Génesis 25 — La muerte de Abraham y el nacimiento de Jacob y Esaú
A. La última parte de la vida de Abraham y su muerte.
1. (1-4) Abraham se casa de nuevo y tiene muchos hijos de Cetura.
Abraham tomó otra mujer, cuyo nombre era Cetura, la cual le dio a luz a Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa. Y Jocsán engendró a Seba y a Dedán; e hijos de Dedán fueron Asurim, Letusim y Leumim. E hijos de Madián: Efa, Efer, Hanoc, Abida y Elda. Todos estos fueron hijos de Cetura.
a. Abraham tomó otra mujer: Esto fue después de la muerte de Sara, recordada en Génesis 23:1-2 y 23:19. No había nada malo en que Abraham tomara otra esposa después de la muerte de Sara.
b. Cuyo nombre era Cetura: Es fácil olvidar que Abraham tuvo una segunda esposa, y engendró seis hijos más a través de ella. En total, Abraham tuvo ocho hijos: Isaac a través de Sara, Ismael a través de Agar, y estos seis a través de Cetura.
c. La cual le dio a luz a Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa: Estos hijos se convertirían en los padres de distintos pueblos. Por ejemplo, los madianitas vienen de Madián. Estos hijos a través de Cetura fueron también una demostración más de que en el matrimonio de Abraham y Sara, cualquier problema de fertilidad que existió era por parte de Sara, no de Abraham.
2. (5-6) Abraham tiene cuidado de apartar a Isaac como el hijo de la promesa.
Y Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac. Pero a los hijos de sus concubinas dio Abraham dones, y los envió lejos de Isaac su hijo, mientras él vivía, hacia el oriente, a la tierra oriental.
a. Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac: Abraham dio sus riquezas a Isaac y la tierra que Dios le había prometido, la dio a Isaac (los envió lejos de Isaac su hijo).
b. A los hijos de sus concubinas dio Abraham dones: La única relación de este tipo que conocemos en la vida de Abraham fue con Agar (Génesis 16:1-4). Quizás, esto es también una referencia a Cetura, dejándonos saber que, aunque ella fue esposa de Abraham (Génesis 25:1), en lo que se refiere a la promesa del pacto de Dios con Abraham y sus descendientes, ella no estaba en el mismo nivel que Sara.
3. (7-11) La muerte de Abraham y su sepultura.
Y estos fueron los días que vivió Abraham: ciento setenta y cinco años. Y exhaló el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue unido a su pueblo. Y lo sepultaron Isaac e Ismael sus hijos en la cueva de Macpela, en la heredad de Efrón hijo de Zohar heteo, que está enfrente de Mamre, heredad que compró Abraham de los hijos de Het; allí fue sepultado Abraham, y Sara su mujer. Y sucedió, después de muerto Abraham, que Dios bendijo a Isaac su hijo; y habitó Isaac junto al pozo del Viviente-que-me-ve.
a. Y exhaló el espíritu, y murió Abraham: Abraham es considerado uno de los hombres más importantes de la Biblia. Él se menciona 70 veces en el Nuevo Testamento. Solo Moisés es mencionado más veces en el Nuevo Testamento (80 veces).
b. Murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años: Abraham vivió una vida notablemente larga, de ciento setenta y cinco años. En varios sentidos su vida no fue perfecta, pero fue un hombre de fe, que tuvo una relación real con Dios, de notable obediencia, y un verdadero amigo de Dios (2 Crónicas 20:7 y Santiago 2:23).
i. Clarke da un buen elogio a Abraham: «Sobre todo como un hombre de Dios se queda sin rival; por eso, bajo la más alta y perfecta de todas las dispensaciones, el Evangelio de Jesucristo, él está puesto y recomendado como el modelo y patrón según el cual, la fe, la obediencia, y la perseverancia de los seguidores del Mesías se deben conformar. Lector, mientras admires el hombre, no se te olvide el Dios que lo hizo tan grande, tan bueno, y tan útil. Abraham no tenía nada que no hubiera recibido; de la misericordia inmerecida de Dios procedía todas sus excelencias; pero él trabajaba junto con Dios, y así no recibió la gracia de Dios en vano. Ve tú, cree, ama, obedece, y persevera de la misma manera».
c. Y sucedió, después de muerto Abraham, que Dios bendijo a Isaac su hijo: Abraham fue un gran hombre, pero fue solamente un hombre. La obra de Dios pasó de una generación a la próxima. Ahora, Dios llevaría a cabo la obra del pacto prometido a Abraham a través de Isaac.
