. Quitará el enojo de tu corazón.
i. El Apóstol Pablo sabía que esta perspectiva eterna desterraba el enojo del corazón, y después escribió: Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano (1 Corintios 15:58).
ii. Sin esta premisa de la eternidad y del Dios eterno, la vida es vana y sin sentido. El Apóstol Pablo entendió esto: Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres (1 Corintios 15:19).
d. Y aparta de tu carne el mal: Vivir a la luz de la eternidad y del Dios eterno también es un incentivo para vivir una vida santa y piadosa en nuestros días en la tierra. Sabemos que nuestro bien será recompensado y bendecido; no sólo en esta vida, sino también en la venidera.
e. Porque la adolescencia y la juventud son vanidad: En la premisa debajo del sol, la adolescencia y la juventud son todo lo que importa. Esto no es cierto cuando vivimos a la luz de la eternidad y del Dios eterno.
2. (12:1) El valor de recordar a Dios y la eternidad en la juventud.
Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud,
antes que vengan los días malos,
y lleguen los años de los cuales digas:
No tengo en ellos contentamiento;
a. Acuérdate de tu Creador: La idea del Creador es importante. Esta es la primera mención de Dios como Creador. Hasta este punto, el Predicador había trabajado duro para ignorar al Dios eterno ante el que uno debe presentarse en el futuro; sin embargo, también se había negado a pensar en el Dios Creador que existía antes que él. Esta ignorancia autoimpuesta aliviaba el sentido de responsabilidad ante el Creador, pero aun así se deberán rendir cuentas en la vida venidera.
i. “Creador es una forma plural en hebreo, que sugiere grandeza de majestad”. (Eaton)
b. Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud: Salomón sabía que las personas en la juventud son a menudo los más propensos a descartar la realidad de la eternidad y el Dios eterno. Esto es natural, pero lamentable, en la juventud – a menudo son los más difíciles de convencer de que esta vida es simplemente un breve preludio de la eternidad.
i. Adam Clarke sugirió varios puntos prácticos e importantes para extraer de esta exhortación, entre ellos:
·No eres tuyo; no tienes derecho a ti mismo. Dios te hizo; Él es tu Creador.
·Acuérdate de Él; considera que Él es tu Creador.
·Acuérdate de Él en tu juventud; no dejes de dar a Dios lo primero y lo mejor.
ii. “El Predicador aquí los exhorta a recordar a Dios a tiempo, a recoger el maná en la mañana de sus vidas, a presentar las primicias a Dios”. (Trapp)
iii. “Así como en la juventud todas las facultades son más activas y vigorosas, así son capaces de goces superiores. La fe, la esperanza y el amor estarán en su mejor tenor, en su mayor vigor y en su estado menos agobiado. Y te será más fácil creer, esperar, orar, amar, obedecer y llevar tu cruz, que en la vejez y la decrepitud”. (Clarke)
c. Antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento: El Predicador aconsejó a los jóvenes que recordaran a Dios y la eternidad antes de que sufrieran mucho al someterse a una premisa debajo del sol y todo el sinsentido asociado con ella.
3. (2-5) Una descripción poética de la edad avanzada.
Antes que se oscurezca
el sol, y la luz,
y la luna y las estrellas,
y vuelvan las nubes tras la lluvia;
cuando temblarán los guardas de la casa,
y se encorvarán los hombres fuertes,
y cesarán las muelas porque han disminuido,
y se oscurecerán los que miran por las ventanas;
y las puertas de afuera se cerrarán,
por lo bajo del ruido de la muela;
cuando se levantará a la voz del ave,
y todas las hijas del canto serán abatidas;
cuando también temerán de lo que es alto,
y habrá terrores en el camino;
y florecerá el almendro,
y la langosta será una carga,
y se perderá el apetito;
porque el hombre va a su morada eterna,
y los endechadores andarán alrededor por las calles;
a. Antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas: La mayoría está de acuerdo en que lo que sigue aquí es una descripción poética de los efectos de la edad avanzada.
·Los brazos y manos que mantienen al cuerpo ahora comienzan a temblar (cuando temblarán los guardas de la casa).
