Génesis 34 — Simeón y Leví y la masacre en Siquem
A. Dina es violada.
1. (1-4) Un príncipe local viola a Dina y después quiere casarse con ella.
Salió Dina la hija de Lea, la cual ésta había dado a luz a Jacob, a ver a las hijas del país. Y la vio Siquem hijo de Hamor heveo, príncipe de aquella tierra, y la tomó, y se acostó con ella, y la deshonró. Pero su alma se apegó a Dina la hija de Lea, y se enamoró de la joven, y habló al corazón de ella. Y habló Siquem a Hamor su padre, diciendo: Tómame por mujer a esta joven.
a. Dina la hija de Lea: Este capítulo contiene uno de los sucesos más vergonzosos de la historia de Israel. Un terrible crimen fue cometido contra Dina la hija de Lea, pero la respuesta de sus hermanos fue peor que el crimen. Cuando la Biblia muestra sus líderes y héroes con tanta verdad, terrible y sin excusas, podemos estar seguros de que es un libro de Dios. Los hombres no escriben así de sí mismos, ni de sus antepasados.
i. Las sugerencias de homilética de Leupold sobre este capítulo nos dan una idea de esto: «Bien nos podemos preguntar si cualquier hombre con discernimiento alguna vez ha sacado de este capítulo el texto para su sermón […]. Puede ser evaluado por una mente madura y podría ser tratado sacando provecho ante una clase bíblica para hombres. Pero no podemos arriesgarnos a dar sugerencias homiléticas».
b. Salió […] a ver a las hijas del país: Recuerden, Jacob había traído a su familia a un lugar donde Dios no quiso que estuviera. Al parecer, Dios lo había dirigido hacia Bet-el (Génesis 31:13), y este tiempo que pasó en la ciudad de Siquem le hizo mucho daño a su familia.
i. Todas las razones por las que Jacob escogió el lugar donde viviría fueron erróneas. Él quiso estar cerca de la ciudad (Génesis 33:18), aunque la ciudad era pecadora. Dios lo llamó a Bet-el, y la mala elección de Jacob del lugar en donde viviría expuso a su familia a influencias impías.
c. Salió […] a ver a las hijas del país: El deseo de Dina de hacer esto es entendible, pero no es sabio. Es obvio que Jacob no se aseguró de que tuviera la supervisión adecuada. Dejar que socializara en una ciudad pagana fue una falla grande de parte de Jacob y Lea.
i. «Las mujeres jóvenes sin compromiso eran consideradas caza legal en las ciudades de aquel tiempo, en las cuales la promiscuidad no solo era común, sino que era parte del sistema religioso». (Morris)
ii. «Este suceso sirve para ilustrar lo bajo que habían caído los estándares morales entre los canaanitas. Cualquier mujer no acompañada podía ser violada, y en las transacciones que siguen, ni el padre ni el hijo sienten la necesidad de pedir perdón o disculparse por la que había pasado». (Leupold)
iii. ¡Pero intenta decir esto a una jovencita como Dina! Los jóvenes lo quieren todo, y lo quieren ahora mismo. Es casi imposible hacer que vean los beneficios de esperar para hacer ciertas cosas hasta que maduren.
iv. Una de las formas en la que se ha medido esta dificultad se ha llamado «la prueba de malvaviscos». Un investigador le dio la siguiente elección a un niño de 4 años: «Ahorita me voy por unos minutos para comprar algunas cosas, y puedes comer este malvavisco mientras no estoy, pero si esperas hasta que llegue, puedes tener dos malvaviscos». Investigadores de Stanford hicieron esta prueba en los años 60 y una docena de años después encontraron que los niños que habían agarrado el primer malvavisco solían tener más problemas como adolescentes. Los niños que solo agarraron el primer malvavisco también sacaron un promedio de 210 puntos menos en los exámenes de ingreso a la universidad. ¡Aprender a esperar es importante!
d. Y la vio Siquem hijo de Hamor heveo, príncipe de aquella tierra, y la tomó, y se acostó con ella: La falta de atención y protección de Jacob era parte del problema en esta tragedia. Su falta de compromiso en cuanto a los estándares de Dios hizo que le fuera más difícil contradecir a sus propios hijos y guiarlos como debiera haber hecho.
i. Los hijos de Jacob sabían que le había dicho a su hermano Esaú que iría al sur con él, pero que, en vez de eso, había ido al norte. Ellos vieron sus áreas vulnerables y las usaron para justificar las suyas.
e. La tomó, y se acostó con ella, y la deshonró: En cuanto al hombre joven que se llamaba Siquem, su alma fue atraída fuertemente hacia Dina, y aun le habló amablemente; pero no podemos decir que la amó, porque la violó.
i. Era un amor carnal el que Siquem sentía por Dina, no un amor espiritual ni piadoso. Él la amaba por lo que podía recibir de ella, no por lo que él podía darle. Su corazón se ve reflejado en las palabras: «Tómame por mujer a esta joven». Era como decir: «Consíguemela».
ii. Es posible que un hombre sea atraído a una mujer y que sea amable con ella por razones que tienen poco o nada que ver con el amor. En su deseo de conectarse de manera romántica con un hombre, muchas veces a las mujeres se les olvida esto.