4. (12-18) La vida y descendencia de Ismael.
Estos son los descendientes de Ismael hijo de Abraham, a quien le dio a luz Agar egipcia, sierva de Sara; estos, pues, son los nombres de los hijos de Ismael, nombrados en el orden de su nacimiento: El primogénito de Ismael, Nebaiot; luego Cedar, Adbeel, Mibsam, Misma, Duma, Massa, Hadar, Tema, Jetur, Nafis y Cedema. Estos son los hijos de Ismael, y estos sus nombres, por sus villas y por sus campamentos; doce príncipes por sus familias. Y estos fueron los años de la vida de Ismael, ciento treinta y siete años; y exhaló el espíritu Ismael, y murió, y fue unido a su pueblo. Y habitaron desde Havila hasta Shur, que está enfrente de Egipto viniendo a Asiria; y murió en presencia de todos sus hermanos.
a. Estos son los descendientes de Ismael: Aquí, los doce hijos de Ismael son nombrados. Con tantos hijos para continuar su nombre, Ismael fue un hombre bendecido. Sin embrago, no fue bendecido con la herencia del pacto hecho por Dios a Abraham.
b. Doce príncipes […] ciento treinta y siete años […] fue unido a su pueblo […] y murió en presencia de todos sus hermanos: Todas estas descripciones muestran que Ismael fue un hombre bendecido. Aunque no recibió el pacto abrahámico, la bendición y la mano de Dios estaban sobre él.
B. Los hijos de Isaac: Jacob y Esaú.
1. (19-23) La concepción y nacimiento de Jacob y Esaú.
Estos son los descendientes de Isaac hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel arameo de Padan-aram, hermana de Labán arameo. Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer. Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová; y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor.
a. Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril: Al hijo de la promesa no viene fácilmente la promesa. Solo viene a través de la oración y la espera; pero las oraciones de un marido por su esposa tienen un poder especial.
b. Y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer: Esta oración fue respondida, pero unos 20 años después de que Isaac y Rebeca se casaran (Génesis 25:20, 26). Su fe y persistencia en la oración fue probada y motivada a crecer a través de muchos años. Además, estos fueron los únicos hijos que les nacieron a Isaac y a Rebeca.
c. Y fue a consultar a Jehová: La batalla que parecía tener lugar en el vientre de Rebeca la hizo buscar a Dios. Mientras que Rebeca buscaba a Dios, Jehová le habló en cuanto al número de hijos que estaban en su vientre, en cuanto a su género, y en cuanto al destino de los hijos en su vientre.
i. Es bueno desear que el Señor nos hable, pero debemos darnos cuenta de que no oímos perfectamente a Dios. Podemos llegar a ser demasiado confiados en nuestra capacidad de oír a Jehová, y olvidarnos de que es fácil que dejemos de escuchar a Dios cuando quiere seguir hablando. Podemos agregar a lo que nos dice el Señor u oírlo claramente, pero malinterpretar la aplicación de lo que el Señor nos dice.
ii. En relación con la palabra eterna de Dios (como con Rebeca aquí), Dios nos da un don único para escuchar «perfectamente», un don dado solo en relación con la revelación de su Escrita, y eterna Palabra.
d. Dos naciones hay en tu seno: Lo que dice Dios es sencillo. Ella tiene gemelos dentro de sí. Ambos serán padres de una nación. Uno será más grande que el otro, y el menor será más grande que el mayor.
i. Unas leyendas judías dicen que Jacob y Esaú intentaron matarse el uno al otro en el vientre de Rebeca. También dicen que cada vez que Rebeca se acercaba a un altar de un ídolo Esaú se emocionaba en su vientre, y cuando se acercaba a un lugar donde se alababa a Jehová, Jacob se emocionaba. Por supuesto, estas deben ser consideradas como nada más que leyendas.