·Las piernas y las rodillas comienzan a ceder (se encorvarán los hombres fuertes).
·Se pierden dientes y se hace más difícil masticar (cesarán las muelas porque han disminuido).
·Los ojos se oscurecen (se oscurecerán los que miran por las ventanas).
·Los oídos se vuelven cada vez más débiles (por lo bajo del ruido de la muela).
·El sueño se vuelve más difícil y uno se despierta fácilmente (cuando se levantará a la voz del ave).
·El canto y la música son menos apreciados (las hijas del canto serán abatidas).
·Uno se vuelve más temeroso en la vida (temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino).
·El cabello se vuelve blanco (florecerá el almendro).
·Los que antes estaban activos se vuelven débiles (la langosta será una carga).
·Las pasiones y deseos de la vida se debilitan y decaen (se perderá el apetito).
i. Se perderá el apetito: “La palabra traducida como ‘apetito’ no se encuentra en ningún otro lugar del Antiguo Testamento y su significado es discutido” (Deane). Aunque, Kidner afirma: “Este es el punto de la expresión hebrea, ‘la baya de cabriola falla’. Esta baya era muy apreciada como estimulante del apetito y afrodisíaca”.
b. Porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las calles: Al final de la edad avanzada del hombre está su morada eterna–no la tumba desconocida y la oscuridad. El Predicador ahora ha puesto la edad avanzada del hombre en conexión con la eternidad, no con la vanidad.
i. Hacemos bien en recordar que el Antiguo Testamento generalmente no establece la vida y la condición del hombre después de esta vida con gran certeza. Sin embargo, a través de su búsqueda diligente, el Predicador ha llegado a la conclusión correcta – que después de esta vida, el hombre va a su morada eterna así como los endechadores andarán alrededor por las calles.
ii. “Así que este maravilloso libro se cierra con la enunciación de una verdad que no se encuentra en ningún otro lugar tan claramente definida en el Antiguo Testamento, y así abre el camino a la luz más clara arrojada sobre el terrible futuro por la revelación del evangelio”. (Deane)
4. (6-7) Una súplica final: Acuérdate de Dios antes de ir a la vida más allá del sol.
Antes que la cadena de plata se quiebre,
y se rompa el cuenco de oro,
y el cántaro se quiebre junto a la fuente,
y la rueda sea rota sobre el pozo;
y el polvo vuelva a la tierra, como era,
y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.
a. Antes que la cadena de plata se quiebre: Salomón nuevamente suplica a su lector que se acuerde de Dios antes de que esta vida termine, y repitió una variedad de metáforas para describir el final de esta vida.
i. “La imagen apunta al valor de la vida (plata…oro), y al drama del final de una vida cuyos pedazos no se pueden volver a juntar”. (Eaton)
b. Y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio: Por eso es tan importante acordarte de tu Creador en esta vida; porque cuando acabe esta vida, uno responderá ante el Dios eterno y ante la eternidad.
B. Conclusión: La eternidad y el Dios eterno hacen que todo importe.
1. (8) Un análisis final de la vida debajo del sol.
Vanidad de vanidades, dijo el Predicador,
todo es vanidad.
a. Vanidad de vanidades: A modo de contraste, el Predicador volvió a su punto de partida (Eclesiastés 1:2). Habiendo examinado el sinsentido de la vida con una premisa debajo del sol (excluyendo la eternidad y al Dios eterno), uno debe decir que la vida no solo no tiene sentido, es el máximo sinsentido (vanidad de vanidades).
b. Todo es vanidad: Con la premisa debajo del sol, no solamente la vida no tiene sentido, sino que todo es vanidad. Nada tiene sentido.