2. (5-7) La falta de ira de Jacob y el enojo de Simeón y Leví.
Pero oyó Jacob que Siquem había amancillado a Dina su hija; y estando sus hijos con su ganado en el campo, calló Jacob hasta que ellos viniesen. Y se dirigió Hamor padre de Siquem a Jacob, para hablar con él. Y los hijos de Jacob vinieron del campo cuando lo supieron; y se entristecieron los varones, y se enojaron mucho, porque hizo vileza en Israel acostándose con la hija de Jacob, lo que no se debía haber hecho.
a. Calló Jacob hasta que ellos viniesen: Aquí Jacob muestra una gran falta de enojo. Él parece tomar la vergüenza de su hija de una manera muy calmada. Al enterarse de que Siquem había amancillado a Dina su hija; y estando sus hijos con su ganado en el campo, calló Jacob hasta que ellos viniesen.
i. Su rechazo a hacer lo correcto en cuanto a su familia, va a animar a dos de sus hijos a hacer algo, algo pecaminoso como respuesta. Cuando las cabezas que Dios ha puesto no asumen el liderazgo apropiado, esto crea un vacío, el cual con frecuencia es llenado pecaminosamente.
b. Los hijos de Jacob vinieron del campo […] y se entristecieron los varones, y se enojaron mucho: En las culturas antiguas del medio oriente había un fuerte sentido del honor familiar, lo suficientemente fuerte como para usar la violencia para defender este sentido del honor. En esta cultura, los hermanos tenían una responsabilidad más grande que el padre para proteger a su hermana. Ellos protegerían el honor de Dina en maneras no sabias y pecaminosas.
3. (8-12) Hamor y Siquem buscan arreglar el matrimonio de Dina.
Y Hamor habló con ellos, diciendo: El alma de mi hijo Siquem se ha apegado a vuestra hija; os ruego que se la deis por mujer. Y emparentad con nosotros; dadnos vuestras hijas, y tomad vosotros las nuestras. Y habitad con nosotros, porque la tierra estará delante de vosotros; morad y negociad en ella, y tomad en ella posesión. Siquem también dijo al padre de Dina y a los hermanos de ella: Halle yo gracia en vuestros ojos, y daré lo que me dijereis. Aumentad a cargo mío mucha dote y dones, y yo daré cuanto me dijereis; y dadme la joven por mujer.
a. Emparentad con nosotros; dadnos vuestras hijas, y tomad vosotros las nuestras: Este era un reto peligroso para Jacob y su familia. El matrimonio mixto irresponsable con canaanitas podría ser especialmente dañino para esta familia con tan importante lugar en el plan redentor de Dios.
b. Emparentad con nosotros; dadnos vuestras hijas, y tomad vosotros las nuestras: Esto era más que un asunto entre un joven canaanita y Dina, la hija de Jacob. Si ellos se casaban, esto establecería el patrón para futuros matrimonios entre la familia de Jacob y el pueblo de Canaán. El resultado sería que, completa y eventualmente, la familia de Jacob asimilaría la cultura canaanita (Y habitad con nosotros […] morad y negociad). El futuro del pacto familiar de ser un pueblo diferente estaba en riesgo.
c. Daré lo que me dijereis: Es probable, que Hamor y Siquem pensaran que estaban siendo generosos; pero su manera de negociar el arreglo del matrimonio insultó a Dina y a su familia aún más. Ellos actuaron como si el dinero y el matrimonio pudiera quitar la vergüenza de Dina.
4. (13-17) La contraoferta de Simeón y Leví: todos los hombres de Siquem debían de ser circuncidados.