e. Y el mayor servirá al menor: Dios eligió ir contra la manera más común de que el menor sirviera al mayor. En Romanos 9:10-13, Pablo usa esta elección de Jacob sobre Esaú antes de su nacimiento como una ilustración de la elección soberana de Dios.
i. La elección de Dios de Isaac en vez de Ismael nos parece más «lógica»; pero su elección entre Jacob y Esaú en cuanto a cuál sería el heredero del pacto de salvación de Dios, es igual de válida, aunque «parece» no tener tanto sentido.
ii. Pablo señala que la elección de Dios no se basaba en la actuación de Jacob o Esaú. La elección se hizo antes de que nacieran, «ni habían hecho nada bueno ni malo».
iii. Dios anunció estas intenciones a Rebeca antes de que nacieran los niños («el mayor servirá al menor»), y repitió su decisión mucho tiempo después de que Jacob y Esaú abandonaran este mundo («Y amé a Jacob, y a Esaú aborrecí» [Malaquías 1:2-3]).
iv. Algunos objetan, cuestionando la justicia de Dios al tomar tal decisión antes de que Jacob o Esaú nacieran. Sin embargo, debemos considerar que el amor y el odio de los que Dios habló en Malaquías 1:2-3 y Romanos 9:10-13, tienen que ver con su propósito de elegir a uno de los dos para convertirse en el heredero del pacto de Abraham. En ese sentido, la preferencia de Dios podría considerarse con razón como una muestra de amor hacia Jacob y de odio hacia Esaú. Pero el pensamiento real en Malaquías 1 y Romanos 9 se parece más a «aceptado» y «rechazado» que a nuestra comprensión de los términos «amado» y «odiado».
v. Dios no odió a Esaú en el sentido de maldecirlo a una vida condenada en este mundo o en el próximo. Esaú era, de hecho, un hombre bendecido y, en cierto modo, más equilibrado que Jacob (Génesis 33:4-9). Sin embargo, en lo que respecta a la herencia del pacto, se podría decir con razón que Dios odiaba a Esaú y amaba a Jacob.
vi. «Una mujer dijo una vez al señor Spurgeon: “No puedo entender por qué Dios diría que odiaba a Esaú”. “Eso —contestó Spurgeon— no es lo que se me hace difícil, señora. Mi problema es entender cómo Dios podría amar a Jacob”». (Newell en Romanos verso por verso)
vii. Nuestro gran error al considerar las elecciones de Dios, es pensar que Dios escoge por razones arbitrarias, como si fuera alguien que escogiera al azar. Quizá no tenemos la capacidad de entender las razones que tiene para elegir, pues son razones que solo Él sabe y contesta; pero las elecciones de Dios no son al azar.
2. (24-26) El nacimiento de Jacob y Esaú.
Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre. Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú. Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.
a. He aquí había gemelos en su vientre: La verdad de la promesa que no se podía ver se cumplió visiblemente. La Palabra de Dios es veraz. Cuando vino la hora en que nacieran, sí había gemelos en el seno de Rebeca.
b. Y salió el primero rubio: Las circunstancias alrededor del nacimiento de cada hijo eran responsables de sus nombres. El nombre «Esaú» se refiere a que el primogénito era velludo. «Jacob», se refiere a la manera en que se sujetó al tobillo de su hermano.
i. En adición, la idea de alguien que «se sujeta al tobillo» significaba algo en aquellos días. Llevaba el sentido de un «tramposo», «estafador», o «bribón». Esto no era un cumplido.
2. (27-28) Los carácteres diferentes de Jacob y Esaú.
Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas. Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.
a. Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto: Como muchos hermanos, Jacob y Esaú eran muy diferentes el uno del otro en su personalidad y en sus gustos. Y como a veces sucede, cada padre tenía un hijo «preferido».
b. Jacob era varón quieto: La palabra hebrea traducida como «quieto» lleva el sentido de «completo», en vez de alguien que es débil o afeminado (algunas traducciones en inglés dicen «manso»). La palabra hebrea tam (manso) se usa en Job 1:8: «Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?».