i. Un hombre que reflexionó profundamente sobre el significado de la vida – y el precio de una vida vivida sin sentido – fue un sobreviviente del holocausto llamado Viktor Frankl. Su libro El hombre en busca de sentido relata algunas de sus experiencias de guerra y su comprensión de la vida. Él escribió:
ii. “Este esfuerzo por encontrar un significado en la vida de uno es la principal fuerza de motivación en el hombre”. “Creo que el sentido de nuestra existencia no lo inventamos nosotros mismos, sino que lo detectamos”. (Frankl)
iii. “Me dirijo a la influencia perjudicial de ese sentimiento del que tantos pacientes se quejan hoy, a saber, el sentimiento de la total y máxima falta de sentido de sus vidas. Carecen de la conciencia de un sentido por el que valga la pena vivir. Están obsesionados por la experiencia de su vacío interior, un vacío dentro de ellos mismos… Este vacío existencial se manifiesta principalmente en un estado de aburrimiento”. (Frankl)
iv. Frankl advirtió del peligro de quien vive sin sentido: “Ningún instinto le dice lo que tiene que hacer, y ninguna tradición le dice lo que debe hacer; a veces ni siquiera sabe lo que desea hacer. En cambio, o bien desea hacer lo que hacen los demás (conformismo) o hace lo que los demás quieren que haga (totalitarismo)”.
v. Frankl no era cristiano y no creía que hubiera ningún significado para la vida. Pensaba que cada hombre tenía la suya y que incluso podía cambiar de un momento a otro. Pensaba que el sentido de la vida se podía encontrar de tres maneras. Primero, realizando una acción. Segundo, experimentando un valor. Tercero, por el sufrimiento.
2. (9-12) El Predicador nos empuja hacia una verdadera sabiduría.
Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios. Procuró el Predicador hallar palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad. Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor. Ahora, hijo mío, a más de esto, sé amonestado. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne.
a. Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo: La búsqueda del Predicador por el conocimiento no lo dejó menos sabio. Seguía siendo un maestro para el pueblo y un escritor de proverbios.
b. Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros: El Predicador mantuvo su confianza en el poder de las palabras para enseñar, desafiar y cambiar a las personas. Era apropiada una confianza especial en esas palabras dadas por un Pastor, incluso si proveían de sabios o maestros.
i. El Predicador entendía cómo se debe proclamar la verdad de Dios.
·Debe enseñar sabiduría al pueblo.
·Debe buscar palabras agradables.
·Debe tratar de producir lo que es recto–palabras de verdad.
·Debe hacer de sus palabras aguijones y clavos hincados, con punto y dirección.
·Debe presentar las palabras dadas por un Pastor.
·Debe darse cuenta de que el mucho estudio es fatiga de la carne y estar dispuesto a pagar ese precio.
ii. Aguijones… clavos hincados: “He aquí, pues, dos cualidades más que marcan los dichos puntiagudos de los sabios: espolean la voluntad y se clavan en la memoria”. (Kidner)
iii. “Se dio cuenta de que las palabras agradables (literalmente, ‘palabras de deleite’) tienen un efecto penetrante del que carecen las palabras descuidadas y mal consideradas. Segundo, sus palabras están escritas rectamente. Las dos características se equilibran entre sí. Sus palabras no son tan agradables como para dejar de ser rectas”. (Eaton)
iv. “Este hombre elocuente se esforzó para ser escuchado con entendimiento, con obediencia”. (Trapp)
c. Sé amonestado: Uno debe tener especial cuidado en escuchar y ser amonestado por las palabras de Dios, dadas por un Pastor.
d. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne: El Predicador nos advierte que no creamos todo lo que leemos, porque no todo viene de un Pastor.
i. “Nos volvemos adictos a la investigación misma, enamorados de nuestras propias preguntas difíciles. Una respuesta lo estropearía todo”. (Kidner)
ii. “Dos mil años han pasado desde que esto fue escrito; y desde entonces se han añadido algunos millones de tratados, sobre todo tipo de temas, a los que le han precedido. La prensa sigue gimiendo y está repleta de libros, innumerables libros; y ningún tema ha sido agotado aún, a pesar de todo lo que se ha escrito sobre él”. (Clarke)
3. (13-14) Conclusión: vivir como alguien que se prepara para el juicio y la eternidad
El fin de todo el discurso oído es éste:
Teme a Dios, y guarda sus mandamientos;
porque esto es el todo del hombre.