Pero respondieron los hijos de Jacob a Siquem y a Hamor su padre con palabras engañosas, por cuanto había amancillado a Dina su hermana. Y les dijeron: No podemos hacer esto de dar nuestra hermana a hombre incircunciso, porque entre nosotros es abominación. Mas con esta condición os complaceremos: si habéis de ser como nosotros, que se circuncide entre vosotros todo varón. Entonces os daremos nuestras hijas, y tomaremos nosotros las vuestras; y habitaremos con vosotros, y seremos un pueblo. Mas si no nos prestareis oído para circuncidaros, tomaremos nuestra hija y nos iremos.
a. Pero respondieron los hijos de Jacob a Siquem y a Hamor su padre con palabras engañosas: Su respuesta a Siquem y Hamor fue un engaño planificado y calculado.
b. Que se circuncide entre vosotros todo varón. Entonces os daremos nuestras hijas: Hamor y Siquem aceptaron una demanda tan extrema porque la circuncisión no solo se practicaba entre los israelitas, sino que otras culturas antiguas también circuncidaban a los varones. Siquem y Hamor sabían de la costumbre por los rituales de otras naciones.
c. Porque entre nosotros es abominación: Simeón y Leví tienen intenciones malas con este plan, pero las cubren con sus palabras espirituales, y usan a Dina como cobertura para el mal que pretenden hacer.
i. Ellos se sintieron justificados porque los hombres de Siquem habían tratado a su hermana como una prostituta (Génesis 34:31); pero ellos prostituyeron la señal del pacto de Dios con sus propósitos asesinos.
5. (18-24) Hamor y Siquem convencen a los hombres de la ciudad para seguir con el plan.
Y parecieron bien sus palabras a Hamor, y a Siquem hijo de Hamor. Y no tardó el joven en hacer aquello, porque la hija de Jacob le había agradado; y él era el más distinguido de toda la casa de su padre. Entonces Hamor y Siquem su hijo vinieron a la puerta de su ciudad, y hablaron a los varones de su ciudad, diciendo: Estos varones son pacíficos con nosotros, y habitarán en el país, y traficarán en él; pues he aquí la tierra es bastante ancha para ellos; nosotros tomaremos sus hijas por mujeres, y les daremos las nuestras. Mas con esta condición consentirán estos hombres en habitar con nosotros, para que seamos un pueblo: que se circuncide todo varón entre nosotros, así como ellos son circuncidados. Su ganado, sus bienes y todas sus bestias serán nuestros; solamente convengamos con ellos, y habitarán con nosotros. Y obedecieron a Hamor y a Siquem su hijo todos los que salían por la puerta de la ciudad, y circuncidaron a todo varón, a cuantos salían por la puerta de su ciudad.
a. Parecieron bien sus palabras a Hamor, y a Siquem: Aun ante el sacrificio que obviamente estaba involucrado, Hamor y Siquem estaban contentos con el plan. Más allá de la atracción que Siquem, obviamente, sentía por Dina, sin duda, estaban felices de empezar a mezclarse con una familia tan grande, rica, e influyente.
b. Él era el más distinguido de toda la casa de su padre: Entre los canaanitas de su tiempo y lugar, Siquem era más honorable que otros. A él sinceramente la hija de Jacob le había agradado.
c. Su ganado, sus bienes y todas sus bestias serán nuestros: El padre y el hijo (Hamor y Siquem) tuvieron que convencer a los hombres de su comunidad para recibir el doloroso y posiblemente peligroso procedimiento de la circuncisión. Ellos los convencieron de que esto valía la pena, porque tomarían a sus hijas como esposas y su ganado, sus bienes, y todas sus bestias. La ganancia potencial de riqueza hizo que valiera la pena
d. Y circuncidaron a todo varón: Los hombres de Siquem estuvieron de acuerdo y todos recibieron la dolorosa y potencialmente peligrosa operación de la circuncisión.
B. Simeón y Leví destruyen la ciudad de Siquem.
1. (25) La matanza de los hombres de la ciudad de Siquem.
Pero sucedió que al tercer día, cuando sentían ellos el mayor dolor, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, y vinieron contra la ciudad, que estaba desprevenida, y mataron a todo varón.
a. Cuando sentían ellos el mayor dolor […] tomaron cada uno su espada, y vinieron contra la ciudad, que estaba desprevenida, y mataron a todo varón: Esto no solamente era una acción brutal y engañosa, sino que también avergonzó el pacto de Dios de la circuncisión. Seguramente, con esta acción de engaño violento, Simeón y Leví mostraron ser hijos de Jacob provenientes de un ambiente hogareño competitivo y amargado.
i. Sentían ellos el mayor dolor: «La circuncisión, si no era hecha con mucha precisión, podría incapacitar; especialmente, después de dos o tres días». (Kidner)
b. Y vinieron contra la ciudad: Esto fue un audaz plan para masacrar a una comunidad completa de hombres al amparo de su aceptación de la demanda de ser circuncidados.
i. «La osadía con que cumplieron su plan malvado muestra la dureza de sus corazones (en inglés dice que “vinieron con osadía”)». (Barnhouse)
2. (26-29) Rescatan a Dina y saquean la ciudad.