3. (29-34) Esaú le vende su primogenitura a Jacob.
Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom. Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.
a. Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo: Aquí, cada hijo actúa de acuerdo con su inclinación natural. Esaú caza, y Jacob cocina.
b. Véndeme en este día tu primogenitura: Jacob sabía que la primogenitura era de valor y la quería. Pasajes como Deuteronomio 21:17 y 1 Crónicas 5:1-2 nos cuentan que en la primogenitura se involucraba una dinámica material y espiritual. El hijo de la primogenitura recibía una porción doble de la herencia, y también se convertía en la cabeza de la familia y en el líder espiritual cuando se moría el padre.
i. En el caso de esta familia, la primogenitura determinaba que heredaría el pacto que Dios hizo a Abraham, el pacto de una tierra, una nación, y el Mesías.
c. Yo me voy a morir: Esaú no está pensando tanto en que tiene tanta hambre que va a morir si no come. En lugar de eso, la idea es algo así como: «Voy a morir algún día. ¿De qué me sirve esta primogenitura?».
d. Júramelo en este día: ¿Era injusto que Jacob hiciera esto? Seguramente, está actuando como alguien que «se sujeta al tobillo». Está siendo un tramposo o un bribón que se aprovecha de su hermano.
i. Jacob era culpable de planear según la carne un plan para obtener algo que Dios ya había dicho que era suyo. Aun así, debemos recordar que la culpa de Esaú es mucho más grande, porque menospreció su primogenitura.
ii. Lutero atrae la atención a un hecho importante: «Esta transacción no era lícita, porque Jacob estaba comprando algo que ya era suyo, y Esaú estaba vendiendo algo que no le pertenecía». (Leupold)
e. Y vendió a Jacob su primogenitura: Esaú pensó poco sobre la herencia espiritual relacionada con la primogenitura. Él solamente valoró las cosas materiales, así que una primogenitura espiritual significaba poco para él cuando su estómago tenía hambre. Muchas, si no la mayoría de la gente, también les dan poco valor a las cosas espirituales.
i. «La historia nos muestra que los hombres prefieren ilusiones a la realidad, escogen tiempo en vez de escoger la eternidad, y eligen los placeres del pecado por un tiempo en vez de elegir el gozo de Dios para siempre. Los hombres leerán basura en vez de la Palabra de Dios, y se adhieren a un sistema de prioridades que deja a Dios fuera de sus vidas. Multitudes de hombres gastan más tiempo afeitándose que lo que gastan en sus almas; y gran multitud de mujeres dedican más minutos a su maquillaje que a su vida espiritual. Los hombres siguen vendiendo su primogenitura por un guiso». (Barnhouse)
ii. ¿Cuál primogenitura podemos menospreciar nosotros? Efesios 1:3-14 nos muestra un tesoro de riquezas que son nuestras por nuestra primogenitura en Jesús:
·Toda bendición espiritual;
·la bendición de ser escogidos en Jesús;
·la adopción en la familia de Dios;
·la aceptación de Dios en Jesús;
·la redención de nuestra esclavitud del pecado;
·el perdón verdadero y total;
·las riquezas de la gracia de Dios;
·la revelación y el conocimiento del misterio de la voluntad de Dios;
·una herencia eterna;
·la garantía de que el Espíritu Santo está morando en nosotros ahora mismo.
Muchos descuidan o intercambian este derecho de nacimiento por entretenimientos baratos, popularidad momentánea, o placeres pasajeros.
f. Así menospreció Esaú la primogenitura: El carácter de Esaú como fornicario y profano (Hebreos 12:16) muestra que Dios tenía toda la razón cuando escogió a Jacob en vez de Esaú para llevar la primogenitura, aunque Jacob era el menor.
i. Aunque el carácter de Esaú no fue la base para la elección de Dios (escogió a Jacob y no a Esaú antes de que nacieran), el carácter de Esaú mostraba la sabiduría de la elección de Dios.
©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com