Porque Dios traerá toda obra a juicio,
juntamente con toda cosa encubierta,
sea buena o sea mala.
a. El fin de todo el discurso oído es éste: Después de escribir gran parte del Libro de Eclesiastés desde una premisa común pero falsa, que excluía la responsabilidad eterna y al Dios de la eternidad, ahora el Predicador concluye, habiéndonos llevado al fin de todo el discurso.
b. Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre: Salomón llegó a entender que valía la pena obedecer a Dios, y esta obediencia agradaba a Dios y cumplía el destino del hombre.
i. “Teme a Dios es un llamado que nos pone en nuestro lugar, y a todos los demás miedos, esperanzas y admiraciones en su lugar”. (Kidner)
ii. “De eso a esto debería ser la peregrinación de cada hombre en este mundo. Comenzamos en la vanidad, y nunca sabemos perfectamente que somos vanos hasta que lleguemos a temer a Dios y guardar sus mandamientos”. (Trapp)
iii. “Si es el ‘principio de la sabiduría’ también es el final, la conclusión; ningún progreso en la vida del creyente lo deja atrás”. (Eaton)
iv. “Este es el único lugar en Eclesiastés donde se mencionan los mandamientos de Dios”. Eaton)
v. La versión King James (y otras traducciones también) insertó una palabra inútil en Eclesiastés 12:13, traduciendo Porque esto es todo el deber del hombre. La palabra deber no aparece en el texto hebreo, y tiene mucho más la idea de que esto es el todo del hombre.
vi. “La última frase dice literalmente: ‘Porque esto es la totalidad del hombre’. Sin embargo, en otra parte de Eclesiastés, ‘la totalidad del hombre’ es un modismo hebreo para ‘todo hombre’ (cf. 3:13; 5:19). El sentido, por lo tanto, es ‘Esto se aplica a todos’”. (Eaton)
c. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala: Esto es imposible de decir con una premisa debajo del sol; sin embargo, es la razón fundamental por la que es sabio y bueno que el hombre tema a Dios, y guarde sus mandamientos.
i. Hay, y habrá, una rendición de cuentas eterna para todo lo que hacemos. Esto es todo lo contrario de creer que todo es vanidad o sinsentido; significa que todo tiene sentido e importancia, tanto para el presente como para la eternidad. “Si a Dios le importa tanto como esto, nada puede ser sinsentido”. (Kidner)
ii. A través de este libro, el Predicador pensó cuidadosamente (y vivió) una premisa comúnmente sostenida: de una vida vivida sin consideración de la eternidad y el Dios eterno. Después de todo eso, llega a esta conclusión – y desafía a todos aquellos que continúan aferrándose a la premisa que él mantuvo durante la mayor parte del libro. “¿Cómo sería, pregunta el Predicador, si las cosas fueran completamente diferentes de lo que pensabas? ¿Y si este mundo no es el último? ¿Y si Dios existe y es galardonador de los que le buscan?”. (Eaton)
iii. Como explicó Pablo, esto pone la vida en perspectiva: Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial (2 Corintios 4:17-5:2).
iv. “Así terminará el libro. Sobre esta roca podemos ser destruidos; pero es roca, no arenas movedizas. Existe la posibilidad de construir”. (Kidner)
v. En la década de 1930, un alcohólico australiano llamado Arthur Stace se convirtió y escuchó un sermón inspirador sobre el tema de la eternidad. El predicador dijo: “¡Ojalá pudiera gritar ETERNIDAD por todas las calles de Sídney!”. Stace se sintió tan conmovido que al salir de la iglesia sintió una urgencia inmediata de escribir la palabra Eternidad; tenía una tiza en el bolsillo y se inclinó y escribió en el pavimento. Stace apenas sabía leer y escribir y apenas podía escribir su propio nombre de manera legible; pero cuando escribió Eternidad, lo hizo en una elegante letra de estilo cobre, por lo general de aproximadamente 2 pies de ancho en el pavimento. Pasó el resto de su vida, hasta 1967, despertándose todos los días alrededor de las 5:30, orando durante una hora más o menos, y luego recorriendo Sídney, donde sentía que Dios lo guiaba a escribir Eternidad por toda la ciudad. Solomon habría aprobado tanto a Arthur Stace como a su mensaje: Eternidad.
©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com