Y a Hamor y a Siquem su hijo los mataron a filo de espada; y tomaron a Dina de casa de Siquem, y se fueron. Y los hijos de Jacob vinieron a los muertos, y saquearon la ciudad, por cuanto habían amancillado a su hermana. Tomaron sus ovejas y vacas y sus asnos, y lo que había en la ciudad y en el campo, y todos sus bienes; llevaron cautivos a todos sus niños y sus mujeres, y robaron todo lo que había en casa.
a. A Hamor y a Siquem su hijo los mataron a filo de espada: La espada no perdonó a nadie. Incluso, un hombre relativamente bueno como Siquem (Génesis 34:19) fue asesinado. Seguramente, justificaron este homicidio y robo diciendo que ellos y su hermana habían sido deshonrados; pero, claramente, el castigo no es justo para el crimen.
b. Y saquearon la ciudad […]. Tomaron sus ovejas y vacas y sus asnos, y lo que había en la ciudad y en el campo, y todos sus bienes: Los hijos de Jacob saquearon completamente la ciudad de Siquem, lo que incluyó tomar como esclavos a los niños y mujeres sobrevivientes.
i. «Para enmendar la afrenta de su hermana, con una traición cobarde matan a todos los de Siquem, y traen la culpa de un asesinato sobre una familia que debería haber sido santa para el Señor». (Spurgeon)
3. (30-31) La reacción de Jacob.
Entonces dijo Jacob a Simeón y a Leví: Me habéis turbado con hacerme abominable a los moradores de esta tierra, el cananeo y el ferezeo; y teniendo yo pocos hombres, se juntarán contra mí y me atacarán, y seré destruido yo y mi casa. Pero ellos respondieron: ¿Había él de tratar a nuestra hermana como a una ramera?
a. Me habéis turbado con hacerme abominable: En respuesta a la terrible masacre y saqueo de Siquem, Jacob parecía estar solamente preocupado por sí mismo y por el peligro de la retribución contra su pequeña familia (teniendo yo pocos hombres). No hay preocupación por la justicia de Dios o la muerte y saqueo de inocentes. Este es Jacob y no Israel el que está actuando.
i. «Todo estaba fuera de orden y amenazaba con volverse mucho peor. Incluso los paganos de afuera comenzaron a oler el mal de la desorganizada familia de Jacob y la única alternativa era reparar o terminar». (Spurgeon)
ii. «¡Jacob!, tú te trajiste sobre ti estos problemas. Pasaste tu naturaleza engañadora a tus hijos. Les diste un ejemplo constante de engaño. Ellos te oyeron mentirle a Esaú en Peniel e ir al noroeste después de que él hubiera ido al sureste. Ellos vieron tu interés en los llanos desbordados de pasto cuando acampaste en Siquem. No dijiste nada cuando Dina fue violada […]. Háblale a Dios de tus propios pecados antes de hablar a estos jóvenes de los suyos». (Barnhouse)
b. ¿Había él de tratar a nuestra hermana como a una ramera? Simeón y Leví tenían razón en que Dina había sido tratada como ramera. Pero, su reacción era pecaminosa.
i. Cuando Jacob estaba a punto de morir, profetizó sobre cada uno de sus doce hijos. Esto es lo que dijo de Simeón y Leví: «Simeón y Leví son hermanos; armas de iniquidad sus armas. En su consejo no entre mi alma, ni mi espíritu se junte en su compañía. Porque en su furor mataron hombres, y en su temeridad desjarretaron toros. Maldito su furor, que fue fiero; y su ira, que fue dura. Yo los apartaré en Jacob, y los esparciré en Israel» (Génesis 49:5-7). Vio como eran Simeón y Leví, pero los reprendió muy, muy tarde.
ii. La palabra profética de Dios a través de Jacob se cumplió. Dios sí dividió las tribus de Simeón y Leví, y las esparció en Israel. Pero, significativamente, la manera en que ocurrió con cada tribu fue diferente:
·La tribu de Simeón, por su falta de fidelidad, fue disuelta como tribu, y absorbida en el área tribal de Judá.
·La tribu de Leví también fue esparcida, pero por su fidelidad durante la rebelión del becerro de oro (Éxodo 32:26-28) fue esparcida como una bendición entre toda la nación de Israel.
iii. Ambas fueron esparcidas, pero una como bendición y la otra como maldición.
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